Ser mamá se constituye en el desafío más hermoso que la mujer afronta y disfruta en su vida. Sin embargo, en ocasiones se cuestiona si lo está haciendo bien o no, si brinda la mejor educación, enseñanza y cuidados. Toda madre debería hacer una pausa para analizar qué tipo de madre quiere ser para sus hijos.
Al respecto Femenina conversó con la psicóloga Margarett Hurtado, quien explica que varios autores hacen referencia a los tipos de madres que existe y que afirman que hay una amplia gama de posibilidades, pero que por sus características en común son: controladora, posesiva, perfeccionista, cómplice y saludable.
MADRE PERFECCIONISTA:
√ Cae en la trampa de la perfección porque quiere lo mejor para sus hijos.
√ No se da cuenta que en el afán excesivo puede conducirlos al fracaso y a la decepción.
Consejos:
√ Poner atención no tanto en los resultados, sino en el proceso para flexibilizar su mirada.
√ Observar a los hijos cómo son, no como quiere que sean y respetar sus intereses, habilidades y limitaciones.
√ Tomar cada logro como un motivo para celebrar y cada fracaso como una oportunidad de aprender.
MADRE CÓMPLICE:
√ Quiere ser amiga de sus hijos pero no entiende que su posición debe estar por encima de ellos, porque es un modelo a seguir.
Consejos:
√ Debe estar ahí para sus hijos para ayudar, consolar y guiar cuando sea necesario, pero desde el rol de mamá.
√ Debe tomar conciencia de que los hijos necesitan compararse con un modelo distinto a ellos.
MADRE CONTROLADORA:
√ Obsesionada con el control y en ese proceso se agota ella y a los demás.
√Intenta solucionarlo todo y el hijo se siente perdido a la hora de tomar sus propias decisiones.
√ Expresa su amor a través de la sobreprotección.
√ Se nutre del internet para buscar foros en los chats para recibir recomendaciones y autoayuda.
√ Lo correcto es dejar un poco el control y respetar la privacidad del hijo.
√ Darle espacio para su desarrollo y fortalecer los lazos basados en la confianza mutua.
MADRE POSESIVA:
√ Camufla su inseguridad en la falta de capacidad para educar.
√ Lo cuida a tal extremo que muestra ante sus ojos un lugar hostil e inseguro todo lo que le rodea.
√ No le permite tomar iniciativas y el hijo aprende a asociar cualquier acción propia como un sinónimo de estar dejando de querer a su madre.
√ Son hijos totalmente dependientes.
√ Se quejan de que hace años dan todo por sus hijos y no hay cuándo se independicen, siendo ellas las responsables.
MADRE SALUDABLE:
√ Otorga seguridad a su hijo.
√ Al principio está pendiente, pero después a medida que va creciendo su hijo deja que se independice.
√ Cuando llega a sus 7 u 8 años, la madre retoma sus propias actividades y el hijo hace las suyas con un intercambio saludable.
La profesional menciona que en la última década no siempre la madre biológica es la que cuida al hijo, sino que existe el denominado cuidador primario que puede ser una tía, abuela o familiar, esto debido al fenómeno de la migración hacia países como Argentina, Brasil o España en otros.
“En función de la historia de cada persona se va a desarrollar un nuevo tipo de maternidad. Y encontramos madres sustitutas excelentes y buenísimas, mujeres sabias que encaminan al niño por la senda de la independencia sin descuidar el lado afectivo”, enfatiza Margarett.
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