Una buena alimentación infantil significa una dieta saludable que ayude a los niños a crecer y a aprender.
Inapetencia secundaria. Descartar una enfermedad subyacente.
Introducir alimentos nuevos de forma gradual. Al principio de cada comida, cuando el niño tenga más apetito. No utilizar los alimentos como premio o castigo. No solo es ineficaz para mejorar su apetito, sino que interfiere en el aprendizaje de unos hábitos alimentarios correctos. Diversificar y enriquecer los alimentos. Comer en pequeñas tomas, incluyendo todos los tipos de alimentos. La dieta variada estimula el apetito, cubre las necesidades. Distribuir regularmente las comidas. Evitar que el niño coma entre horas. Los padres deben decidir qué alimentos va a tomar el niño, pero debe ser este el que decida la cantidad que quiere comer. Controlar el horario de las comidas. Evitar alimentos que quitan el apetito. Una comida sana y equilibrada facilita la adquisición de hábitos alimentarios adecuados
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