Cuando la mujer inicia su edad fértil, se expone a un sin número de riesgos, como contraer las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), el VIH Sida, o lo que es peor, un embarazo no deseado, el mismo que es interrumpido por miedo a enfrentarse a la familia o a la sociedad y más aún cuando se está estudiando, no se puede solucionar el problema.
La educación para la sexualidad es una gran solución. Buscar la ayuda adecuada en los centros de salud para informarse o ver las posibilidades de utilizar un método anticonceptivo, que pueda ayudar a protegerse en forma adecuada.
Las adolescentes determinan cómo desarrollar su conducta, no interesa si la responsabilidad que toman las ayuda o no, prepararse en el momento y tener la seguridad de sus actos con decisión, sería importante.
Dentro de las determinaciones que llegan a tomar, a veces son las equivocadas, posteriormente suele sentir un arrepentimiento o frustración de sus decisiones.
No olvidemos que, como seres humanos, tenemos sentimientos y cualquier situación de riesgo afecta a la persona psicológicamente y muchas veces no se puede levantar.
El aborto es un problema en la mujer que determina la salud, el estado psicológico y las complicaciones que a futuro uno debe enfrentar.
Un aborto puede ser espontáneo, que determina diferentes causales, desde la alimentación hasta otra enfermedad de riesgo, como insuficiencia cardiaca o renal, pero también hay abortos provocados, que no tienen la seguridad de ser limpios, provocando infecciones, consecuencia del mal procedimiento.
Pero, lo que tenemos que conocer, es que posterior a un aborto una persona puede volverse a embarazar en forma inmediata si no toma los recaudos del caso.
El cuidar la salud es importante y lo es más si la información llega a tiempo para usar un método anticonceptivo y ayude en la posibilidad de no embarazarse de forma inmediata. Desde que es fértil, la responsabilidad de cuidar el cuerpo es de una misma.
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