Los tics son movimientos repetitivos involuntarios de distintos grupos musculares, frecuentemente ojos u hombros. Lo habitual es que aparezcan en la edad escolar -seis años- y que duren menos de un año", explica el neuropediatra Guillermo Agosta.
Cómo actuar. Lo adecuado es no "jerarquizar el signo" ni pedirle al niño que deje de hacerlo porque para él no es posible. Lo correcto es explicarle sobre su condición. Como muchas veces es de transmisión genética, Agosta aconseja ejemplificar con antecedentes familiares para ayudarlo. Si el tic afectara la autoestima y la seguridad del niño, recomienda habilitar una terapia.
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