Con cuánta frecuencia sucede que en el intento de compartir con otra persona ésta se distrae con el teléfono celular, interrumpiendo cualquier intento de conversación y estropeando momentos hasta insólitos como el que la instructora de gimnasia se pierda su propia clase en el celular o la pareja de baile olvide su compañía mientras sigue el ritmo sonriente al teléfono móvil.
El que la presencia física no se tome en cuenta puede con seguridad causar molestia sobre todo para aquellos que en Tarija aún no están tan al pendiente de las vibraciones de su celular y no comprenden ni toleran que les hagan “Phubbing”.
El denominativo “Phubbing” tiene poco más de un año de uso para describir la acción de ignorar a la persona que se tiene en frente y revisar el teléfono celular. El Phubbing fusiona “phone” (teléfono) y “snubbing” (desairar).
En Tarija el hábito comienza a hacerse notar de forma veloz y resalta en la forma de relacionamiento de esta generación con acceso a la tecnología. Con frecuencia padres, profesores o personas en general que no están del todo involucradas en el boom de la telefonía móvil, suele critican este comportamiento, pero la mayoría no puede competir por atención ante las posibilidades de un “me gusta” y mira mi foto que propone el facebook.
Un Me gusta
A la popularidad del Blackberry, a mediados de 2010 en Tarija, con su simpático mini teclado y tecnología que permite ingresar al internet, chatear, navegar, bajar música, juegos y otras aplicaciones, le siguió muy de cerca el celular digital que con un simple mando a dedo abre las posibilidades mágicas al mundo y su tecnología.
La llegada a Tarija del Smartphone, teléfono celular inteligente con aplicaciones modernas ha venido a derivar en un comportamiento obsesivo de muchas personas que manejan esta tecnología moderna y se convierten en víctimas de una necesidad por estar conectados a la red, sobre todo a las redes sociales como Facebook y Twitter.
Padres, madres, hijos, jefes, empleados, instructores, profesores, alumnos, adulto y adolescentes, han desarrollado la necesidad de estar al tanto de la actividad que anuncia el celular que no discrimina edad, generación o sexo. Los que cuentan con este tipo de tecnología con frecuencia se absorben, sumergen y desaparecen en su Smartphone.
Por mayor que sea el esfuerzo de los que puedan estar alrededor tratando inútilmente de llamar más la atención resulta difícil captar el interés de alguien afanado en interactuar mediante su celular.
Ejemplos hay miles, así le pasó a Raúl que llevó a su pretendida a una fiesta en casa de unos amigos, sin sospechar ni por un segundo que además se llevaba a un fortalecido grupo de navegadores con los que compartió a su invitada a la hora del baile, comida, tertuliada y hasta los instantes del tocador de mujeres se convirtieron en largos minutos de espera ante una persona que no quitaba los ojos ni las manos del celular. De esta manera, las posibilidades de entretenimiento se disiparon generando un sentimiento de incomodidad y molestia.
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El recibir un “me gusta”, comentar una imagen, chatear con amigos o desconocidos para llegar a conocer a diferentes personas a través de una imagen visual ante el acceso a datos de perfil y fotografías personales se ha vuelto parte importante de la vida de muchos tarijeños.
Es por eso que se entiende lo fácil que resulta dedicar tanta energía y tiempo al uso del Smartphone, asegura Daniel Arce Aquino, psicólogo que gusta de investigar sobre las tendencias sociales de los fenómenos en red.
Entre los fenómenos que percibe, el psicólogo asegura que muchas mujeres usan las redes sociales para aumentar su autoestima tener más contacto, sentirse queridas, protegidas, amadas, tengan o no tengan pareja ya que necesitan afecto.
En el caso de los hombres existe la tendencia de enviar solicitudes a diestra y siniestra con frases hechas “qué bonita tu foto de perfil o que lindos ojos que tienes no puedo dejar de verlos” por lo que usan la tecnología para lanzar el anzuelo por todo el mundo y ver a quien se puede interesar con este tipo de elogios.
Analizando al azar 10 diferentes perfiles se constató que en efecto los comentarios compartidos se basan en el envío de halagos que se pueden entender como estimulantes ya que pese a que representen riesgo en las relaciones reales para muchos se convierten en una necesidad a la que deben recurrir.
“Las necesidades insatisfechas de tipo emocionales, afectivas, físicas hacen recurrir al alcohol, drogas, sexo, ahora tenemos también otro elemento con el teléfono celular que como en todo caso depende de quién lo use y administre”, explica el psicólogo.
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Sucede entonces que muchas personas inician relaciones de parejas con su Smartphone. “Cuando iniciamos una relación de pareja queremos estar todo el día con esa persona, el celular está reemplazando esa función ya que las mujeres están usando eso para sentirse admiradas y los hombres lo emplean con fines no muy éticos. Estas tendencias marcadas pueden afectar la forma de construir pareja”.
Para detectar si no se está tratando de satisfacer un problema de forma inadecuada el psicólogo recomendó una simple técnica que ayuda a detectar este posible fenómeno en la vida propia: “intenta dejar la tecnología por un día y ve cuánto estrés provoca esta decisión”.
Recordó que existen otras formas de convivir; pues si no se puede dejar de interactuar con los que solo dicen “hola” significaría que algo anda mal y que se tiene problemas en la relación afectiva y en la vida personal.
Mientras nos adaptamos a la tecnología, viendo que está bien o mal, el especialista recomendó observar y prestar atención a la cantidad de tiempo e importancia que le damos al teléfono móvil para así notar lo que significa en las relaciones afectivas cercanas, comenzando por detectar si el “Phubbing” es parte de nuestro acontecer cotidiano.
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