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lunes, 21 de septiembre de 2015

Mala relación entre hermanas puede tener efectos en la salud

Cuando dos hermanas no se llevan bien, las consecuencias pueden ir más allá de la simple relación personal, pues si una de ellas padece un trastorno de la alimentación hará que la otra sea más vulnerable a sufrir cuadros de ansiedad y depresión, según un estudio.

La investigación, realizada por un equipo de la Universidad de Haifa (norte de Israel), concluyó que las hermanas sanas de mujeres que sufren trastornos de alimentación presentan mayores niveles de síntomas depresivos derivados de una relación tensa entre las dos.
"Cuanto peor sea la relación entre las dos hermanas, más elevado será el nivel de angustia sicológica de la sana, que además corre el riesgo de desarrollar un trastorno de la alimentación también", afirmó Yael Letzer, profesora de la Facultad de Bienestar Social y Ciencias de la Salud de la citada universidad.

El estudio también reveló que la relación entre dos hermanas, una de las cuales padece un trastorno alimentario, es peor que aquella en la que ninguna padece ese tipo de problema.
"Durante el tratamiento debe prestarse la mayor atención a la relación entre las dos hermanas, reforzándola y transformándola de una interacción negativa y competitiva a una de apoyo", subrayó Letzer, que encabezó el equipo junto con las investigadoras Ruth Katz y Keren Berger.

Incidencia elevada
En las últimas décadas se ha producido un incremento significativo de la incidencia de trastornos de la alimentación, los más prominentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno de la alimentación compulsiva.
Estos trastornos son comunes entre jóvenes mujeres, implican la presencia de algún otro trastorno siquiátrico o físico y altos índices de mortalidad, explicó Letzer.

Numerosos estudios han demostrado que la relación entre hermanos constituye la más continuada en el tiempo en la vida humana y es considerada la más importante después de la de padres e hijos.
En línea con estos datos, el estudio centró su análisis en una muestra de 60 niñas y mujeres jóvenes entre los 13 y los 31 años, 30 de las cuales tenían hermanas que sufrían algún tipo de problema de la alimentación: 10 anorexia nerviosa, 10 bulimia nerviosa y 10 algún trastorno alimenticio no especificado.

Los resultados mostraron que entre las niñas y mujeres jóvenes que tenían hermanas con trastornos de la alimentación había un alto índice de relaciones negativas entre hermanas.
"A la luz de la enfermedad que padece la hermana afectada, se desarrolla una rivalidad entre las dos por la atención de los padres, que se suele caracterizar predominantemente por ambivalencia, frustración, conflicto y frecuentes transiciones entre los sentimientos de amor y odio", señala Letzer.
"A esto se suma que la hermana sana debe tomar parte en el tratamiento diario de la otra, algo que puede convertirse en una carga para ella en su vida cotidiana y, por ende, provocar sentimientos de frustración, enfado, odio y miedo", añadió

miércoles, 3 de junio de 2015

¿Problemas entre hermanos?

Si la relación entre hermanos consanguíneos, adolescente, es difícil; ahora imagínese entre medios hermanos e incluso, hermanastros. Las diferencias siempre estarán presentes, lo importante, como padres, es saber superarlas o en su defecto sobrellevarlas.

Un solo criterio. El psicólogo Oliver Silva indicó que la pareja tiene que consensuar un criterio único de educación para sus hijos, no puede decir "yo me hago cargo de mi hijo y vos de los tuyos, porque es ahí donde comienza a haber los conflictos".

Reglas. Silva señaló que los adultos desde el primer momento que empiezan a enamorar, tienen que ir creando un criterio uniforme para criar a los muchachos. Cuando existe esto, la regla va a ser pareja, así los hijos responderán a los mismos lineamientos en el trato y en los privilegios. "No se puede decir, como yo gano más, al mío le compro zapatos mejores y como vos ganas menos, cómprale cualquier cosa". El psicólogo Eduardo Sánchez, explicó que si en la casa no existen reglas, disciplina y justicia, la rivalidad puede ir creciendo, "tras las primeras peleas se debe averiguar qué sucede".

Decisiones. El profesional mencionó que todos los integrantes de una familia deben participar de las decisiones. "Cuando se es partícipe, también tiene que ser responsable porque no le están imponiendo nada", recalcó.

Acuerdo. "También se debe tener especial cuidado con el dinero, porque el objetivo de cualquier padre no es que su hijo sea materialista. Los recursos deben ser de acuerdo a la necesidad", puntualizó el profesional.

Conversar. Sánchez explicó que los padres deben hablar con los chicos y mencionarles que aunque son medios hermanos o hermanastros, tienen un parentesco especial. Asimismo, acotó que los padres deben buscar algo que tengan en común, como el deporte o la música. "Las similitudes ayudan a generar vínculos, más aún en la adolescencia; es como tener un mejor amigo y pariente en casa".

Edad. Sánchez sostuvo que la diferencia de edad afecta más, "cuando el medio hermano es mucho más pequeño es más fácil tenerle celos y más difícil tenerle paciencia".

sábado, 25 de octubre de 2014

Peleas entre hermanos: solución en 5 pasos



Las peleas entre hermanos son tan normales que los estudios sobre este tema revelan que por término medio se pelean unas cinco veces al día,

y que la tercera parte del tiempo que pasan juntos están peleándose. El psicólogo Luciano Montero nos propone un sistema en cinco pasos para dirimir las disputas entre hermanos.
Un primer consejo es no hacer comparaciones entre hermanos. También funciona un método consistente en que, cuando haya una pelea entre los hermanos, los padres les tranquilicen y les animen a que, con la mayor calma posible, cada uno exponga sus motivos.
Hay que enseñar a cada uno a tener en cuenta los sentimientos del otro y los efectos de su comportamiento sobre él.
Después hay que animarles a exponer sus propias sugerencias para solucionar el problema. Hay que escuchar con paciencia y tener en cuenta todas sus ideas, tratando de buscar una solución lo más satisfactoria posible para ambos.
Solo si ellos no generan ideas propondremos las nuestras, pero hay que animarles a exponer las suyas. Se trata de que asimilen que siempre hay una solución posible, satisfactoria para ambas partes, aunque también ambos deban ceder un poco, y que ellos pueden aprender a buscar la solución.
Solución para las discusiones entre hermanos en cinco pasos
1. Cada niño expone su punto de vista.
2. Para asegurarse de que el otro lo entiende, lo repite con sus propias palabras (si es muy pequeño le ayudamos un poco).
3. Ambos niños repasan y sopesan las posibles soluciones (también les podemos ayudar).
4. Eligen un desenlace que satisfaga a ambos.
5. Planean cómo ponerlo en marcha. Todo con nuestra ayuda, pero sin sustituirlos.
No es muy complicado, todos los padres pueden probarlo. Los resultados no se verán de la noche a la mañana, pero se terminan viendo.

martes, 17 de diciembre de 2013

¿Medios hermanos o hermanos a medias?

Lucía es una madre con dos hijos, estuvo cuatro años sola y volvió a darse una segunda oportunidad en el amor. Julio, pareja de Lucía, es un hombre divorciado con tres hijos. "La verdad no sabía cómo decirles a mis hijos que iban a tener medios hermanos, en fin los de él eran mayores y entendían la situación, los míos aún son chicos 9 y 11 años, entonces tuve que recurrir a un profesional para que me oriente sobre el tema", comentó Lucía que ahora vive con los hijos de ambos.

Momento adecuado. Para la sicóloga Silvia Soruco, comenzar una nueva vida con otra pareja, cuando hay hijos de por medio es no más una decisión seria y responsable, porque no solamente se trata de un romance, sino de una familia completa. "Ya uno no puede ir haciendo locuras, de jugar a hacer el intento y sino funciona se lo deja. A los hijos hay que respetarlos y una forma de hacerlo es hablando con ellos sobre la situación. Decirles que su nueva pareja tiene hijos y que le gustaría que se conozcan. Si al principio hay rechazo no se debe forzar, los preadolescentes tienen su momento, puede ser que de entrada digan sí como no. Hay que respetar su espacio y decisión", apuntó la profesional.

Claros. La terapeuta, Karina Pereyra, indicó que desde un principio la relación debe ser abierta una vez la pareja decide vivir juntos o iniciar un romance. "Uno debe ser claro con sus hijos. Si bien el término medio hermano no es muy utilizado por lo general todos dicen "serán tus hermanos, no de sangre, pero sí de convivencia. Entonces hay que decirles que compartirán cierto espacio, días, que tendrán salidas, que pueden organizar ellos mismos sus propios "juntes", que ellos siempre tendrán a mamá y papá disponible para cuando los necesiten. Ahora con las nuevas tecnologías los chicos se comunican por las redes sociales, entonces puede ser una alternativa para que así los muchachos tengan más confianza entre ellos", finalizó Pereyra.

Consejos

1 Calidad no cantidad. La visita de otro niño a la casa ya sea para vivir o para visitar a su padre o madre no debe enmarcarse en cantidad de veces sino en calidad del momento. Pueden organizar un almuerzo o cena sencillo y compartir con esa persona un momento agradable.

2 Interés. Los padres deben conocer a ambos chicos, es decir, aprender sobre sus costumbre, gustos, expresiones, así les será más fácil comprenderlos y entenderlos. Dos chicos preadolescentes pueden ser dinamita si no se soportan, estará en los padres hacer que eso funcione. También puede darse que ambos tengan los mismos gustos y hasta quieran compartir la misma habitación.

3 Realidad. No hay una varita mágica para hacer que los hijos de ambos se amen y quieran, pero sí se pueden hacer actividades de convivencia que les permitan compartir y formar ese hogar estable que todos añoran. Lo importante es evitar la rivalidad entre ellos.