Pablo, un papá de 36 años, tiene dos hijas: él las peina, las recoge del colegio, las lleva a sus clases de ballet y muchas veces, hace las tareas con ellas. Su esposa trabaja en un banco y lleva un horario continuo e inflexible, mientras que Pablo, al tener su empresa propia, tiene el horario que él desea, por lo que él cuida a las niñas. ¿Qué opina él? Se siente realizado como padre.
“Amo cuidar a mis hijas. Me siento afortunado y realizado”, asegura.
El papá moderno ayuda en la casa, lleva a los hijos a sus clases extracurriculares, los baña, hace tareas con ellos (un territorio tradicionalmente dominado por las mamás); él está rompiendo las obsoletas normas sociales establecidas siglos atrás.
Mientras nuestros abuelos no sabían ni cambiar un pañal y muchos ni entraron a la sala de parto, hoy los hombres sostienen la mano de su esposa mientras da a luz, cambian pañales y se despiertan a media noche para atender al bebé, lo que antes era una utopía.
“La imagen tradicional de un papá (que hoy es un estereotipo obsoleto) era la de un legislador, arbitro moral, disciplinario y el CEO de la economía familiar”, escribe Jeremy Adam Smith, autor de ‘The Daddy Shift: How Stay-At-Home Dads, Breadwinning Moms and Shared Parenting Are Transforming the American Family’.
Un número de factores – desde una población creciente de mujeres trabajadoras a una economía inestable – están forzando a padres modernos a redefinir los roles de género y cambiar la definición de “mamá” y “papá”, explica Roland Warren, presidente de National Fatherhood Initiative (NFI), una organización sin fines de lucro que promueve la paternidad responsable. “Hoy los papás comprenden que deben proveer pero también criar y guiar. Esa conexión emocional con los hijos es crítica”, afirma.
Olvídate de ese hombre que llega a casa, acaricia la cabeza de sus hijos, cena y se va directo a ver tele.
Lo que las mujeres debemos aceptar es que los papás participan cada vez más en la crianza de los hijos, y que esto no es una tendencia, sino un cambio permanente en la sociedad. “Más hombres están organizando sus vidas alrededor de sus familias”, asegura Ben Siegel, M.D., FAAP, profesor de pediatría y psiquiatría en el Boston University School of Medicine y presidente del American Academy of Pediatrics.
El nacimiento de un papá
“Papás y mamás se vuelven “padres” mediante un proceso diferente. Para la mamá, la conexión se construye de manera biológica, es parte de ella, es un instinto. Pero para el papá es diferente, ellos deben aprender a ser un buen papá. Para algunos hombres se da de manera intuitiva, pero la mayoría necesita un poco de guía”, explica Siegel. Y es que existen padres en EEUU que abren grupos de apoyo para padres que cuidan a sus hijos, ya que no hay muchos recursos para nuevos papás (incluso hay revistas de paternidad para ellos).
“En los últimos 35 años, los hospitales animan a los papás a estar presentes en el parto y a cortar el cordón umbilical, incitándolos a ser parte de la vida del bebé desde el nacimiento”, asegura Siegel.
Sin embargo, investigaciones demuestran que los hombres atraviesan un cambio hormonal junto a su pareja, lo que lo prepara para la paternidad.
Un estudio canadiense sugiere que los niveles de testosterona en los papás disminuyen significativamente luego del nacimiento del hijo. Otro estudio, publicado en Evolution and Human Behavior, reveló que la hormona prolactina (que promueve la lactancia en mujeres y estimula el comportamiento parental en mamíferos y aves) aumenta en 20% tres semanas antes de que su pareja de a luz y los niveles de testosterona disminuyen 33% tres semanas después del alumbramiento (y vuelven a la normalidad entre cuatro a siete semanas después del nacimiento del bebé). Éste cambio natural induce el proceso de vinculación entre padre e hijo.
¿Nos sentimos amenazadas por él?
Cada vez hay más mujeres que trabajan y algunas ganan más que ellos (una tendencia en alza), por lo que los papás pasan más tiempo con los niños mientras las mamás están más ausentes debido a su trabajo, una situación que inquieta a muchas mamás modernas. El año pasado, investigadores entrevistaron a 78 parejas con bebés de ocho meses y encontraron que la autoestima de la mamá disminuye cuando piensan (y saben) que el papá es capaz de cuidar al bebé y pasa más tiempo con los hijos que ella.. “Lo que vemos es más igualdad en los roles de género: papás que ayudan en el trabajo del hogar, tradicionalmente asociado a las mujeres, programando citas médicas, haciendo tareas del hogar, participando en el cuidado de los hijos... esto es positivo por donde lo mires”, asegura Siegel.
¿Reconocemos al papá moderno?
Hay matrimonios donde el esposo es el mayor colaborador con el bebé, que no le falta ganas ni voluntad para pararse a media noche y darle leche; también hay hombres que cocinan en sus casas y hay otros que hacen las compras y se ocupan de las actividades escolares y extracurriculares de los hijos.
Los papás de hoy son diferentes, ya no están aislados, ni se excluyen de las actividades hogareñas. No obstante, algunas mujeres se quejan de que sus esposos no hacen lo suficiente y ellos se resienten de que no se le reconozca lo que sí hacen por su familia.
La pregunta en este polémico asunto es: ¿Las mujeres estamos reconociendo el valor de los intentos que hace el hombre para involucrarse más en las tareas del hogar y con los niños?
¿Apreciamos los sacrificios que él hace de la misma forma que la sociedad valora los sacrificios que hace la mamá?
“Las mujeres siempre tuvieron legitimidad en la casa, y el movimiento femenino les dio legitimidad en el trabajo. Los hombres siempre tuvieron legitimidad en el trabajo, pero ¿tienen la misma credibilidad en casa? La respuesta es no”, asegura el Profesor Brad Harrington del Boston College a la revista Parenting. “Los hombres jóvenes quieren ser el proveedor económico pero también el proveedor de las necesidades emocionales de sus hijos”, asegura este experto. La sociedad moderna no solo espera más de los papás, pero los papás esperan más de si mismos.
Lo que es cierto es que el papá moderno continúa creciendo, cambiando y ganando terreno. Ésta en todo lado, en la salida de la guardería, llevando a su hijo en un portabebés en el súpermercado, despierto a las 3 a.m. o sentado en su oficina, esperando ansioso el partido de fútbol de su hijo o el recital de danza de su hija. /
QUICKIE
Una investigación reveló que el afecto y cercanía del papá promueve el desarrollo social y emocional de los niños. Los niños que reciben más amor de sus papás son menos propensos a problemas de comportamiento y abuso de sustancias.
Los síntomas de embarazo en los hombres son más comunes de lo que creemos: 90% de los hombres experimenta al menos un síntoma relacionado al embarazo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario