viernes, 8 de julio de 2016

La lucha diaria de los ancianos en las calles



Son las ocho de la mañana en el mercado Campesino y a esta hora ya está atestado de gente.

Ahí está Paulino recorriendo las calles, tiene 70 años y a esa edad su fuerza de voluntad pesa más que su fuerza física, pues todas las mañanas sale a recolectar botellas de plástico por los mercados, plazas y canchas.
Cuenta con orgullo que vive solo con su hija de 20 años a quien “hace estudiar” en la universidad. Asegura que aún le quedan fuerzas para seguir adelante y con esa idea se levanta cada día a las seis de la mañana.
Más allá, Lucía de 60 años vende mandiles y servilletas, corre arrastrando los pies cuando alguien le pregunta a la distancia. Enseguida vende un mandil mete éste a una bolsa y haciendo un notorio esfuerzo cuenta el dinero. En ese momento nos sorprende mirándola y dice: “unas servilletitas señorita”.
Entretanto, Martín de 65 años jala un acoplado que porta dos saquillos de papa, lo hace descansando de trecho en trecho. Dice que trabaja a diario de esta manera y reconoce que el trabajo es “muy cansador”.
Así, se ven a diario las calles de Tarija, donde más de 23 mil ancianos trabajan para ganarse el sustento diario y en muchas ocasiones para continuar manteniendo a sus hijos.

Más de 23 mil ancianos
trabajan en las calles
Pilar Contreras, oficial regional de HelpAge, entidad dedicada a los adultos mayores, informó que casi la mitad de los ciudadanos que superan los 60 años en Bolivia continúa trabajando. Ello significa que los llamados, despectivamente, “viejos” en el país no han dejado de contribuir a la economía.
Del mismo modo, el aporte de los adultos mayores sigue siendo efectivo bajo la forma de cuidado de los nietos o por el hecho de seguir alojando en sus casas a sus hijos ya casados. Estos aportes ahorran dinero a los más jóvenes y son otra de las contribuciones poco vistas por las estadísticas.
De acuerdo a los datos del Censo 2012 que el Instituto Nacional de Estadística (INE) facilitó a El País eN, en total en el departamento hay 43. 154 adultos mayores. La mayor concentración de éstos se encuentra en un rango de edad de entre 64 y 95 años, sumando 23.290 mujeres y 19.864 hombres.
De este total, 23.057 adultos mayores están obligados a trabajar para sobrevivir, pues sus hijos no se encargan de ellos e incluso son los ancianos quienes aún deben mantenerlos.
De acuerdo a reportes de la Defensoría del Pueblo la situación de los adultos mayores en el departamento es muy crítica, debido a que hay una constante vulneración de sus derechos humanos. Tanto que ha quedado demostrado que los hijos desconocen que se debe pasar una asistencia familiar a los padres (adultos mayores) si es que éstos no cuentan con recursos para sustentarse.
De acuerdo a una investigación bibliográfica que realizó El País eN, esto se encuentra normado en la Ley Nº 603 (Código de las Familias y del Proceso Familiar), artículo 33, inciso d. (Deberes de hijas e hijos, tuteladas y tutelados) que expresa: “Son deberes de las y los hijos, tuteladas y tutelados: prestar asistencia a su madre, padre o a ambos, y ascendientes, cuando se hallen en situación de necesidad y no estén en posibilidades de procurarse los medios propios de subsistencia”.

Rubros en los que trabajan
Sin embargo, pese a las normas, cada día en la ciudad de Tarija vemos a ancianos arrastrar acoplados, vender caramelos, manejar taxis, cuidar sus nietos e incluso hacer trabajos de albañilería.
De acuerdo a los datos del INE, el trabajo que desempeñan los adultos mayores en Tarija está concentrado sobre todo en la agricultura, el comercio informal y la construcción.
En el departamento la mayor cantidad de mujeres adultas mayores se concentra en tres actividades económicas: Unas 2.758 mujeres trabajan en la agricultura, 2.580 trabajan en el comercio informal y 663 de éstas se dedican a brindar servicios de alojamiento y comida.
En el caso de los hombres los tres rubros a los que más se dedican son: la agricultura con 6.912 adultos mayores, la construcción con 1.436 y el comercio informal y arreglo de vehículos concentra el trabajo de 1.226 adultos mayores.

Excluidos
Pero las vulneraciones suman. En el mes de septiembre de 2014, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que pese a que la “población en edad de no trabajar, las personas mayores de 60 años, no son consideradas como parte de la población económicamente activa (PEA) un gran porcentaje está obligada a seguir trabajando en empleos precarios y mal remunerados”.
Según el estudio, el aporte de los adultos mayores representa el 65% del ingreso de sus familias, el 37,5% de los ingresos provienen del trabajo, y el 27,6% de fuentes no laborales. Esta contribución es fundamental para la subsistencia familiar forzándoles a continuar trabajando hasta edades muy avanzadas.
Otro de los resultados de la investigación refleja que en el área rural ocho de cada diez adultos mayores, con un promedio de edad próximo a los 70 años, sigue trabajando sin descanso en el campo. Cerca del 80% de la población adulta mayor del área rural se concentra en el altiplano y los valles, y se estima que la mayoría son mujeres.
El estudio revela además que los adultos mayores trabajan hasta donde sus fuerzas les permitan.
En conclusión, la inexistencia de protección social, además de los bajos ingresos hacen que los adultos mayores deban trabajar hasta el final de sus días para suplir la fuerza laboral faltante y asegurar su subsistencia.

actividades económicas
de los adultos mayores

Venta de frutas
En la ciudad de Tarija se ha visto a gran cantidad de mujeres adultas mayores comercializando las diferentes frutas de la estación

Venta de maíz
La visita de los niños a la plaza Luis de Fuentes para dar de comer a las palomas ha creado una nueva actividad económica, misma que ha sido captada por los adultos mayores

Comercio informal
De acuerdo al INE, el trabajo que desempeñan los adultos mayores en Tarija está concentrado sobre todo en la agricultura, el comercio informal y la construcción



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