Los problemas de conducta en los niños hacen referencia a los comportamientos no habituales y mal vistos por la sociedad. En esta oportunidad, Elke Berodt directora del centro de educación especial preescolar de la Fundación Compartir nos explica la importancia de marcar los límites y reglas en los niños.
“La desobediencia, las rabietas, el negativismo y otros, constituyen parte de los trastornos de conducta más habituales durante la infancia. Estos problemas pueden resultar muy perturbadores para los padres, dado que suelen suponer un desafío a su autoridad. También en el área de educación especial, en niños y niñas con necesidades educativas especiales, se observa esta problemática. En algunos casos la misma discapacidad intelectual, autismo, parálisis cerebral, síndrome de down, discapacidad auditiva, visual u otras puede intensificar el problema”, dice la experta.
El Centro Preescolar de Educación Especial de la Fundación Compartir tiene como uno de sus objetivos principales enseñar al niño o niña a manejar sus emociones y controlar su conducta, de modo que esta no llegue a frenar su desarrollo y a constituirse en un problema para su familia y entorno inmediato. “El hecho de tener capacidades diferentes no es una excusa para mostrar problemas de conducta, por lo que el trabajo con límites, así como seguir órdenes y consignas es esencial durante el proceso educativo de los mismos”, asegura.
ORIGEN O CAUSAS DE LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA
Cuando se trata de niños con capacidades diferentes, las alteraciones conductuales son el resultado de la interacción entre condiciones biológicas, psicológicas y sociales.
-Factores biológicos: trastornos médicos subyacentes (epilepsia, déficit sensorial, trastornos genéticos, factores relacionados con el desarrollo madurativo).
-Factores psicológicos: los problemas de conducta cumplen una función y tienen un propósito: conseguir atención, tener acceso a objetos o evitar actividades y demandas; esto sobre todo por que no se les ha enseñado ningún sistema alternativo o aumentativo para comunicarse.
-Factores sociales: se refieren a las características físicas del entorno y de las personas que se relacionan con el niño (actitudes y valores).
“En general, muchos padres dan por sentado que su hijo ha nacido así: "que le vamos a hacer...". Esto parece denotar la sensación de impotencia para controlar la conducta por parte de los padres, situando el origen del problema en factores externos a ellos mismos; o en los
cambios significativos en cuanto a la estructura y valores tradicionales de la sociedad actual”, dice Berodt.
VARIABLES DE LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA
- El control de las consecuencias: la ejecución de una determinada conducta (llorar, gritar, patalear, etc.) se utilizan para controlar el comportamiento de los padres y el entorno, en lugar de utilizar conductas más adecuadas, que generalmente son ignoradas por los demás.
- Características de los padres en la interacción con los hijos: Un escaso tiempo de dedicación de los padres puede determinar la aparición de conductas no adecuadas. Es importante que el niño se sienta amado y aceptado, pero también comprenda la necesidad de las reglas de conducta que han de seguirse. Los padres deben ser generosos pero, a la vez, es imprescindible establecer límites claros a las conductas y demandas de los hijos.
- Las características de los hijos: Factores como el temperamento parecen ser también muy relevantes. La observación de conductas disruptivas o anormales en la primera infancia podría ser síntoma de la presencia de algún trastorno; que debe ser evaluado por un profesional
- Factores externos al niño: Los vínculos emocionales con la familia; el ajuste emocional y social de los padres; el nivel cultural y económico; los modelos, tanto de personas como medios, (televisión, internet, videojuegos, etc.) también influyen en la conducta del niño.
CARACTERÍSTICAS DEL NIÑO CON PROBLEMAS DE CONDUCTA
La desobediencia, las rabietas y el negativismo constituyen parte de los trastornos de conducta más habituales durante la infancia.
- El niño desobediente: La conducta desobediente es la negativa a iniciar o completar una orden realizada por otra persona en un plazo determinado de tiempo. Esta orden puede hacerse en el sentido de "hacer" o en el sentido de "no hacer", de detener una determinada actividad.
El niño de las rabietas: Son expresiones agresivas con las que algunos niños muestran su desacuerdo u enfado con alguna situación concreta y normalmente durante la interacción con algún adulto (padres, abuelos, etc.). Además, suponen una forma rápida y eficaz para alcanzar sus deseos o caprichos. Por su parte, los padres saben que satisfaciendo al niño, éste se calma rápidamente y se evita el bochorno de la pataleta.
- El niño negativista: Este muestra una oposición activa pero no agresiva: "siempre dice no". Es una forma segura de llamar la atención de los otros. El resultado de su conducta (librarse de hacer aquello que no le gusta) no hace más que reforzar dicho comportamiento, aumentando su probabilidad de ocurrencia y por tanto la cronificación del problema.
ACTITUDES PARA CAMBIAR EL COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
Cuando el comportamiento del niño llega a ser un problema, tenga este o no discapacidad, se tiene estas opciones:
- Frenar el comportamiento, ya sea ignorándolo o castigándolo: La mejor manera de frenar el comportamiento no deseado es ignorándolo. Cuando se quiere que el comportamiento (como berrinches o agresiones) pare enseguida, puede usar el método de tiempo-fuera. “En Compartir explicamos al niño o niña que el comportamiento es inaceptable y le damos una advertencia. Si el niño continúa comportándose mal, calmadamente lo llevamos al área de tiempo-fuera (una silla en un rincón del aula); donde lo dejamos por un tiempo breve, 1 minuto por cada año de edad. Luego no hablamos sobre su conducta, pero buscamos formas de premiar y reforzar buenos comportamientos”, explica Berodt.
- Fomentar un comportamiento nuevo y deseado: “Una forma de fomentar el buen comportamiento es usar un sistema de premio. Si deseamos, por ejemplo, que el niño aprenda a cepillarse los dientes o a ordenar los juguetes; le ofrecemos un premio (leer un cuento, pasar más tiempo en el parque o le damos algo que le gusta), cada vez que realiza la actividad. El niño no es castigado si decide no comportarse como le pedimos; simplemente, él o ella no recibe el premio”, asegura.
- Evitar usar el castigo físico: La gran desventaja que tiene (Eje: una palmada) es que a pesar de que frena el mal comportamiento por un tiempo, no le enseña al niño a cambiar su comportamiento. Disciplinar al niño es realmente enseñarle a escoger buenos comportamientos. El castigo físico se hace menos efectivo con el tiempo y puede hacer que el niño se comporte de una manera agresiva.
- Otras cosas que se pueden hacer para ayudar a que el niño se comporte bien: “Es útil hacer una lista corta de reglas importantes y repetirlas con el niño. Tomando en cuenta que los niños de Compartir tienen dificultades de comunicación (entendimiento y expresión), buscamos armar con pictogramas (dibujos) una cronología de eventos diarios, que los ayuden a respetar la rutina diaria. En el mismo sentido, proporcionamos frases de transición como "después de comer vamos a lavar los dientes" y siempre que es posible le damos opciones, por ejemplo, “prefieres el rompecabezas o los cubos”; para que aprenda a tomar decisiones apropiadas”, indica Berodt..
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