jueves, 27 de marzo de 2014
Yodo, hierro y vitamina A para el desarrollo intelectual
La adecuada alimentación es muy importante en la vida y desarrollo de los niños desde que están en el vientre de la madre. De esto depende, por ejemplo, el nivel intelectual que puede alcanzar el cerebro humano.
Desde que una persona nace, tiene dos años más para que su cuerpo reciba los nutrientes importantes y necesarios que evitarán daños irreversibles, según Óscar Montes, director nacional de la Fundación contra el Hambre Bolivia (FHB).
Muchas mujeres que se ven embarazadas muy jóvenes suelen ocultar su estado hasta que se les nota el vientre crecido a los cinco, seis y hasta siete meses. “Durante ese tiempo no acceden a los servicios de salud y, por lo tanto, no consumen los tres elementos indispensables que le permite al feto tener un desarrollo sano: hierro, yodo y vitamina A”.
El yodo está en una hormona biológicamente activa, su acción es indispensable para el crecimiento y maduración del sistema nervioso central en la etapa prenatal y los primeros años de vida del ser humano, además de su crecimiento y desarrollo somático posterior. En el caso de que se produzca un déficit de yodo durante la infancia se puede originar cretinismo, que deriva en un retraso mental y físico.
El hierro se puede encontrar en la carne roja, almendras, nueces, uvas pasas, ciruelas, garbanzos, frijoles, lentejas, habas, arvejas y en las legumbres en general. La falta de este elemento puede derivar en anemia, que a su vez ocasiona palidez, cansancio, debilidad, irritabilidad, taquicardia, y dificultad en el aprendizaje, mayormente en niños.
Finalmente, la vitamina A —que ayuda en la reparación de los tejidos del organismo y mantiene la piel, las membranas y mucosa en buen estado— se puede encontrar en las zanahorias, acelgas, tomate, espárragos, pimientos, espinacas y mantequilla, entre otros.Estos tres elementos son básicos para el desarrollo intelectual de las personas. Un niño desnutrido tiene problemas de salud, educación y, posteriormente, de productividad.
“A mediano plazo, el niño que no ha tenido una adecuada nutrición en sus primeros años sufre daños irreversibles en su cerebro, lo que repercute en su desempeño escolar, incrementando el rezago escolar y la deserción en las escuelas. Cuando el niño llega a su etapa adulta no puede insertarse en una vida productiva porque no llegó a culminar sus estudios, la mano de obra de ese individuo no es calificada, sus capacidades creativas se han anulado y, por lo tanto, estas personas vienen a mantener el ciclo de la desnutrición y pobreza”, asegura Óscar Montes.
Comer sano
Alimenta a tu hijo con fuentes naturales de yodo, incluye productos del mar, algas, pescado. El aceite de bacalao, que se encuentra en tónico, también ayuda. La sal para el consumo diario es frecuentemente fortificada con yodo y se conoce como sal yodada.
Embarazo
Si estás embarazada, consume estos tres suplementos bajo la supervisión de tu médico. Esto será beneficioso en la formación de tu bebé y una vez que des a luz, aprovecha para continuar alimentándolo con calidad.
Educación
Para continuar de forma óptima con su educación, debes mandar a tu niño a clases muy bien alimentado. Solo así podrá atender y entender como es debido. De otra forma, estará distraído, pensando en que tiene hambre.
Fuentes: Óscar Montes, director de la Fundación Contra el Hambre en Bolivia.
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