La comunicación que practicamos en el hogar es subconsciente, entonces casi siempre vivimos repitiendo los mismos patrones y vamos cometiendo los mismos errores que, a su vez, van generando las mismas consecuencias y las sensaciones de dolor en el pecho y en el alma por herir a las personas que más amamos.
Estoy seguro de que en algún momento reflexionamos acerca de este asunto; sin embargo, a pesar de generar un buen propósito y una buena intención, cuando llega el momento de la comunicación, volvemos a herir, volvemos a lastimar y también vuelven a herirnos y a lastimarnos. De esa forma, el milagro tan bello que es la familia y el hogar se va deteriorando y se convierte en un lugar donde existen personas lastimadas, resentidas, deprimidas a las cuales les resulta difícil comunicarse y peor aún, volver al estado de armonía, de paz y de buena voluntad a toda prueba que es lo que debería haber en todo hogar.
Los errores que tratan de extirparse simplemente se los amplifica, porque la mente subconsciente no actúa de ese modo; cualquier ser humano sabe que cuando se le dice a una persona furiosa que se calme se enfurece más; la lógica de la mente subconsciente es muy diferente a la lógica de la mente consciente y es por eso que las recomendaciones de no hacer tal o cual cosa producen ese resultado que se quiere cortar, eso sucede porque la mente subconsciente piensa en imágenes y toda su lógica se mueve con la imagen que está en su pantalla mental.
Para lograr hacer un cambio real o aunque sea un pequeño cambio en las comunicaciones del hogar, debemos tener una meta positiva y para este caso la meta sería practicar y ejercitar la comunicación inofensiva sólo por un día.
Debemos comenzar por analizar la idea de comunicación inofensiva. A continuación deben conversar las personas involucradas en el proceso comunicativo y llegar a un acuerdo en el que se convenga la práctica de la comunicación inofensiva durante un día en el cual, cuando se produzcan los errores comunicativos, las agresiones comunicativas se las reconocerá y se pedirá disculpas para poder volver a la comunicación inofensiva.
Es importante mantener la verdad, la verdad de nuestro sentimiento y la verdad de nuestra intención, que consiste en conseguir una experiencia comunicativa en la cual podamos comunicar en tiempo presente lo que realmente queremos y podamos tener la paciencia y la tolerancia suficientes con nosotros mismos y con nuestro interlocutor para poder entender que estamos en un proceso de aprendizaje, en un proceso de ensayo y en un proceso de “darnos cuenta” de los errores comunicativos y de una generación de comunicación amorosa y cargada de buena voluntad.
La satisfacción que se siente cuando se emprende la acción después de haber hecho los acuerdos necesarios es enorme y muy placentera. Si quiere sentir ese efecto y lograr esa paz y esa armonía en su comunicación familiar, puede tomar la decisión de hacer ese ejercicio lo más rápido posible.
Reflexión: “Disfrute de su día de vida tal como es y tal como está pensando yo sólo espero lo mejor y sólo sucede lo mejor”
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