lunes, 16 de mayo de 2016

¡Mi hijo no pronuncia la “r”!

CUANDO LOS NIÑOS COMIENZAN A HABLAR| SUELEN PRESENTAR PROBLEMAS O DIFICULTADES PARA PRONUNCIAR SONIDOS COMPLICADOS COMO LA DOBLE “R” ¿CUÁNDO PREOCUPARSE? ¿QUÉ NO SE DEBE HACER? ENTÉRESE.

Existen ciertos factores que pueden llevar a que los niños no pronuncien bien algunas palabras o sonidos, éstos pueden ser físicos o funcionales, pero también hay otros aspectos que influyen, por ejemplo es contraproducente que los papás o el entorno le hablen al pequeño en “lenguaje de bebé” o les den la comida muy molida.

“Al problema específico con la “r”, se le llama rotacismo. Es la dislalia de la /r/ o en la doble /r/ en palabras como caro y carro, como ejemplo. Existen muchos factores que pueden afectar la pronunciación y pueden variar dependiendo del caso del niño(a). Estos pueden ser tanto físicos como funcionales. Los físicos incluyen: defectos de la boca, pobre uso de la boca, labios, frenillo lingual, labial, frenillo sublingual, falta de dientes, mordida deforme por el chupete o chupada del dedo, o venir acompañado de alguna condición o síndrome. Si hay frenillo se corta y se logra casi sin ningún problema y en muy pocas sesiones”, explica la Lic., Mgr., Romy San Miguel Foniatra y Audióloga clínica del Centro Audinovo en Cochabamba.

Las funcionales son el mal uso de los articuladores. Los principales articuladores son la lengua, la cavidad de la boca, los dientes y los labios. En este caso la lengua es el articulador más importante.

“Estos pueden surgir en un niño que habla sin mover la boca, o que no sabe masticar. Que no mueva la lengua para nada, que sea un musculo estático. El saber mover el bolo alimenticio de un lado al otro lo que se conoce como “rumiar como la vaca” es muy importante, pues nos enseña a hacer punta con la lengua y al moverla de lado a lado, también la movemos de arriba hacia abajo”, explica la especialista.

Si Usted analiza donde se pronuncia la /r/ trillada o la /r/ normal notará en su boca que la lengua sube hasta sus dientes frontales por detrás y que la boca se abre. Los papás deben tener en cuenta que si se le da la comida muy molida, su hijo jamás logrará hacer que la lengua funcione adecuadamente y se obtendrá diferentes tipos de rotacismo.



¿CUÁNDO PREOCUPARSE?

“Si un niño(a) no ha logrado el fonema /r/ hasta los 5 años, sería bueno que sea evaluado por un especialista. La edad límite a la que debe salir el sonido es antes de los 7 años. Si no ha salido hasta esa edad, será muy difícil sacarla”, dice San Miguel.

En cuanto al tratamiento, la Foniatra asegura que primero se debe hacer una evaluación del mecanismo oral para ver donde está poniendo los articuladores, por qué tipo de sonido lo substituye, si lo omite, si tiene el fonema /l/ que es el precursor de la /r/ y se comienza el tratamiento adecuado dependiendo de estos resultados.

“Además es muy importante observar el uso de la lengua, si hay frenillo, si lo cortaron, si la lengua hace punta al salir de la boca, si es cuadrada al salir, si la eleva con la boca cerrada, si la eleva con la boca abierta, si la mueve o no, si logra chasquearla y con la ayuda de la terapia mio-funcional (despertar de la boca), mediante ejercicios y juegos se logra poner los articuladores donde deben ir”, dice San Miguel.

Este proceso varía mucho entre niños y ocurre un 95 por ciento más en los niños que en las niñas. Esto porque culturalmente en Bolivia se tiende a independizar mucho más rápido a las niñas y se sobreprotege mucho y permite demasiado a los niños.



¡QUÉ NO HACER!

Muchos papás o el entrono inmediato tienen la costumbre de hablar a los pequeños como si fueran bebés, es decir justamente omitiendo la “r”, o otros formas comunes de hacer esto.

La Foniatra asegura que es muy negativo que los padres y el entorno le hablen al niño de esta forma, pues es una manera de indicarles que lo están haciendo maravillosamente bien.

“Como les digo a los papás de mis pacientes, ellos deben sobre todo dar estructura adecuada en la casa y ser el mejor ejemplo oral posible. Si mi niño dice “e yatom tome teso y e nieguio” y Yo repito lo mismo, estoy diciéndole que está bien, pero si él lo dice de esa manera y yo digo: si hijito: “el ratón come queso y es negro” poniéndole mucho énfasis en los fonemas que no produce, le estoy dando de una forma positiva las pautas/reglas para que en su cabecita pueda desarrollar y entender los procesos fonológicos específicos de cada sonido”, explica la especialista.

Como padres, abuelos y educadores lo más importante para que nuestros niños triunfen en cada etapa es darles la estructura adecuada, las reglas y ser sus mejores ejemplos orales y morales.

Otro aspecto que se debe tener muy en cuenta es la comparación. Hay que evitar compararlos con hermanos, primos, vecinos, etc., especialmente cuando ya entienden, aunque no hablen. Las comparaciones son odiosas y no llevan a nada bueno.



AYUDANDO EN CASA

Existen formas de ayudar en casa a los hijos. Por ejemplo, enseñarles a masticar correctamente, relajar el cuerpo y la lengua mediante ejercicios de respiración profunda. También se aconseja hacer ejercicios de soplido, aprendiendo a controlar el aire que sale de los pulmones. Sacar la lengua y llevar su punta de derecha a izquierda, de arriba a abajo repetidas veces con la boca abierta.

“Enseñarles a chasquear la lengua con el paladar superior, tocar el paladar superior justo detrás de las encías con la punta de la lengua varias veces y a diferentes velocidades, se puede usar un palito de helado para ayudar a guiar los mismos o un cepillo eléctrico”, explica la especialista. Ayuda también barrer con la lengua todos los dientes de izquierda a derecha y viceversa. Succionar los labios imitando la boca de pez, o ejercer de presión con la lengua en las mejillas, como inflando las mejillas. Doblar la lengua hacia arriba y morderla ligeramente sin ejercer presión y dejarla salir. Realizar repeticiones de logotomas, que son como cartillas fonéticas para cada dislalia. Una vez que se logra el fonema, se puede seguir creciendo a silaba, dos silabas, palabras, etc., hasta lograr que desarrolle el mismo en su habla conversacional.

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