miércoles, 8 de febrero de 2017
La importancia del afecto en la adolescencia
EN LA ADOLESCENCIA ACONTECEN UNA SERIE DE CAMBIOS Y VIVENCIAS GENERADORAS DE ANSIEDADES, PREOCUPACIONES O FRUSTRACIONES | HAY MANERAS DE APOYAR A LOS HIJOS PARA QUE PASEN POR ESTA FASE DE MANERA TRANQUILA.
No se puede hablar de edades precisas, esto puede variar de acuerdo a la genética, nutrición y género. Los adolescentes presentan grandes preocupaciones y angustia por aspectos del futuro, ya que viven de alguna manera en una paradoja, buscando independencia y autonomía y al mismo tiempo tienen sentimientos de miedo e inseguridad frente a las responsabilidades.
“Uno de los cambios que convierten en nítida la transformación del niño en adolescente es corporal. Este cambio y el descubrimiento de la sexualidad serán, entre otros, los aspectos que dan cuenta de la llegada a la adolescencia. Las transformaciones corporales provocan en el adolescente alteraciones a nivel afectivo y emocional, surge el descontento con las antiguas referencias que tenía y que le permitían entender y comprender el mundo. Siente que no le sirven o les generan una especie de apatía ya que ellos están en busca de nuevas formas de ser, de nuevas posibilidades, nuevos referentes y objetos de identidad. Muy diferente de la infancia en la cual el niño vive en un ambiente donde depende absolutamente de los padres”, explica Pilar Gamboa, psicóloga y Magister en Neuropsicología Clínica.
CAUSAS DE LOS CAMBIOS DE ACTITUD
A la vez que se producen cambios físicos, también se dan cambios psicológicos que fundamentalmente tienen que ver con tres aspectos: su identidad, relaciones con la familia, amigos y con lo que quieren llegar a ser.
“Este es el momento de la afirmación de la identidad, la diferenciación y la oposición. Es la etapa del desarrollo de habilidades intelectuales y ampliación de la conciencia reflexiva. También es el momento en el que se termina de construir la autoimagen y la autoestima, en algunos casos cuando se producen inconvenientes con los padres, ya que en esa búsqueda de identidad y de afirmación de sí mismo puede reaccionar con brusquedad. Frente a estas situaciones, los padres no saben cómo reaccionar ya que a veces hay poca comprensión por lo que el adolescente viene atravesando. Asimismo, habrá un cambio en las relaciones con los amigos, que son muy importantes para ellos por lo que se afianza la relación con los pares”, indica.
“Si bien la adolescencia es un periodo de grandes cambios, cada persona y cada familia pasarán por una experiencia particular y única. En general, las familias saludables que mantienen la comunicación fluida desde que sus hijos son pequeños, no tendrán mayores conflictos en su relacionamiento. Los miembros de estas familias interactúan, dialogan e intercambian opiniones delante de los conflictos que surgen. En cualquier, caso los padres o el adulto que está a cargo de un adolescente deben tener en consideración todos estos aspectos mencionados más adelante para que puedan comprender, apoyar y generar siempre la posibilidad de diálogo y comunicación con su hijo”, explica Gamboa.
“Los pares en edad juegan un rol muy importante ya que el adolescente busca interactuar con los mismos por una simple razón. Al sentirse “incomprendido” por los adultos, sabe que los amigos están atravesando por una situación similar y surge la necesidad de pertenencia a un grupo, donde crean sus propias reglas, se identifican con similares valores e ideales. Lo que también es importante puntualizar es que esta necesidad de pertenecer, de ser parte de un grupo en particular a cualquier costo, puede conllevar riesgos. Cuando se habla de un grupo de adolescentes “saludable”, con las particularidades de la misma, no amerita mayor comentario. Sin embargo, es de especial cuidado cuando los grupos comienzan a consumir bebidas alcohólicas, drogas, lo cual en algunos casos conduce a problemas más serios como violencia, suicidio, conformación de pandillas, entre otros”, indica.
ETAPAS A REFORZAR EN LA ADOLESCENCIA
“Muchas veces la incomprensión de los padres hacia los hijos no surge en la adolescencia, sino se intensifica a partir de los cambios que se producen en la misma. Las relaciones saludables con los hijos deben ser creadas y fortalecidas en todo momento. La confianza que tengan los hijos con los padres se crea a través de las experiencias vividas. Es importante que cualquier persona que tiene a cargo a un adolescente sepa de los cambios que se presentarán y el apoyo que se le puede brindar. Los adolescentes precisan de acompañamiento, de guía, pero sobre todo de respeto y afecto. Respetar las diferencias significa que el adolescente prueba sus límites, construye su estilo de personalidad por medio del reconocimiento de sus diferencias. Los padres pueden informar, aconsejar, imponer límites o sanciones cuando el hijo transgrede las reglas, pero respetándolo, es decir, evitando descalificarlo como persona”, asegura.
Es importante que en la adolescencia se incentive el diálogo, lo que significa conversar de lo importante, no de lo urgente. Es decir proporcionar la oportunidad para poder escuchar lo que tiene que decir el otro (en este caso el adolescente), que pueda expresar emociones y sentimientos. Se debe tener en cuenta que por todos los cambios que están aconteciendo, esta es una etapa donde se sentirá en ocasiones vulnerable, con baja autoestima y por lo tanto el rol del adulto es el de acompañar, mostrarse disponible para cuando lo necesite, explica la experta.
“Invertir en el afecto es otro aspecto relevante para crear cercanía con el adolescente y demostrarle cariño, manifestarle el afecto que se siente por él. Las familias saludables tienen el hábito de hacerlo desde que sus hijos son pequeños por lo tanto no tendrán dificultad de mantener ese lazo en la adolescencia. En los casos en los que no aconteció de esta manera, el intento de establecer una relación adecuada de manera sincera siempre tiene buenos resultados”, concluye Gamboa.
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