Cuando tenemos un hijo nos asaltan innumerables dudas. Queremos que nuestro hijo o hija sea feliz en el entorno en el que nos desarrollamos y que "no le falte de nada". Sin embargo, lo que más necesita una persona desde el preciso instante de su nacimiento y hasta su final es cariño y apego. La crianza natural nace como una corriente que fomenta una íntima interrelación entre los padres y los hijos, sin artificios. Sin embargo, no es una novedad, sino una de las formas más antiguas de crianza y es fácil encontrar que esto se hace así de modo natural en países orientales. En este sentido la observación del bebé-niño es lo principal, ya que es el único modo de atender las necesidades individuales de cada niño. Cada niño es diferente y expresa sus necesidades de forma distinta. Entenderlos y respetar su desarrollo facilita la comunicación y las relaciones familiares. /
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