Anima a tu hijo a mover y a empujar suavemente su diente flojo con un dedo limpio o con la lengua. La mayoría de las veces, es mejor que el pequeño tire de su propio diente, ya que él puede sentir cuán flojo está y puede detenerse si siente demasiado dolor. Dejar que el pequeño controle cuando se caerá el diente, también disminuye las probabilidades de tener complicaciones como sangrado, dolor e infección que pueden suceder si se tira de un diente antes de que esté listo para caerse.
Haz que tu niño coma alimentos duros, como una manzana o un trozo de apio. El diente puede quedar atorado en la comida y caerse por sí mismo.
Envuelve un pedazo limpio y húmedo de gasa alrededor del diente flojo. Dale un tirón firme si pende de un hilo y solo si tu hijo realmente quiere que le ayudes a hacerlo. Si no se cae rápidamente, deja que el niño continúe haciéndolo él mismo
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