Existe una conducta que causa mucho dolor y muchos daños en el cuerpo físico y moral de muchas personas, me refiero a la conducta específica “sufrir por los hijos”. Tal como dice Kahlil Gibran en uno de sus libros “tus hijos no son tus hijos, son hijos de la vida que nacen por las ansias de la misma vida”, nosotros podemos decir también:
“Podemos educar a nuestros hijos, educándonos nosotros mismos sin ser sus víctimas ni dejar que se conviertan en nuestros tiranos. Podemos entender que la costumbre de representarnos o imaginarnos lo peor de cada escena de la realidad y nuestra manera negativa de hablar van produciendo condiciones y circunstancias con las cuales nuestras relaciones con nuestros hijos se vuelven tensas, negativas y enemistosas”.
Si nuestros estados mentales internos son negativos, nuestras relaciones serán también negativas. Entonces es preciso que podamos entender estas verdades para poder revisar nuestra manera de hablar y nuestra manera de pensar así como los efectos y consecuencias que producen estas maneras negativas de comunicar.
Las comunicaciones negativas se fundamentan en la imposición de ideas y de datos mentales. Esa manera de comunicar produce siempre una o más rupturas del vínculo relacional; nadie puede aguantar una comunicación negativa por mucho tiempo y cuando no se toma conciencia de este hecho, los resultados suelen volverse en contra de la persona que vive practicando la comunicación negativa o manipuladora y es esa la razón por la que podemos, si lo deseamos, aprender a realizar la comunicación positiva.
Para disminuir las sensaciones dolorosas de la conducta sufrir por los hijos” Hay que recostarse con los ojos cerrados en una habitación donde uno no sea molestado ni interrumpido y luego en ese estado de relajación comenzar a repetir la siguiente oración inductora durante quince minutos: “Sufro mucho por mis hijos” y debe concentrarse en las respuestas sensoriales que va descargando su cuerpo físico en todo el proceso de repetición.
Si el anterior ejercicio consiguió descargar una buena parte de la conducta sufrir por los hijos, podrá profundizar el proceso con la repetición de esta otra oración inductora: “Tengo mucho sufrimiento por mis hijos, dolor e inconsciencia y deberá repetir estas palabras por otros quince minutos o más si fuera necesario y sus sensaciones de paz y de alivió volverán a usted en gran medida.
Sugerencia: Puede sacar una fotocopia del presente artículo y hacerla llegar a alguna persona que sufra por esa situación o por una situación parecida y conseguir por lo menos algún alivio o alguna mejora; cualquier bien que hagamos en este mundo el universo lo anota y lo toma en cuenta.
Pensamiento afirmativo para escribir cien veces: “Probar el ejercicio de regresión es una experiencia gratificante”.
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