jueves, 5 de septiembre de 2013

Fantasías de alcoba

Irse a la cama con una persona del mismo sexo o con varios amantes al mismo tiempo. Tener una aventura con un desconocido o desconocida. Mantener un encuentro amoroso salvaje o que dure varios días. Hacer el amor en un lugar prohibido o con alto riesgo de que alguien lo descubra...

Éstos son algunos ejemplos de las fantasías sexuales más frecuentes, esas deliciosas jugarretas de la imaginación, que todos albergamos en un rincón secreto de la mente y que, de acuerdo a los sexólogos, son normales e incluso necesarias dentro de una vida sexual sana, ya que funcionan como estimulantes del erotismo.

Aunque a veces algunas de estas ilusiones pueden hacerse realidad, no resultan tan placenteras como cuando forman parte de nuestros sueños y deseos más íntimos.

A pesar de lo que se puede suponer, no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales masculinas y femeninas experimentadas habitualmente, ya que ambos sexos fantasean con aspectos íntimos o románticos que involucran a la pareja o persona amada, según un nuevo estudio realizado en la Universidad de Granada (UGR), en España. Eso sí, según la UGR, los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de “ellos piensan más en el sexo que ellas”.

Para su investigación, los expertos de la UGR han encuestado a 2.250 personas (49,6 por ciento hombres y 50,4 por ciento mujeres) de 18 a 73 años de edad, que mantienen una relación de pareja heterosexual de, al menos, seis meses de duración.

Los resultados indican que casi el 100 por ciento de mujeres y hombres ha experimentado alguna fantasía sexual de modo placentero y agradable durante su vida, y alrededor del 80 por ciento de los participantes en el estudio tuvieron, al menos, una fantasía sexual negativa o desagradable en algún momento.

Pero -según la UGR- existen diferencias cuando se compara la frecuencia con que se tienen determinadas fantasías en ambos sexos, ya que “las mujeres experimentan de modo agradable, con mayor frecuencia que los hombres, fantasías de tipo íntimo y romántico, algunas veces al mes”.

Por su parte, los varones piensan más a menudo que ellas (desde “alguna vez en la vida” a “alguna vez al año”) en actividades exploratorias, relacionadas con sexo en grupo o la búsqueda de nuevas sensaciones, como “ser promiscuo”, “intercambiar parejas” o “participar en una orgía”.

Las fantasías sexuales experimentadas de un modo más desagradable o no placentero se relacionan con temas de sumisión sexual: ellas piensan, de modo más frecuente que los hombres, en “ser presionada a mantener relaciones sexuales”, mientras que ellos piensan en participar en actividades homosexuales con una connotación negativa de modo más frecuente que las mujeres, según la investigación.

Un condimento para el deseo

Para los psicólogos Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR, “tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual”.

En el marco de la terapia psicológica, “es necesario tener en cuenta, además de la presencia o ausencia de las fantasías, la actitud que presenta el paciente hacia éstas”, señalan Moyano y Sierra, que ahora están estudiando si vivir las fantasías sexuales de un modo negativo o desagradable es disfuncional para el pleno desarrollo de determinadas conductas sexuales.

Otra investigación reciente ha desvelado que la frecuencia e intensidad de las fantasías sexuales femeninas no dependen solamente de factores externos, sino también de su propia fisiología, ya que las mujeres experimentan este tipo de ensoñaciones dos veces más durante los días en que están ovulando.

Un estudio de la Universidad de Lethbridge, UoL, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes.

Para su experimento, los investigadores solicitaron a 27 mujeres solteras, en su gran mayoría estudiantes universitarias, que fueron detallando sus fantasías sexuales en un diario online, a los largo de treinta días.

Al analizar sus apuntes diarios, los expertos de la UoL descubrieron que la imaginación sexual de las participantes aumentaba, hasta casi duplicarse, durante los tres días previos y posteriores al momento de la ovulación.

Durante ese lapso de fertilidad, aquellas mujeres que normalmente tenían una media de 0,77 fantasías sexuales cada jornada, pasaban a experimentaron 1,3 fantasías eróticas diarias.

Además, en el trabajo canadiense, las mujeres reconocieron que durante su ovulación sus visualizaciones sexuales eran más excitantes, menos explícitas pero con más contenido emocional.

Los investigadores de la UoL también observaron que el aumento de la imaginación y el pensamiento sexual no dependía de que las mujeres tuvieran o no pareja, sino de su interés por el sexo.

Fantasear para enriquecer el erotismo

La terapeuta corporal y experta en biosexualidad, Dolores Mangas (integracionconsciente.blogspot.com.es), señala que “no siempre es recomendable poner en práctica una fantasía, porque la realidad es compleja y hay una serie de olores, sabores o problemas derivados de las situaciones que pueden perjudicar nuestra vida individual o de pareja”.

Otra opción, según Mangas, consiste en transformar la fantasía en un juego erótico, lo cual puede “enriquecer mucho la vida sexual de la pareja” o “pensar en otra persona al practicar sexo con la pareja, aunque ello no enriquece tanto la vida amorosa”.

Para esta terapeuta, la fantasía no debe reprimirse ni “convertirse en una enemiga, sino en un complemento de nuestra vida sexual. Carecer de fantasías eróticas incluso puede ser un síntoma de carencias sexuales, de estrés o de exceso de trabajo”.

Según diversos estudios relacionados con la sexualidad, una de las fantasías más populares consiste en mantener relaciones sexuales con un personaje famoso. Por ejemplo, de acuerdo a una encuesta realizada por la empresa Durex casi dos de cada tres mujeres y hombres consiguen alcanzar el orgasmo imaginándose que se acuestan con “sex symbols” contemporáneos.

Algunos psicólogos han interpretado estos datos como un reflejo del deseo de reconocimiento social y popular por parte de la persona bajo los ropajes de un impulso erótico o incluso como indicios de una baja autoestima, pero esta fantasía puede ser tan sana y estimulante como cualquier otra siempre que no se vuelva excluyente de otras u obsesiva”, comenta Mangas.

Los famosos

Parece claro que muchas personas tienen fantasías sexuales con famosos, pero ¿con qué fantasean las celebridades?

Repasando diversas entrevistas se ha sabido que la cantante Christina Aguilera disfruta fantaseando con historias de hospital y jugando con su marido a los médicos, y que Britney Spears suele fantasear con actores como George Clooney o Brad Pitt o con mujeres como Kim Kardashian o Halle Berry. En su libro “Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia”, la escritora española Roser Amills también desvela que a la actriz Eva Longoria la estimula el fantasear con ser atada con pañuelos de seda, y que Madonna, Tarantino y Naomi Campbell sueñan con que les chupen los pies.


FANTASÍAS Y ORGASMO

Diversos estudios confirman el poder de la imaginación en el orgasmo femenino. ¿El secreto? Está en tu cabeza...

Dos nuevos estudios sobre el orgasmo femenino revelan su relación con nuestra mente. En el primero, científicos de la Universidad de Rutgers observaron qué ocurre en el cerebro de la mujer cuando se masturba a solas únicamente con la ayuda de su imaginación. En el segundo, de la Universidad de Groningen (Países Bajos), un conjunto de expertos examinó cómo afecta a una mujer el ser estimulada sexualmente por su pareja. ¿Resultado? Las primeras experimentan una explosión de actividad en cerca de 30 áreas del cerebro (y cuanta mayor actividad cerebral se produce, más intenso es el orgasmo), incluyendo la corteza orbitofrontal (COF), el rincón responsable de las fantasías sexuales. Sin embargo, cuando tienen sexo en pareja, esta parte del cerebro se ‘va apagando’ a medida que se acerca el clímax.

¿Conclusión? Existen dos tipos de orgasmos femeninos –según estés sola o acompañada–, en los que la presencia o no de fantasías juega un papel considerable. Estos son los beneficios de utilizar tu imaginación.

El poder de tu mente. Partiendo de las investigaciones anteriores, estarás de acuerdo en que fantasear durante el sexo debería duplicar tu actividad cerebral. Recrearnos en este tipo de pensamientos no es solo una buena forma de excitarnos aquellas veces cuando el mero contacto no es suficiente, sino también una excelente vía para predisponernos para el sexo, potenciar el deseo y el placer, y aumentar así la intensidad de nuestros orgasmos.

Otro estudio que evidencia el potencial de nuestras mentes es del gurú del sexo femenino Barry Komisaruk, de la Universidad de Rutgers, en un experimento en el que varios voluntarios debían imaginar que estaban recibiendo un golpecito en la mano o el pie. “Descubrimos que cuando imaginaban que estaban siendo tocados había mucha más actividad en sus cerebros que cuando recibían el golpe de verdad”, explica Komisaruk. Imagina que en plena sesión combinas la actividad de ambos momentos: el imaginario y el real. Mientras tú piensas en aquello que te pone a mil, él además te acaricia.

Ponlo en práctica. Al igual que la eyaculación precoz y la impotencia son los trastornos más comunes en el hombre, la falta de deseo es el desorden que más afecta a las mujeres, lo que se manifiesta cuando hay una ausencia de fantasías sexuales. Por esta razón no tienes que sentirte culpable por dejar volar tu imaginación. De hecho, un estudio del Dr. Harold Leitenberg de la Universidad de Vermont, asegura que las fantasías suelen darse en personas con vidas sexuales más sanas.

Existen varios tipos de fantasías que tienen lugar durante el sexo: algunas hacen referencia a esos pensamientos o ideas que tuvieron lugar en el pasado, otros son imágenes fruto de tu imaginación que incluyen haciéndolo en lugares públicos o incluso llevando a cabo juegos que jamás te atreverías a confesarle. Durante el acto, estos pensamientos pueden quedarse en tu mente o ser compartidos con él.

Confiésale si quieres eso que tanto te excita de aquella experiencia que tuvieron o lo que te gustaría que te hiciese. Aunque éstas fantasías (o cualquier otra que tengas) no se materialicen, sí jugarán su papel principal y te llevarán a una experiencia sublime.

QUICKIE

Investigaciones sugieren que las mujeres somos igual de visuales (en el sexo) que los hombres. La vision de las mujeres es atraída por imágenes eroticas, al igual que los hombres. Uno de tres usuarios de pornografía es mujer.

LO DIJO:
"Tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual”

Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire

Psicólogos

No hay comentarios.:

Publicar un comentario