Entrar a la adolescencia es realmente algo así como iniciar una aventura, en medio de tantos cambios, conocer los sentimientos de nuestros hijos y ayudarles a expresarse no es una tarea sencilla. Por lo general, se ponen ariscos, malcriados o deciden no hablar y mantienen una distancia que puede sorprender y asustar a papá y mamá.
La comunicación debe fluir por otros canales incluso no verbales, que le dé el claro mensaje que él está creciendo, que lo respetas, que forma parte de una familia y que lo acompañarás en este proceso.
Por ejemplo, debes tener en cuenta lo siguiente:
- Darle la oportunidad de ser responsable, delegándole compromisos y no resolviendo todo por él. Esto le ayudará a confirmarse a sí mismo que es grande, digno de confianza y que esperas una respuesta adulta de su parte. Tiene que saber que confías en él y que lo consideras capaz, por ejemplo, del cuidado de un hermano pequeño en ausencia de los padres, o que le explique una materia en la que necesita ayuda. También puedes delegarle ciertos trámites familiares y personales que puede hacer por sí mismo.
- Haz que participe en las discusiones, alegrías y preocupaciones de la familia. El adolescente suele quejarse que no tiene ni voz ni voto, lo cual le genera la autoimagen de ser sumamente incapaz y entonces se comporta como tal.
Muchas veces para evitarle un sufrimiento no se le comunica las dificultades de alguien de la familia y esto le da el mensaje de que es un niñito y con él no se debe hablar. Esto se reflejará después en su entorno.
Por el contrario, explicarle lo que sucede le dejará el modelo emocional de la comunicación y el permiso para poder expresarse.
- Comunica a tu hijo cómo te sientes: Por lo general, se reniega o se le habla en tono de reclamo pero rara vez se le comenta sobre la felicidad que sientes, de tus sueños, de lo que hay en el mundo interno de papá y mamá. Si él aprende a escucharte desde el lugar del ser humano, y no solo desde el del padre, aprenderá a hablar y pedirá ser escuchado también.
Cuando escuchas a tu hijo, su opinión, sentimientos, alegrías y dificultades, estás apuntando a un lado de la comunicación pero también debes educarlo en la capacidad de escucharte y de conocer las alegrías, molestias o gratificaciones que se viven en tu entorno. Esta dualidad en la comunicación es imprescindible para lograr la confianza del adolescente porque constituye el verdadero diálogo.
- Otra regla importante es no dejar de exigirle en el plano moral y social. Él puede creer que ser grande es hacer lo que quiere y eso no es verdad. Existen límites y reglas que pasan por "no abusar de otro ser humano", incluyendo el respeto por los demás y las cosas de los otros. A esto no se debe renunciar, debe ser algo que se practique día a día en la casa tanto de hijos a padres y viceversa.
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