jueves, 5 de septiembre de 2013

Combatir el sexismo empieza en casa

¿Quién dice que una niña debe servirle la comida a su hermano porque él es “hombrecito”? ¿O que un niño no puede llorar porque parece “mujercita”? En general, la familia es la que perpetúa ese tipo de costumbres discriminadoras. Por eso, para combatir la práctica del sexismo en la sociedad se debe empezar por dar el ejemplo en casa. Que un papá ejecute roles que supuestamente debe cumplir la mamá o viceversa ayuda a que los hijos tomen conciencia.

“Los niños repiten lo que ven. Si la mamá ordena a la hija a que atienda a su hermano o le sirva la comida primero a él o al papá, pues le está diciendo que los varones son primero”, dice la psicóloga Mónica Soliz.

“Dentro de la familia debe existir un espíritu abierto de análisis y crítica para equilibrar el trato igualitario a todos los miembros, sin que importe que los varones tengan que costurar o que las mujeres deban cambiar un foco”, agrega la psicoterapeuta familiar Sherezada Exeni.

Enseñar que ambos géneros merecen respeto, generosidad e igualdad de oportunidades es muy importante. “Analizar las diferencias entre el hombre y la mujer es una tarea que se debe hacer con criterio. Por ejemplo, si la mamá compró la garrafa de gas y la pagó está bien, pero quizá no puede levantarla porque carece de la fuerza que tiene el papá”, dice Soliz.

Se debe hacer hincapié en que las diferencias no los hacen mejores ni peores. “Los niños deben aprender a observar las situaciones que se viven en casa, pero también dentro de sus círculos sociales y culturales hay que enseñarles a identificar las señales de sexismo y rechazarlas”, indica Exeni.

Por ejemplo, si los padres dejan ir de campamento sólo a los niños y prefieren que sus niñas esperen en casa, fomentan conductas machistas. Para una educación equilibrada, se debe decidir cuáles serán los valores que se van a impartir y aplicarlos de manera muy clara y en consecuencia, esto para no confundir a los menores enviando mensajes contradictorios. “Los hijos deben crecer con un espíritu crítico y analítico sobre las distintas formas de discriminación que se viven en la sociedad”, sugiere Exeni.

Actitudes

Antes de tomar una determinación frente a tus hijos, piensa bien lo que vas a decir. A veces, en cosas simples, se manifiesta el sexismo disfrazado. Por ejemplo, cuando expresas: ‘Hija, ayuda a tu mamá a poner la mesa’, en lugar de pedírselo a tu hijo o hacerlo tú.

Discriminación

Enséñale a tus hijos que el sexismo es una clase de discriminación, latente en muchas personas y que se transmiten en la crianza de hijas e hijos. Si tienes una niña, por ejemplo, no destaques sólo su belleza en tus comentarios, también pregúntale sobre sus conocimientos, los deportes y las lecturas que ha hecho.

Conciencia

Sé consciente de los pensamientos sexistas que heredaste por tu parte. Si tu padre no te dejó jugar con camiones porque eras niña, no repitas el error, o si tu pequeño quiere aprender ballet o cocina, apóyalo. Si tienes preconceptos sobre lo masculino y lo femenino, combátelos.

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