Odio la tarea, la odiaba y la odiaré siempre. Por unos buenos años pensé que tal tortura ya había terminado, pero luego me convertí en madre y volví a caer en las garras de la tarea que nunca tiene compasión; es más, odio más yo la tarea que mis hijos. ¿A ti te pasa igual?
Razones. Porque cuando eras niña te ganaron la guerra y crees que ahora también. Si los niños son pequeños los deberes son para los padres. Salidas a la medianoche para conseguir lo necesario, porque no avisan que deben llevar un mapa o que deben hacer una manualidad para el día "x" cosa hasta que es la hora de ir a la cama. Y los padres se quedan a hacer la tarea.
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