La presión social y la soledad son los principales factores para que las personas se depriman en festividades como la Navidad y el Año Nuevo. Muchas veces, aunque la persona esté rodeada de mucha gente, se encierra en sí misma y en sus recuerdos, y se sumerge en la desolación absoluta, haciendo su vida miserable.
“Estas fiestas están dirigidas a la gente estable en lo económico, en la salud y en lo emocional, ya sea porque tiene una pareja o una familia perfecta”, reflexiona la terapeuta familiar Sherezada Exeni, quien cuestiona así la publicidad que bombardea las calles y los medios de comunicación, y que hace que quienes no tienen esa estabilidad “ideal” se sientan especialmente miserables.
La especialista agrega que la sociedad hace su parte y se encarga de mostrarte tu falta de todo (familia, dinero, pareja y otros), al comentarte día a día lo que compró, para quién lo compró y qué está preparando para las visitas.
"En estos casos, la persona debe aprender a manejar el tema sin concentrarse tanto en esos detalles, sino más bien convencerse de que es una pequeña etapa que pasará y que luego todo volverá a su cauce”, recomienda.
Para el psicólogo Eduardo Álvarez, solucionar esto es más sencillo: cree que acudir a una reunión de amigos o personas cercanas puede ayudar a disminuir esta depresión. Incluso, dice, “es en estos lugares (fiestas de fin de año) en los que las probabilidades de conocer a una pareja aumentan”.
“La depresión se nota más en mujeres que pasan los 30 años, a diferencia de los varones que todavía se sienten muy conquistadores a esa edad, aunque siempre es diferente, dependiendo de la sociedad”, describe Álvarez.
Mucha gente termina afectada por la “deseabilidad social”, que es cuando deja que le importe mucho lo que la gente piense de ella y hace que esto influya y cambie su vida.
Exeni recomienda no dejarse llevar por la ocasión. “No pierdas la esperanza de que las circunstancias pueden cambiar y puedes vivir momentos mejores y muy felices “, sostiene.
En resumen, no te hagas la víctima y valora lo que tienes: un amigo, un vecino, un compañero, un animal o un lugar espiritual donde compartir lo que sientes y no te concentres en lo superficial.
Combate la soledad
La verdadera forma de combatir el aislamiento y la soledad que te conducirán a la depresión es rompiendo todo esto: tomando iniciativas propias: como el ayudar a organizar una reunión en casa de algún compañero, un vecino o viajando.
Resuelve tu problema
Las personas que se deprimen lo hacen no por deseo o decisión personal sino por vergüenza, inhibición e incapacidad de resolver sus problemas. Si quienes están solos cambiaran su actitud, perdiendo su inhibición, conseguirían un notable cambio.
Piensa en ti
Piensa en ti y haz lo que sientas que debes hacer, mientras no molestes a los demás. Aprovecha todas las oportunidades que puedan presentarse, viajes, reuniones grupales, invitaciones, etc., para romper la soledad. No hay nada que no se pueda hacer.
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