LA CONDUCTA VIOLENTA ES UN FENÓMENO GLOBAL QUE SE TRADUCE EN ATAQUES TERRORISTAS, VIOLACIONES, ASESINATOS Y OTROS | UN TEMA QUE DEBE SER TRABAJADO CON URGENCIA. LA PREVENCIÓN DEBE COMENZAR EN NIVELES INICIALES DE FORMACIÓN Y A TRAVÉS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
El violento siempre parte del principio de que él es la víctima "engañado", "seducido", "humillado", "oprimido", entre otros; por esa razón, siente que tiene que hacer algo para remediar la situación y es cuando ocurren actos violentos. Sin embargo, si la persona ha aprendido a entenderse a sí misma y a entender al otro como un ser igual a él, por más de que tenga una religión diferente, un partido político, afiliación ideológica distinto o esté en otro equipo de fútbol (sea fanático del equipo rival), las cosas serían diferentes. No hay que ver al otro como alguien a vencer o destruir.
“Es mi obligación no quedarme callado respecto del tema de las conductas violentas, hay muchas razones y variables en relación a este fenómeno emergente actual donde podemos ver como se diría “la punta del iceberg”, pero debajo hay una base mucho más grande y compleja. Considero que psicólogos como psiquiatras que trabajamos en salud mental, y el mundo en general ahora que estamos tan interconectados, debemos hacer algo.
No es solo un tema preocupante para los lugares donde suceden con más frecuencia las conductas violentas, hablo de países como Alemania, Francia, Europa en general, Estados Unidos, África, sin descuidar también nuestra región. Yo diría que la conducta violenta es tristemente un fenómeno global”, dice Franz Siles Médico Psiquiatra de la Clínica Los Olivos. Una temática que debe ser trabajada interdisciplinariamente, reflexionando sobre las conductas que se van saliendo de lo habitual o lo normal, añade.
“No se puede quedar solo en el simple análisis o diálogo, debemos ir más allá de la educación formal no solo a niveles superiores de ciudadanos adultos, la prevención está en niveles iniciales, después solo queda la intervención coercitiva policial, judicial, o correctiva y eso implica combatir la violencia con más violencia o combatirla solo con leyes o decretos, esa no es una buena alternativa”, opina el Dr. Siles.
VARIABLES EN LOS ACTOS VIOLENTOS
En los actos violentos, sea de individuos solos, asociados o afiliados a una perspectiva engañosamente religiosa, interactúan aspectos diversos que determinan las conductas, en el caso de las violencias se determinan al menos tres y son: 1) La base biológica en nuestro cerebro; 2) los mandatos implícitos de cada entorno social y cultural de valores sean éstos edificantes, respetuosos del otro o tolerantes o sean restrictivos, negadores del otro o intolerantes y, 3) la intrínseca y gama de vulnerabilidades psicológicas propias a todo ser humano muestra un fenómeno emergente o visible con una base donde todo ser humano tiene niveles o variables.
“La variable biológica, nuestro cerebro mismo que interactúa primero consigo mismo entre los instintos básicos de fuerza descomunal, uno de ellos la agresividad básica necesaria para sobrevivir, y también lo que se encuentra en el neocórtex o aprendizajes de racionalidad, ser "civilizados" y cumplir lo que nos manda a ser "buenos y correctos" que tiene una fuerza de obligación, pero en desventaja imperativa con los instintos con la parte social y cultural que nos rodea. La segunda variable es lo externo que nos condiciona y se incorpora lenta y permanentemente a nuestro neocórtex en ello actualmente juega determinantemente y nos induce y moldea a la presencia de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), porque que vivimos en un mundo donde la comunicación es inevitable, inmediata, invasiva, e imborrable, tiene un efecto, un deseo por así decirlo de sanarlo y curarlo todo, “furor sanandi”, pero creo que ahora hemos pasado a un “furor comunicandi”, una necesidad excesiva de comunicar todo lo que hacemos y muchas veces nos precipitarnos con afirmaciones como si fueran totalmente ciertas y se crean los deslices de por ejemplo atacar por un concepto o motivos religiosos.
La tercera variables que hay que tomar en cuenta desde el punto de vista psicológico y psiquiátrico mental es la frágil estructura psicológica que todos tenemos, en éste caso la baja tolerancia a la frustración, en el tema del sujeto que se hace violento ocurre que aquella energía instintiva básica de agresividad para sobrevivir se puede transformar fatalmente en violencia, nunca justificada”, asegura.
“La cultura ya no va lentamente, no es estática, ya no evoluciona en decenas de años, los cambios se dan en meses o en un par de años, se modifica más rápido de lo que imaginamos y por lo tanto las conductas también forman parte de la cultura. Nosotros tenemos que prevenir o generar conductas que no tengan que terminar en violencia, se debe trabajar a la misma velocidad, esta no es una obligación solamente de las grandes universidades o que sólo trabajen unos cuantos y esperar a que sean ellos los que produzcan los conocimientos, nosotros tenemos una realidad que hay que estudiarla y trabajarla también”, explica el Dr. Siles.
EL FENÓMENO DE LA VIOLENCIA
Hay valores constructivos y otros que no, muchos de los valores negativos son el querer ganar a toda costa, ser muy competitivo, prevalecer sobre los otros, defender ideas irracionales, son mandatos que no sabemos cuándo, pero los adquirimos en algún momento de nuestra vida. “En la experiencia clínica mundial, y en Alemania, por ejemplo, se ha tratado de interpretar desde una categoría psiquiátrica que es el “AMOK”, un síndrome psiquiátrico que viene de una palabra Malaya, tiene fases sucesivas como: haberse sentido dañado, obligado, haber desarrollado un sentimiento de depresión y subestima de sí mismo y ésa vivencia frustrante y guardada se convierte en un acto repentinamente violento, matar personas, agredir a un grupo y todo lo que vemos que sucede en los medios de comunicación. Esto ocurre porque dentro de la frágil estructura psicológica, hay vulnerabilidades, baja tolerancia a la frustración y eso hace que nos enojemos, nos sintamos mal y reaccionamos inadecuadamente, queramos prevalecer, ganar, ser fuertes y esa mínima agresividad que necesitábamos para sobrevivir se puede convertir en violencia”, explica el experto.
CÓMO PREVENIR LA VIOLENCIA
En cuanto a la prevención se debe hacer algo desde la escuela y los medios de comunicación.
“En la escuela se tienen que repensar asignaturas que no son totalmente útiles y crear algunos espacios o mejor aún nuevas asignaturas que se trabajen como se hace con el medioambiente, las cosas deben cambiar a nivel de la educación formal e informal desde una corta edad. En los medios de comunicación también debe haber prevención en el estilo y la manera de difundir la información, muchas veces se privilegian temas que solo horrorizan y llaman la atención, es inevitable tener que reflexionar y abordar la influencia de todo lo que es y proviene de las tecnologías de la información para la comunicación, como Internet, redes sociales, que están generando cambios en las conductas de los seres humanos, es impensable suprimirlas o censurarlas, debemos más bien cualificar lo que comunicamos a todo nivel, dice.
“La empatía es una característica que la tenemos que utilizar mucho más, por el hecho de que aprendemos por la empatía o la imitación de las cosas. La clásica definición de empatía es ponerse en el lugar del otro, identificarse momentáneamente con el otro en lo bueno y en lo malo y esa es una capacidad innata que tiene el humano. Se ha demostrado que el cerebro tiene mucho que ver con la capacidad de empatía, yo diría que incluso es biológico, es casi como una cualidad del cerebro. El violento, por ejemplo, al atacar, matar o dañar, no ve al otro como persona, lo deshumaniza, desempatiza o antipatiza simplemente es aquello que representa el mal que supuesta o probablemente le han hecho, cree que hay que hacerlo desaparecer. Debemos aceptar la diferencia, hay que hacer operativo el concepto de empatía”, concluye el Dr. Siles.
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