Una mujer arrebata la toalla a un hombre recién salido de la ducha. La escena transcurre en un vestuario. Después del desnudo integral, la chica toma asiento y, sin pensarlo dos veces, comienza a tocar todas y cada una de las partes de un pene que, por segunda vez, ocupa al 100% la pantalla. Se aprietan los testículos, se rozan con hielo para que encojan, se estudia semen en un microscopio...
No, pese a las advertencias de Youtube -"el vídeo puede ser inadecuado para algunos usuarios"- no se trata de una grabación porno. La secuencia descrita forma parte de 'Newton', el programa con el que la televisión pública noruega quiere contribuir a la educación sexual de los más pequeños.
La aventura comenzó el pasado mes de mayo en el canal NRK. Entonces, la cadena estatal del país escandinavo emitió 'Pubertet', ('Pubertad' en español), una mini serie de ocho episodios en la que se explicaban los aspectos más importantes de este periodo vital.
Temas como el crecimiento, el cambio de voz, la aparición de vello corporal, la reproducción o el sexo se acercan al público infantil a través de un lenguaje fácil, didáctico y directo. Muy directo. "Buscamos ser claros, por eso, para ilustrar cómo el cuerpo de un niño se transforma en el de un adulto, utilizamos modelos reales", cuenta Erling Normann, responsable de 'Newton', el show científico que decidió sorprender a la audiencia incluyendo esta producción. "Huimos de cualquier tipo de connotación sexual", añade.
Radiografía de 'Pubertet'
Una fotografía de un miembro viril invade la televisión. Así arranca 'El pene', episodio que enseña a la audiencia el complejo mundo masculino. "Ahora que eres pequeño, sólo usarás el pito para hacer pis. Pero más adelante lo necesitarás para más cosas", saluda Line Jansrud, la presentadora del espacio. Adopta un tono divertido, natural, cercano. Sin introducción previa, comienza la lección.
Temas como el cambio de tamaño del pene, sus distintas partes, la aparición del vello, el crecimiento de los testículos, la producción de espermatozoides o el semen se explican a través de ilustraciones, imágenes captadas por microscopios, esquemas que la periodista dibuja en una pizarra y cuerpos humanos reales que ella señala y toca sin reparo. Todo en no más de seis minutos.
Otra imagen, esta vez de una vagina, da paso al capítulo 'Vagina y menstruación'. De nuevo, Jansrud escoge fotografías y modelos de carne hueso. Le sirven para enseñar la anatomía de la vulva o situar en un dibujo que pinta sobre la piel ovarios, trompas de Falopio o útero. También palpa los labios genitales y el clítoris. Minutos después, con el objetivo de mostrar los distintos orificios de la matriz femenina, 'Pubertet' muestra un molde de plástico. Para explicar la ovulación, opta por huevos.
En lo relativo a la llegada de la regla, el espacio deja a un lado los actores. La presentadora coge líquido rojo, compresas y tampones, y gracias a ellos enseña qué significa la llegada menstrual, el riesgo de embarazo en caso de que el óvulo sea fecundado por un espermatozoide, qué hacer cuando se sangra o el por qué del flujo vaginal que mancha la ropa interior.
¿Por qué en España no?
Aunque este tipo de contenido no es el día a día de la televisión noruega, lo cierto es que ya hubo algo parecido -educación sexual sin tapujos y mostrando a los actores como Dios los trajo al mundo- en el año 1981, 10 años antes de que la psicóloga Elena Ochoa se colase en el 'prime time' de TVE para 'hablar de sexo'.
"Hay que tener en cuenta que el sistema educativo noruego incluye una asignatura obligatoria sobre adolescencia, desarrollo corporal e identidad sexual", responde Normann cuando se le pregunta por la (im)posibilidad de incluir un programa así en nuestro país. "También hubo gente a la que 'Pubertet' le pareció inadecuado, pero por lo general funcionó bastante bien. La propia NRK reconoció nuestra labor y nos galardonó con el Premio de Periodismo del año".
Según el estudio de la OMS sobre los Estándares de Educación para Europa lanzado en 2010, España y Portugal son los únicos lugares en los que la asignatura de Educación sexual no es obligatoria. El primer país europeo en incluir esta materia en el currículo escolar fue Suecia (1955). La siguieron Noruega, Alemania y Dinamarca, que la introdujeron en 1970.
Educación y cifras
El Consorcio Europeo para el Anticonceptivo de Emergencia recoge en su informe del año 2011 que un 82% de la población noruega empleó métodos anticonceptivos modernos -en nuestro país esta cifra desciende hasta el 62%-. Al igual que los jóvenes españoles, los noruegos tienen su primera relación sexual a los 17 años.
En cuanto al número de abortos en Noruega -acto legal desde 1978-, de cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años, 16,2 deciden abortar (datos de 2010 del Instituto de Salud Pública Noruego). Este porcentaje supera con creces al registrado en España. Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en el mismo año, de cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años, 11,49 optan por abortar.
España ignora la educación sexual. Desde que en el año 2012 la LOMCE, más conocida como la Ley Wert, eliminó Educación para la ciudadanía, sólo asignaturas como Conocimiento del Medio o Ciencias Naturales tocan el tema, pero lo hacen desde una perspectiva biológica. En la televisión ocurre más de lo mismo y actualmente no existe en la parrilla ningún programa dedicado al asunto. El resultado: un 14% de los adolescentes aseguran no disponer de educación sexual (datos del Informe sobre la juventud en España de 2012).
"La gran ventaja de 'Pubertet' es que se emite en una cadena pública. Además, todos los capítulos están colgados en Internet. Cualquier joven puede tener acceso a ellos", dice Normann, que confiesa haber visto la serie con sus hijos de 11 años. "Disfrutaron del programa y aproveché la oportunidad para hablar con ellos de sexo", añade.
Como era de esperar y dada su función didáctica, el programa no tiene límite de edad. Es apto para todos los públicos. "La regulación de medios noruega establece que sólo se aplicará esta barrera cuando el contenido sea perjudicial para el público joven", afirma el responsable de la producción: "'Pubertet' no hace daño a nadie. Todo lo contrario".
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