Cada vez más muchachos y muchachas consumen a edades muy tempranas bebidas alcohólicas, tal vez al comienzo de las primeras borracheras no se vean las consecuencias, pero si los progenitores no educan en cuanto a prevención, cuando lleguen a ser adultos, esto va a tener un impacto en la salud física, mental y espiritual. Conoce por qué.
Salud mental. Rafael Pacheco, máster en psicoterapia positiva, informó que el consumo de alcohol afecta la memoria, reflejos, concentración, la conducta va cambiando volviéndose agresivo o silencioso. Se manifiesta el miedo social a través de la agresividad o huye de las personas. Acotó que su inseguridad avanza, buscando culpables por lo que le sucede. Entra en una etapa de soberbia, lo que lo lleva a seguir bebiendo.
Físico. Pachecho señaló que el alcohol y las drogas atacan el sistema nervioso central, causan trastorno del sueño, daños neuronales, cardiacos, disfunción eréctil y en las mujeres existe cambio en el ciclo menstrual.
Espiritual. El sentimiento de no pertenencia crece, va sintiendo un gran vacío, que lo llena asistiendo a fiestas acompañado de mujeres, desarrollando una conducta promiscua que al pasarle los efectos del alcohol le genera mayor vacío y culpa, misma que lo lleva a confirmar la no pertenencia que siente ya desde antes de beber, puntualizó el especialista.
¿Qué hacer? El psicólogo Óscar Urzagasti explicó que los progenitores tienen que aconsejarlos, educarlos sobre prevención, pero no prohibirles porque tarde o temprano se van a topar con el alcohol.
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