Hoy, con los corazones henchidos de orgullo de quienes tienen la dicha de contar con la presencia de ese ser que es un ejemplo de trabajo, responsabilidad y esfuerzo, para decir: "Feliz Día Papá".
Y aquellos que físicamente no lo tienen a su lado, llevan por delante la vivencia transmitida a través de ese modelo a seguir, por derroteros que él hizo capaz de atravesarlos y vencerlos.
El Día del Padre se recuerda, en memoria de San José, padre de Jesús, y padre de la cristiandad, y en Bolivia se fijó esta fecha bajo la presidencia de Hugo Banzer Suárez.
Dentro de la sociedad los papás cumplen una labor fecunda siendo el sostén de la familia, además de ser el guía del hogar, siendo quien brinda las normas de trabajo, respeto y moralidad.
Es quien se preocupa por la alimentación, salud y una esmerada educación, que será la herencia más grande que dejará a sus hijos, para saber defenderse en la vida.
En la sociedad, se pondera mucho la labor que realizan muchas madres, pues al haber sido abandonadas por sus esposos, o quedado viudas, son las que toman las riendas del hogar, haciendo el doble papel de madre y padre, sin embargo, en esta sociedad, se conoce también de padres que corrieron con el mismo destino que muchas mujeres, habiendo sido abandonados o quedado viudos, junto a sus hijos, para quienes hoy son padre y madre a la vez, y a quienes les brindan amor, comprensión y cariño.
Se lamenta que hoy en día muchos padres estén viviendo solos, sin la protección de sus hijos, al desamparo y olvido, de quienes un día fueron su razón de vivir, por quienes dieron su fuerza para sacarlos adelante.
Pero este día dedicado al padre boliviano, también está destinado a reflexionar y crear conciencia, para pensar en los papás, y destinarlos a un futuro lleno de gratitud y cariño, hasta sus últimos días.
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