sábado, 8 de marzo de 2014

Los malos hábitos orales


La succión del dedo o del labio inferior, el uso del chupete o preferir siempre alimentos blandos, son algunas malas costumbres bucales que pueden afectar la salud y provocar malformaciones en los niños. Si se detectan a tiempo todos son susceptibles de ser corregidos, los más comunes son:

Hábito de succión: Los más frecuentes son el chupar el dedo y utilizar tetes defectuosos. Altera la alineación de los dientes, provocando una salida del maxilar superior, deformidad del paladar y mordidas abiertas.

Hábito de respiración: Se presenta en menores que respiran por la boca. Conlleva a una mala posición de la lengua, mordidas abiertas y que mandíbula se abra hacia delante.

Hábito de deglución: Es normal que cuando uno come o pronuncie ciertas palabras, coloque la punta de la lengua en la parte superior del paladar contra los pliegues palatinos. Este hábito genera que los niños coloquen la punta de la lengua entre los dientes superior e inferior anteriores, provocando que la mandíbula tenga la tendencia de irse hacia delante y mordidas abiertas.

Hábito de masticación: El principal error es mascar más por un solo lado (debe ser bilateral), o preferir siempre alimentos muy blandos, esto impide el desarrollo adecuado de los maxilares. Estas prácticas provocan apiñamientos de los dientes y otras complicaciones.

Hábito de postura: En cuanto a lasposiciones, también hay una serie de vicios dañinos. Por ejemplo, dormir constantemente hacia un solo lado, o en el caso de los estudiantes, cuando colocan siempre el mismo brazo sobre el pupitre y la misma mano sobre una mejilla; el hacer gestos o mímicas con regularidad (muecas). Estas conductas ocasionan mordidas cruzadas unilaterales (que el maxilar superior esté por detrás del inferior, cuando lo normal es que sea el superior el que sobresalga) y desviación de la mandíbula.

Los hábitos labiodentales son conductas que se repiten frecuentemente, e intervienen en el crecimiento y desarrollo normal de la región oral. Se produce una acción deformadora y genera más daño a mayor frecuencia y tiempo. En promedio, de cada 20 niños que visitan por primera vez el consultorio, el cincuenta por ciento tienen alguna manía que afecta el conjunto de la cavidad dental (músculos, huesos o dientes). Estas perjudiciales aficiones pueden alterar el normal desarrollo orofacial, también provocan problemas respiratorios, digestivos sicológicos y de aprendizaje.

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