La salud sexual empieza en casa

Debemos hacer un análisis de la salud sexual y reproductiva de los adolescentes en forma permanente, ver sus condiciones de salud y buscar las soluciones oportunas, estas tendrán que ser eficientes y de manera integral, los cuales deben merecer atención en la familia, los colegios y escuelas haciendo que todo esfuerzo sea especial y específico.

Los centros especializados tendrán una labor ardua al educar en la salud sexual y reproductiva, haciendo su enfoque a profundidad en cuanto a métodos, técnicas de servicio que contribuyan a la salud y al bienestar reproductivo, además de encarar el tema sexual como una forma de vida.

Los primero esfuerzos serán siempre dentro la familia, la forma de educar e inculcar en sus hijos el respeto a su cuerpo y al cuerpo ajeno, ayudará a aplicar los derechos reproductivos, el desarrollo de valores y principios que deben tener todo ser humano con el solo propósito de mejorar la calidad de vida de adolescentes y jóvenes.

Una de las grandes preocupaciones de la sociedad es el aumento considerable del número de embarazos en las poblaciones menores de 20 años, en la que se puede percibir una desorientación y cambio psicológico en menores con embarazos no deseados.

Asimismo, va creciendo el temor de enfrentar a los padres como a los problemas que suceden con las parejas y más aún cuando no se quiere asumir responsabilidad paterna, este problema y muchos más hacen que crezca la incertidumbre en las jóvenes adolescentes. Otro problema que va en desarrollo es la alta prevalencia de casos con el Virus de Insuficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) ya que la proporción de contagios es de 3.6 por 10.000 habitantes. En nuestro departamento son 40 casos que están distribuidos mayormente en provincias donde los accesos de salud no son tomados en cuenta por falta de información o poco interés en la propia salud.

Las personas adultas debemos dirigir un poco a los jóvenes y adolescente para mejorar su salud sexual y reproductiva, evitando de esta manera la destrucción familiar y los sinsabores en los adolescentes.

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