Un corazón rojo carmesí de gran dimensión, acogido en la superficie del casi extinto río Gualdalquivir, irrumpe la atención de los viandantes que atraviesan el Puente San Martín; así como también de los pasajeros que se trasladan, en microbús, de un extremo de la ciudad a otro. Es una hazaña romántica realizada por Mario Esteban Posto, un joven de 19 años.
Más de ochenta piedras, de tamaño considerable, y un bote de pintura de color rojo fueron los instrumentos que Mario utilizó para montar su proeza de tal magnitud.
El joven enamorado y su primo, cómplice de sus locuras, se armaron de valor, cuando el sábado 22 de noviembre, se encaminaron rumbo al desértico río.
Una locura a punto de suceder
Eran las cuatro de la tarde del sábado, cuando los dos jóvenes reunieron pesadas piedras en el territorio árido del río, mientras eran observados por la mirada curiosa de los transeúntes. No faltó la actitud de desaprobación de otros.
El tributo de amor
“L y P” que significan “Lis y Posto” son los iniciales que se encuentran al centro del corazón, un tributo de amor de Mario Esteban para Lisbeth Alejandra, su enamorada.
Tras dos horas y media de preparativos, con las piedras pintadas y puestas en un sitio estratégico, Mario y su primo concluyeron la primera parte de su aventura. La segunda iniciaría con la llegada de Lisbeth, desde La Paz a Tarija, el domingo 23.
Con los ojos cubiertos por las manos de Mario, ella fue conducida hasta la parte central del puente. Al abrirlos, la emotiva sorpresa conmovió el corazón de Lisbeth y las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Con un nudo en la garganta, su amada le dijo “gracias”.
[El corazón actualmente continúa en el Guadalquivir, al que otros enamorados cambian las iniciales, de acuerdo al nombre de sus pretendidas.] Usurpación
El lunes 24, ambos regresaron al puente San Martín que no sólo une a dos zonas de Tarija, sino que también une corazones. Cuando llegaron al lugar, las iniciales “L y P” colocadas por su autor, fueron reemplazadas por “X y J”.
La indignación de la mente creativa de esta obra no fue poca y lo que hizo fue devolver a su estado original el mensaje con las letras correspondientes.
En una segunda ocasión aconteció lo mismo, es por ello, que Mario Esteban Posto decidió, el martes 25 por la mañana, retirar toda inicial y arrojar las piedras al río, dejando solamente el corazón.
Sin embargo, no faltará algún enamorado desprovisto de creatividad y con el ánimo de usurpar una iniciativa que no es suya, asignándole al corazón, nuevos nombres.
Mientras tanto, aquel monumento al amor, construido por un joven entusiasta, permanecerá en el Guadalquivir a modo de recordatorio de “una bella locura” como menciona Shakespeare en su famosa cita.
Otras muestras de enamorados
Ésta no es la única muestra de amor que se halla en el Guadalquivir, por ejemplo, desde mediados de año fueron encontrados candados en el puente El Peregrino, los que significan el signo de alianza, imitando la tradición europea.
Una vez que la pareja coloca el candado, lanzan la llave al rio… para que éste guarde para siempre en el fondo de sus aguas la promesa de amor, y no haya manera de deshacerla.
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dato...
La madre de Mario Esteban Posto también fue parte y cómplice de su aventura.
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