miércoles, 30 de octubre de 2013
Transmitir valores requiere dedicación y buenos ejemplos
La inseguridad y los hechos violentos y criminales que lamentablemente ocurren en nuestra ciudad a diario, pueden mitigarse a partir de una adecuada educación al interior de las familias, una educación con valores, que genere personas responsables y conscientes del respeto a la vida y al espacio de los demás.
Para el experto en sicología juvenil del proyecto Protege tu corazón, Néstor Heredia, los padres de familia son los primeros llamados a trabajar para mejorar como personas y de ese modo dar un buen ejemplo a sus hijos.
“Los hijos absorben de manera inconsciente todo lo que ven hacer a sus padres. De allí que surjan de padres violentos hijos violentos”, sostiene Heredia.
Por ello indica que es importante como adultos valorar primero las ventajas que conlleva ser una persona pacífica para luego transmitirlas de manera convincente a los hijos. Ser un adulto pacífico y reflexivo hace que en su diario experimente las siguientes situaciones:
a) Mejora la capacidad de diálogo y empatía.
b) Facilita la resolución de conflictos propios y ajenos.
c) Desarrolla la capacidad de escuchar y comprender los problemas de los demás.
d) Genera confianza y buen clima donde se desenvuelve.
e) Produce vínculos de amistad y de afecto con la gente que le rodea.
f) Crece la capacidad de autocontrol y reflexión.
Para Néstor Heredia, los padres tienen que comprender que “la violencia genera más violencia y la venganza produce un vacío en el interior, fruto de dejarse llevar por el odio. Por ello, ejercitarse en el perdón es una gran lección de fortaleza que necesitamos todos y es un gran ejemplo para los hijos. Aquella persona que sabe perdonar, se da cuenta que vale más la persona que su propio orgullo”, concluye.
Prevención
Para la sicóloga familiar, Ingrid Saavedra, la educación preventiva es la más aconsejable.
“Es mejor prevenir, que tener que castigar, es mejor prevenir problemas con los límites y las normas, que tener que remediar conductas que se han establecido en nuestros hijos”, indica.
Y menciona los siguientes aspectos que considera básicos en la educación familiar.
El afecto. Enseñar a amar con acciones y palabras que demuestren cariño y amor.
Poner límites que sostengan el afecto y frenen conductas irracionales.
Desarrollar el autocontrol que el niño asume a partir de los límites, afectos y comprensión correcta de la situación en la que se encuentre.
Promover la sensibilidad xocial que fomenta el respeto, la consideración y la valoración de los demás.
Educar en la disciplina que se fortalece con la permanencia de una figura de autoridad en el hogar y que resulta de la repetición y comprensión de sus responsabilidades personales y sociales.
Hay que transmitirles valores que fortalezcan a los hijos como personas.
También es importante fomentar el equilibrio desde pequeños: en sus logros, relaciones favorables, el cuidado corporal y desarrollo espiritual.
Decálogo de familia
El pedagogo Herminio Otero, en su libro Educar hoy apunta los siguientes consejos para los padres: Traten a sus hijos como personas. Sean un modelo que inspire confianza. Amen a sus hijos y busquen su bien para que sean felices en este mundo.
Eduquen en libertad y sin coacciones, pero sepan poner límites cuando sea necesario.
Enseñen a amar. Edúquenlos con serenidad y constancia, sin dejarse llevar por arrebatos irreflexivos. Reconozcan, en los errores de sus hijos, los propios y sacarán provecho para modificar conductas negativas propias
La orientación familiar es un servicio al alcance de todos
Profesionales ayudan a salir de problemas
En la ciudad existen lugares como el Servicio de Orientación Familiar (SOF) ubicado en la parroquia San Andrés, donde se puede pedir el apoyo de sicólogos y otros especialistas
CADA VEZ SON MÁS FRECUENTES LAS
terapias familiares que permiten sacar a flote el origen de los problemas al interior de una familia. En el Centro Jesús María asesoran a los padres de familia. Llamar 70964241.
Opinión
No necesitamos cantidad de tiempo para educarlos
Fabiola Guachalla - SICÓLOGA
egún un sondeo entre profesores y directores se ha confirmado que hay un alto ausentismo de los padres a las reuniones convocadas por los colegios, asisten menos del 50%, hace 20 años más del 70% estaban presentes.
Por lo general, padre y madre trabajan un promedio de ocho y diez horas diarias y los resultados de esa asusencia se observan en las consultas sicológicas y en los servicios de orientación familiar.
Hay una ausencia física que lleva a no generar una educación en valores, al no estar junto a sus hijos gran parte del día no los acompañan adecuadamente en su crecimiento, los chicos se están educando con televisión, la Internet, toda la información que reciben viene de ahí.
Pese a esta realidad, por lo que siempre voy a abogar como terapeuta, es que los padres comprendamos que no necesitamos cantidad de tiempo, debemos esforzarmos para que el tiempo que estemos con ellos sea provechoso, en él podemos hablarles de los valores y hacer que ellos aprendar a ser responsables. Está en nuestras manos conducirlos.
Definiciones
1 Katherina Rojas, directora de la escuela infantil Jopoi, sostiene que “el papá y la mamá del siglo XXI necesitan saber que la vida, el ser humano y sus valores fundamentales como el amor, la familia, la felicidad, la convivencia, la solidaridad y el disfrute entre otros, ha permitido a los individuos y a la sociedad en su conjunto conquistar lo impensable.
2 “Convengamos que la educación en valores no es enseñar un conocimiento, o transmitir saberes, sino transmitir un “saber hacer” y también la pasión por ese saber”, concluye.
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