viernes, 9 de enero de 2015

En 3 años no se aplicó la norma “Hijo bebido y padre multado”



“Hijo menor bebido o embriagado, padres y tutores multados”, es la ordenanza municipal 060/2011 que hace tres años no se aplica en la ciudad de Tarija, debido a la falta de albergues para trasladar a los menores de edad.

La normativa sanciona con multas de 500 y 1.500 bolivianos y trabajos comunitarios a aquellos padres cuyos hijos menores sean encontrados bajo influencia alcohólica.
La concejal proyectista, Carmen Rosa Patiño, explicó que la ordenanza tiene como objetivo frenar el consumo excesivo de alcohol en menores de edad. Asegura que el principal problema es la falta de ambientes para llevar a los menores, los cuales deben ser construidos por la Alcaldía Municipal en concurrencia con la Gobernación.
Aseguró que la norma tiene otras sanciones que no pueden ser aplicadas mientras no exista el compromiso de las autoridades ejecutivas. El albergue donde vayan a ser llevados los menores, debe contar con espacios de descanso, una psicóloga y personal para la atención del hijo y del padre o tutor.
“Lamentablemente no se está aplicando y ya hice minutas de comunicación al respecto, pero aquí debe jugar un rol importante la misma Defensoría de la Niñez y Adolescencia que debe presionar para la construcción de los ambientes—manifestó Patiño--. Si bien se hace una batida, nosotros tenemos que tener el lugar para llevarlos y sino, que se podría hacer”.
La norma en actual vigencia no solo sancionará a los padres cuando sus progenitores estén ebrios, sino, cuando estos causen destrozos a bienes públicos, parques y plazas de la capital. La multa a ser ejecutada será la misma, además de un trabajo comunitario.
“Cada vez los niños o menores están mas propensos a hacer cosas fuera de lugar, y claro, las multas que vayan a recaudarse deben ir a una cuenta de la misma Defensoría. Ese dinero recaudado debe ser invertido en el mantenimiento de los albergues—explicó--. Además de contar con un profesional que no solo orientará al menor, además al papá o la mamá que esté a cargo del muchacho o muchacha”.

Batidas de la Guardia
Aunque la norma en vigencia no está siendo aplicada, desde la Guardia Municipal vienen desarrollando batidas esporádicas en diferentes zonas de la ciudad. En los recorridos realizados hasta el cierre de la gestión 2014, se logró encontrar al menos 22 menores de edad consumiendo bebidas alcohólicas.
Todos fueron llevados a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, una vez allí convocaron a sus padres para entregarles al menor que estaba cometiendo una infracción, pero se desconoce que haya existido alguna sanción o multa.
“Por nuestra parte, estamos cumpliendo en controlar, es así que en algunas zonas como plazas, parques y otros sectores que patrullamos de forma permanente, hemos logrado detectar a menores bebiendo—indicó el mayor Edson Rojas, comandante de la Guardia Municipal--. Lo que procede es llevarlos a la Defensoría y convocar a sus padres para darles a conocer lo ocurrido. La verdad desconozco si está habiendo o no la aplicación de la norma que entiendo debe hasta crearse una cuenta fiscal”.
Añadió que los menores sorprendidos embriagándose, están en las edades de 12, 14 y 16 años, y concurren generalmente a las canchas deportivas del complejo García Agreda, entre otros lugares que están siendo vigilados en la actualidad.
Desde la Policía Boliviana se viene cumpliendo el mismo trabajo, especialmente por el grupo de la Patrulla de Acción Ciudadana (PAC) y por Radio Patrilla 110, que proceden a llevar a los menores a dependencias de la institución y luego a convocar a sus padres.

El Intraid atiende por mes más de 500 consultas

El Instituto de Prevención, Tratamiento, Rehabilitación e Investigación de Drogodependencias y Salud Mental (Intraid) atiende cerca de 500 consultadas mensuales. Cerca del 20 por ciento están relacionadas a menores con edades comprendidas entre los 10 y 18 años. Las terapias que reciben son por el bajo rendimiento escolar, hiperactividad, además de un alto consumo de alcohol y de sustancias controladas. Aseguran que la falta de control de los padres está haciendo que los hijos se descarríen.

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