Sentirse sexualmente atractiva, capaz de expresar y gozar la sexualidad después del cáncer de mama, parece una misión imposible. Y no es para menos, puesto que influye en el proceso de recuperación, pero la pérdida de una mama no la hace menos atractiva ni excitante, y es por eso que la mujer debe aprender a aceptarse a sí misma. Aunque, por otro lado, la pérdida de interés en la actividad sexual deriva en cansancio, dolor y estrés de los tratamientos. "La cirugía y la quimioterapia pueden tener un efecto físico directo en la función sexual en las personas que padecen de esta enfermedad", señaló la psicoanalista y sexóloga, Liliana Zabala.
Vuelta a la normalidad. Tras un cáncer de mama supone un punto de inflexión para muchas mujeres, ya que repercute en su entorno familiar, social, laboral pero también en la percepción de su imagen personal. De hecho, las pacientes detectan numerosos cambios físicos y en su estilo de vida que pueden afectar a su estado de ánimo y a su autoestima, según un estudio sobre: "necesidades de información en el cáncer de mama y atención a la supervivencia", enfatizó Zabala.
Intimidad. Es esencial restablecer la conexión sexual tanto para la relación como para el proceso de curación de la mujer. Recuerde que lo que es normal para ustedes dos es lo que les produce placer juntos.
Recurra a la intimidad. Entre un cuarto y un tercio de las parejas tiene dificultades sexuales después de la cirugía, así que restablecer una relación sexual podría tomar tiempo. Tras retornar a casa, converse con su pareja, para que su intimidad vaya más allá del contacto físico sexual. Un abrazo, caricias, tomarse de la mano, besarse en los labios, puede adquirir su propio lugar y no ser solamente el preludio para el sexo, para ello debe pasar un período mínimo de tres meses hasta que la mujer se sienta cómoda para hacerlo.
Comunicación. La comunicación es lo más importante para que la pareja pueda ayudar a superar cada etapa que tiene esta enfermedad.
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