jueves, 24 de octubre de 2013

Sexualidad educación y protección

Los diferentes métodos anticonceptivos permiten evitar de manera reversible y temporal el embarazo no deseado, además de vivir tu vida sexual de manera responsable y segura.
6 FORMAS de protegerse

natural

Los métodos naturales se basan sobre la fisiología hormonal normal de la mujer y consisten en identificar el periodo de ovulación para evitar tener relaciones sexuales fecundas en estos momentos. En esta categoría, encontramos la abstinencia periódica o calendario, el método de las temperaturas, la observación de la flema cervical y la retirada, los cuales son los más comunes.

de barrera

Estos procedimientos impiden la llegada de los espermatozoides en la cavidad uterina, lo que vuelve imposible el encuentro de estos últimos con el óvulo. Esto puede ser obtenido gracias a productos químicos o simplemente por una barrera física. Los anticonceptivos más conocidos en esta categoría son el preservativo masculino y femenino, el diafragma y los óvulos vaginales.

hormonales

Generalmente, se utilizan dos hormonas, es decir, los estrógenos y los progestágenos. Su toma durante el ciclo tiene el objetivo de bloquear la ovulación y modificar la mucosa del cuello del útero para que sea poco permeable a los espermatozoides. Encontramos las píldoras anticonceptivas, inyecciones, implantes, parches y también los anillos vaginales. Es importante acudir a un médico para conocer las contraindicaciones.

intrauterino

Consiste en colocar un elemento con efecto mecánico, químico u hormonal en la cavidad del útero. Gracias a estos efectos, se impide la fecundación de los óvulos, ya que son inmovilizados o destruidos. Los dos métodos más conocidos son el T de cobre y el Diu hormonal. Éstos son ideales para las mujeres que no son constantes en la toma de la píldora.

quiRÚRGICOS

Son métodos de contracepción definitivos e irreversibles. Por lo tanto, la decisión de recurrir a una esterilización debe ser muy pensada, ya que impide de manera definitiva el embarazo. Es primordial acudir a un médico, el cual se debe asegurar que la pareja entienda las consecuencias de estos actos. Dentro de esta categoría, encontramos la vasectomía o esterilización masculina y la ligadura de las trompas, es decir, la femenina.

abstinencia

Según las personas, la definición de este concepto varía. Puede ser la elección de no tener ninguna actividad intima de carácter sexual o no tener relaciones sexuales completas, es decir, sin penetración. Algunos individuos practican la abstinencia de manera puntual, por ejemplo, durante los días fecundos del mes, mientras otros la realizan siempre o hasta el matrimonio.

ORIENTAR EN SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA

//

Marcela Yepez Aramayo

Comunicadora Social

Facilitadora en salud sexual y reproductiva

Muchas madres y padres de adolescentes y jóvenes sufren continuamente el conflicto sobre la pertinencia de incluir o no como transversal la temática de la sexualidad en los procesos que involucra la educación; principalmente en el colegio. Se justifica la ausencia de este tema con sencillas frases como “se les abre los ojos a cosas en las que ni siquiera pensaban”.

Pues bien, si su hijo/a está en la adolescencia o juventud, podría estar estadísticamente ubicado en el más del 50 por ciento que conoce sus derechos sexuales y reproductivos (Encuesta Nacional de Juventudes 2008) Sin importar el medio (padres, madres, amigos/as, maestros/as, Internet u otros medios de comunicación tradicionales), el sexo está entre los temas de conversación de esta población de características físicas parejas, aunque no de criterio y madurez similar, con seguridad. No sólo es pertinente, es más bien urgente contextualizar todos los “mensajes sexuales” que niños, niñas, adolescentes y jóvenes reciben diariamente, con o sin previa autorización.

Un enfoque de orientación, desde fines del siglo XX, se da cuando surgieron y se establecieron aceleradamente instituciones estatales y no gubernamentales para trabajar con jóvenes en colegios, universidades, cuarteles y otros sitios en todos los rincones del país, además de sectores considerados “población en riesgo”; entonces, la buena recepción e inquietudes sobre tópicos básicos como la reproducción, la anticoncepción, las ITS (infecciones de transmisión sexual), el VIH y Sida, permitieron identificar y simplificar el carácter que debe tener la información: no como normativa, sí en forma instructiva para adquirirse como técnica de prevención, un hábito a ser utilizado mecánicamente, sin importar el impulso hormonal característico ni la anticipada sospecha de una situación riesgosa; en resumen: ¡siempre!

Meramente instruir a adolescentes y jóvenes que en este siglo claman por información –cuando no por formación– vale como uno de los objetivo de prevención sin ser cínico e indiferente; nos enfrentamos a una generación distinta de personas que asume su derecho y posibilidad de recibir contenidos deseados a través del infinito mundo virtual, sin embargo el interés por conocer los “peligros” se mantiene. Entonces, la orientación no es tarea perdida. Como padres, madres y educadores/as, cuanto antes nos replanteemos la orientación en salud sexual en un marco de equidad de género, mejores resultados tendremos en la formación de criterios y actitudes para que desde la adolescencia se adquiera una visión de salud, se valoren los riesgos y las distintas maneras de colocarse ante ellos y se idealicen los beneficios –a corto y largo plazo– de tener una sexualidad sana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario