Si los padres nunca han prestado atención a las espontáneas manifestaciones sexuales de su hijo antes de que empiece a preguntar, seguramente se sentirán muy sorprendidos cuando lo haga, señala la sexóloga Liliana Rossy Zabala.
¿Los niños vienen de París? ¿Los trajo la cigüeña?
En este caso, relata la profesional, una madre de familia le contó: “Esas fueron las preguntas más difíciles que me han hecho en mi vida”. Y agregó: “Me tomó desprevenida, sin la respuesta adecuada. Jamás me indicaron qué y cómo responder. La interrogante me llegó como un balde de agua fría”.
La mamá en este caso se desconcierta o ruboriza. Y si coincide que se halla embarazada, la situación se torna aún más complicada. Cómo explicar lo que lleva dentro del vientre. Las respuestas claras, sencillas y verdaderas tranquilizan a los niños. No se trata de entrar en complejas explicaciones, sino de una verdad, adecuada a la situación concreta de los pequeños, para quienes es un misterio pensar cómo entró y salió de la barriga de mamá en la cual, a lo mejor, ahora se encuentra un hermanito. Toda respuesta debe tomar en cuenta que ella o él ha sido deseado, buscado, querido. Que lo tuvieron porque papá y mamá se amaban mucho. No que vienen de París o que los trajo la cigüeña.
Naturalidad sobre todo
La sicóloga Mónica Poblador, especialista en educación sexual del gabinete español Álava-Reyes Consultores, señala en guiainfantil.com que abordar este tema con los niños puede resultar complicado y es necesario encontrar el camino y la manera de poder hacerlo de forma natural.
No es solo hablar de órganos
Mónica Poblador añade: “Ser asexuado es algo más que el resultado de una carrera entre espermatozoides fecundando a un óvulo. También es algo más que el aspecto externo de los genitales, que sea una vulva o que sea un pene.
Por lo tanto, la educación sexual no es únicamente dar información sobre los órganos sexuales, la reproducción o los anticonceptivos, sino que es hablar también de comunicación, de afectividad, de responsabilidad y de placer”.
Es amor y placer
A los niños y niñas, añade, se les puede explicar que la sexualidad es una de las formas que tenemos las personas para comunicarnos, darnos cariño y placer, y divertirnos juntas”.
Como padres y como madres tenemos que saber que sexos hay dos, hombre y mujer, pero hay muchas maneras de construirse como hombre y como mujer.
No mentirles
Liliana Rossy recomienda no mentirle al niño, pues el pequeño trae consigo inconscientemente el saber, él ya no cree en el mito de la cigüeña, tiene a su alcance objetos y materiales para desvelar la verdad. De acuerdo a las edades, ella sugiere lo siguiente.
De 2 a 4 años
Se deben nombrar los órganos del cuerpo con el fin de no crear confusiones en el niño.
A esta edad, la curiosidad del chico o chica la lleva a manipular fortuitamente su propio cuerpo, lo cual le produce cierto placer. Pero cuando tiene ocasión, también manipula los de su madre.
Entre los 5 y 6 años
En esta etapa la atención se desplaza del propio cuerpo hacia el sexo contrario. Los niños se fijan en las niñas, y las niñas en los chicos. Perciben la diferencia sexual anatómica y se preguntan inquietos ¿por qué ellas no tienen (pene) igual que ellos? ¿Quizá los niños pueden perderlo? ¿Mamá también lo tiene?
Con todo ello, es importante que a partir de los siete años se deba explicar al infante los cambios fisiológicos que sufrirá el cuerpo del pequeño.
No se escandalice
Su hijo tiene el derecho a preguntar sobre lo que no entiende. Si usted se escandaliza de sus preguntas, él puede creer que está haciendo algo que no corresponde a su edad y que los niños no deben intentar indagar este tema En realidad, el susto que demuestran los padres aterroriza especialmente a su hijo.
No se burle
Dejar a su retoño en ridículo delante de una visita, o reírse de sus observaciones sobre el sexo ocasiona una humillante herida en la autoestima del pequeño que puede tener efectos perniciosos más adelante. No se atreverá a actuar con naturalidad, a ser él mismo, por temor a decepcionarlo o a causar su hilaridad.
No lo ignore
Cuando su hijo hace algún comentario en relación con el sexo y usted se enfada, él puede creer que está haciendo algo que está prohibido y que, por lo tanto, merece un castigo. Nada más lejos de la realidad. Su sano deseo de saber puede verse mutilado, y esto puede afectar a otras áreas de su aprendizaje
“No se debe esperar que el hijo sea grande”
Claudia Andrea Torres - Sicóloga
l modo en que se aborden con los hijos cuestiones de sexualidad dependerá de la concepción que de esta tenga la familia y de la naturalidad con la que sea capaz de tomarla.
Se escucha decir que a los chicos no hay que responderles más de lo que preguntan, y esto se aplicaría para cualquier tema, no solo para aquellos relacionados con la sexualidad. Esta es una postura que ya implica bastante, porque supone que el niño va a encontrar un adulto que resuelva la inquietud que se le presenta.
El hecho de que el adulto no demuestre la sorpresa que le puede haber causado la pregunta del niño. Que conteste sin caer en cientificismos ni en simplificaciones, con la misma naturalidad y con la misma actitud relajada con la que contestaría por qué hay que llevar a vacunar a la mascota.
Para que exista esta disposición a contestar cualquier cosa que el niño pregunte (es preferible obviar el “te lo voy a explicar cuando seas más grande”, porque si lo pregunta es porque le interesa ahora, aunque no lo comprenda todo), es imprescindible que los padres asuman la sexualidad humana con naturalidad. Porque si para ellos es un tema tabú, de la misma forma se lo transmitirán a su hijo
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