miércoles, 18 de junio de 2014

Con padres autoritarios hay más riesgo de consumir drogas

El consumo de alcohol, tabaco y marihuana tiene una gran prevalencia en Europa, pero en España aún más, si se la compara con la mayoría de los países europeos, según los últimos datos del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías.

Un equipo internacional liderado por el Instituto Europeo de Estudios en Prevención (Irefrea) con sede en Mallorca, junto con otras Universidades españolas (Oviedo, Santiago de Compostela y Valencia) y europeas ha analizado el papel de los padres a la hora de determinar el riesgo del consumo de alcohol, tabaco y marihuana de sus hijos en seis países de Europa: Suecia, Reino Unido, España, Portugal, Eslovenia y la República Checa.

El objetivo era dilucidar qué tipo de relación entre padres e hijos protege más del abuso de drogas, a partir de dos variables: el control y el afecto de los padres.

Paradoja en dos estilos

Los resultados apoyan la idea de que los extremos no funcionan: ni el autoritarismo ni la ausencia de control y afecto. Lo mejor es que exista una buena relación con los hijos. En este sentido, puede ir acompañada de control directo, es decir, lo que se denomina estilo ‘autorizativo’ o democrático.

Estos hallazgos contrastan con estudios previos obtenidos en otros entornos culturales, donde la imposición de los padres es ‘recomendable’ (en la mayoría anglosajona de los EE UU) o ‘imprescindible’ (en las culturas asiáticas).

En total se entrevistaron a 7.718 adolescentes, 3.774 varones y 3.944 mujeres, de 11 a 19 años de edad. Desde una perspectiva global de la salud personal los estilos parentales ‘autorizativo’ e ‘indulgente’ presentan el mismo nivel de protección ante el consumo de drogas, según el estudio.

Hasta ahora se relacionaba el estilo ‘indulgente’ exclusivamente con los países mediterráneos y de América del Sur, pero los investigadores vieron que también es válido para muchos países europeos.

Sin embargo, el siquiatra Luis Nardin Klinsky advierte de que no se debe dejar de lado el factor genético. Si en la familia hubo personas que abusaban del alcohol, es probable que uno de los hijos también lo haga, independientemente si tiene padres autoritarios o no.

Lo que resulta efectivo, según Klinsky, es la congruencia: si los padres dicen que no se deben consumir esas sustancias, tampoco deben hacerlo para no contradecirse

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