“Objetivamente necesitamos ser jodidos como padres; tenemos que aprender a decir no, aunque pudiéramos decir sí; muchos papás tienen terror a sus hijos y los complacen en todo”. Con estas palabras la sicóloga chilena Pilar Sordo resume parte de los temas que aborda en su libro No quiero crecer, investigación enfocada en la adolescencia.
Ayer, en Toyosa, se llevó a cabo un conversatorio en el que la sicóloga dijo que los hijos tienen que experimentar la dificultad, de lo contrario les costará mucho valorar lo que tienen y guardarán muchos prejuicios. “Ellos creerán que la gente vale más por lo que tiene y no por lo que es. En la vida real las cosas que han costado mucho son las que apreciamos más”, precisó.
Otro punto al que hace referencia esta escritora, considerada entre las 20 personalidades más influyentes de Chile, es el error que cometen los papás al querer dar todo a sus hijos, bajo el argumento de que desean que tengan mejores condiciones que las que tuvieron ellos. “Los niños ya tienen lo que sus padres no tenían a su edad, por ejemplo, una cafetera eléctrica, un microondas; decididamente no está bien que los padres queramos ser encantadores”, dice.
Priorizar la afectividad
También destacó la importancia de desarrollar vínculos afectivos y sanos. Al final del día cada padre o madre debe preguntarse cuánto de afectividad brindó a sus hijos. Así también remarcó la importancia de saber establecer límites y autoridad. Esta última debe ser clara y coherente entre los patrones de conductas y normas que se desean establecer con el ejemplo que dan los padres. Sordo, no está de acuerdo con el castigo físico a los hijos, cree que los padres deben tener la capacidad de entablar una comunicación con sus hijos cuando hay problemas. “Más allá de ser amigo de nuestros hijos, hay que ser mamá o papá y eso significa ser jodido, establecer límites y decir no”, reiteró.
Ojo con la tecnología
No está en contra de los avances tecnológicos, pero asegura que necesitan ser regulados y tener horarios. Criticó la tendencia actual de muchos jóvenes, que están pendientes del celular, de la computadora y del televisor
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