Las damas de hoy pueden optar. Pero hay que recordar que los cambios logrados costaron “sangre, sudor y lágrimas” y que la frase de Simone de Beauvoir “mujer no nace, mujer se hace”, explica claramente cómo los condicionantes sociales modelan las dinámicas de género tanto para la sumisión como para la libertad. La sumisión ha sido el imperativo del medio y la defensa de los derechos, la fuerza vital liberadora. Las mujeres que desplazan la maternidad no quieren quedar entrampadas ni en un rol social, ni en una estructura que no tiene muchos matices. No rechazan el deseo, se oponen a ser parte de un sistema de relaciones y circunstancias predecibles que coartan la libertad. Piensan en las responsabilidades del cuidado de la prole: alimentación, afecto, seguridad, cuidado, atención, educación, adaptación de las actividades y de la vida hogareña a las exigencias de la crianza.
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