domingo, 13 de octubre de 2013

Cuando la maternidad llega ¿El hogar o la profesión?

Cuando su esposo le dijo que no podía trabajar en lo que a ella tanto le gustaba, porque “debía quedarse a cuidar al bebé”, a Martha le pareció bastante egoísta esta idea y hasta demasiado machista.

Aun así se dispuso a demostrarle que el trabajo se puede combinar perfectamente con el rol de madre y esposa y aunque la tarea resultase agotadora, ella tenía las ganas de cumplir con sus sueños personales.

Para Raquel, su historia fue distinta. “Mi esposo decía que las mujeres debían quedarse en casa a cuidar a los hijos y el hogar”. Por eso es que esta señora, que ya tiene a sus hijos profesionales, decidió hacer caso a la decisión del esposo cuando su tercer hijo nació, sin tomar en cuenta que a sus 36 años quedaría viuda y con tres hijos relativamente pequeños. “No me fue difícil conseguir trabajo, pero uno pierde su espacio en el mercado laboral”.

La sicóloga Zulma Jerez cuenta que seguimos viviendo en una sociedad machista, donde se tiene la idea de que la mujer debe estar a cargo de la casa y de las tareas domésticas. La idea de salir del hogar para trabajar intimida muchas veces al hombre, que tampoco ayuda en las tareas del hogar, por lo que la mujer termina estresándose al mantener ese ritmo de trabajo y el cuidado de la casa.

“Las mujeres que no tienen esa fortaleza de balancear el trabajo y el hogar, terminan aceptando este sistema”, señala la experta.

Ahora la economía es de dos
Para el sicólogo Miguel de la Oliva, las condiciones económicas por las que atraviesa la sociedad hace que más mujeres tengan que salir a trabajar para lograr un mínimo de ingresos requeridos para el sustento del hogar.

Si bien no existen datos estadísticos concretos de esta situación, según la distribución porcentual de la ocupación principal proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las cifras bajan poco a poco mientras van pasando los años.

A inicios del nuevo siglo, el 5,70 % de la población femenina activa del país, de poco más de 1,6 millones de mujeres, se dedicaba a las tareas del hogar, sean estas profesionales o no.

En 2009, año hasta donde se tiene la información, de alrededor de 2,2 millones de mujeres, el 5,26 % se dedicaba a esta ocupación.

“Si bien antes se manejaba el sometimiento a la mujer en el matrimonio, ahora ellas tienen otros mecanismos, ya que los fenómenos económicos están cambiando, como también las posturas machistas. Además hay mujeres que ganan mucho más que sus maridos, se han incrementado los divorcios, los derechos cada vez ganan más espacios, pero todavía falta mucho”, indica De la Oliva.

Ganar independencia
Desde hace cuatro años que no trabaja, pero Beatriz, a sus 30 años, piensa que nunca es tarde para regresar a su profesión.
Acepta que su esposo (desde hace ocho años) se molesta cuando ella le toca el tema de volver a trabajar, él se enfurece y termina agrediéndola sicológicamente.

“En ese entonces ganaba Bs 2.500, pero para mí estaba bastante bien porque no tenía hijos y estaba soltera. Cuando me casé, me dijo que él me pagaría ese dinero, pero que me quede en casa. Nunca recibí un centavo, y si bien no me hace faltar nada para la casa, cuando quiero darme mis gustos, me dice que no tiene dinero”, cuenta apenada porque sabe que está perdiendo su espacio.

Para la orientadora familiar Dalia Muñoz, todo lo que implica hacer cosas en contra de la voluntad de la persona y por obligación se considera sometimiento. A menos que las decisiones sean mancomunadas y no haga sentir incómoda a ninguna de las partes.

Muñoz es clara al manifestar que la mujer cuando deja su trabajo, pierde la posibilidad de realizarse en lo profesional, en lo que ella individualmente desea ser en la vida, aparte de los roles de esposa y madre. “Quizás gane la posibilidad de dedicarse por completo al hogar y de esa manera lograr una mejor administración de la casa y de los hijos”.

Mercado laboral
El director de la consultora de Recursos Humanos Human Value, Juan José Jáuregui, cuenta que actualmente se están dando muchos casos de retiro del mercado laboral en mujeres cuando tienen su segundo hijo.

“Esto sucede hasta que los chicos cumplen seis o siete años, luego intentan retomar el trabajo, pero ya es muy difícil, porque sus currículums, sobre todo para las grandes empresas, pasan a ser desactualizados”, indica.

El experto analiza que lo ideal, si es que la mujer desea por un tiempo dedicarse al ciento por ciento a las labores del hogar, es dejar pasar máximo tres años, porque después de ese periodo es muy difícil encontrar un buen trabajo. “Vuelven a pagar derecho de piso, y si encuentran un trabajo, no es con las mismas responsabilidades ni con el mismo sueldo”.

Jáuregui aconseja que en ese lapso, la mujer realice estudios de posgrado y consultorías que le permitan no salirse del mercado laboral. “Este tipo de trabajo lo puede realizar desde casa y no le restaría tiempo con su familia”.

De la Oliva refuerza que la mujer es la que más pierde en esto porque se descarga todo el trabajo en la madre. “Ella trabaja, llega a cocinar o cocina muy temprano, se encarga de las tareas, los chicos y las tareas de la casa, mientras él sale con la ‘frater’.

¿Mejor que yo?
Otro de los problemas con los que es habitual encontrar en las consultas de los especialistas, son los celos profesionales en parejas que tienen la misma carrera.
“Cuando la mujer logra ganar más que el marido existen los celos profesionales, al menos si tiene más aptitud para esa profesión”, indica Jerez.
Para Muñoz, cuando en el matrimonio no se concibe el sentido de equipo y se cree que cada uno debe ir por su propia dirección, las pugnas se vuelven hasta dañinas; cuando lo que hay es una constante pelea por ganar más, ascender más y sentirse más elevado en su ego personal, esto puede destruir la relación.
“Lo mejor es conversar, primero acerca de las prioridades de la pareja, los objetivos individuales y en conjunto para posteriormente hacer acuerdos y negociar para que las decisiones tomadas no sean unilaterales y dañinas. Con decisiones tomadas en conjunto habrá un sentido de compromiso y, por consiguiente, comodidad en el cumplimiento de los pactos”, puntualiza Muñoz

Las madres estáN protegidas por ley

Conozca lo que dice la normativa laboral

Protección a la maternidad. Se prohíbe el despido por causa de embarazo o lactancia.
Del puerperio. La trabajadora embarazada tiene derecho a un descanso remunerado de 45 días antes y 45 días después del parto (Art. 61).

Salud. La mujer embarazada en puesto de trabajo que implique esfuerzos que afecten a su salud merecerá un tratamiento especial que le permita desarrollar sus actividades en condiciones adecuadas, sin afectar a su nivel salarial ni a su ubicación en trabajo (Art. 2 de la Ley del 2 de marzo de 1988).

No puede ser despedida. La mujer en periodo de gestación y hasta un año del nacimiento del hijo gozará de inamovilidad, tanto en las instituciones públicas como en las privadas (Art. 1 de la Ley del 2 de marzo de 1988).

Permisos luego del parto. La madre tiene derecho a descansos de una hora al día para amamantar a su hijo (Art. 61).

Salas cuna. Las empresas que cuenten con 50 o más trabajadoras deben mantener salas cuna anexas al lugar del trabajo, donde las madres puedan dejar a sus hijos mientras trabajan y alimentarlos.

SUGERENCIAS PARA COMBINAR EL TRABAJO CON LA MATERNIDAD
Saca bien tus cuentas a la hora de volver. En el caso de que tu sueldo se vaya todo en pagar la guardería, replantéate tu trabajo. Quizá te convenga más trabajar desde casa.
Aprende a repartir las tareas de la casa. Si vives en pareja, repartí el cuidado de los niños y las tareas de la casa de la manera más equitativa, para que ninguno se agobie.
Contrata alguien para limpiar y hacer los recados. De lo contrario, emplea trucos para mantener la casa ordenada y ahorrar tiempo.
Desconéctate del trabajo cuando estés en casa. La calidad del tiempo que pasas con tus hijos es más importante que la cantidad.
Enseña a tus hijos a ser responsables. Desde pequeños, enseña a tus hijos que la familia es un equipo y delega en ellos algunas tareas.
Organízate para no estar a sobrehora. Prepara las cosas la noche anterior para evitar el corre-corre típico de los hogares donde ambos trabajan.
Eres el mejor modelo para ellos. Tus hijos varones aprenderán que las mujeres podemos ser profesionales a la vez que amas de casa. Tus hijas, serán fuertes y emprendedoras, como vos.

Los hijos no se perjudican

Luciano Montero /Sicólogo. Autor del libro La aventura de crecer.

Las investigaciones acumuladas sobre este tema indican que los niños no se ven perjudicados por la ausencia diaria de la madre, una vez que se cumplan ciertas condiciones en la crianza.
Esas condiciones son principalmente la naturaleza y calidad de los cuidados sustitutos, cuya estabilidad y calidad son esenciales.
Por otro lado, prácticamente no existen diferencias en el desarrollo intelectual, social y emocional entre los hijos de mujeres trabajadoras y no trabajadoras.

No hay razón objetiva por la que las madres trabajadoras deban sentirse culpables. Siempre que mantengan una relación continua con sus hijos, el hecho de que los atiendan otras personas no tiene por qué producir efectos adversos, e incluso puede ser una experiencia enriquecedora para ellos compartir el tiempo con otras personas.

Existen ciertas dudas sobre los efectos de la jornada laboral completa de la madre durante el primer año de vida del niño, por lo que se recomienda, si se tiene opción, posponer el trabajo a media jornada hasta que el niño cumpla un año.

Además, el padre de familia debe compartir las ausencias laborales llevando también a los niños al médico, asistiendo a las reuniones del colegio y otras actividades que muchas veces solo de las delega a la madre.

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