Sólo el 15% de los padres bolivianos canta, cuenta cuentos, lee libros, los lleva de paseo y les hace jugar a sus hijos más pequeños. En tanto, las madres hasta quintuplican ese porcentaje de tiempo dedicado a los infantes, indica una encuesta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El estudio fue presentado ayer en el segundo conversatorio #niñez360º con el tema "Un buen comienzo, mi derecho a vivir bien”, el cual hizo hincapié en la primera infancia del niño; es decir, desde los cero hasta los cinco años de vida.
Según la muestra representativa sobre desarrollo de primera infancia que se elaboró a través de entrevistas en 12 municipios de Chuquisaca, Potosí y La Paz, se evidenció que el 10% de los padres afirmaron que leyó libros con sus hijos frente al 30% de las madres; además, el 5% de los progenitores afirmaron haber contado cuentos a sus retoños; mientras que el 26% de las madres hicieron esa actividad con sus hijos. (Ver infografía).
La representante de Unicef en Bolivia, Sunah Kim, criticó la dejadez de los padres debido a que la interacción de las madres, padres y cuidadores con los niños en los primeros años de vida debería ser "mucho más intensa de cómo lo es en la práctica de nuestros hogares, a través de la alimentación, muestras de afecto y el juego constante”.
Por esa situación, recomendó a los padres que si quieren que sus hijos sean unos genios, bondadosos, cariñosos y sobre todo felices pongan atención a esta primera etapa de vida.
Para la oficial de Desarrollo de la Primera Infancia Unicef, Elizabeth Birhuett, es muy importante atender a los niños en su primera infancia, porque las investigaciones muestran que en esa etapa se sientan las bases del cerebro, salud, capacidad emocional, es una estrategia de romper el círculo de la pobreza y el de la violencia.
Según el subdirector de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, Javier Curcio, la inversión en la primera infancia es un compromiso de los Estados para garantizar el cumplimiento de los derechos, "pero también para contar con mejores recursos humanos para el Estado”.
Aseguró que según un estudio, Argentina, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Honduras y Perú realizan inversiones entre el 1,6 y el 0,5 del PIB de cada país en esta etapa de la niñez.
De acuerdo con Curcio, en Bolivia existe una inversión, pero no se sabe a cuánto asciende. "Hay carencia de información”, resaltó tras destacar que existen algunos municipios que invierten en esta población, como los centros infantiles, el nivel inicial y otros, pero la atención es sectorializada. "Eso debe centralizarse y realizar una iniciativa a nivel nacional para contribuir a fortalecer en las familias las capacidades de crianza con el respaldo del Estado a través de los servicios”. Además, aseguró que hay "inequidades en la atención a esta población” y que en Salud existen muchos datos informativos.
Existen varias normas a favor de esta población, pero no son implementadas, especialmente en "los niños entre los cero y tres años no están atendidos”, dijo el académico argentino.
Habrá una ley específica para atender a la primera infancia
La Red Parlamentaria por la Niñez y la Adolescencia trabajará en una ley específica para atender a la primera infancia de Bolivia, informó el diputado del Movimiento Al Socialismo (MAS) Javier Zabaleta.
El legislador explicó que como Estado se tiene la meta de atender a esta población en salud, educación, lactancia materna y otros hasta 2020. En ese proyecto también se busca " lograr que padres asuman sus responsabilidades como cuidadores primarios y realizando la estimulación temprana”.
Resaltó que pese a las normas que se implementaron, como el Código Niño, Niña Adolescente, la Ley Educativa Avelino Siñani- Elizardo Pérez, y otros, éstos "no son suficientes” para alcanzar algunos objetivos para el desarrollo de niños de cero a cinco años.
Por ello, resaltó que es necesario tener un acuerdo intergubernamental para que tanto los gobiernos nacional, departamental y municipal trabajen en una política específica para atender a esta población.
En ese marco, resaltó que ahora la Red Parlamentaria por la Niñez y Adolescencia impulsará "una ley destinada específicamente para la atención de la primera infancia”.
Aseguró que por ello, el lunes la red parlamentaria se reunió con el Ministerio de Justicia para acordar un proceso de análisis, debate y posterior aprobación de una norma que engloba a la primera infancia.
Zabaleta apuntó que será un trabajo complejo, porque buscarán información con los ministerios de Salud y Educación para saber qué políticas implementan para la atención a esta población.
miércoles, 31 de mayo de 2017
martes, 30 de mayo de 2017
Madres e hijas: ¿amigas o enemigas?
Las peleas entre madre e hija suelen ser habituales sobre todo cuando comienza la adolescencia, pero en algunos casos, esta relación se convierte en un problema mucho más serio y ambas se pasan el día entero discutiendo; la mamá por su parte siente que se está alejando de su hija y ésta, por el contrario, siente que su madre es su enemiga. Esta situación las daña a ambas y por tanto afecta también al resto de la familia. Pero incluso cuando hay una buena conexión, en cierto momento acaban recriminándose mutuamente algunos asuntos.
Entonces ¿por qué esta relación es, a veces, tan complicada? ¿Qué lleva a una madre a discutir día y noche con su hija y viceversa? Para resolver algunas dudas con relación a este tema, M consultó con Daniel MacLean* terapeuta y facilitador en Constelaciones Familiares, que recientemente dio el taller “Sanando la herida materna”, tema que repetirá el 1º de junio en Cochabamba.
1. ¿Por qué algunas mamás e hijas tienen una relación más compleja y difícil que otras?
La pista a que tenemos que seguir es: ¿Qué ves en tu hija? ¿A qué o a quién te recuerda? ¿Qué botones te activa? ¿En qué momento vino? Un ejemplo: la Sra. X, vivió muchas dificultades económicas de niña, su madre la tuvo muy joven y no pudo estudiar, y se lo hizo sentir muchas veces. Ella entonces resentida y dolida con lo que vivió de niña tiene sueños de ser emprendedora y tener plata, lo contrario de su madre, se gradúa con honores, recibe varias ofertas laborales pero, igual que su madre “accidentalmente” se embaraza a los 24. Con esta hija tiene muchos problemas, le remueve su propia historia, dificulta su camino al estrellato. Esta niña, igual que ella misma con su madre, es rebelde, resentida, en fin… Con la segunda hija después de tres años, tiene otra relación, vino en buen momento, en un matrimonio estable. Esta segunda niña le “activa” lo que ella quería ser. La primera, lo que ella quería olvidar y negar.
Estos pueden ser algunos de los motivos que llevan a una relación conflictiva.
2. ¿Cómo y por qué surgen heridas psicológicas entre madre e hija?
Primero que toda madre a su vez es hija. Ella podría venir de una relación también conflictuada y cargada con la propia madre, vivió también frustraciones, quiebres en el amor, la seguridad, y quizá ella misma tuvo que ocupar un lugar de madre para su madre, o fue sutilmente manipulada para ser lo que la mamá no pudo ser. Quizá la hizo sentir culpable de haber venido al mundo, o haber venido en mal momento, de ser vital y movediza, de que se vuelva una competencia por el amor del padre, etc. Esta pregunta siempre implica una mirada a varias generaciones en las que se fueron pasando y repitiendo los patrones negativos de relación, las heridas, los secretos, las frustraciones, los resentimientos.
El dolor, la herida, es parte inevitable de la vida, pero el sufrimiento es una opción. La idea no es evitar la herida, el dolor, el acontecimiento difícil, sino desarrollar la capacidad de sanar, de conversar, de buscar ayuda, de apostar por la vida que realmente deseamos.
3. Pero… ¿Cómo una madre puede evitar pasar estos aspectos negativos o traumas a su hija?
Esta es la pregunta del millón. Demasiada desesperación hay en las madres por tratar de proteger a sus hijos de todo mal, de pasarles cosas, de que se repitan historias. Este nerviosismo, este sutil desespero de que no sufran lo que ellas han vivido, de que no repitan, de que no sean como ellas, de que no esto y no lo otro, al final siempre termina ocasionando no solo que se repita lo temido, sino que sea aún peor. Surge la sobreprotección, la vigilancia, el control.
El primer acto de amor y valentía de una madre es aceptar que los hijos tienen su destino, confiar en que podrán con los desafíos de la vida. Y después ocuparse de ellas mismas, de sanar las propias heridas, recobrar la fuerza, la vitalidad, el amor a la vida. Esto es lo mejor que les pueden pasar a sus hijas.
4. Y hablando de la sobreprotección, la vigilancia y el control ¿Qué daños provoca esto en las hijas?
Las madres que en nombre del amor, de la seguridad, de ser “buena madre” invaden el espacio íntimo de sus hijas, vigilando, controlando sus relaciones, su sexualidad, su alimentación, sus amistades, sus horarios, etc., promueven que las hijas no desarrollen su autonomía, su independencia, su fuerza vital, su capacidad de decisión, de diferenciarse y ser ellas mismas. Estamos hablando de la famosa fusión o simbiosis madre-hija. Las madres vivieron lo mismo con las propias madres. La angustia de separación, la culpa, la fobia a estar solas, son tan intensas que pronto buscan fusionarse con la hija, con la promesa de una nueva vida y todas esas oportunidades que no supieron tomar. En estas relaciones simbióticas la madre trata de vivir y realizarse a través de su hija.
No podría ser más enfático al mencionar que las consecuencias de este enredo son nefastas.
5. Negando el problema
Por lo general es muy difícil que las madres acepten ver su problema. Hay demasiada culpa, demasiada presión social. El pesado y dañino mito de que el amor de la madre es intocable, demasiado sagrado, demasiado puro, demasiado maravilloso. Y cuanto más denso el problema, más difícil que las madres quieran hacer algo al respecto. Las madres de chicas con desórdenes alimenticios o desordenes de personalidad, por ejemplo, casi nunca van a terapia. ¡Es sorprendente!
Justamente necesitan mantener la ilusión de que el problema es de las hijas, esto las refuerza en su rol de sobreprotección, de “misión madre” tienen la excusa para la vigilancia y el control, en resumen, para justificar una relación simbiótica. Si reconocen que ellas son el mayor vector del problema y hacen algo para solucionarlo la simbiosis ya no puede perdurar. Esto desencadena toda esa angustia de separación, culpa, miedo a la soledad. Pero si tienen la ayuda adecuada y sobrepasan esta fase difícil, los dulces frutos de la sanación pronto se hacen sentir y un nuevo mundo se abre. Vale mil veces el esfuerzo.
6. La herencia de los conflictos
“Es como una regla de oro. Todos los temas que no han sido resueltos tienden a repetirse. Los problemas los conflictos, lo no dicho, los secretos, las heridas emocionales que no se quieren ver, sentir, no pueden fluir y desamarrarse por sí solas”, explica.
Y el no querer ver, el rechazo, la negación a lo vivido, el no querer molestarse con recordar o aceptar lo ocurrido es lo que hace que se haga tan pesado y repetitivo. Aquello que niegas se hace más grande y fuerte. Lo que evitas, invitas.
7. Sanar las relaciones
Hemos hablado de cosas duras, y necesarias de ser miradas y platicadas. La intención es justamente abrir el juego para sanar. Y reconocer el problema es el primer y más importante paso.
Contamos hoy en día con todas las herramientas, libros, terapias, grupos de apoyo para empezar el camino de la sanación. En este sentido las Constelaciones Familiares entre otros métodos, son de gran ayuda para trabajar con los patrones repetitivos, para sacar a la luz la trama oculta de las relaciones conflictivas y promover la sanación, la reconciliación con el destino, la vida, con los padres, etc. Este taller “Sanando la herida materna” lo he creado específicamente para abrir un espacio de conversación, de apoyo mutuo para la sanación. Paso a paso tenemos que ir recuperándonos a nosotros mismos. En la medida que lo hagamos, por añadidura, se irá alivianando el bagaje de negatividad que tanto queremos evitar pasar a los hijos. Y les pasaremos más cosas positivas. La experiencia de la maternidad se puede hacer tanto más plena, satisfactoria y constructiva, de una manera real y no de cara al selfie.
8. ¿Consejos? ¿Hay luz al final del túnel?
Hay una enorme y maravillosa luz al final del túnel. Solo que uno tiene que ir hacia ella, no te cae del cielo. Y esto significa hacer un trabajo interno de confrontación con las propias heridas, aspectos negativos e irracionales, con nuestras demandas y caprichos infantiles. Necesitamos para eso un método, una disciplina, una ayuda externa. “Suena a que quiero vender el charque de la terapia pero de verdad estos cambios no ocurren por una decisión de la voluntad consciente, por una resolución de año nuevo. Las relaciones sanas y creativas no son un app que se baja y listo”, concluye MacLean.
Entonces ¿por qué esta relación es, a veces, tan complicada? ¿Qué lleva a una madre a discutir día y noche con su hija y viceversa? Para resolver algunas dudas con relación a este tema, M consultó con Daniel MacLean* terapeuta y facilitador en Constelaciones Familiares, que recientemente dio el taller “Sanando la herida materna”, tema que repetirá el 1º de junio en Cochabamba.
1. ¿Por qué algunas mamás e hijas tienen una relación más compleja y difícil que otras?
La pista a que tenemos que seguir es: ¿Qué ves en tu hija? ¿A qué o a quién te recuerda? ¿Qué botones te activa? ¿En qué momento vino? Un ejemplo: la Sra. X, vivió muchas dificultades económicas de niña, su madre la tuvo muy joven y no pudo estudiar, y se lo hizo sentir muchas veces. Ella entonces resentida y dolida con lo que vivió de niña tiene sueños de ser emprendedora y tener plata, lo contrario de su madre, se gradúa con honores, recibe varias ofertas laborales pero, igual que su madre “accidentalmente” se embaraza a los 24. Con esta hija tiene muchos problemas, le remueve su propia historia, dificulta su camino al estrellato. Esta niña, igual que ella misma con su madre, es rebelde, resentida, en fin… Con la segunda hija después de tres años, tiene otra relación, vino en buen momento, en un matrimonio estable. Esta segunda niña le “activa” lo que ella quería ser. La primera, lo que ella quería olvidar y negar.
Estos pueden ser algunos de los motivos que llevan a una relación conflictiva.
2. ¿Cómo y por qué surgen heridas psicológicas entre madre e hija?
Primero que toda madre a su vez es hija. Ella podría venir de una relación también conflictuada y cargada con la propia madre, vivió también frustraciones, quiebres en el amor, la seguridad, y quizá ella misma tuvo que ocupar un lugar de madre para su madre, o fue sutilmente manipulada para ser lo que la mamá no pudo ser. Quizá la hizo sentir culpable de haber venido al mundo, o haber venido en mal momento, de ser vital y movediza, de que se vuelva una competencia por el amor del padre, etc. Esta pregunta siempre implica una mirada a varias generaciones en las que se fueron pasando y repitiendo los patrones negativos de relación, las heridas, los secretos, las frustraciones, los resentimientos.
El dolor, la herida, es parte inevitable de la vida, pero el sufrimiento es una opción. La idea no es evitar la herida, el dolor, el acontecimiento difícil, sino desarrollar la capacidad de sanar, de conversar, de buscar ayuda, de apostar por la vida que realmente deseamos.
3. Pero… ¿Cómo una madre puede evitar pasar estos aspectos negativos o traumas a su hija?
Esta es la pregunta del millón. Demasiada desesperación hay en las madres por tratar de proteger a sus hijos de todo mal, de pasarles cosas, de que se repitan historias. Este nerviosismo, este sutil desespero de que no sufran lo que ellas han vivido, de que no repitan, de que no sean como ellas, de que no esto y no lo otro, al final siempre termina ocasionando no solo que se repita lo temido, sino que sea aún peor. Surge la sobreprotección, la vigilancia, el control.
El primer acto de amor y valentía de una madre es aceptar que los hijos tienen su destino, confiar en que podrán con los desafíos de la vida. Y después ocuparse de ellas mismas, de sanar las propias heridas, recobrar la fuerza, la vitalidad, el amor a la vida. Esto es lo mejor que les pueden pasar a sus hijas.
4. Y hablando de la sobreprotección, la vigilancia y el control ¿Qué daños provoca esto en las hijas?
Las madres que en nombre del amor, de la seguridad, de ser “buena madre” invaden el espacio íntimo de sus hijas, vigilando, controlando sus relaciones, su sexualidad, su alimentación, sus amistades, sus horarios, etc., promueven que las hijas no desarrollen su autonomía, su independencia, su fuerza vital, su capacidad de decisión, de diferenciarse y ser ellas mismas. Estamos hablando de la famosa fusión o simbiosis madre-hija. Las madres vivieron lo mismo con las propias madres. La angustia de separación, la culpa, la fobia a estar solas, son tan intensas que pronto buscan fusionarse con la hija, con la promesa de una nueva vida y todas esas oportunidades que no supieron tomar. En estas relaciones simbióticas la madre trata de vivir y realizarse a través de su hija.
No podría ser más enfático al mencionar que las consecuencias de este enredo son nefastas.
5. Negando el problema
Por lo general es muy difícil que las madres acepten ver su problema. Hay demasiada culpa, demasiada presión social. El pesado y dañino mito de que el amor de la madre es intocable, demasiado sagrado, demasiado puro, demasiado maravilloso. Y cuanto más denso el problema, más difícil que las madres quieran hacer algo al respecto. Las madres de chicas con desórdenes alimenticios o desordenes de personalidad, por ejemplo, casi nunca van a terapia. ¡Es sorprendente!
Justamente necesitan mantener la ilusión de que el problema es de las hijas, esto las refuerza en su rol de sobreprotección, de “misión madre” tienen la excusa para la vigilancia y el control, en resumen, para justificar una relación simbiótica. Si reconocen que ellas son el mayor vector del problema y hacen algo para solucionarlo la simbiosis ya no puede perdurar. Esto desencadena toda esa angustia de separación, culpa, miedo a la soledad. Pero si tienen la ayuda adecuada y sobrepasan esta fase difícil, los dulces frutos de la sanación pronto se hacen sentir y un nuevo mundo se abre. Vale mil veces el esfuerzo.
6. La herencia de los conflictos
“Es como una regla de oro. Todos los temas que no han sido resueltos tienden a repetirse. Los problemas los conflictos, lo no dicho, los secretos, las heridas emocionales que no se quieren ver, sentir, no pueden fluir y desamarrarse por sí solas”, explica.
Y el no querer ver, el rechazo, la negación a lo vivido, el no querer molestarse con recordar o aceptar lo ocurrido es lo que hace que se haga tan pesado y repetitivo. Aquello que niegas se hace más grande y fuerte. Lo que evitas, invitas.
7. Sanar las relaciones
Hemos hablado de cosas duras, y necesarias de ser miradas y platicadas. La intención es justamente abrir el juego para sanar. Y reconocer el problema es el primer y más importante paso.
Contamos hoy en día con todas las herramientas, libros, terapias, grupos de apoyo para empezar el camino de la sanación. En este sentido las Constelaciones Familiares entre otros métodos, son de gran ayuda para trabajar con los patrones repetitivos, para sacar a la luz la trama oculta de las relaciones conflictivas y promover la sanación, la reconciliación con el destino, la vida, con los padres, etc. Este taller “Sanando la herida materna” lo he creado específicamente para abrir un espacio de conversación, de apoyo mutuo para la sanación. Paso a paso tenemos que ir recuperándonos a nosotros mismos. En la medida que lo hagamos, por añadidura, se irá alivianando el bagaje de negatividad que tanto queremos evitar pasar a los hijos. Y les pasaremos más cosas positivas. La experiencia de la maternidad se puede hacer tanto más plena, satisfactoria y constructiva, de una manera real y no de cara al selfie.
8. ¿Consejos? ¿Hay luz al final del túnel?
Hay una enorme y maravillosa luz al final del túnel. Solo que uno tiene que ir hacia ella, no te cae del cielo. Y esto significa hacer un trabajo interno de confrontación con las propias heridas, aspectos negativos e irracionales, con nuestras demandas y caprichos infantiles. Necesitamos para eso un método, una disciplina, una ayuda externa. “Suena a que quiero vender el charque de la terapia pero de verdad estos cambios no ocurren por una decisión de la voluntad consciente, por una resolución de año nuevo. Las relaciones sanas y creativas no son un app que se baja y listo”, concluye MacLean.
Mamás de corazón
La opción de adoptar es sin duda una de las acciones más nobles del ser humano. Otorgar la oportunidad a un niño de gozar del amor incondicional de una madre, aunque ésta no le dio la vida, es un verdadero acto de grandeza. Sin embargo, es también un acto que a cambio da muchas recompensas y alegrías. Es un acto de reciprocidad y de amor mutuo, que nace de la voluntad de una mujer de elegir cuidar y dar amor a un niño que, por distintas circunstancias, no fue criado por su madre biológica.
M quiere hacer un homenaje a esas mujeres, a través de estas madres de corazón, que hoy comparten sus historias con nosotras.
Los nombres de algunos de los testimonios que vienen a continuación se mantienen en reserva por un tema de protección a sus pequeños.
Verónica Vargas
“Dios nos juntó, yo siempre les digo: ´son mi regalito de Dios”
Verónica fue Guía Scout desde pequeña y entre las diferentes actividades que hacía, estaba también la de compartir y jugar con niños del Hogar Salomón Klein.
“Ahí descubrí que habían niños que crecían sin familia y eso me dejó una huella muy profunda que la descubrí años después, cuando Dios me presentó a mis hijas”, cuenta Verónica, que ha adoptado a dos niñas.
“Las niñas y niños que están en los hogares se te apegan buscando cariño, pero al mismo tiempo sienten desconfianza de que te vayas y los dejes. Yo sentí algo muy profundo que me hizo tomar una decisión que cambiaría mi vida para siempre y es el ser mamá, hacer familia con unas pequeñas a las que conocería no desde el vientre ni en su nacimiento, pero que sí son parte de mi vida y yo soy parte de las de ellas desde antes de nacer. Dios nos juntó, yo siempre les digo: ´son mi regalito de Dios´”, cuenta.
En cuanto al proceso, Verónica se informó con una amiga-prima, muy querida, Paula, que le dijo que debía buscar a una abogada para iniciar el “trámite de adopción”, porque las personas que adoptan no van al control prenatal sino al control psicosocial, médico, entrevista con equipos multidisciplinarios, juezas, etc….Me canso de solo acordarme. Pero si es por velar, por el bien superior de los niños, así debe ser”, dice.
Para ella, ver a sus hijas fue mágico, solo quieres abrazarlas y no soltarlas.
“La pena es que son visitas con tiempo limitado, así que es una mezcla de sentimientos: amor, alegría y de repente una se tiene que ir y surgen sentimientos de impotencia por no poder llevarlas con uno y saber que nuevamente dormirán es sus cunas, sin que nadie las cuide con el cariño y atención que necesitan, o les cambie el pañal o les de su mamadera cuando ellas pidan. Así crecen los niños en los hogares, relata, para añadir que es lamentable e irreparable el daño que se les hace a los niños institucionalizados.
“Lo peor es que la autoridades, desde el Alcalde y el Prefecto, no conocen esta realidad, porque me imagino que si la conocieran, tendrían equipos multidisciplinarios con ítem fijo, para encargarse solo de los hogares, niños en condiciones de adoptabilidad y la preparación de Familias Adoptivas”, dice.
Mi primer trámite duró un año y ocho meses y el segundo, tres años y eso que los hice cuando las cosas estaban más organizadas.
Hay una Ley, el código Niña Niño y Adolescente, en el que están los procedimientos para definir la condición legal de los niños, para adopción y otras cosas más. El problema es que no se cumplen los plazos para cada trámite y éste se va alargando y, repito, los niños siguen creciendo sin familia.
Hay mucho cambio de personal en la Defensoría de la NA y el SEDEGES y eso no permite dar continuidad a los procesos. Se capacita al personal y al poco tiempo ya no trabajan.
Verónica forma parte del grupo de Familias Adoptivas y dice que si algo podría pedir a las autoridades, sería que pongan personas con ítem en los equipos interdisciplinarios, así el personal estaría capacitado y comprometido con su trabajo.
Con relación a la adopción, Verónica piensa que la sociedad actual está más abierta, un pasito cada vez.
“En mi familia y en mi grupo de amigos es algo natural, no hay diferencias”, dice.
La adopción, para ella, al igual que todo en la vida, es una decisión y un reto que vale la pena.
LO DIJO:
“La adopción es una forma de construir familia. Mucha gente todavía no la entiende y te observa, cuchichea y te trata de sacar información para comprobar su sospecha, cuando no hay nada que ocultar. Hay muchos mitos en torno a la adopción y a los hijos adoptados. El amor por un hijo es infinito, imagínate si encima tú vas a buscarlo”
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Ana María Covarrubias T.
Hernán Andia
Ana María Covarrubias T.
“La decisión más sabia y hermosa”
Ana María tiene tres hijos biológicos. Cuando enviudó el año 2007 atravesó por momentos muy difíciles.
“Mi marido acababa de fallecer y mi nieta que iba al hospital a hacer voluntariado me convenció para que vaya con ella. No sabía que esa misma tarde conocería al amor de mi vida. Entramos al hospital y vi al pequeño de unos cuantos centímetros con tan solo tres meses y con sueros en su cabecita. Ni bien lo vi, sabía que era mío y de nadie más”, cuenta.
Él (Fernando) estaba internado en el hospital Germán Urquidi, en la camilla 32. Ahí, Ana María encontró al pequeño que conquistó su corazón, así que comenzó a ir todos los días a darle de comer, cambiarle el pañal y hacerlo jugar hasta que se recupere. Fernando tuvo que someterse a varias cirugías ya que tenía distintos problemas”.
Luego de un tiempo, Ana María llevó a Fernando a su casa para que se recupere.
“Cada día era algo con su sonrisa, su hermosa carita y sus lágrimas silenciosas cuando quería algo. Nos conquistó a todos y no pudimos dejarlo ir”, cuenta.
Sin embargo, el proceso de adopción no fue fácil debido a los tantos trámites, papeleos y las trabas que existen, pero fue “la decisión más sabia y hermosa. Es sentir crecer en el corazón el amor de una mamá en vez de en el vientre”.
En cuanto al proceso de adopción, Ana María piensa que debería facilitarse, aunque está consciente de que algunos requisitos a la hora de adoptar se deben tomar en cuenta para proteger a los menores.
LO DIJO:
“… es sentir crecer en el corazón el amor de una mamá en vez de en el vientre”
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“Todo aquello que había pensado una y otra vez ya no era un sueño, todo se había convertido en una hermosa realidad…Ahí estaba mi hijita para ayudarme a caminar por la vida. Era verla nacer físicamente, porque en mi corazón ella había nacido años atrás” Wenddy Paco.
Hernán Andia
Wenddy Paco
“Juntas en el camino de la vida”
“Para mí la adopción no fue considerada una opción, aun sabiendo que por problemas de salud no podría embarazarme, no consideré esta posibilidad. Gracias a una persona muy importante en mi vida, esta opción se abrió en mi corazón y es así que, sin siquiera pensarlo ni imaginar todo lo que implicaba la adopción, el domingo 28 de julio de 2014, me dijo vas a ser mamá”, cuenta Wenddy Paco.
En julio de 2014 inició los trámites legales. Posteriormente y luego de cumplir todos los requisitos, presentó la demanda al Juzgado solicitando la adopción de una niña que comprenda la edad de 0 a 2 años. A un mes de presentada la demanda, la juez asignada a su caso respondió indicando que no había niñas para ser adoptadas. Entonces solicitó una explicación a detalle del por qué la respuesta negativa si en Cochabamba existen diferentes hogares de acogida que están llenos de niños y niñas. Efectivamente, luego de buscar a diferentes autoridades le explicaron que sí había niños y niñas pero que los mismos no podían ser adoptados porque no tenían definida su situación legal, en términos que utilizan; no tenían definida su inexistencia familiar, que no había mucho que hacer y que debía esperar unos meses.
“Es así que tomo ese tiempo como una preparación, como estar embarazada y esperar la llegada de mi bebé. De igual manera, en casa vamos preparando todo para su llegada, elegimos el nombre, decoramos su habitación, compramos su ropita, hablamos sobre cómo sería su vida con la familia, a qué colegio iría…toda una ilusión”, dice. Pero esta espera, que debió ser solo de unos meses, se convirtió en una espera de dos años y medio, durante los cuales no hubo respuesta del juzgado y en los que Wenddy tampoco realizó gestiones sobre su demanda.
“Me desilusioné tanto que decidí guardar todo lo que había preparado para mi hijita y también acallar mi corazón guardando ese sentimiento, pensando: Dios sabe lo que hace y debo aceptar lo que El tenga dispuesto para mí”, confiesa.
En noviembre de 2016 recibió una llamada telefónica en la que le informaron que había una niña lista para ser adoptada.
“Con el corazón en la boca, dudando que esto pueda ser verdad, me apersoné a revisar los documentos. Era una bebé de ocho meses y pese a la presión, tuve que decidir en el momento si la aceptaba o no. Aún asustada y sin todavía creer lo que estaba sucediendo, dije que sí aceptaba, es mi hijita”, relata.
“Al verla, la sentí mi hijita porque todo aquello que había pensado una y otra vez ya no era un sueño, todo se había convertido en una hermosa realidad…Ahí estaba mi hijita para ayudarme a caminar por la vida. Era verla nacer físicamente, porque años atrás ella había nacido en mi corazón”, manifiesta Wenddy.
Antes de poder llevarse a la niña a su hogar, tuvo que cumplir con otros trámites, como visitar el hogar donde estaba y programar las visitas de acercamiento supervisadas por una psicóloga y una trabajadora social (dependientes del Sedeges), que se extendieron más de lo debido.
“Retornaba a casa por las noches con el corazón en la mano porque ya no quería dejarla…ya no éramos dos extrañas, nos convertimos en madre e hija”, asegura.
Para Wenddy, uno de los días más felices de su vida fue cuando la juez autorizó que podía llevarse a su niña a casa.
“Creo que nuestra sociedad no está preparada aún para la adopción, como lo están en otros países. Aquí todavía pensamos que adoptar no es bueno porque al no saber la procedencia de los niños o niñas, se piensa que son niños con problemas no solo de salud sino que pueden tener ciertos trastornos o pensar que muchas cosas se heredan genéticamente y que, a lo largo del tiempo, son niños que solo traerán problemas y sufrimiento a sus padres adoptivos, como si esta no fuera una probabilidad también con los hijos biológicos”, asegura.
Paco aprovecha este espacio para decir a las mujeres que quieren adoptar que no lo piensen más, porque hay un niño o niña que está esperando ser amado, cuidado y protegido, que sin duda alguna también la amará de forma incondicional.
También señala la importancia del rol de las autoridades para agilizar este proceso. Sin embargo, después de empaparse sobre el tema, pudo observar que la demora no está en la realización de los trámites, se debe a que los niños a ser adoptados no cuentan con la documentación de inexistencia familiar que permite que puedan ser adoptados. Hasta que se den estos trámites pueden pasar años. Los niños son los más afectados porque muy pocas personas quieren adoptar niños mayores de dos años.
“Hagamos algo para que los niños que son abandonados tan pequeñitos no pasen años en los hogares sino que puedan asignarles un hogar lo antes posible; mientras más temprano pertenezcan a un hogar, estarán mejor”, finaliza.
LO DIJO:
“Todo aquello que había pensado una y otra vez ya no era un sueño, todo se había convertido en una hermosa realidad…Ahí estaba mi hijita para ayudarme a caminar por la vida. Era verla nacer físicamente, porque en mi corazón ella había nacido años atrás”
Celia Jordán
De la experiencia surgen propuestas
Celia Jordán de Green cuenta que desde que era pequeña le gustaban los niños. Cuando se casó, decidieron tener hijos con su esposo y así lo hicieron. El primero se llama Samuel (22), luego adoptaron a Andrés (19) y finalmente, a Yara (16).
“Amamos a nuestros tres hijos”, dice.
Explica que sus tres hijos se quieren mucho, como todo grupo de hermanos, y que también se pelean pero nunca acerca de la adopción.
“Los hemos criado con valores como el respeto, la comprensión, la tolerancia y hemos ido trabajando estos valores durante toda su crianza”, añade.
Pensando en la honestidad y la verdad, y sobre todo respetando la identidad de sus hijos, hicieron conocer a Andrés y a Yara que eran sus hijos adoptivos.
“Cada vez y según la edad, iban comprendiendo más que son parte de una familia adoptiva que los quiere mucho y que los apoyará cuando quieran conocer a su familia biológica”, dice Celia, quien es fundadora y ha sido por muchos años presidente del grupo de Familias Adoptivas de Cochabamba; ahora radican en Estados Unidos.
“Muchos sentimientos llegan a nosotros la primera vez que nos encontramos con nuestros hijos adoptivos y depende también de cada niño y de la edad que tengan. En nuestro caso, fueron momentos muy emocionantes, llenos de felicidad, miedo, alegría, lágrimas, sorpresa, felicidad y nervios”, confiesa.
Celia asegura que ve a nuestra sociedad con esperanza de querer ser familia adoptiva, pero cree que hay mucho trabajo que hacer.
“Todos debemos realizar acciones conjuntas para informar, sensibilizar y capacitar a personas que quieran tener familia por la vía de la adopción. Por ejemplo, los medios de comunicación pueden ser nuestros aliados informando, dando a conocer requisitos y haciéndose cargos de la publicación gratuita de los edictos, que es un requisito para que un niño inicie su procero de su definición legal”, dice. Por otra parte, señala que las autoridades municipales, departamentales y nacionales deben poner toda su voluntad, todas las acciones y mucho presupuesto para trabajar en la prevención del abandono, en la reintegración familiar y en la adopción.
Celia aprovecha este espacio para mencionar un estudio de Amici dei Bambini que se realizó en Bolivia, del 2013 al 2014. Este reveló que existen 8,369 niños, niñas y adolescentes que residen en centros de acogida sin el derecho de gozar del cariño y cuidado de una familia.
Un aspecto positivo que recalca desde su experiencia es que cada vez las personas se enteran más sobre la adopción por medio de sus encuentros anuales que como Asociación Boliviana de Familias Adoptivas organizan. Este 2017, invita al “8vo Encuentro Nacional de Familias Adoptivas”, que se llevará a cabo el 1 y 2 de julio en la ciudad de Oruro.
Jordán subraya que, si tanto a una persona soltera o una pareja quiere adoptar, primero tiene que amar a los niños.
“Deben saber que criar a un niño es una gran responsabilidad y compromiso. También deben aprender mucho de la crianza adoptiva de niños, tienen que decirle la verdad y deberán haber trabajado sus duelos personales como la infertilidad y otros antes de adoptar. La persona o pareja que quiere adoptar debe estar preparada para muchos retos y tiene que tener mucho amor y paciencia”, resalta.
Acerca del proceso (trámites) de adopción en Bolivia, Celia explica que con el nuevo código se ha aumentado el periodo de acercamiento entre la familia y los niños a ser adoptados, entre otros aspectos.
“Eso crea más agonía tanto a niños como padres y a los amiguitos de los niños que se irán en adopción, quienes se quedan tristes porque siguen esperando una familia. Lo que pediría a las autoridades nacionales es que de una vez prioricen la definición legal de niños, niñas y adolescentes que viven encerrados en los centros de acogida esperando tener una familia, eso les permitiría ser reintegrados a su familia de origen o adoptados”, concluye.
Facebook: Asociación Boliviana de Familias Adoptivas
LO DIJO:
“La persona o pareja que quiere adoptar debe estar preparada para muchos retos y tiene que tener mucho amor y mucha paciencia”.
María (anónimo)
Un verdadero privilegio
María (anónimo) adoptó dos hijos, una mujer y un varón. Actualmente sus hijos ya están en la universidad. Ella accedió a compartir con M su historia como mamá de corazón.
“Creo que supe que quería adoptar desde que tuve conciencia del mundo que nos tocó vivir. Traer al mundo un niño era una gran irresponsabilidad y pensé que ya existían muchos niños que estaban entre nosotros, algunos no deseados, otros que por diversas circunstancias que no me atrevo a juzgar, estaban ya en el mundo sin recibir amor y esperando llegar a algún hogar. Mi historia tiene que ver con Jehová, él puso en mi vida a dos ángeles para que yo y mi compañero ejerzamos como padres y formemos una familia”, dice María.
Cada uno de sus hijos llegó de diferente manera y en tiempos diferentes.
“Cada uno llegó también para enseñarnos algo, pero sobre todo para que aprendamos a amar y no cambiaría por nada este privilegio”, asegura.
Cuando su primera hija llegó, María cuenta que lloró por casi un mes y no podía dormir de la emoción que sentía, pero también estaba abrumada.
“No tuve los meses de preparación que toda madre tiene, porque llegó sin previo aviso, pero igualmente fue hermoso. Para la llegada de nuestro segundo hijo, nos preparamos, fue distinto”, cuenta.
María dice que con el tema de la adopción, las mujeres que quieren hacerlo y no solo para ellas sino para la pareja, deben confiar en que el amor lo puede casi todo, más aun con Jehová a lado.
“Nada es fácil ni siquiera con los propios hijos, pero vale la pena porque completa la razón de la existencia. Lamentablemente en la sociedad en general es poca la gente que acepta o que entiende la adopción, pues puede conllevar ciertos riesgos, a veces muy grandes, y no todos están preparados para asumir lo que pueda venir, pero si están conscientes de ello, definitivamente es un privilegio”, dice María.
En cuanto al proceso de adopción, si bien entiende desde el punto de vista de la institucionalidad que deben estar seguros a qué familia irán los pequeños, también las parejas que van a adoptar pasan por penurias cuando en realidad lo único que quieren es tener cuanto antes a ese hijo en sus vidas.
Sara (anónimo)
Una apertura al amor
Cuando Sara (nombre anónimo) cumplió 43 años se dio cuenta que era hora de realizar su sueño, tener una bebé mujer, porque ya tenía tres hijos varones.
“Soy muy católica entonces no hablé con nadie, ni mi marido. Entraba a mi cuarto, cerraba la puerta y de rodillas dobladas, hablaba con Dios que quería una hijita…y nunca dejaba de agradecer por mis hijos que siempre fueron excelentes chicos”, comenta Sara.
Después de un mes, su vida cambió cuando llegó a ella una bebé con diez días de nacida. Sara recuerda con amor todos los detalles de su primer encuentro.
“Estaba dormidita, bañada con un pijamita floreado color naranja. Me la dieron en mis brazos. Pude sentir la emoción del primero momento en que miras a tu hijo y lo agarras en tus brazos”, resalta.
“El amor no nace de la barriga, nace del corazón. El embarazo es un detalle que, con el tiempo te olvidas, pero mirar a tu hijo por primera vez y poder tenerlo en tus brazos queda para siempre”, confiesa la feliz mamá.
Sara siente que hay un preconcepto en la sociedad respecto de la adopción.
“Me di cuenta que la gente no sabe lo que es el amor realmente verdadero. El amor no tiene color, no tiene raza, no tiene miedo, no tiene mentiras. El amor es amar... amar...amar”, enfatiza.
Persiste en explicar que no hay diferencia entre un hijo biológico y un hijo del corazón. “No me gusta el término hijo adoptado porque la adopción es un proceso de papeles, arreglado…es tu hijo del corazón”, recalca para añadir que es importante no tener miedo y tener fe en Dios y que las personas se abran al amor.
El mensaje que comparte Sara con las mujeres que atravesarán por ello es que busquen personas que pasaron por este proceso, que pregunten, pidan consejos y escuchen las historias.
LO DIJO:
“El amor no nace de la barriga, nace del corazón”
La rebeldía de los dos años
Entre los dos y tres años los niños entran en una etapa de negativismo, de verse competentes y autónomos, capaces de enfrentarse por sí solos a las situaciones. Berrean y protestan más, no hacen caso de lo que decimos con lo cual los padres nos estresamos y nos preguntamos: "¿qué le estará pasando? si era un querubín". No debemos preocuparnos de más, es la rebeldía de los dos años, una conducta normal de afirmación del yo.
Ante estas situaciones procura ser flexible con ellos, entiende las características de esta etapa del desarrollo, pero no por eso debemos dejarlos hacer lo que quieren. Los padres ponemos las pautas educativas.
Ayúdale a cumplir lo que deben hacer, explicándoles porque han de llevarlo a cabo, elogiándoles cuando realizan las acciones encargadas. Procura no interrumpir sus actividades que es cuando más aparecen estos episodios de rebeldía, por ejemplo: si está en la bañera felizmente jugando, en vez de sacarlo, dile: "se está acabando la hora del baño" "¿quieres un ratito más?", seguramente estará de acuerdo con quedarse un rato más. Pasado unos minutos saldrá sintiendo que él ha decidido la hora de salir.
Las rabietas a veces se vuelven angustiosas para el niño. No debes castigarlo ni decirles frases como "eres malo", "si te pones así ya no te quiero", "eres tonto". Hacia los dos años los niños son capaces de pensar y recordar mejor, relacionan mejor lo que hacen con lo que se les dijo que hicieran. Y aunque los padres regulan su conducta, se puede también a ayudarlos a que ellos mismos se regulen.
Estas son algunas de las pautas que les ayudan a superar la etapa de las rabietas:
-Evita el castigo.- Repítele lo que esperas que haga.
-Plantéale distintas posibilidades de acción: "¿quieres plátano o manzana?". -Cuando le mandes a hacer a algo sugiere otra actividad de agrado para el niño (por ejemplo: vamos a recoger los juguetes que después vamos a dar un paseo). -Refuerza siempre las conductas positivas (verbalmente, con un beso, una caricia).
Y lo más importante; debes tener paciencia cuando haga una rabieta no respondas con otra, demuéstrale control y calma
jueves, 25 de mayo de 2017
Mamá, pilar fundamental en la familia
La madre es el pilar esencial en la estructura familiar, porque cumple un rol determinante en el crecimiento evolutivo de las personas que conforman un hogar. Lo que no quiere decir que los padres no son una parte importante en la participación familiar también cumplen un rol esencial, pero en otro campo.
La mujer ha desarrollado ciertas representaciones del mundo diferente a las que tiene el hombre, el cerebro de ella ha desarrollado la inteligencia intuitiva generada por la capacidad que tiene de poder determinar, a través de su sistema de representación visual, el lenguaje corporal y determinar qué es lo que ocurre con las personas.
La maternidad hoy en día ha tenido que adaptarse a ciertos cambios, su rol hasta ahora sigue siendo fundamental porque implica la participación, no sólo en casa, sino en el entorno laboral. Ser madre es un trabajo donde se realizan diferentes multitareas estando de guardia los 365 días del año.
No hay ninguna función en la vida más esencial ni más eterna que la maternidad, aun cuando las mujeres viven en circunstancias diferentes en su hogar (casadas, solteras, viudas o divorciadas). No existe una sola manera perfecta de ser una buena madre, cada situación es única; cada madre tiene desafíos distintos, capacidades y habilidades diversas así mismo hijos diferentes.
Algunas mujeres “pueden ser madres de tiempo completo, otras dividen su vida en períodos para el hogar, la familia y el trabajo”; pero “lo realmente importante es que la madre ame profundamente a sus hijos y a su familia.
Ser madre se aprende día a día y es un aprendizaje maravilloso, una experiencia rica en sentimientos, pero a la vez llena de conflictos y lo real es que no hay manera de ser perfecta, pero sí hay un millón de maneras de ser una buena mamá. Vive los logros de sus hijos y sus fracasos, los siente como propios y es que entre madre e hijo existe una comunicación única.
En el desarrollo psicológico del niño, la madre no sólo es una presencia, es una imagen, una referencia, un modelo, un estímulo para incentivar su interés en diversas áreas de la vida. Los hijos aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice, con lo cual es trascendental que vean coherencia e integridad en la conducta general.
Desde los 7 años de vida de un ser humano se forjan los rasgos más básicos y fundamentales el carácter y la personalidad del individuo. Por lo tanto la manera en que una madre se relaciona con sus hijos determina la conducta de estos, ya que la madre influencia a sus hijos en lo emocional, es la primera persona con la que estamos en contacto en este mundo y la primera a la que amamos.
Las madres juegan un rol importante en la manera cómo se establecen las relaciones: en la elección de la pareja, en la manera en que serán padres, en lo emocional y en los logros en la vida. “Nuestras madres pueden ser nuestra primera experiencia de amor, pero dependiendo de su conducta, puede hacernos más necesitados, ansiosos, irascibles o depresivos, cualidades que impactan en el éxito laboral y en las relaciones sociales”.
Ningún niño debería crecer sin sentir el cariño de su familia en especial de la madre, pero muchas veces su amor sobrepasa ese cariño excesivo que es el de “mimar” o darles todo lo que quieran eso es incorrecto. Demostrar cariño es básico en el rol de madre, pero también el fijar límites, el amor de madre es el combustible que le permite a un ser humano hacer lo imposible.
Se debe estimular a los hijos para que sean independientes, trasmitirles amor, respeto, no depender de nadie. “Una madre no es una persona en la que pueda apoyarse, sino una persona que hace que no necesite apoyarse en nadie”.
Para que una familia sea feliz es ideal que estén madre y padre, porque constituyen un equipo con igualdad de derechos y responsabilidades en relación con la funcionalidad y operatividad del hogar.
No olviden trabajar juntos, incorporarse en las diferentes actividades de las casa, dejar que la madre tenga su propio tiempo y demostrar afecto cada día a cada miembro de su familia, como parejas dar mayor valor a lo que la esposa hace, dedicar tiempo con integridad, siempre ver las diferentes herramientas de comunicación.
En este y todos los meses madres valórense y gratifíquense, amándose como son, alegrándose por todo lo que pudieron aprender del rol hasta el momento (con sus aciertos y errores); porque de eso se trata: de amar el aprendizaje permanente que implica educar a los hijos, aceptando el proceso con responsabilidad y amor, por sobre todas las cosas.
Ser madre y padre a la vez:
√ La maternidad sin el padre es una tarea compleja para la progenitora e implica una carencia significativa en el desarrollo psicológico del hijo.
√ A pesar de que muchas mujeres cumplen está misión la figura paterna es irremplazable.
√ Se puede ser papá y mamá a la vez, pero no se pueden reemplazar los roles.
√ Integrar lo femenino y lo masculino dentro de sí misma será la manera como ejecuta ambos roles, pero no se reemplaza a la persona ausente.
√ Se recomienda decir siempre la verdad y evitar dar una visión negativa del padre ausente y no transmitir al hijo las frustraciones ni el rencor.
√ El niño a lo largo de su vida irá asimilando la imagen real de su padre.
Madre feliz, niño feliz:
√ Los daños que el niño pueda sufrir ante esta realidad depende de cómo haya vivido la madre la resolución de su propio conflicto.
√ La madre que dio vuelta la página y sanó sus propias heridas sin transmitir rencores a su hijo permitirá un desarrollo más positivo.
√ Por el contrario si la madre no ha perdona a esa parte de la historia será una influencia negativamente en su hijo, siendo difícil ejercer este rol.
√ Las mujeres que viven la maternidad sin el padre son clave en el desarrollo psicológico de su hijo.
√ La felicidad de las madres será la dicha de sus hijos así que se debe trabajar para conseguirlos.
La mujer ha desarrollado ciertas representaciones del mundo diferente a las que tiene el hombre, el cerebro de ella ha desarrollado la inteligencia intuitiva generada por la capacidad que tiene de poder determinar, a través de su sistema de representación visual, el lenguaje corporal y determinar qué es lo que ocurre con las personas.
La maternidad hoy en día ha tenido que adaptarse a ciertos cambios, su rol hasta ahora sigue siendo fundamental porque implica la participación, no sólo en casa, sino en el entorno laboral. Ser madre es un trabajo donde se realizan diferentes multitareas estando de guardia los 365 días del año.
No hay ninguna función en la vida más esencial ni más eterna que la maternidad, aun cuando las mujeres viven en circunstancias diferentes en su hogar (casadas, solteras, viudas o divorciadas). No existe una sola manera perfecta de ser una buena madre, cada situación es única; cada madre tiene desafíos distintos, capacidades y habilidades diversas así mismo hijos diferentes.
Algunas mujeres “pueden ser madres de tiempo completo, otras dividen su vida en períodos para el hogar, la familia y el trabajo”; pero “lo realmente importante es que la madre ame profundamente a sus hijos y a su familia.
Ser madre se aprende día a día y es un aprendizaje maravilloso, una experiencia rica en sentimientos, pero a la vez llena de conflictos y lo real es que no hay manera de ser perfecta, pero sí hay un millón de maneras de ser una buena mamá. Vive los logros de sus hijos y sus fracasos, los siente como propios y es que entre madre e hijo existe una comunicación única.
En el desarrollo psicológico del niño, la madre no sólo es una presencia, es una imagen, una referencia, un modelo, un estímulo para incentivar su interés en diversas áreas de la vida. Los hijos aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice, con lo cual es trascendental que vean coherencia e integridad en la conducta general.
Desde los 7 años de vida de un ser humano se forjan los rasgos más básicos y fundamentales el carácter y la personalidad del individuo. Por lo tanto la manera en que una madre se relaciona con sus hijos determina la conducta de estos, ya que la madre influencia a sus hijos en lo emocional, es la primera persona con la que estamos en contacto en este mundo y la primera a la que amamos.
Las madres juegan un rol importante en la manera cómo se establecen las relaciones: en la elección de la pareja, en la manera en que serán padres, en lo emocional y en los logros en la vida. “Nuestras madres pueden ser nuestra primera experiencia de amor, pero dependiendo de su conducta, puede hacernos más necesitados, ansiosos, irascibles o depresivos, cualidades que impactan en el éxito laboral y en las relaciones sociales”.
Ningún niño debería crecer sin sentir el cariño de su familia en especial de la madre, pero muchas veces su amor sobrepasa ese cariño excesivo que es el de “mimar” o darles todo lo que quieran eso es incorrecto. Demostrar cariño es básico en el rol de madre, pero también el fijar límites, el amor de madre es el combustible que le permite a un ser humano hacer lo imposible.
Se debe estimular a los hijos para que sean independientes, trasmitirles amor, respeto, no depender de nadie. “Una madre no es una persona en la que pueda apoyarse, sino una persona que hace que no necesite apoyarse en nadie”.
Para que una familia sea feliz es ideal que estén madre y padre, porque constituyen un equipo con igualdad de derechos y responsabilidades en relación con la funcionalidad y operatividad del hogar.
No olviden trabajar juntos, incorporarse en las diferentes actividades de las casa, dejar que la madre tenga su propio tiempo y demostrar afecto cada día a cada miembro de su familia, como parejas dar mayor valor a lo que la esposa hace, dedicar tiempo con integridad, siempre ver las diferentes herramientas de comunicación.
En este y todos los meses madres valórense y gratifíquense, amándose como son, alegrándose por todo lo que pudieron aprender del rol hasta el momento (con sus aciertos y errores); porque de eso se trata: de amar el aprendizaje permanente que implica educar a los hijos, aceptando el proceso con responsabilidad y amor, por sobre todas las cosas.
Ser madre y padre a la vez:
√ La maternidad sin el padre es una tarea compleja para la progenitora e implica una carencia significativa en el desarrollo psicológico del hijo.
√ A pesar de que muchas mujeres cumplen está misión la figura paterna es irremplazable.
√ Se puede ser papá y mamá a la vez, pero no se pueden reemplazar los roles.
√ Integrar lo femenino y lo masculino dentro de sí misma será la manera como ejecuta ambos roles, pero no se reemplaza a la persona ausente.
√ Se recomienda decir siempre la verdad y evitar dar una visión negativa del padre ausente y no transmitir al hijo las frustraciones ni el rencor.
√ El niño a lo largo de su vida irá asimilando la imagen real de su padre.
Madre feliz, niño feliz:
√ Los daños que el niño pueda sufrir ante esta realidad depende de cómo haya vivido la madre la resolución de su propio conflicto.
√ La madre que dio vuelta la página y sanó sus propias heridas sin transmitir rencores a su hijo permitirá un desarrollo más positivo.
√ Por el contrario si la madre no ha perdona a esa parte de la historia será una influencia negativamente en su hijo, siendo difícil ejercer este rol.
√ Las mujeres que viven la maternidad sin el padre son clave en el desarrollo psicológico de su hijo.
√ La felicidad de las madres será la dicha de sus hijos así que se debe trabajar para conseguirlos.
Madre soltera, pero no sola
Ya pasaron ocho meses desde que, con una mezcla de miedo y nervios, le dije a mi mamá “Lo voy a tener”. Me abrazó, se puso más nerviosa que yo, se largó a llorar, fuimos al encuentro de mi papa, “Lo va a tener”, le dijo. Se emocionaron. Me abrazaron. Y así comenzó mi embarazo.
¿El papá del bebé? Seis años “juntos”. Cuatro de novia (incluyendo dos de convivencia) y los últimos dos años yendo y viniendo. Escapada romántica veraniega que terminó en embarazo. Desconcierto. Dudas. Miedos. Peleas.
Vivir un embarazo soltera es difícil. No hay muchos grupos de apoyo (o yo no los encontré), por lo que me refugié en cuanto curso pude para conectar con mi cuerpo y con el bebé de la mejor forma posible (yoga y natación para embarazadas, escritura, meditación, alfarería.).
A los muchos cambios físicos y emocionales que conlleva un embarazo, en mi caso se sumó un regreso al país después de 6 años de vivir en el exterior, con todo lo que eso implica a nivel social y económico. Volver a “hacerme amiga de mis amigas”, a compartir espacios cotidianos con la familia, cambiar de trabajo. Por suerte tuve un entorno incondicional (familia, amigas y conocidos) que hicieron hasta lo imposible por ayudarme a levantarme y a atravesar los nueve meses lo más entera posible (y a disfrutar, ¿por qué no?).
No voy a mentir. Repito: fue difícil. Tuve semanas en las que hasta levantarme de la cama cada día me costaba un mundo. Momentos en los cuales el llanto y la angustia me invadían por completo. Desconsoladamente. Me acuerdo que un día mi mamá me dijo “te veo con los ojos tristes”. Y por supuesto los iba a tener tristes. No lograba entender lo que había pasado, cómo mi vida había cambiado tan rápido, de una forma maravillosa, pero a la vez dolorosa.
Como imagino le pasa a toda mujer, el embarazo me atravesó por completo, física y mentalmente. Pronto me di cuenta de que “no sabía nada”: ¿cuáles son los cuidados que una tiene que tener durante el embarazo? ¿cómo se puede hacer para ayudar al bebé a crecer lo más sano posible? ¿cuáles son los cambios que experimenta el cuerpo durante esos nueve meses? ¿qué tipo de parto quiero? Y así muchas preguntas más.
Encontré en el embarazo la necesidad y la excusa para explorar un mundo fascinante. Empecé a leer los típicos libros de maternidad, algunos más alternativos e incluso otros que abordaban el tema de manera antropológica. Creo que al vivir un embarazo soltera, la necesidad de buscar espacios de encuentro con otras embarazadas o de leer sobre el tema fue un poco más fuerte que en general (no quería tampoco volverme monotemática con la gente que no estaba en el mismo proceso).
De a poco fui aceptando los cambios en mi vida que se iban haciendo tangibles en mi cuerpo. En el sexto mes me salió la barriga (sí, un poco tarde!). En cuestión de 15 días pasé de una pancita tímida a una panza enorme. Los movimientos del bebé se fueron haciendo más fuertes y frecuentes. Aún dentro de la panza, el bebé empezaba a tener una presencia afuera. Y yo de a poco empecé a sentirme mejor, más fuerte, más entera.
Comprendí la importancia de la decisión que había tomado. Tener un hijo soltera es una decisión fuerte y valiente, que en silencio grita: “Vivir vale la pena”. Empecé a sentirme orgullosa por lo que estaba pasando, y me relajé.
Santi llegó a este mundo la madrugada del 19 de marzo (un día antes de mi cumpleaños numero 31 y el mismo Día del Padre) rodeado de amor, en un parto mucho más rápido de lo que había imaginado (5 horas desde que rompí bolsa hasta que salió!) y mucho más lindo (al parto me acompaño mi mamá / su abuela!). Las primeras semanas con él no fueron fáciles pero -ahora que pasaron- tampoco tan difíciles. De nuevo, el apoyo de familiares y amigos estuvo siempre allí para cuidarnos y mimarnos. Porque ahora somos dos.
Agradezco muchísimo estar rodeada de gente que me hizo dar cuenta de que lo que me estaba pasando es un regalo de la vida. Suena cliché, pero cada día que lo veo a Santi moverse como loco dando pataditas al aire, disfrutando de un baño, o poniendo cara de aburrido cuando está por dormirse me doy cuenta de que es así. De a poco lo voy descubriendo, conociendo, entendiendo sus llantos, sus silencios, sus miradas. Y amándolo más.
Qué tipo de madre soy
Ser mamá se constituye en el desafío más hermoso que la mujer afronta y disfruta en su vida. Sin embargo, en ocasiones se cuestiona si lo está haciendo bien o no, si brinda la mejor educación, enseñanza y cuidados. Toda madre debería hacer una pausa para analizar qué tipo de madre quiere ser para sus hijos.
Al respecto Femenina conversó con la psicóloga Margarett Hurtado, quien explica que varios autores hacen referencia a los tipos de madres que existe y que afirman que hay una amplia gama de posibilidades, pero que por sus características en común son: controladora, posesiva, perfeccionista, cómplice y saludable.
MADRE PERFECCIONISTA:
√ Cae en la trampa de la perfección porque quiere lo mejor para sus hijos.
√ No se da cuenta que en el afán excesivo puede conducirlos al fracaso y a la decepción.
Consejos:
√ Poner atención no tanto en los resultados, sino en el proceso para flexibilizar su mirada.
√ Observar a los hijos cómo son, no como quiere que sean y respetar sus intereses, habilidades y limitaciones.
√ Tomar cada logro como un motivo para celebrar y cada fracaso como una oportunidad de aprender.
MADRE CÓMPLICE:
√ Quiere ser amiga de sus hijos pero no entiende que su posición debe estar por encima de ellos, porque es un modelo a seguir.
Consejos:
√ Debe estar ahí para sus hijos para ayudar, consolar y guiar cuando sea necesario, pero desde el rol de mamá.
√ Debe tomar conciencia de que los hijos necesitan compararse con un modelo distinto a ellos.
MADRE CONTROLADORA:
√ Obsesionada con el control y en ese proceso se agota ella y a los demás.
√Intenta solucionarlo todo y el hijo se siente perdido a la hora de tomar sus propias decisiones.
√ Expresa su amor a través de la sobreprotección.
√ Se nutre del internet para buscar foros en los chats para recibir recomendaciones y autoayuda.
√ Lo correcto es dejar un poco el control y respetar la privacidad del hijo.
√ Darle espacio para su desarrollo y fortalecer los lazos basados en la confianza mutua.
MADRE POSESIVA:
√ Camufla su inseguridad en la falta de capacidad para educar.
√ Lo cuida a tal extremo que muestra ante sus ojos un lugar hostil e inseguro todo lo que le rodea.
√ No le permite tomar iniciativas y el hijo aprende a asociar cualquier acción propia como un sinónimo de estar dejando de querer a su madre.
√ Son hijos totalmente dependientes.
√ Se quejan de que hace años dan todo por sus hijos y no hay cuándo se independicen, siendo ellas las responsables.
MADRE SALUDABLE:
√ Otorga seguridad a su hijo.
√ Al principio está pendiente, pero después a medida que va creciendo su hijo deja que se independice.
√ Cuando llega a sus 7 u 8 años, la madre retoma sus propias actividades y el hijo hace las suyas con un intercambio saludable.
La profesional menciona que en la última década no siempre la madre biológica es la que cuida al hijo, sino que existe el denominado cuidador primario que puede ser una tía, abuela o familiar, esto debido al fenómeno de la migración hacia países como Argentina, Brasil o España en otros.
“En función de la historia de cada persona se va a desarrollar un nuevo tipo de maternidad. Y encontramos madres sustitutas excelentes y buenísimas, mujeres sabias que encaminan al niño por la senda de la independencia sin descuidar el lado afectivo”, enfatiza Margarett.
Al respecto Femenina conversó con la psicóloga Margarett Hurtado, quien explica que varios autores hacen referencia a los tipos de madres que existe y que afirman que hay una amplia gama de posibilidades, pero que por sus características en común son: controladora, posesiva, perfeccionista, cómplice y saludable.
MADRE PERFECCIONISTA:
√ Cae en la trampa de la perfección porque quiere lo mejor para sus hijos.
√ No se da cuenta que en el afán excesivo puede conducirlos al fracaso y a la decepción.
Consejos:
√ Poner atención no tanto en los resultados, sino en el proceso para flexibilizar su mirada.
√ Observar a los hijos cómo son, no como quiere que sean y respetar sus intereses, habilidades y limitaciones.
√ Tomar cada logro como un motivo para celebrar y cada fracaso como una oportunidad de aprender.
MADRE CÓMPLICE:
√ Quiere ser amiga de sus hijos pero no entiende que su posición debe estar por encima de ellos, porque es un modelo a seguir.
Consejos:
√ Debe estar ahí para sus hijos para ayudar, consolar y guiar cuando sea necesario, pero desde el rol de mamá.
√ Debe tomar conciencia de que los hijos necesitan compararse con un modelo distinto a ellos.
MADRE CONTROLADORA:
√ Obsesionada con el control y en ese proceso se agota ella y a los demás.
√Intenta solucionarlo todo y el hijo se siente perdido a la hora de tomar sus propias decisiones.
√ Expresa su amor a través de la sobreprotección.
√ Se nutre del internet para buscar foros en los chats para recibir recomendaciones y autoayuda.
√ Lo correcto es dejar un poco el control y respetar la privacidad del hijo.
√ Darle espacio para su desarrollo y fortalecer los lazos basados en la confianza mutua.
MADRE POSESIVA:
√ Camufla su inseguridad en la falta de capacidad para educar.
√ Lo cuida a tal extremo que muestra ante sus ojos un lugar hostil e inseguro todo lo que le rodea.
√ No le permite tomar iniciativas y el hijo aprende a asociar cualquier acción propia como un sinónimo de estar dejando de querer a su madre.
√ Son hijos totalmente dependientes.
√ Se quejan de que hace años dan todo por sus hijos y no hay cuándo se independicen, siendo ellas las responsables.
MADRE SALUDABLE:
√ Otorga seguridad a su hijo.
√ Al principio está pendiente, pero después a medida que va creciendo su hijo deja que se independice.
√ Cuando llega a sus 7 u 8 años, la madre retoma sus propias actividades y el hijo hace las suyas con un intercambio saludable.
La profesional menciona que en la última década no siempre la madre biológica es la que cuida al hijo, sino que existe el denominado cuidador primario que puede ser una tía, abuela o familiar, esto debido al fenómeno de la migración hacia países como Argentina, Brasil o España en otros.
“En función de la historia de cada persona se va a desarrollar un nuevo tipo de maternidad. Y encontramos madres sustitutas excelentes y buenísimas, mujeres sabias que encaminan al niño por la senda de la independencia sin descuidar el lado afectivo”, enfatiza Margarett.
martes, 23 de mayo de 2017
5 consideraciones a tener con los abuelos
“La intolerancia frente a la vejez es otro de esos males contemporáneos que se instalaron en el mundo de manera gradual y sin saber a qué hora”, señala el portal lamente.esmaravillosa.com. De ser una fuente amorosa de sabiduría, pasaron a convertirse en seres con los que muchos no saben qué hacer. Muchos se enfrentan al rechazo, olvido o desprecio.
El ideal contemporáneo se centra en la juventud como fuente de todo bienestar. Pese a que esto es falso, muchos lo dan por cierto y actúan en consecuencia. La fortaleza física es ahora más o menos un fetiche. Una persona mayor no cabe en esa ecuación y su vulnerabilidad no es algo con lo que se quiera lidiar.
Las personas más frágiles resultan muchas veces relegadas. Así pasa con los niños, las personas mayores y los enfermos, entre otros. Los adultos jóvenes, sanos, fuertes y en pleno uso de sus potencialidades, siempre andan en busca de alguien en quien delegar la atención y los cuidados que son su responsabilidad. Se han ganado al menos cinco consideraciones que se detallan a continuación:
1. No intentar cambiar a una persona mayor porque hacerlo es una falta de respeto. Solo quien se cree mejor que otros pretende transformar a los demás.
Una persona mayor ya “ha toreado en muchas plazas”. Se ha formado sus propios criterios, acertados o no. Ha adquirido sus propios hábitos, gustos y costumbres. Nadie tiene derecho a intentar convencerla que debe pensar o actuar de otra manera. Y, de hecho, es muy probable que por más que se lo intente, no se lo logre. Al aceptarlos, se evita malos ratos innecesarios.
2. No entrar en discusiones. Puede que un padre o abuelo estén convencidos de algo que puede parecer absurdo. Sus creencias religiosas o políticas podrían ser muy diferentes a las suyas. Las personas mayores a veces quieren intentar convencer de que ellos tienen la razón.
No se debe olvidar que una persona mayor ha acopiado un gran bagaje, que no es para nada despreciable. Su forma de pensar no es fruto de la casualidad, sino de vivencias y conocimientos adquiridos. No es bueno enfrascarse en discusiones inútiles. Al contrario, hay que regalarles una escucha afectuosa y respetuosa.
3. Estimularles en sus aficiones o pasatiempos favoritos. Muchas veces las personas mayores se muestran tímidas o temerosas con sus propios intereses o aficiones. En el mundo actual, su palabra no es muy tenida en cuenta, a menos que ocupen puestos de poder. Puede ser la lectura, jardinería o incluso el deporte. Hay que descubrir sus intereses y apoyarlos.
4. Se debe aceptar sus limitaciones físicas y cognitivas sin criticarlas. Dicen que hay una prueba que todos deben hacer es taparse los oídos con algodones, aplicar vaselina sobre los ojos y amarrar dos ladrillos a las piernas. Luego, hay que tratar de vivir así por una hora. De esa manera, se sabría cómo se siente estar en una edad avanzada.
Al pasear con una persona mayor, hay que caminar a su ritmo y no le tiene que pedir más de lo que puede dar. Si no escucha cuando se le habla, debe hablarse más fuerte y claro, en lugar de recriminar. Es importante escuchar sus quejas de salud sin ofuscarse.
5. Pasar por alto sus manías. Algunas personas mayores pueden ser bastante caprichosas y tercas. Incluso pueden ser traviesos o desafiantes. Hay un momento en que vuelven a comportarse como niños. En medio de ese infantilismo tardío, algunos desarrollan comportamientos extravagantes. Detrás de la manera de actuar de una persona mayor hay una razón. Están viviendo cambios muy grandes y se enfrentan a la idea de que van a morir en unos años. Sus obstinaciones y caprichos les ayudan a compensar su sentimiento de vulnerabilidad o su miedo.
El ideal contemporáneo se centra en la juventud como fuente de todo bienestar. Pese a que esto es falso, muchos lo dan por cierto y actúan en consecuencia. La fortaleza física es ahora más o menos un fetiche. Una persona mayor no cabe en esa ecuación y su vulnerabilidad no es algo con lo que se quiera lidiar.
Las personas más frágiles resultan muchas veces relegadas. Así pasa con los niños, las personas mayores y los enfermos, entre otros. Los adultos jóvenes, sanos, fuertes y en pleno uso de sus potencialidades, siempre andan en busca de alguien en quien delegar la atención y los cuidados que son su responsabilidad. Se han ganado al menos cinco consideraciones que se detallan a continuación:
1. No intentar cambiar a una persona mayor porque hacerlo es una falta de respeto. Solo quien se cree mejor que otros pretende transformar a los demás.
Una persona mayor ya “ha toreado en muchas plazas”. Se ha formado sus propios criterios, acertados o no. Ha adquirido sus propios hábitos, gustos y costumbres. Nadie tiene derecho a intentar convencerla que debe pensar o actuar de otra manera. Y, de hecho, es muy probable que por más que se lo intente, no se lo logre. Al aceptarlos, se evita malos ratos innecesarios.
2. No entrar en discusiones. Puede que un padre o abuelo estén convencidos de algo que puede parecer absurdo. Sus creencias religiosas o políticas podrían ser muy diferentes a las suyas. Las personas mayores a veces quieren intentar convencer de que ellos tienen la razón.
No se debe olvidar que una persona mayor ha acopiado un gran bagaje, que no es para nada despreciable. Su forma de pensar no es fruto de la casualidad, sino de vivencias y conocimientos adquiridos. No es bueno enfrascarse en discusiones inútiles. Al contrario, hay que regalarles una escucha afectuosa y respetuosa.
3. Estimularles en sus aficiones o pasatiempos favoritos. Muchas veces las personas mayores se muestran tímidas o temerosas con sus propios intereses o aficiones. En el mundo actual, su palabra no es muy tenida en cuenta, a menos que ocupen puestos de poder. Puede ser la lectura, jardinería o incluso el deporte. Hay que descubrir sus intereses y apoyarlos.
4. Se debe aceptar sus limitaciones físicas y cognitivas sin criticarlas. Dicen que hay una prueba que todos deben hacer es taparse los oídos con algodones, aplicar vaselina sobre los ojos y amarrar dos ladrillos a las piernas. Luego, hay que tratar de vivir así por una hora. De esa manera, se sabría cómo se siente estar en una edad avanzada.
Al pasear con una persona mayor, hay que caminar a su ritmo y no le tiene que pedir más de lo que puede dar. Si no escucha cuando se le habla, debe hablarse más fuerte y claro, en lugar de recriminar. Es importante escuchar sus quejas de salud sin ofuscarse.
5. Pasar por alto sus manías. Algunas personas mayores pueden ser bastante caprichosas y tercas. Incluso pueden ser traviesos o desafiantes. Hay un momento en que vuelven a comportarse como niños. En medio de ese infantilismo tardío, algunos desarrollan comportamientos extravagantes. Detrás de la manera de actuar de una persona mayor hay una razón. Están viviendo cambios muy grandes y se enfrentan a la idea de que van a morir en unos años. Sus obstinaciones y caprichos les ayudan a compensar su sentimiento de vulnerabilidad o su miedo.
martes, 16 de mayo de 2017
Formas en las que destruyes la autoestima de tus hijos
Los niños necesitan que sus padres los apoyen y los alienten en todo lo que hacen. Aunque para los padres sea una tontería, para los niños no lo es en absoluto, unas palabras de aliento, una guía apropiada para hacer las cosas mejor y mucho cariño es lo que todos los hijos deben tener.
En ocasiones, los padres sin darse cuenta pueden decir cosas o comportarse de una manera determinada, que puede hacer que el niño se sienta poco valorado, y que su autoestima se vea gravemente dañada. Hay que tener en cuenta algunos errores que los padres cometen y que no deben ocurrir más.
- Es posible que quieras mostrar tu amor haciendo las cosas por ellos, pero no les estarás haciendo ningún favor. Si haces las cosas por tus hijos les estarás negando la oportunidad de que aprendan habilidades necesarias para la vida, algo que les perjudicará en su vida adulta. También estarás creando la necesidad de ser dependiente y prohibiendo la satisfacción de ser independiente y de conseguir las cosas por sí mismo.
En lugar de hacer demasiado por tus hijos, es necesario que les ayudes a que ellos puedan hacerlo por sí mismos. Así si se equivocan tendrán la oportunidad de volver a hacerlo y aprender de sus equivocaciones, y su autoestima se verá reforzada.
- Cuando dices algo como: "Eso es fácil, puedes hacerlo". Estarás intentando de motivar a tus hijos, pero la realidad es que tus hijos pueden pensar que hay algo mal en ellos porque como para él o ella no es fácil, puede que sea porque es tonto. Esto hará que tus hijos se sientan desanimados y que quieran tirar la toalla antes de tiempo. Esto puede perjudicar gravemente su autoestima y tú ni te habrás dado cuenta.
Es importante que en lugar de decirle que es fácil, les digas cosas como: "Esto puede ser difícil" o "Esto a tu edad me resultó difícil pero con persistencia se consiguen buenos resultados". Así los niños podrán entender que aunque sea al principio difícil, si trabajan duro para conseguir buenos resultados podrán conseguirlo. Esto les hará sentir motivación y que su autoestima se vea fortalecida.
- Si los niños no pueden cometer errores y les sobreproteges para que no los hagan, no podrán desenvolverse en la vida y se convertirán en personas dependientes con un mal autoconcepto de sí mismo. Pensarán que cometer errores es algo malo porque duele. Pero no debes de robar la oportunidad a tus hijos de aprender de los errores, de admitir que están equivocados y de darles la oportunidad.
En lugar de no permitirles que se equivoquen, enséñale a hacer las cosas de la mejor forma posible y a ser responsables de sus acciones. Así podrán tener una visión saludable de los errores y se darán cuenta de lo útiles que son para la vida.
En ocasiones, los padres sin darse cuenta pueden decir cosas o comportarse de una manera determinada, que puede hacer que el niño se sienta poco valorado, y que su autoestima se vea gravemente dañada. Hay que tener en cuenta algunos errores que los padres cometen y que no deben ocurrir más.
- Es posible que quieras mostrar tu amor haciendo las cosas por ellos, pero no les estarás haciendo ningún favor. Si haces las cosas por tus hijos les estarás negando la oportunidad de que aprendan habilidades necesarias para la vida, algo que les perjudicará en su vida adulta. También estarás creando la necesidad de ser dependiente y prohibiendo la satisfacción de ser independiente y de conseguir las cosas por sí mismo.
En lugar de hacer demasiado por tus hijos, es necesario que les ayudes a que ellos puedan hacerlo por sí mismos. Así si se equivocan tendrán la oportunidad de volver a hacerlo y aprender de sus equivocaciones, y su autoestima se verá reforzada.
- Cuando dices algo como: "Eso es fácil, puedes hacerlo". Estarás intentando de motivar a tus hijos, pero la realidad es que tus hijos pueden pensar que hay algo mal en ellos porque como para él o ella no es fácil, puede que sea porque es tonto. Esto hará que tus hijos se sientan desanimados y que quieran tirar la toalla antes de tiempo. Esto puede perjudicar gravemente su autoestima y tú ni te habrás dado cuenta.
Es importante que en lugar de decirle que es fácil, les digas cosas como: "Esto puede ser difícil" o "Esto a tu edad me resultó difícil pero con persistencia se consiguen buenos resultados". Así los niños podrán entender que aunque sea al principio difícil, si trabajan duro para conseguir buenos resultados podrán conseguirlo. Esto les hará sentir motivación y que su autoestima se vea fortalecida.
- Si los niños no pueden cometer errores y les sobreproteges para que no los hagan, no podrán desenvolverse en la vida y se convertirán en personas dependientes con un mal autoconcepto de sí mismo. Pensarán que cometer errores es algo malo porque duele. Pero no debes de robar la oportunidad a tus hijos de aprender de los errores, de admitir que están equivocados y de darles la oportunidad.
En lugar de no permitirles que se equivoquen, enséñale a hacer las cosas de la mejor forma posible y a ser responsables de sus acciones. Así podrán tener una visión saludable de los errores y se darán cuenta de lo útiles que son para la vida.
lunes, 15 de mayo de 2017
El 45,5% de los hogares en Bolivia está formado por familias 'completas'
De los 3.012.000 hogares en Bolivia, solo 1.370.460 (45,5%) están formados por jefe de hogar, cónyugue e hijos, es decir un núcleo familiar completo, reportó el Instituco Nacional de Estadística (INE) en ocasión del Día Nacional de la Familia.
Los datos muestran que los restantes 328.308 (10,9%) hogares son integrados por el jefe/a de hogar si cónyugue y con la presencia de hijos (hogar monoparental); y los hogares extendidos, es decir, formados por hogares nucleares donde viven otros familiares como padres, suegros, yernos, entre otros, represetan 421,680 (14%).
El Día Nacional de la Familia fue instituido por la ley 394 de agosto de 2013 y lo incorpora en el calendario escolar como una actividad cívico para implementar actividades de sensibilización y concientización en su conmemoración.
Además da cuenta que las parejas nucleares (parejas sin hijos) abarcan 325.296 (10,8%); 15.060 (0,5%) lo componen hogares compuesto, donde viven otras personas como por ejemplo amigos; 439.752 (14,6%) son hogares unipersonales y 111.444 (3,7%) otros casos.
El presidente Evo Morales destacó la importancia de la familia. "La familia es la identidad, la seguridad y la base fundamental de nuestra unidad. En ella radica el Vivir Bien de nuestra sociedad", escribió en su cuenta de Twitter.
El INE reportó que el número promedio en el hogar es de aproximadamente cuatro personas, sin considerar la posibilidad de que se cuente a sus parientes o a una trabajadora del hogar.
Aproximadamente 2.036.000 de los hagares está en el área urbana y 976.000 en el área rural.
10 cosas que los abuelos no deben hacer
Aquí enumeramos una decena de cosas que los abuelos deben evitar de realizar y que muchas veces no lo hacen. La información fue extraída del sitio www.popsugar.com
1. No hacer caso a las reglas de las redes sociales
Mientras que algunos abuelos no les importa, otros ya son muy adeptos a Instagram y Facebook. Pero se olvidan de respetar algunas reglas simples como no publicar miles de imágenes a la vez y nunca más imágenes inapropiadas de los niños.
2. Comprar juguetes caros sin consultar a los padres
No importa qué tipo de juguete sea, los abuelos no deben gastar demasiado en los niños antes de hablar con los padres.
3. Hacer diferencia entre los nietos
La mayoría de los abuelos no se dan cuenta que están haciendo eso, pero demostrar que uno es más querido que el otro puede causar problemas emocionales en los nietos.
4. Hacer que la madre se sienta culpable por la forma en que alimenta al niño
No siempre la madre puede optar por amamantar, si ella no puede hacerlo, los comentarios negativos acerca de este tema pueden dañar la autoestima de ella.
5. Hacer que todos se sientan culpables
"Mira, solo tengo unos cuantos años más de vida, pero si quieres pasar la Navidad en otra ciudad, está bien..." ¿En serio?
6. Hablar mal de otros miembros de la familia
No importa lo frustrado que estén con sus hijos, nunca debe expresarlo delante de los niños.
7. Esperar que los hijos eduquen de la misma manera que ellos lo hicieron
" Los tiempos cambian, los padres y abuelos también debe acompañar ese cambio..
8. Cortar el cabello de los niños por sorpresa
Cortes de pelo son siempre muy difíciles para los niños y por lo general lo suficientemente discutido por los padres antes. Los abuelos no deben sorprender a los padres con un nuevo corte de pelo sin el consentimiento de los padres.
9. Tratar de obtener información de los padres a través de los niños
Eso no está bien, el nieto no debería ser un mediador de información durante peleas o divorcios. Esto pone una presión innecesaria sobre el niño que no es saludable.
10. Cuestionar al padre o la madre delante de los niños
Incluso si los abuelos no están de acuerdo con las opciones de los niños, discutir esto delante de los niños no es la mejor manera de manejar la situación. Los niños aprenderán y querrán reproducir este tipo de comportamiento no estén de acuerdo con los padres.
jueves, 11 de mayo de 2017
Cómo educar a nuestros hijos Yackieline Rodríguez Tórrez, psicóloga
Una de las grandes realidades que vivimos hoy en día, tanto padres como educadores, es el cambio profundo que van viviendo los niños y jóvenes. La educación ha evolucionado, existen diferentes conductas en nuestros niños, son inquietos por naturaleza, influenciados por las nuevas tecnologías, crece su información, son críticos, buscan la participación y validación de todo lo que se comparte con ellos.
Desde muy pequeños, podemos enseñarles conceptos vitales para desarrollar su capacidad de autoconocimiento, saber lo que sienten como bueno o malo para ellos, e identificar cuándo son responsables de una situación y cuándo lo son los demás. Esto les ayudará a generar una buena autoestima, a desarrollar su fortaleza, su seguridad. Existen circunstancias en las que como padres muchas veces no comprendemos que los niños cambian. Actualmente, piensan de otra manera, razonan, investigan de una manera diametralmente diferente de lo que alguna vez vivimos cuando teníamos su edad.
A pesar de que las tecnologías son innovadoras, no existe la posibilidad que seamos reemplazados. Por ejemplo, un abrazo nunca será reemplazado, las palabras tan importantes como el que “tú puedes”, tiene una alta capacidad de motivar y generar lazos de mutuo crecimiento que siempre harán indispensable a los padres.
Los valores que deseamos inculcar a nuestros hijos es esencial en su aprendizaje, debemos tener actitudes positivas y adquirir ciertas habilidades para disciplinarlos. Educar es una de las tareas más difíciles a las que nos enfrentamos los padres y aunque no existen fórmulas mágicas, sí hay algunas cuestiones claves que tenemos que manejar con soltura, he aquí algunas sugerencias:
NI GRITOS NI GOLPES
Antiguamente los castigos eran con ciertas chicoteadas, palmadas, los padres corregían estrictamente, obteniendo resultados esperados de obediencia, pero también es cierto que causaban ciertos conflictos en sus conductas como temores, inseguridades y, en algunos casos, traumas.
Se recomienda, en lugar de castigar, implantar un modelo de justicia reparativa, en el que el niño aprenda a reconocer que hizo algo malo, pida disculpas por ello, con un acto que repare lo hecho (un dibujo, una manualidad, dar un abrazo) y se comprometa a no repetirlo. Esta actitud posteriormente nacerá naturalmente del niño, pero los padres lo tienen que orientar. En un hogar donde los padres resuelven a gritos, a golpes, sus diferencias, peleas, un niño no va a aprender algo diferente. Por eso debe ver el ejemplo del diálogo, con acciones.
IMPORTANCIA DEL EJEMPLO
Los niños imitan, es decir que “aprenden el 90 por ciento de lo que ven”, a partir del ejemplo. Desde muy pequeños los niños tienden a imitar todas nuestras conductas, buenas y malas. Así que debemos fortalecer y aprovechar las costumbres cotidianas, como el de saludar, comportarnos en la mesa, respetar las normas de los semáforos, para que adquieran hábitos correctos y poco a poco, tomen responsabilidades.
LA COMUNICACIÓN
Las palabras, los gestos, las miradas y las expresiones que utilizamos nos sirven para conocernos mejor y expresar todo aquello que sentimos. Desde el embarazo, se debe mantener ese lazo de comunicación con el bebé y continuar siempre en comunicación. Hablarles mucho, sin prisas, contarles cuentos y también dejar que ellos sean quienes nos lo cuenten. Su forma de pensar es importante así que debemos preguntar sus opiniones demostrarles que nos interesa, así se sentirán escuchados y queridos.
LOS LÍMITES
Hay que enseñarles a separar los sentimientos de la acción. Las normas deben ser claras y coherentes e ir acompañadas de explicaciones lógicas. Por ejemplo, debemos dejarle claro que después de jugar tiene que recoger sus juguetes. Tanto niños y también padres comprendan que sus sentimientos no son el problema, pero sí las malas conductas. Y ante ellas siempre hay que fijar límites, porque hay zonas negociables y otras que no lo son. Si se niega a ir al colegio, tenemos que reconocerle lo molesto que es a veces madrugar y decirle que nosotros también lo hacemos, y que hay horarios de dormir temprano.
DEJAR QUE EXPERIMENTEN
La mejor manera para que los niños exploren el mundo es permitirles que ellos mismos experimenten las cosas. Y si se equivocan, nosotros tenemos que estar ahí para cuidar de ellos física y emocionalmente, pero con límites. La sobreprotección no es buena, porque creamos niños inseguros y temerosos, tenemos que dejarles correr algunos riesgos.
NO HACER COMPARACIONES
Generalmente existen las comparaciones. Hay que eliminar frases como “aprende de tu hermano”, o expresión como “nunca haces caso”. Sino frases positivas como “Estoy seguro que haces muchas cosas bien, aunque últimamente estás comportándote mal. Cada niño es único, no todos actúan al mismo ritmo y de la misma manera.
REFORZAR LO BUENO
Está comprobado que los refuerzos positivos gestos de cariño, estímulos, recompensas resultan más eficaces a la hora de educar que los castigos. Darles apoyo afectivo y dejar que sean ellos los que según su capacidad, resuelvan sus problemas.
Debemos ser generosos con todo aquello que les hace sentir valiosos y queridos. Si le premiamos con caricias, abrazos o palabras como «bello mi hijo» o «listo», estamos construyendo una buena autoestima. Rectificar sus malas conductas es reconocer y reforzar las buenas.
Debemos fomentar un clima de cercanía y confianza con nuestros hijos, esto no significa que debamos ser sus mejores amigos. Entre los niños el trato es de igual a igual, nosotros, como padres y educadores, estamos situados en un escalón superior. Desde allí les ofrecemos nuestros cuidados, experiencias, protección, pero también nuestras normas. Tomemos en cuenta que un buen padre no es aquel que cede de modo continuo y no enseña.
Desde muy pequeños, podemos enseñarles conceptos vitales para desarrollar su capacidad de autoconocimiento, saber lo que sienten como bueno o malo para ellos, e identificar cuándo son responsables de una situación y cuándo lo son los demás. Esto les ayudará a generar una buena autoestima, a desarrollar su fortaleza, su seguridad. Existen circunstancias en las que como padres muchas veces no comprendemos que los niños cambian. Actualmente, piensan de otra manera, razonan, investigan de una manera diametralmente diferente de lo que alguna vez vivimos cuando teníamos su edad.
A pesar de que las tecnologías son innovadoras, no existe la posibilidad que seamos reemplazados. Por ejemplo, un abrazo nunca será reemplazado, las palabras tan importantes como el que “tú puedes”, tiene una alta capacidad de motivar y generar lazos de mutuo crecimiento que siempre harán indispensable a los padres.
Los valores que deseamos inculcar a nuestros hijos es esencial en su aprendizaje, debemos tener actitudes positivas y adquirir ciertas habilidades para disciplinarlos. Educar es una de las tareas más difíciles a las que nos enfrentamos los padres y aunque no existen fórmulas mágicas, sí hay algunas cuestiones claves que tenemos que manejar con soltura, he aquí algunas sugerencias:
NI GRITOS NI GOLPES
Antiguamente los castigos eran con ciertas chicoteadas, palmadas, los padres corregían estrictamente, obteniendo resultados esperados de obediencia, pero también es cierto que causaban ciertos conflictos en sus conductas como temores, inseguridades y, en algunos casos, traumas.
Se recomienda, en lugar de castigar, implantar un modelo de justicia reparativa, en el que el niño aprenda a reconocer que hizo algo malo, pida disculpas por ello, con un acto que repare lo hecho (un dibujo, una manualidad, dar un abrazo) y se comprometa a no repetirlo. Esta actitud posteriormente nacerá naturalmente del niño, pero los padres lo tienen que orientar. En un hogar donde los padres resuelven a gritos, a golpes, sus diferencias, peleas, un niño no va a aprender algo diferente. Por eso debe ver el ejemplo del diálogo, con acciones.
IMPORTANCIA DEL EJEMPLO
Los niños imitan, es decir que “aprenden el 90 por ciento de lo que ven”, a partir del ejemplo. Desde muy pequeños los niños tienden a imitar todas nuestras conductas, buenas y malas. Así que debemos fortalecer y aprovechar las costumbres cotidianas, como el de saludar, comportarnos en la mesa, respetar las normas de los semáforos, para que adquieran hábitos correctos y poco a poco, tomen responsabilidades.
LA COMUNICACIÓN
Las palabras, los gestos, las miradas y las expresiones que utilizamos nos sirven para conocernos mejor y expresar todo aquello que sentimos. Desde el embarazo, se debe mantener ese lazo de comunicación con el bebé y continuar siempre en comunicación. Hablarles mucho, sin prisas, contarles cuentos y también dejar que ellos sean quienes nos lo cuenten. Su forma de pensar es importante así que debemos preguntar sus opiniones demostrarles que nos interesa, así se sentirán escuchados y queridos.
LOS LÍMITES
Hay que enseñarles a separar los sentimientos de la acción. Las normas deben ser claras y coherentes e ir acompañadas de explicaciones lógicas. Por ejemplo, debemos dejarle claro que después de jugar tiene que recoger sus juguetes. Tanto niños y también padres comprendan que sus sentimientos no son el problema, pero sí las malas conductas. Y ante ellas siempre hay que fijar límites, porque hay zonas negociables y otras que no lo son. Si se niega a ir al colegio, tenemos que reconocerle lo molesto que es a veces madrugar y decirle que nosotros también lo hacemos, y que hay horarios de dormir temprano.
DEJAR QUE EXPERIMENTEN
La mejor manera para que los niños exploren el mundo es permitirles que ellos mismos experimenten las cosas. Y si se equivocan, nosotros tenemos que estar ahí para cuidar de ellos física y emocionalmente, pero con límites. La sobreprotección no es buena, porque creamos niños inseguros y temerosos, tenemos que dejarles correr algunos riesgos.
NO HACER COMPARACIONES
Generalmente existen las comparaciones. Hay que eliminar frases como “aprende de tu hermano”, o expresión como “nunca haces caso”. Sino frases positivas como “Estoy seguro que haces muchas cosas bien, aunque últimamente estás comportándote mal. Cada niño es único, no todos actúan al mismo ritmo y de la misma manera.
REFORZAR LO BUENO
Está comprobado que los refuerzos positivos gestos de cariño, estímulos, recompensas resultan más eficaces a la hora de educar que los castigos. Darles apoyo afectivo y dejar que sean ellos los que según su capacidad, resuelvan sus problemas.
Debemos ser generosos con todo aquello que les hace sentir valiosos y queridos. Si le premiamos con caricias, abrazos o palabras como «bello mi hijo» o «listo», estamos construyendo una buena autoestima. Rectificar sus malas conductas es reconocer y reforzar las buenas.
Debemos fomentar un clima de cercanía y confianza con nuestros hijos, esto no significa que debamos ser sus mejores amigos. Entre los niños el trato es de igual a igual, nosotros, como padres y educadores, estamos situados en un escalón superior. Desde allí les ofrecemos nuestros cuidados, experiencias, protección, pero también nuestras normas. Tomemos en cuenta que un buen padre no es aquel que cede de modo continuo y no enseña.
martes, 9 de mayo de 2017
19 Mandamientos de María Montessori para los padres de familia
1. Los niños aprenden de lo que los rodea.
2. Si criticas mucho a un niño, él aprenderá a juzgar
3. Si elogias con regularidad al niño, él aprenderá a valorar.
4. Si se le muestra hostilidad al niño, él aprenderá a pelear.
5. Si se es justo con el niño, el aprenderá a ser justo.
6. Si se ridiculiza al niño con frecuencia, él será una persona tímida.
7. Si el niño crece sintiéndose seguro, aprenderá a confiar en los demás.
8. Si se denigra al niño con frecuencia, se desarrollará en él un malsano sentimiento de culpa
9. Si las ideas del niño son aceptadas con regularidad, él aprenderá a sentirse bien consigo mismo.
10. Si se es condescendiente con el niño, él aprenderá a ser paciente
11. Si se alienta al niño en lo que hace, ganará seguridad en sí mismo
12. Si el niño vive en una atmósfera amigable y se siente necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
13. No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está
14. Concéntrate en el desarrollo de lo bueno del niño de tal manera que sencillamente no quede lugar para lo malo
15. Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a tí con una pregunta o un comentario
16. Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante
17. Estar dispuesto a ayudar si tu niño busca algo, pero también estar dispuesto a pasar desapercibido si él mismo ya ha encontrado lo que buscaba
18. Ayuda al niño a asimilar lo que antes no había podido asimilar. Haz eso llenando el mundo que lo rodea de cuidado, discreción, oportuno silencio y amor.
19. Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Dale lo mejor que hay en ti.
María Montessori
ccs@solidarios.org.es
2. Si criticas mucho a un niño, él aprenderá a juzgar
3. Si elogias con regularidad al niño, él aprenderá a valorar.
4. Si se le muestra hostilidad al niño, él aprenderá a pelear.
5. Si se es justo con el niño, el aprenderá a ser justo.
6. Si se ridiculiza al niño con frecuencia, él será una persona tímida.
7. Si el niño crece sintiéndose seguro, aprenderá a confiar en los demás.
8. Si se denigra al niño con frecuencia, se desarrollará en él un malsano sentimiento de culpa
9. Si las ideas del niño son aceptadas con regularidad, él aprenderá a sentirse bien consigo mismo.
10. Si se es condescendiente con el niño, él aprenderá a ser paciente
11. Si se alienta al niño en lo que hace, ganará seguridad en sí mismo
12. Si el niño vive en una atmósfera amigable y se siente necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
13. No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está
14. Concéntrate en el desarrollo de lo bueno del niño de tal manera que sencillamente no quede lugar para lo malo
15. Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a tí con una pregunta o un comentario
16. Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante
17. Estar dispuesto a ayudar si tu niño busca algo, pero también estar dispuesto a pasar desapercibido si él mismo ya ha encontrado lo que buscaba
18. Ayuda al niño a asimilar lo que antes no había podido asimilar. Haz eso llenando el mundo que lo rodea de cuidado, discreción, oportuno silencio y amor.
19. Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Dale lo mejor que hay en ti.
María Montessori
ccs@solidarios.org.es
sábado, 6 de mayo de 2017
Los hijos siguen el ejemplo, no el consejo
El papel de los padres es uno de los más complicados a lo largo de la vida, puesto que tener hijos implica, entre otras muchas cosas, felicidad extrema y esfuerzo constante para su educación y su crecimiento como persona. La figura paterna o materna es el mayor punto de referencia que un niño llegue a tener.
Por lo tanto, es fundamental comprender que la mayoría de los niños oye lo que los adultos dicen, algunos incluso hacen lo que se dice, pero todos hacen lo que se hace. El portal lamenteesmaravillosa.com señala que conforme vayan creciendo los hijos, optarán por imitar las conductas de los adultos. Ser padre es ser ejemplo hasta que los hijos puedan tener la conciencia suficiente para moldear sus propios patrones de vida.
Los años de la niñez y de la adolescencia son decisivos. La niñez y la adolescencia traen muchos desafíos tanto para la vida de un niño como para la de sus padres. Esto es así porque son las etapas en las que una persona comienza a insertarse en una familia, a conocer costumbres y culturas específicas y a forjar sus futuros valores y principios.
Por estas razones, la disciplina junto a la genética que los hijos tienen, es importante. Además, esta educación viene de los padres, de los amigos que más adelante el niño irá conociendo en el colegio, de sus profesores, entre otros modelos. Lo que les valdrá en sus círculos sociales será lo que puedan ver y de lo que se empaparán a través de ejemplos a seguir.
La psicóloga y docente universitaria Ilosva Miranda dice que el consejo tiene que ir acompañado del acto. Los niños se fijan en todo, por lo que todo lo que se diga tiene que ir acompañado de un hecho representativo. Si, como padre,se le aconseja sobre cualquier aspecto y se hace lo contrario, probablemente haga más caso “a lo que hagas que a lo que dices”. Muchas serán las ocasiones en las que los hijos recriminarán a sus progenitores porque no predican con el ejemplo. Esto ayudará a que los adultos se den cuenta de sus debilidades y defectos.
De este modo, la coherencia es la base para llegar a los niños y adolescentes. Si él entiende que lo que escucha y lo que ve es coherente, probablemente comenzará a forjar su personalidad y su psicología a partir de ahí y de cara al futuro. “Tu hijo te admira y te ve como su propio espejo donde poder reflejarse cuando duda de algo, de ahí el desafío y el esfuerzo de un padre”.
La educación de un hijo es una tarea compleja, mucho más si se piensa que los padres son su foco de atención y que cualquier cosa que realiza pasará su examen. Gran parte de lo que los chicos puedan aprender vendrá de lo que se le enseñe, por lo que estas claves pueden venir bien para guiar su educación:
En primer lugar, es importante aprovechar el día a día: Saludar, cumplir las normas de comer en la mesa, los horarios y deberes del colegio. Todo esto puede servir para reforzar los hábitos responsables en su conducta.
La comunicación es otro de los pilares de la relación entre los padres e hijos, que puede acompañarse de acciones diarias como cualquier gesto, expresión o palabra que ayude a conocer mejor a los hijos.
Otro punto importante son las reglas, deben ser claras y estar acompañadas de explicaciones coherentes. Es bueno que los hijos entiendan que una cosa es que se les quiera y otra, que tienen que seguir ciertas órdenes para comportarse. Se les debe mostrar cariño, pero también seriedad.
Una de las cosas que puede ocurrir cuando a los niños se le enseña con ejemplos y no solo con consejos, es que los padres se equivoquen. Sin embargo, no hay que olvidar que todo el mundo comete errores. Los chicos tienen que saber que hay un margen para el error en la vida. Si se reconocen estas fallas y se les muestra el lado positivo de aprender de ellas, los chicos entenderán que de ahí salen experiencias de vida.
Por lo tanto, es fundamental comprender que la mayoría de los niños oye lo que los adultos dicen, algunos incluso hacen lo que se dice, pero todos hacen lo que se hace. El portal lamenteesmaravillosa.com señala que conforme vayan creciendo los hijos, optarán por imitar las conductas de los adultos. Ser padre es ser ejemplo hasta que los hijos puedan tener la conciencia suficiente para moldear sus propios patrones de vida.
Los años de la niñez y de la adolescencia son decisivos. La niñez y la adolescencia traen muchos desafíos tanto para la vida de un niño como para la de sus padres. Esto es así porque son las etapas en las que una persona comienza a insertarse en una familia, a conocer costumbres y culturas específicas y a forjar sus futuros valores y principios.
Por estas razones, la disciplina junto a la genética que los hijos tienen, es importante. Además, esta educación viene de los padres, de los amigos que más adelante el niño irá conociendo en el colegio, de sus profesores, entre otros modelos. Lo que les valdrá en sus círculos sociales será lo que puedan ver y de lo que se empaparán a través de ejemplos a seguir.
La psicóloga y docente universitaria Ilosva Miranda dice que el consejo tiene que ir acompañado del acto. Los niños se fijan en todo, por lo que todo lo que se diga tiene que ir acompañado de un hecho representativo. Si, como padre,se le aconseja sobre cualquier aspecto y se hace lo contrario, probablemente haga más caso “a lo que hagas que a lo que dices”. Muchas serán las ocasiones en las que los hijos recriminarán a sus progenitores porque no predican con el ejemplo. Esto ayudará a que los adultos se den cuenta de sus debilidades y defectos.
De este modo, la coherencia es la base para llegar a los niños y adolescentes. Si él entiende que lo que escucha y lo que ve es coherente, probablemente comenzará a forjar su personalidad y su psicología a partir de ahí y de cara al futuro. “Tu hijo te admira y te ve como su propio espejo donde poder reflejarse cuando duda de algo, de ahí el desafío y el esfuerzo de un padre”.
La educación de un hijo es una tarea compleja, mucho más si se piensa que los padres son su foco de atención y que cualquier cosa que realiza pasará su examen. Gran parte de lo que los chicos puedan aprender vendrá de lo que se le enseñe, por lo que estas claves pueden venir bien para guiar su educación:
En primer lugar, es importante aprovechar el día a día: Saludar, cumplir las normas de comer en la mesa, los horarios y deberes del colegio. Todo esto puede servir para reforzar los hábitos responsables en su conducta.
La comunicación es otro de los pilares de la relación entre los padres e hijos, que puede acompañarse de acciones diarias como cualquier gesto, expresión o palabra que ayude a conocer mejor a los hijos.
Otro punto importante son las reglas, deben ser claras y estar acompañadas de explicaciones coherentes. Es bueno que los hijos entiendan que una cosa es que se les quiera y otra, que tienen que seguir ciertas órdenes para comportarse. Se les debe mostrar cariño, pero también seriedad.
Una de las cosas que puede ocurrir cuando a los niños se le enseña con ejemplos y no solo con consejos, es que los padres se equivoquen. Sin embargo, no hay que olvidar que todo el mundo comete errores. Los chicos tienen que saber que hay un margen para el error en la vida. Si se reconocen estas fallas y se les muestra el lado positivo de aprender de ellas, los chicos entenderán que de ahí salen experiencias de vida.
Enseña a tus hijos a gestionar sus emociones con los mandalas
Los mandalas tienen múltiples beneficios para los adultos que padecen situaciones de estrés. Ahora nos centraremos en el papel que estas figuras geométricas, que representan el ser humano y la totalidad de su mente (la consciencia y la inconsciencia), pueden tener en la educación de tus hijos.
El hecho de que esta técnica sea parte de un complejo proceso de meditación en su origen budista no quita que, presentada de forma más simple y adaptada a los niños, puedas extraer herramientas para potenciar ciertas habilidades, a la vez que ellos disfrutan una de sus actividades favoritas como es colorear.
Los beneficios
Hoy en día, los mandalas ya se utilizan ampliamente en la educación infantil. Las ventajas ya parecen innegables. En primer lugar, colorear un mandala estimulará habilidades y capacidades de tus hijos como la atención y la concentración, así como la paciencia y la tranquilidad. Se está estudiando, además, cómo puede contribuir al tratamiento de trastornos como el TDAH mejorando la concentración y atención de los chicos.
Paralelamente, el hecho de fomentar la creatividad y la imaginación de tus pequeños a través del dibujo contribuirá al control de su cuerpo y su motricidad para, posteriormente, favorecer otras actividades como la escritura o el control de otros objetos.
Por otro lado, aunque pueda parecer extraño, los niños también pueden padecer estrés y más en los tiempos que corren. Los mandalas actúan con ellos igual que con los adultos y, si se realiza el ejercicio correctamente, bajan los niveles de ansiedad. Conviene realizar siempre esta actividad en un lugar sin ruido (como mucho, con un poco de música relajante) para que el ambiente se contagie a los más pequeños.
Comparte tiempo con tus hijos coloreando
Otra ventaja de los mandalas, que no tiene tanto que ver con el bienestar general, es que, al final, es una técnica que pueden realizar padres e hijos juntos. Reservar una hora diaria (mejor antes de irse a dormir) para colorear con ellos no sólo nos desconecta del día a día sino que, además, garantizará un mejor sueño para el niño.
Para empezar, no hace falta ir a por los elementos más complicados. Es mejor iniciarse con mandalas más sencillos que puedes encontrar en multitud de libros o en Internet, e ir progresando paulatinamente hacia figuras más complejas a medida que tu hijo vaya dominando las líneas y los colores.
La actividad puede realizarse con múltiples materiales, no sólo con lápices de colores. Prueba a colorear mandalas con tu pequeño con ceras, acuarelas, pintura… y no olvides colgar el resultado en las paredes de su habitación. Y es que los mandalas no son únicamente beneficiosos para tu estado mental o para la educación de tus hijos sino que, encima, son un original y divertido elemento decorativo.
El hecho de que esta técnica sea parte de un complejo proceso de meditación en su origen budista no quita que, presentada de forma más simple y adaptada a los niños, puedas extraer herramientas para potenciar ciertas habilidades, a la vez que ellos disfrutan una de sus actividades favoritas como es colorear.
Los beneficios
Hoy en día, los mandalas ya se utilizan ampliamente en la educación infantil. Las ventajas ya parecen innegables. En primer lugar, colorear un mandala estimulará habilidades y capacidades de tus hijos como la atención y la concentración, así como la paciencia y la tranquilidad. Se está estudiando, además, cómo puede contribuir al tratamiento de trastornos como el TDAH mejorando la concentración y atención de los chicos.
Paralelamente, el hecho de fomentar la creatividad y la imaginación de tus pequeños a través del dibujo contribuirá al control de su cuerpo y su motricidad para, posteriormente, favorecer otras actividades como la escritura o el control de otros objetos.
Por otro lado, aunque pueda parecer extraño, los niños también pueden padecer estrés y más en los tiempos que corren. Los mandalas actúan con ellos igual que con los adultos y, si se realiza el ejercicio correctamente, bajan los niveles de ansiedad. Conviene realizar siempre esta actividad en un lugar sin ruido (como mucho, con un poco de música relajante) para que el ambiente se contagie a los más pequeños.
Comparte tiempo con tus hijos coloreando
Otra ventaja de los mandalas, que no tiene tanto que ver con el bienestar general, es que, al final, es una técnica que pueden realizar padres e hijos juntos. Reservar una hora diaria (mejor antes de irse a dormir) para colorear con ellos no sólo nos desconecta del día a día sino que, además, garantizará un mejor sueño para el niño.
Para empezar, no hace falta ir a por los elementos más complicados. Es mejor iniciarse con mandalas más sencillos que puedes encontrar en multitud de libros o en Internet, e ir progresando paulatinamente hacia figuras más complejas a medida que tu hijo vaya dominando las líneas y los colores.
La actividad puede realizarse con múltiples materiales, no sólo con lápices de colores. Prueba a colorear mandalas con tu pequeño con ceras, acuarelas, pintura… y no olvides colgar el resultado en las paredes de su habitación. Y es que los mandalas no son únicamente beneficiosos para tu estado mental o para la educación de tus hijos sino que, encima, son un original y divertido elemento decorativo.
Ante juego de la “Ballena azul” piden a padres interesarse en el mundo digital
Ante la aparición de un participante del juego “Ballena azul” en el departamento, los expertos y maestros instaron a los padres a familiarizarse con el uso de la tecnología y el mundo digital en el cual se involucran los adolescentes actualmente.
Una profesora de la Unidad Educativa 23 de Marzo, Magaly Barrientos, resaltó la falta de interés de los padres que no asisten a los talleres que la unidad organizó para hablar de la prevención al “bullying” o acoso escolar. “Generalmente, los padres no asisten y ellos son la base. Falta un poco de interés”, dijo.
En tanto, la psicóloga forense Mirian Rojas expresó que los padres tienden a reducir las responsabilidades de sus hijos y que en suma no se interesen por los temas relacionados con el Internet y la tecnología, en una entrevista en Radio Centro, ayer.
Explicó: “Los niños están utilizando los aparatos tecnológicos sin límite de tiempo, acceden a todo tipo de contenidos, los padres no saben qué es el Internet. Les damos tecnología desde temprana edad sin responsabilidad ni restricciones ni compromiso”.
El psicólogo Daniel Vásquez señaló que los jóvenes se inmiscuyen en estos retos como parte de la “diversión” y el deber de los padres es comunicarles claramente que la “Ballena azul” no es un juego. “Son jóvenes vulnerables que están pasando por conflictos emocionales los que se hacen más vulnerables”, dijo.
Por otro lado, recién ayer por la tarde la Defensoría Municipal de la Niñez y Adolescencia comenzó a dar talleres preventivos en las escuelas. Una de las primeras unidades educativas que recibió orientación fue la Unidad Educativa 23 de Marzo.
Una de las capacitadoras de la Defensoría, Raquel Nogales, dijo: “Ellos se exponen a riesgos con solicitudes en Facebook, grupos de WhatsApp y Messenger, por eso se les debe guiar”.
Algunos estudiantes consultados sobre el macabro juego que induce a los participantes a autoflagelarse y que puede llegar al suicidio expresaron que sienten temor a las nuevas relaciones en las redes sociales. “Da miedo porque no sabes, te dicen que si no cumples matan a tus papás” dijo Vladimir López.
“A mí me agregaron pero he bloqueado el grupo”, contó Ismael Chura. Según López, algunos de sus compañeros de colegio afirman que se involucran en el reto por demostrar valentía. Los estudiantes de segundo A contaron que no comentan esta situación a sus padres.
PUNTOS DE VISTA
Carlos Alcócer, profesor de la Unidad Educativa 23 de Marzo
“Todos debemos informarnos”
Todos, tanto en las escuelas como en las familias, tenemos que estar preocupados sobre esta situación y sobre este juego macabro de la “Ballena azul”.
Es bueno que todos estemos informados, se debería capacitar a los padres para que puedan tomar tácticas y remedios, son nuestros hijos.
Raquel Nogales, funcionaria de la Defensoría de la Niñez
“Queremos que identifiquen riesgos”
Estamos incidiendo con la prevención y haciendo énfasis en los puntos que ellos tienen que tener cuidado e identificar cuando se exponen a situaciones de riesgo.
Los chicos tienen conocimiento sobre este juego, pero desconocen de qué se trata y qué deben hacer para evitar esto.
Edad fértil
Cuando la mujer inicia su edad fértil, se expone a un sin número de riesgos, como contraer las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), el VIH Sida, o lo que es peor, un embarazo no deseado, el mismo que es interrumpido por miedo a enfrentarse a la familia o a la sociedad y más aún cuando se está estudiando, no se puede solucionar el problema.
La educación para la sexualidad es una gran solución. Buscar la ayuda adecuada en los centros de salud para informarse o ver las posibilidades de utilizar un método anticonceptivo, que pueda ayudar a protegerse en forma adecuada.
Las adolescentes determinan cómo desarrollar su conducta, no interesa si la responsabilidad que toman las ayuda o no, prepararse en el momento y tener la seguridad de sus actos con decisión, sería importante.
Dentro de las determinaciones que llegan a tomar, a veces son las equivocadas, posteriormente suele sentir un arrepentimiento o frustración de sus decisiones.
No olvidemos que, como seres humanos, tenemos sentimientos y cualquier situación de riesgo afecta a la persona psicológicamente y muchas veces no se puede levantar.
El aborto es un problema en la mujer que determina la salud, el estado psicológico y las complicaciones que a futuro uno debe enfrentar.
Un aborto puede ser espontáneo, que determina diferentes causales, desde la alimentación hasta otra enfermedad de riesgo, como insuficiencia cardiaca o renal, pero también hay abortos provocados, que no tienen la seguridad de ser limpios, provocando infecciones, consecuencia del mal procedimiento.
Pero, lo que tenemos que conocer, es que posterior a un aborto una persona puede volverse a embarazar en forma inmediata si no toma los recaudos del caso.
El cuidar la salud es importante y lo es más si la información llega a tiempo para usar un método anticonceptivo y ayude en la posibilidad de no embarazarse de forma inmediata. Desde que es fértil, la responsabilidad de cuidar el cuerpo es de una misma.
La educación para la sexualidad es una gran solución. Buscar la ayuda adecuada en los centros de salud para informarse o ver las posibilidades de utilizar un método anticonceptivo, que pueda ayudar a protegerse en forma adecuada.
Las adolescentes determinan cómo desarrollar su conducta, no interesa si la responsabilidad que toman las ayuda o no, prepararse en el momento y tener la seguridad de sus actos con decisión, sería importante.
Dentro de las determinaciones que llegan a tomar, a veces son las equivocadas, posteriormente suele sentir un arrepentimiento o frustración de sus decisiones.
No olvidemos que, como seres humanos, tenemos sentimientos y cualquier situación de riesgo afecta a la persona psicológicamente y muchas veces no se puede levantar.
El aborto es un problema en la mujer que determina la salud, el estado psicológico y las complicaciones que a futuro uno debe enfrentar.
Un aborto puede ser espontáneo, que determina diferentes causales, desde la alimentación hasta otra enfermedad de riesgo, como insuficiencia cardiaca o renal, pero también hay abortos provocados, que no tienen la seguridad de ser limpios, provocando infecciones, consecuencia del mal procedimiento.
Pero, lo que tenemos que conocer, es que posterior a un aborto una persona puede volverse a embarazar en forma inmediata si no toma los recaudos del caso.
El cuidar la salud es importante y lo es más si la información llega a tiempo para usar un método anticonceptivo y ayude en la posibilidad de no embarazarse de forma inmediata. Desde que es fértil, la responsabilidad de cuidar el cuerpo es de una misma.
miércoles, 3 de mayo de 2017
Delito informático “Ballena azul” Padres deben pasar más tiempo con sus hijos, según psicólogos
Los padres tienen un rol importante para que los adolescentes no puedan caer en ningún juego o invitación sospechosa, que a la larga puedan causarles daño y también a sus familias. Por ello, se recomienda a los padres que pasen más tiempo con sus hijos, y que cada día formulen una pregunta para conocer sus inquietudes y sus dudas, ya que los más vulnerables son presa fácil de las redes sociales, según coinciden, por separado, varios psicólogos que analizaron la página web de la “Ballena azul”.
Para la psiquiatra Rosario Martínez, es importante que los padres estén pendientes de sus hijos y que por lo menos tengan una conversación al día con ellos, ya sea en la cena, almuerzo o en el té.
Los psicólogos recomiendan ese acercamiento para conocer un poco más sus inquietudes, así como lso logros de sus hijos, y, lo más importante, saber sus preocupaciones, así como conocer a sus amistades.
Sin embargo, actualmente, los padres dejan que los chicos crezcan con la empleada, televisión, internet y celular, pero cuando quieren darse cuenta que están haciendo los chicos a veces ya es tarde, lamenta la profesional.
La soledad es un enemigo de los jóvenes, debido a que están abiertos a romper las normas con tal de salir de este estado, sin medir las consecuencias, y es por ello que muchos ingresaron al link del “juego” de la “Ballena azul”.
A eso hay que sumar que cuando el adolescente ingresa a una etapa de depresión, ponen en riesgo su vida, y es importante que los padres puedan percibir las señales de que su hijo ingresa en una etapa difícil.
Ese estado de ánimo en los niños se nota por la tristeza profunda en la que ingresa, mientras el adolescente es todo lo contrario, se vuelve hiperactivo y busca amistades peligrosas, y ya ni mide las consecuencias.
ANÁLISIS INTERNACIONAL
De acuerdo a un reportaje realizado por Telemundo, que habló con los psicólogos Alejandro de Barbieri y Roberto Balaguer sobre los crecientes riesgos de las redes sociales sobre los niños, ambos, por separado, señalan que los padres deben acompañar a los hijos.
En el caso de la “Ballena azul”, Balaguer señala que los que ingresan a este tipo de “juego”, son los que están más vulnerables emocionalmente. Y por ello recomienda: “´Como padres tenemos las herramientas para fortalecer a nuestros jóvenes: ayudarlos a tomar buenas decisiones. Permitirles un vínculo de confianza de forma tal de que si llegan a cometer algún error, poder contar con nosotros”.
Los padres deben ocupar el rol de acompañamiento, permitiendo que los niños puedan confiar en ellos. La adolescencia es un período en el que el joven se encuentra inseguro y está definiendo su personalidad, es por eso que se encuentran más propensos a cometer errores. Para Balaguer, lo fundamental es que el padre esté cerca cuando esto pase.
“Una cosa es aquel que quiso probar, nos cuenta y hay que recibirlos con cariño y comprensión. Esta es la edad para meter la pata, los que ya hayan metido la pata lo bueno es que puedan contarlo. Cuando pasa a los adultos, pasa a las autoridades y se le puede poner coto a las personas que están del otro lado del teléfono”, explicó Balaguer.
Por su parte, De Barbieri enfatizó en que los padres apoyen y contengan a sus hijos en sus etapas adolescentes, así como que conozcan mejor qué hacen sus hijos.
“Es un problema de todos. Los padres tienen que estar atentos. Termina siendo un problema del adolescente porque los padres, al no estar cerca, no pueden percibir los síntomas de fragilidad y vulnerabilidad. Tienen que estar atentos a sintomatologías, como el aislamiento o encierro”, dijo.
“Antes de flagelarse, los padres deben que ayudar a que sus hijos pongan en palabras lo que les duele. Tenemos que ver las ‘ballenas azules’ que aparecen a lo largo del año, que pueden ser un mensajito o un compañero que le dice que haga algo para demostrar que los quiere. Eso es extorsión. Y los niños tienen que detectar eso y pararlo”, aconsejó.
NOMBRE “BALLENA AZUL”
El nombre del juego hace referencia a los suicidios colectivos de algunas ballenas, que buscan la orilla para encontrar la muerte.
El reto sólo dura 50 días, pero la forma en la que termina preocupa a las autoridades de varios países del mundo.
Para la psiquiatra Rosario Martínez, es importante que los padres estén pendientes de sus hijos y que por lo menos tengan una conversación al día con ellos, ya sea en la cena, almuerzo o en el té.
Los psicólogos recomiendan ese acercamiento para conocer un poco más sus inquietudes, así como lso logros de sus hijos, y, lo más importante, saber sus preocupaciones, así como conocer a sus amistades.
Sin embargo, actualmente, los padres dejan que los chicos crezcan con la empleada, televisión, internet y celular, pero cuando quieren darse cuenta que están haciendo los chicos a veces ya es tarde, lamenta la profesional.
La soledad es un enemigo de los jóvenes, debido a que están abiertos a romper las normas con tal de salir de este estado, sin medir las consecuencias, y es por ello que muchos ingresaron al link del “juego” de la “Ballena azul”.
A eso hay que sumar que cuando el adolescente ingresa a una etapa de depresión, ponen en riesgo su vida, y es importante que los padres puedan percibir las señales de que su hijo ingresa en una etapa difícil.
Ese estado de ánimo en los niños se nota por la tristeza profunda en la que ingresa, mientras el adolescente es todo lo contrario, se vuelve hiperactivo y busca amistades peligrosas, y ya ni mide las consecuencias.
ANÁLISIS INTERNACIONAL
De acuerdo a un reportaje realizado por Telemundo, que habló con los psicólogos Alejandro de Barbieri y Roberto Balaguer sobre los crecientes riesgos de las redes sociales sobre los niños, ambos, por separado, señalan que los padres deben acompañar a los hijos.
En el caso de la “Ballena azul”, Balaguer señala que los que ingresan a este tipo de “juego”, son los que están más vulnerables emocionalmente. Y por ello recomienda: “´Como padres tenemos las herramientas para fortalecer a nuestros jóvenes: ayudarlos a tomar buenas decisiones. Permitirles un vínculo de confianza de forma tal de que si llegan a cometer algún error, poder contar con nosotros”.
Los padres deben ocupar el rol de acompañamiento, permitiendo que los niños puedan confiar en ellos. La adolescencia es un período en el que el joven se encuentra inseguro y está definiendo su personalidad, es por eso que se encuentran más propensos a cometer errores. Para Balaguer, lo fundamental es que el padre esté cerca cuando esto pase.
“Una cosa es aquel que quiso probar, nos cuenta y hay que recibirlos con cariño y comprensión. Esta es la edad para meter la pata, los que ya hayan metido la pata lo bueno es que puedan contarlo. Cuando pasa a los adultos, pasa a las autoridades y se le puede poner coto a las personas que están del otro lado del teléfono”, explicó Balaguer.
Por su parte, De Barbieri enfatizó en que los padres apoyen y contengan a sus hijos en sus etapas adolescentes, así como que conozcan mejor qué hacen sus hijos.
“Es un problema de todos. Los padres tienen que estar atentos. Termina siendo un problema del adolescente porque los padres, al no estar cerca, no pueden percibir los síntomas de fragilidad y vulnerabilidad. Tienen que estar atentos a sintomatologías, como el aislamiento o encierro”, dijo.
“Antes de flagelarse, los padres deben que ayudar a que sus hijos pongan en palabras lo que les duele. Tenemos que ver las ‘ballenas azules’ que aparecen a lo largo del año, que pueden ser un mensajito o un compañero que le dice que haga algo para demostrar que los quiere. Eso es extorsión. Y los niños tienen que detectar eso y pararlo”, aconsejó.
NOMBRE “BALLENA AZUL”
El nombre del juego hace referencia a los suicidios colectivos de algunas ballenas, que buscan la orilla para encontrar la muerte.
El reto sólo dura 50 días, pero la forma en la que termina preocupa a las autoridades de varios países del mundo.
martes, 2 de mayo de 2017
Cinco huellas profundas emocionales en los hijos de padres alcohólicos
Los padres alcohólicos dejan huellas en la mente de sus hijos. Siempre deben observarse las especificidades de cada caso, porque los efectos dependen de la severidad de la adicción y de sus manifestaciones, de la edad de los hijos, de la posición de la madre y el resto de la familia y de otros múltiples factores.
Sin embargo, sí existen patrones comu- nes en los hijos de padres alcohólicos y lo que varía es su intensidad. Casi siempre estos chicos crecen en un ambiente en el que predomina el caos. Su forma de ser y de ver el mundo se va permeando por las experiencias con el alcoholismo de sus padres y todo esto deja una marca en su forma de relacionarse con las emociones.
Esas huellas son difíciles de detectar, tanto para los padres alcohólicos, como para sus hijos. Se instalan ocultas en lo profundo de la personalidad y muchas veces se traducen en actitudes aparentemente positivas.
Sin embargo, en el fondo, hay una herida abierta que más tarde o más temprano, debe ser atendida y curada.
Estas son cinco de esas huellas emocionales que quedan en el corazón
de los hijos de padres alcohólicos.
1. Estos menores no saben qué es una conducta normal
Un padre alcohólico es, de todos modos, un padre. Por eso mismo, representa para sus hijos el modelo de lo que significa ser adulto. Pero el alcohólico es impredecible: hoy puede ser un padre muy amoroso y mañana se convierte en un ser extraño, que atemoriza y confunde a su hijo.
En consecuencia, los hijos tienen dificultades para entender qué es una conducta normal, es decir, una conducta no patológica. Por eso mismo tienen un criterio pobre para definir qué pueden permitirse hacer y qué no. Dudan todo el tiempo.
2. No finalizan un proyecto
Los hijos de padres alcohólicos son inestables. Su vida se ha desarrollado en medio de profundas incertidumbres. Por lo tanto, nunca saben qué esperar de la familia, del mundo o de sí mismos. Les cuesta esforzarse para llevar a término sus proyectos: al fin y al cabo ya han empleado mucha de su energía psicológica en tratar de entender y de sobrellevar la incertidumbre extrema que hay sobre sus vidas.
3. Se juzgan sin piedad y tienen dificultades para divertirse
El hijo de un padre alcohólico tiene un sentimiento de culpa difuso y una sensación de incapacidad que no logra definir. La culpa nace de que no sabe hasta qué punto el alcoholismo de su padre es responsabilidad suya. Se pregunta: ¿debería hacer, o haber hecho, algo al respecto?
La sensación de incapacidad nace de esa misma pregunta. En el fondo, quisiera hacer o haber hecho algo para cambiar la situación. Pero nunca ha sabido cómo podría contribuir. Así que esto se convierte en un autorreproche sordo. De igual modo, ven la diversión con un cierto halo de peligro: ¿su padre se divierte o no cuando está bajo una crisis alcohólica?
4. Son leales, aunque no haya
mérito para ello
Los hijos de padres alcohólicos experimentan un sentimiento de lealtad patológico. Han visto a su padre en estado de decadencia y eso les genera dolor, pero también miedo. Muchas veces se les pide o incluso se les exige que no comenten esas situaciones familiares con nadie.
Por eso, muchos de ellos crecen pensando que la lealtad ciega es un valor que deben sostener, sin importar las circunstancias.
Sienten que deben soportar lo que sea cuando están involucrados con
alguien que aman. También creen
que los demás deben hacer lo propio con ellos.
5. Reaccionan exageradamente y de forma impulsiva
Los cambios son una amenaza para los hijos de los padres alcohólicos. Han estado toda su vida en un vaivén constante que nunca saben a dónde les llevará. Por eso, si logran conseguir algo de estabilidad la defenderán obsesivamente. Sienten que con los cambios vendrá el caos que tanto temen.
A su vez, desarrollan poco control sobre sus emociones.
En el fondo piensan que todos tenemos patente de corso para darle rienda suelta a cualquier impulso: ¿no es eso lo que vieron tantas veces en su hogar? Por eso mismo les cuesta
mucho trabajo internalizar conductas más centradas y racionales.
En todos los casos, cuando la huella es profunda, los hijos de padres alcohólicos deberían recibir tratamiento psicológico profesional.
En cifras
APOYO
El alcoholismo es una enfermedad. Como cualquier enfermedad, requiere tratamiento. Sin ayuda profesional, una persona alcohólica probablemente seguirá bebiendo y hasta es posible que su alcoholismo empeore con el tiempo.
Medicina
Punto de vista
Las enfermedades como el alcoholismo no son culpa
de nadie. Algunas personas son más susceptibles que otras a beber demasiado.
Los científicos
consideran que el alcoholismo tiene que ver con la genética, así como con los antecedentes familiares y los acontecimientos de la vida.
Al-Anon grupos de familia
Los Grupos de Familia Al-Anon comenzaron a idearse entre los años 1935 y 1941, cuando Alcohólicos Anónimos comenzaba a dar sus primeros pasos.
Los parientes de aquellos alcohólicos en recuperación se dieron cuenta de que para solucionar sus propios problemas, necesitaban aplicar los mismos principios de A.A. y así, estos parientes comenzaron a organizar sus propias reuniones para compartir experiencias comunes.
En Al-Anon, los miembros no orientan ni les dan consejos a otros miembros. En su lugar, comparten sus experiencias e historias personales, e invitan a otros miembros a “quedarse con lo que les agrada y desechar el resto”. Se estima que cada enfermo afecta la vida de al menos cuatro personas, por lo que se considera al alcoholismo como una enfermedad familiar.
No importa cuál sea la relación con la persona alcohólica, o si aún está bebiendo o no, todo individuo que esta afectado por la forma de beber de otra persona puede encontrar en Al-Anon la solución que lo guiará a la serenidad.
Los bolivianos cuentan con grupos de apoyo Al-Anon que están en:
Cochabamba, Chuquisaca, La Paz, Oruro, Potosí, Santa Cruz y Tarija.
En Cochabamba existen varios grupos. Aquí les ofrecemos una lista completa de los lugares donde puedes acudir.
- Despertar a un nuevo amanecer
Dirección: Centro Franciscano - calle Colombia, entre 25 de Mayo y San Martín de Porres (Sala San Antonio)
Días y Horas: Martes - 16:00 a 18:00
- Despertar para cambiar
(Hijos adultos)
Dirección: Parroquia Hospicio
Segundo piso (Sala San Antonio)
Días y Horas: de lunes a viernes
de 19:00 a 21:00
- Vida Nueva
Dirección: Centro San Martín de Porres - calle Colombia entre Ayacucho y Junín #167
Días y Horas: Lunes y Miércoles, de 19:00 a 21:00
- Serenidad
Dirección: Calle 25 de Mayo #243 entre Colombia y Ecuador
Día y Hora: Martes 16:00 a 18:00
- Volviendo a vivir
Dirección: Centro Franciscano - calle Colombia, entre 25 de Mayo y San Martín Nro 243
Días y Horas: Martes - 19:00 a 21:00
- Grupo Alateen Valor para cambiar
Dirección: Parroquia Hospicio
Día y Hora: Jueves- 17:00 a 19:00
- Grupo Alateen Esperanza de Vida
Dirección: Parroquia Hospicio
Día y Horas: Sábado - 16:00 a 18:00
Alateen
Este grupo es parte de los Grupos de Familias Al-Anon, es una hermandad constituida por jóvenes cuya vida es o ha sido afectada por el alcoholismo de un familiar o un amigo íntimo. Se ayudan mutuamente compartiendo experiencias, fortaleza y esperanza.
Se sabe que el alcoholismo es una enfermedad que afecta a la familia desde el punto de vista emocional y, a menudo, físicamente y aunque no pueden cambiar ni controlar a los progenitores,
sí pueden desprenderse emocionalmente de esos
problemas y aún seguir amándoles.
Sin embargo, sí existen patrones comu- nes en los hijos de padres alcohólicos y lo que varía es su intensidad. Casi siempre estos chicos crecen en un ambiente en el que predomina el caos. Su forma de ser y de ver el mundo se va permeando por las experiencias con el alcoholismo de sus padres y todo esto deja una marca en su forma de relacionarse con las emociones.
Esas huellas son difíciles de detectar, tanto para los padres alcohólicos, como para sus hijos. Se instalan ocultas en lo profundo de la personalidad y muchas veces se traducen en actitudes aparentemente positivas.
Sin embargo, en el fondo, hay una herida abierta que más tarde o más temprano, debe ser atendida y curada.
Estas son cinco de esas huellas emocionales que quedan en el corazón
de los hijos de padres alcohólicos.
1. Estos menores no saben qué es una conducta normal
Un padre alcohólico es, de todos modos, un padre. Por eso mismo, representa para sus hijos el modelo de lo que significa ser adulto. Pero el alcohólico es impredecible: hoy puede ser un padre muy amoroso y mañana se convierte en un ser extraño, que atemoriza y confunde a su hijo.
En consecuencia, los hijos tienen dificultades para entender qué es una conducta normal, es decir, una conducta no patológica. Por eso mismo tienen un criterio pobre para definir qué pueden permitirse hacer y qué no. Dudan todo el tiempo.
2. No finalizan un proyecto
Los hijos de padres alcohólicos son inestables. Su vida se ha desarrollado en medio de profundas incertidumbres. Por lo tanto, nunca saben qué esperar de la familia, del mundo o de sí mismos. Les cuesta esforzarse para llevar a término sus proyectos: al fin y al cabo ya han empleado mucha de su energía psicológica en tratar de entender y de sobrellevar la incertidumbre extrema que hay sobre sus vidas.
3. Se juzgan sin piedad y tienen dificultades para divertirse
El hijo de un padre alcohólico tiene un sentimiento de culpa difuso y una sensación de incapacidad que no logra definir. La culpa nace de que no sabe hasta qué punto el alcoholismo de su padre es responsabilidad suya. Se pregunta: ¿debería hacer, o haber hecho, algo al respecto?
La sensación de incapacidad nace de esa misma pregunta. En el fondo, quisiera hacer o haber hecho algo para cambiar la situación. Pero nunca ha sabido cómo podría contribuir. Así que esto se convierte en un autorreproche sordo. De igual modo, ven la diversión con un cierto halo de peligro: ¿su padre se divierte o no cuando está bajo una crisis alcohólica?
4. Son leales, aunque no haya
mérito para ello
Los hijos de padres alcohólicos experimentan un sentimiento de lealtad patológico. Han visto a su padre en estado de decadencia y eso les genera dolor, pero también miedo. Muchas veces se les pide o incluso se les exige que no comenten esas situaciones familiares con nadie.
Por eso, muchos de ellos crecen pensando que la lealtad ciega es un valor que deben sostener, sin importar las circunstancias.
Sienten que deben soportar lo que sea cuando están involucrados con
alguien que aman. También creen
que los demás deben hacer lo propio con ellos.
5. Reaccionan exageradamente y de forma impulsiva
Los cambios son una amenaza para los hijos de los padres alcohólicos. Han estado toda su vida en un vaivén constante que nunca saben a dónde les llevará. Por eso, si logran conseguir algo de estabilidad la defenderán obsesivamente. Sienten que con los cambios vendrá el caos que tanto temen.
A su vez, desarrollan poco control sobre sus emociones.
En el fondo piensan que todos tenemos patente de corso para darle rienda suelta a cualquier impulso: ¿no es eso lo que vieron tantas veces en su hogar? Por eso mismo les cuesta
mucho trabajo internalizar conductas más centradas y racionales.
En todos los casos, cuando la huella es profunda, los hijos de padres alcohólicos deberían recibir tratamiento psicológico profesional.
En cifras
APOYO
El alcoholismo es una enfermedad. Como cualquier enfermedad, requiere tratamiento. Sin ayuda profesional, una persona alcohólica probablemente seguirá bebiendo y hasta es posible que su alcoholismo empeore con el tiempo.
Medicina
Punto de vista
Las enfermedades como el alcoholismo no son culpa
de nadie. Algunas personas son más susceptibles que otras a beber demasiado.
Los científicos
consideran que el alcoholismo tiene que ver con la genética, así como con los antecedentes familiares y los acontecimientos de la vida.
Al-Anon grupos de familia
Los Grupos de Familia Al-Anon comenzaron a idearse entre los años 1935 y 1941, cuando Alcohólicos Anónimos comenzaba a dar sus primeros pasos.
Los parientes de aquellos alcohólicos en recuperación se dieron cuenta de que para solucionar sus propios problemas, necesitaban aplicar los mismos principios de A.A. y así, estos parientes comenzaron a organizar sus propias reuniones para compartir experiencias comunes.
En Al-Anon, los miembros no orientan ni les dan consejos a otros miembros. En su lugar, comparten sus experiencias e historias personales, e invitan a otros miembros a “quedarse con lo que les agrada y desechar el resto”. Se estima que cada enfermo afecta la vida de al menos cuatro personas, por lo que se considera al alcoholismo como una enfermedad familiar.
No importa cuál sea la relación con la persona alcohólica, o si aún está bebiendo o no, todo individuo que esta afectado por la forma de beber de otra persona puede encontrar en Al-Anon la solución que lo guiará a la serenidad.
Los bolivianos cuentan con grupos de apoyo Al-Anon que están en:
Cochabamba, Chuquisaca, La Paz, Oruro, Potosí, Santa Cruz y Tarija.
En Cochabamba existen varios grupos. Aquí les ofrecemos una lista completa de los lugares donde puedes acudir.
- Despertar a un nuevo amanecer
Dirección: Centro Franciscano - calle Colombia, entre 25 de Mayo y San Martín de Porres (Sala San Antonio)
Días y Horas: Martes - 16:00 a 18:00
- Despertar para cambiar
(Hijos adultos)
Dirección: Parroquia Hospicio
Segundo piso (Sala San Antonio)
Días y Horas: de lunes a viernes
de 19:00 a 21:00
- Vida Nueva
Dirección: Centro San Martín de Porres - calle Colombia entre Ayacucho y Junín #167
Días y Horas: Lunes y Miércoles, de 19:00 a 21:00
- Serenidad
Dirección: Calle 25 de Mayo #243 entre Colombia y Ecuador
Día y Hora: Martes 16:00 a 18:00
- Volviendo a vivir
Dirección: Centro Franciscano - calle Colombia, entre 25 de Mayo y San Martín Nro 243
Días y Horas: Martes - 19:00 a 21:00
- Grupo Alateen Valor para cambiar
Dirección: Parroquia Hospicio
Día y Hora: Jueves- 17:00 a 19:00
- Grupo Alateen Esperanza de Vida
Dirección: Parroquia Hospicio
Día y Horas: Sábado - 16:00 a 18:00
Alateen
Este grupo es parte de los Grupos de Familias Al-Anon, es una hermandad constituida por jóvenes cuya vida es o ha sido afectada por el alcoholismo de un familiar o un amigo íntimo. Se ayudan mutuamente compartiendo experiencias, fortaleza y esperanza.
Se sabe que el alcoholismo es una enfermedad que afecta a la familia desde el punto de vista emocional y, a menudo, físicamente y aunque no pueden cambiar ni controlar a los progenitores,
sí pueden desprenderse emocionalmente de esos
problemas y aún seguir amándoles.
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