jueves, 4 de diciembre de 2014

Cómo pasar de la cuna a la cama

El salto de la cuna a la cama es una etapa importante para el niño, pues deja de dormir como un bebé para hacerlo como “grande”. Algunos se mostrarán emocionados y contentos con el cambio, mientras que otros pondrán un poco de resistencia a decir adiós a su cuna.

“La transición de la cuna a la cama es uno de los momentos especiales del desarrollo del niño que requiere de una habilidad motora y que se le ofrezca al niño un ambiente de seguridad emocional y seguridad física en el espacio que le rodea”, explica Viviana Ríos, psicóloga infantil.

La especialista precisa que el niño requiere de madurez psicomotora para subir y bajar de una cama sin barandas. La edad ideal para hacer el salto no está tan marcada, pero a partir de los dos años ya se consigue tener mayor coordinación en brazos y piernas, aunque todavía sin flexibilidad.

Lo más recomendable es emprender este proceso a los tres años, ya que los chicos logran tener mejor equilibrio y coordinación en los miembros superiores e inferiores, lo que les permitirá escalar y bajar de la cama y también desplazarse solos.

Por otra parte, la psicóloga y especialista en desarrollo María Isabel Trigo sostiene que “una preocupación real es cuando el niño debe dormir en su cama y está acostumbrado a la de los papás”.

Explica que hay situaciones y padres que hacen que esta etapa se alargue hasta por cuatro años, lo que no debe ser permitido para el bien de toda la familia.

Los niños, cuando reciban la sugerencia del cambio como un premio, con decoraciones en su cuarto y con la consigna de “ya eres grande”, tendrán una alegría momentánea, pero luego vendrán los problemas, por lo que los padres tendrán que tener paciencia. Los adultos deben evitar levantar la voz o enojarse y entender que dejar una etapa provoca tristeza, al igual que dejar lo conocido, que siempre es confortable. El niño se hará preguntas como: “¿por qué, si siempre he vivido bien así?”.

Por esto, Ríos recomienda que se le explique con anticipación los cambios que se producirán al momento de ir a dormir. Lo ideal para esta transición es que se cree un ambiente emocional seguro, donde los padres y adultos que lo rodean le ofrezcan confianza en sí mismo y sienta que se lo protege emocionalmente.

Además es vital que se le ofrezca una valoración positiva de sus logros hasta el momento y de los esfuerzos que realiza para aprender. Los padres deben enfocarse en las fortalezas y virtudes más que en los desaciertos que pueda tener. Así, el niño sentirá la seguridad necesaria para dormir solo en la cama y prepararse para la siguiente etapa en su desarrollo.

Participación

Explica a tu hijo el nuevo cambio, pídele su opinión y deja que participe en la elección de la cama.

Confort

Escoge las sábanas de sus personajes favoritos y crea un espacio acogedor en el que se sienta confortable.

Alegría

Muestra alegría por el cambio, que sienta que es un día especial. Haz una minifiesta para que sienta más apoyo.

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