domingo, 25 de mayo de 2014

No ser mamá es posible superarlo



Hace 10 años que Marisa se casó y hasta el momento no ha podido realizar el sueño de convertirse en mamá. Lo triste es que aunque a su esposo no le incomoda mucho esta situación, ella no ha podido superarla y se ha encerrado en su mundo. Se ha realizado ya tres tratamientos de fertilización que no han dado resultado, pero aún así, no quiere aceptar el hecho de que nunca podrá ser madre de forma biológica.

Sus familiares y amistades aseguran que ella misma se presiona. Cuando se reúne con sus amigas o su parentela, aunque nadie quiera tocar el tema para no lastimarla, ella siempre termina arrastrando la conversación hacia la maternidad. Las fechas como el Día de la Madre o del padre se han tornado en una tortura para Marisa.

Hay que aceptarlo
En criterio de la sicopedagoga Nadia Rocabado, la gran mayoría de las mujeres sueñan con convertirse en madres, pero, ¿qué pasa cuando ese sueño se ve truncado por problemas de índole orgánicos que impiden realizar el sueño de la maternidad? ¿Es posible renunciar a ese anhelo?

“Es doloroso y lleva su tiempo, pero es posible llegar a aceptarlo, aunque la mayoría agotará los recursos que tenga disponibles para conseguirlo. En esos intentos se exponen a muchos fracasos y desilusiones e incluso a veces es necesario optar por un acompañamiento sicológico para superarlo”, explica.

Un tema estresante
La orientadora familiar Dalia Muñoz indica que la infertilidad es uno de los temas más estresantes en la vida de las personas que la padecen. “Frecuentemente la pareja expresa sentimientos de culpa, de desvalorización y de baja autoestima. Incluso la sexualidad se ve afectada por la pérdida de la espontaneidad y siente el aislamiento de sus amigos, que a veces están criando a sus hijos y se transforman en fuente de dolor para la pareja estéril”, resalta.

Añade que la presión de formar una familia puede ser enorme y la idea de no poder tener niños puede hacer que muchas mujeres sientan que han fallado.

Es normal, prosigue, tener una sensación de pérdida o sentirse estresada, triste o abrumada. Hacer frente a esas emociones y aceptarlas ayuda a superarlas.
“Cuando se atraviesa por la búsqueda de una maternidad fallida, hay que dominar los sentimientos de culpabilidad, ya que uno puede verse atrapado en un círculo de pensamientos negativos que solo sirven para empeorar las cosas”, aconseja Muñoz.

Mantenerse juntos
En tanto, la orientadora familiar Aldana Fernández dice que estar juntos es fundamental para pasar este proceso, ya que no lo podrán hacer solos. La familia y amigos ayudarían en preguntar menos y estar siempre presentes cuando los necesiten. Sugiere que cuando les pregunten por qué aún no tienen hijos, lo mejor es responder con otra pregunta. No tienen porqué contarle a todo el mundo ni dar explicaciones, ya que hay personas que lo hacen por cariño y otros, por simple curiosidad.

Rocabado dice que ante las consultas, lo ideal es acordar con el esposo hacerle conocer al entorno que ese embarazo no será posible o, si no existe mayor incomodidad, no responder, al fin y al cabo la procreación es un tema que solo compete a la pareja.

“La mujer puede ayudarse no teniéndose lástima y no siendo víctima de sí misma. Debe buscar otras actividades fuera del trabajo como hacer ejercicios, caminar, pasar clases de cocina y, por qué no, de baile con la pareja, si a ambos les gusta. Busquen actividades que puedan compartir juntos”, recomienda Rivero.

Hay otras opciones
Rocabado agrega que hay matrimonios que llegan a deshacerse por la falta de hijos. Si este es el caso, es mejor que suceda, porque uno no se casa solamente para procrear, sino porque ama a su pareja y quiere pasar la vida a su lado, sea cual sea la situación.

Insiste en que la finalidad del matrimonio no solo es la procreación en sí y que la felicidad de la pareja o de uno mismo no pasa exclusivamente por el hecho de tener hijos. “Las mujeres hoy en día tenemos muchas otras opciones y no solo es el hecho de ser madres”, apunta.

En criterio de Rivero, en Europa, siendo una sociedad más desarrollada, se ve con más frecuencia la decisión de no querer tener hijos. No a todas las mujeres, afirma, les parece atrayente estar pendiente de alguien, dejándose ellas en segundo plano y sus actividades usuales, con lo cual quedaría anulado el pensamiento popular de que todas las mujeres son maternales. Al ser importantes profesionalmente, no quieren renunciar a su estatus y toman la decisión de no concebir.

Ser feliz sin hijos
La sicoanalista Ingrid Saavedra señala que es fundamental comprender que cada persona elige sufrir o enfrentar la realidad, conquistando y aprovechando sus recursos. “Es posible ser feliz sin hijos, reconstruyendo los objetivos de pareja y proyectando la maternidad a otras instancias y a otro nivel. Si se elige la opción de adopción se tiene que desear asumirla y no hacerlo por llenar vacíos, porque se podría dañar al niño adoptado y poner en riesgo su estabilidad familiar”, resalta.
La sexóloga Mónica Rivero dice que en nuestra sociedad es como si implícitamente todo tenga su momento, porque si se salen de esos cánones establecidos culturalmente, se los tilda de raros.

“Si no te casas antes de los 30, eres una solterona y te está dejando el tren; si no tienes hijos antes de los 35, te preguntan ¿quién te va a cuidar en viejo? Si tienes solo un hijo, te dicen uno es ninguno. Estos y muchos otros ejemplos demuestran la mentalidad sesgada en la que vivimos”, remarca.

Hay ventajas

Ser madre, manifiesta Rivero, es una decisión que debe elegir la mujer por sí misma y no una imposición social. El hecho de no poder tener hijos por alguna enfermedad es muy diferente que tomar esa decisión. Cuando se pasa por situaciones difíciles, subraya, es mejor pensar en las ventajas que esto acarrea. Puntualiza que el tener hijos no hace ni mejor mujer ni más mujer y además, no tenerlos puede generar algunos beneficios.

Por ejemplo, menciona que hay más tiempo para compartir en pareja o hacer cosas sola, puede desarrollarse mejor profesionalmente, en el trabajo tiene la ventaja de rendir al 100%. Hay más opciones de contratos laborales con puestos importantes, porque a veces las empresas desechan a mujeres en etapas fértiles porque generan gastos.

Por otro lado, es importante realizar terapia para asimilar de manera positiva. En caso de que ambos insistan en ser padres, la adopción es una opción importante que debe ser bien analizada antes de llevarla a cabo.

“El hecho de ser madre no debe ser tomado como una realización personal, de ser así, en los años del nido vacío la mujer se sentirá decepcionada por la partida de los hijos. Ser mamá es una decisión tomada por ambos en la pareja, lo cual no implica un logro, sino un complemento, a la estabilidad y al amor que hay en la pareja”, finaliza

El respaldo de la pareja es fundamental

Algunas sugerencias para los esposos y el entorno

La sicóloga Nadia Rocabado brinda algunas orientaciones para que la pareja pueda afrontar esta situación:

¿Cómo ayudar a la esposa? Con cariño, amor y paciencia. No es fácil para la pareja, pero la carga más pesada se la lleva el que no puede procrear. Es en esta situación donde el matrimonio tiene que optar por otros proyectos, ya sea la adopción, asumir una vida sin hijos o ayudar a los niños necesitados. Incluso hay parejas que dan su amor y cuidado a los animales y a las plantas.

¿Cómo ayudarse a uno mismo? Primero debe elaborar su luto y aceptar la situación. Ver la adopción como alternativa, desarrollar una exitosa vida laboral con independencia, cursar una maestría, un doctorado o bien otra carrera; sin dejar de lado la recreación: viajar con la pareja a lugares lejanos, conocer otras culturas, hacer una serie de actividades que normalmente las familias con hijos no pueden, como escalar, bucear, tours de riesgo, etc. Es necesario entender que aun sin hijos se puede alcanzar la plenitud en la vida, se puede ser feliz y sentirse autorrealizada. En el mundo hay cada vez más mujeres que optan por no tener hijos y escogen otro proyecto de vida para ellas.

¿Cómo puede ayudar el entorno? Lamentablemente en Bolivia no coadyuva mucho. Siempre se hace presión para casar a los solteros o para que la pareja tenga hijos o no se conforme con uno solo. En este caso, el entorno puede ayudar siendo comprensivo. A veces las personas suelen ser indiscretas y no aportan sobre llevar la situación. Hay mujeres que se sienten incomodas con la constante pregunta ¿Cuándo te vas a embarazar? Para ponerle freno, ambos deben acordar qué responder o si no van a decir nada. Es necesario comprender el sentir de la mujer, evitar los comentarios y situaciones que la hagan sentir mal, hasta que ella pueda aceptar la situación que le ha tocado vivir y afrontarla sin que le afecte emocionalmente.

Si se cuidan uno al otro pueden luchar juntos
Dalia Muñoz /Orientadora familiar
La pareja debe ayudarse y no echarse la culpa. Esto no significa que ambos sientan lo mismo, dado que el hecho de que cada uno vive esta situación y la expresa de forma distinta es uno de los problemas más comunes para las parejas que no pueden concebir.

Si se están cuidando emocionalmente el uno al otro, podrán luchar contra el problema. Trabajen juntos para encontrar maneras prácticas de compartir la carga. Estar informados es importante cuando hacen frente a la infertilidad, porque las tecnologías que hay detrás de los tratamientos son complicadas y cambian rápidamente.

Es necesario fijar límites acerca de cuánto tiempo intentarán quedar embarazados. Algunas parejas deciden desde un principio que no tomarán medidas extremas para tener un bebé. Otras, invierten miles de dólares agotando todas las opciones de tratamiento. Nadie puede decir cuándo deben dejar de intentar concebir, es una decisión que se toman en pareja y con el médico.
Sin embargo, sentirán que tienen más control sobre su vida si comienzan a pensar con anticipación hasta dónde están dispuestas a llegar para quedar embarazadas. Empiecen por analizar qué posibilidades hay desde el punto de vista médico, decidir qué tratamientos no están dispuestas a hacer y plantearse cuál es la meta final.

Con respecto a la pareja, deseo puntualizar que un matrimonio es un vivir para el otro: los hijos son expresión de ese amor, consecuencia del mismo, pero tienen vida y evolución propia. Si no llegan esos hijos, habrá infertilidad, pero lo que siempre ha de haber es fecundidad y esto es dar amor, generarlo y expandirlo: llenar de alegría la vida de los demás. A eso siempre estamos llamados como matrimonio todos: los que tienen hijos y los que no.

Un matrimonio al que no le llegan los hijos no es un matrimonio defectuoso. Se habla de tres tareas que la pareja infértil debe hacer para adaptarse a la infertilidad: reconocer el dolor de perder esa experiencia básica de la vida, restaurar una imagen corporal sana y evaluar la importancia de la maternidad/paternidad y determinar si otras actividades compensan o bien considerar otras formas.

Con frecuencia ocurre que las parejas infértiles si no han elaborado el proceso de duelo suelen no hablar del tema y lo mejor es conversarlo, ya que si bien implica abrir una herida, también permite curarla con mayor rapidez, con ayuda de la pareja.

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