En un 60% de los casos, el problema salta a la vista inmediatamente después del nacimiento: el bebé tiene orejas de soplillo. También conocidas como orejas en asa, despegadas o aladas.
Las orejas de soplillo son el problema estético más frecuente en la infancia. Se debe a que falta uno de los pliegues de la oreja llamado antehelix produciendo una excesiva profundidad de la concha de la oreja. En la mayoría de los casos, se da en ambas orejas. Una oreja despegada es aquella cuya parte libre, es decir la parte superior lateral, tiene una separación de más de dos centímetros de la cabeza.
La apariencia alada de las orejas no perjudica en absoluto la audición, pero en muchos casos afecta la autoestima del pequeño, quien a partir de cierta edad, alrededor de los cinco o seis años ya empieza a tener noción de su apariencia física.
En algunos casos, las orejas tienden a hacerse más discretas a medida que el niño crece, ya sea porque la cabeza va creciendo y se disimula la deformidad o en el caso de las niñas, porque el pelo ayuda a disimularlas.
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