" Para ser feliz no existen trucos ni recetas. Tampoco basta con esperar pasivamente: ¡Hay que actuar! El primer gran paso es aceptar que somos responsables de nuestro propio bienestar”, explica Clemente García Novella, economista de formación y traductor y escritor por vocación.
Según García Novella, que acaba de presentar su libro Ser feliz es fácil, para conseguir la felicidad hay que trabajar con empeño y sentido común, centrándonos en los aspectos que sólo dependen de nosotros, como la clase de persona que consigamos ser, nuestra actitud y amabilidad hacia los otros y el mundo, y nuestra capacidad para disfrutar de los pequeños momentos y los placeres sencillos.
Para su obra, este experto recogió y condensó mucha de la sabiduría de todos los tiempos sobre la conquista de la felicidad, desde Epicuro y Temístocles hasta Albert Ellis, pasando por los estoicos romanos, Pascal, Schopenhauer, Nietzsche, Víctor Hugo, Henry Thoreau, Dale Carnegie o Bertrand Russell.
Según García Novella "la felicidad se puede aprender”; sin embargo, para que las lecciones vitales de los grandes sabios acaben dando el fruto deseado, que seamos personas más felices, debemos ponerlas en práctica, aplicándolas en nuestro día a día.
"Ante las dificultades de la vida, la pregunta más adecuada es ‘¿qué puedo hacer?’, pero evitamos actuar porque requiere un esfuerzo, aunque sea pequeño, y una constancia para repetirlo hasta ver los resultados”, señala.
Advierte que, ante un problema, nuestra parte racional puede ser consciente de cuál es la solución verdadera y definitiva, pero nuestra parte emocional buscará una salida rápida, un truco sin dificultades aparentes, como tomarse un ansiolítico.
"En cambio, si usamos el sentido común, nos damos cuenta de que para eliminar unos hábitos que nos perjudican y aportan infelicidad hay que reemplazarlos por otros mejores”, destaca.
perspectiva correcta
Para vivir la vida color de rosa, según este autor, también es importante trabajar con empeño, "lo que no implica una gran nivel de esfuerzo o dificultad, sino tomar la decisión de hacer algo en vez de no hacer nada, adoptar una resolución y repetir lo decidido hasta que se convierta en un reflejo, como respirar”.
Pero todos sabemos que la felicidad no depende enteramente de la intención de cada uno, a lo que el autor comenta: "En nuestra felicidad hay elementos que no están totalmente en nuestras manos. Por ejemplo, siempre existe la posibilidad de que un accidente o un gen descarriado nos hagan sufrir una enfermedad, quedando así nuestro bienestar parcialmente fuera de nuestro control. Lo mismo ocurre con las circunstancias materiales y emocionales en las que nos encontremos: en parte dependerán de nosotros mismos y en parte, no”.
García Novella tiene claro cómo hay que actuar: "Para poder ser felices, es necesario que no suframos desgracias como enfermedades muy graves, pobreza absoluta o la ausencia total de seres que nos quieran y a los que querer, pero sean cuales sean nuestras circunstancias -pobres o ricos, con trabajo o sin él, solos o acompañados- una comprensión clara de nuestra situación y una perspectiva correcta de las cosas que nos rodean nos ayudarán a tener tranquilidad interior. Y eso sí depende de nosotros mismos”, afirma .
Esa perspectiva correcta es la parte de nuestra felicidad que sí depende de nosotros y en la que debemos enfocarnos y tenerla siempre, porque suele ser, además, la perspectiva más adecuada para nuestra satisfacción interior.
Para este pensador, en ocasiones, sabemos lo que debemos hacer para alcanzar el bienestar, pero no lo llevamos a la práctica... "Esto sucede porque no hacer nada es mucho más cómodo que hacer algo. Pero, a medio plazo, si no pasamos a la acción, todo seguirá igual. Si hacemos lo que siempre hemos hecho (no hacer nada), tendremos lo que siempre hemos tenido (infelicidad). En el momento en el que nos demos cuenta de esa paradoja, tomaremos la decisión de empezar a hacer algo”.
"Además, hemos de aprender a aceptar nuestro pasado. Recordar con insistencia hechos que nos sucedieron y no nos gustaron, no parece demasiado positivo”, concluye. (EFE Reportajes)
Siete secretos para ser más feliz
Para Clemente García, hay siete claves para que tanto nuestras emociones como nuestra parte racional y nuestro cuerpo, trabajen a favor de nuestro bienestar.
1. Un sabio aforismo dice "si haces lo que siempre has hecho, tendrás lo que siempre has tenido”. Es hora de hacer muchas de esas cosas que, a nivel teórico, casi todos sabemos que tendríamos que haber hecho antes para encontrarnos mejor.
2. La felicidad también tiene una base física: reducir los alimentos que nos quitan la salud y aumentar los que la mejoran; movernos más en nuestra vida diaria y practicar regularmente una actividad física que nos guste; librarnos con ayuda profesional de las adicciones como el alcohol, el tabaco o el juego; y dormir y descansar bien.
3. Importa mucho menos lo que nos sucede en la vida que la manera en la que lo sufrimos (o disfrutamos, si es bueno) en nuestra cabeza. Podemos trabajar sobre nuestros pensamientos e interpretaciones sesgadas de lo que nos rodea, para eliminar las que no nos convengan, ¡Con la práctica lo conseguiremos!
4. Para ser felices tenemos que dejar de buscar culpas y culpables, de culparnos a nosotros mismos, de sentirnos ofendidos, de ser pesimistas, de tener miedo a la decisión incorrecta y de tener expectativas imposibles, así como abandonar ese hábito tan arraigado en la mayoría de nosotros de quejarnos siempre por todo, en cualquier circunstancia y aunque sea innecesario.
5. Para aumentar nuestro bienestar tenemos que aprender a aceptar, practicar la amabilidad, el sentido del humor, el altruismo y su pariente cercano, la empatía, así como esforzarnos por vivir el momento, elegir placeres sencillos y, por encima de todo, aprender a confrontar nuestros pensamientos con la realidad.
6. Recibir calor humano, compartir momentos agradables con gentes queridas para salir del "yo” y entrar en el "nosotros” es una de las grandes fuentes de la felicidad. ¡Cuantos más amigos, más calor! y los conseguiremos más interesándonos en otras personas.
7. Para ser feliz es necesario el suficiente dinero para cubrir las necesidades básicas propias y de la familia, y recordar como señaló Schopenhauer que "lo que uno tiene en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad sin que nadie se lo pueda dar o quitar, es mucho más importante que todo lo que posee o lo que es a los ojos de otros”.
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