¿Por qué a menudo los pequeños o los padres eligen el disfraz de una princesa o una bruja, si es niña, o de un héroe o un monstruo, si es niño? ¿Puede esto crearles problemas en la personalidad o reforzar estereotipos?
Carnaval es un momento ideal para fomentar la creatividad y la socialización. “Si apoyas su elección y si construyes el traje que te pide con él, contribuirás a su proceso de formación de manera positiva y además ayudarás a que pase un momento divertido”, sugiere la psicóloga Tatiana Jáuregui.
Explícale también que hay fantasías que solo funcionan en las películas y que si bien podemos imitarlas en cierto momento, no son reales. “Las personas no tienen poderes sobrenaturales, no vuelan, ni trepan paredes, ni usan el cabello tan largo como Rapunzel, ni vuelven a la vida con un beso como Blanca Nieves”, agrega la psicóloga Mónica Soliz. Si bien es bueno fomentar la creatividad, deben saber distinguirla de la realidad para evitar desgracias. Habla claro, para que tu niño no trate de domar a un animal callejero, por ejemplo.
Cuando los chicos son muy pequeños, por debajo de los tres años, suelen ser los padres los que eligen el traje que llevará. Cuando pasan esa edad, los menores saben qué personaje elegir para imitarlo, porque lo conocen y de alguna forma lo admiran. “Esa figura por lo general, suele estar en la televisión”, agrega el especialista en niños Alexis Olivares.
El psicólogo agrega que no hay muchas figuras en la programación infantil que sean bomberos o doctoras; los chicos suelen imitar a alguien popular para ser admirados en el grupo. Por eso, un atuendo obligado o mal hecho puede causar problemas en la socialización.
Si tu hija tiene una idea que te parezca extraña (ir de Hulk, por ejemplo), no le riñas. Conversa con ella y averigua las razones que tiene para esa elección, recomienda la psicóloga Susana Cortez. “Apóyala, aunque no te parezca el personaje ideal. Eso sí, refuerza su personalidad, pues debe saber también que sus compañeras quizá no reaccionen bien”.
También están los pequeños que no quieren sacarse el traje tras usarlo. “Si adopta una actitud constante, antes o después de usar el disfraz, habrá que recalcarle que se trató de una fantasía y que ya terminó, para evitar confusiones en su mente, según la edad del menor”, dice Soliz.
Sin imposición
No le impongas un personaje qué él no desee, tu hijo debe sentirse identificado con el rol, porque de lo que se trata es de que se divierta y viva el momento. Muchas veces, los papás visten al pequeño como a ellos les hubiese gustado lucir.
Construye
Lo importante es que se sienta parte del juego, de la dinámica, que defina la fecha para disfrazarse (Carnaval o Halloween ). Intercambia opiniones con él, escucha lo que te dice, cómo se siente, si le gusta. Trata de que sea constructivo, si va a imitar a un héroe, enséñale que éste salva a los desprotegidos.
Vergüenza
Si el festejo te toma desprevenido, no le pongas lo primero que encuentres. Si lo disfrazas de árbol o conejo, cuando todos van de héroes o princesas, sin duda lo avergonzarás frente a sus compañeritos. Tómate tu tiempo y dale el atuendo que se merece.+
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