jueves, 3 de abril de 2014

Vive tu sexualidad sin afectar a tu niño




Cuando los hijos llegan, muchas parejas suelen sufrir un quiebre o deterioro de su vida sexual ya que se produce un natural cambio de roles, de tiempos y espacios en beneficio de cuidar al nuevo ser.

Dos fenómenos podrían manifestarse: el que la mujer se centre en el rol de madre, descuidando su vida íntima con su pareja, o que disfrutar de las relaciones sexuales se torne cada vez más difícil ante la presencia de los niños en la casa.

“El nacimiento de un bebé implica cambios de horario y de actividades que tienen que ser bien coordinadas entre la pareja. Suele suceder que la mujer asume más el rol de madre que el de mujer” y la química que existía entre ambos se desvanece, explica la psicóloga Lizette Gallegos.

La especialista enfatiza en que por factores culturales, las madres se dedican casi íntegramente al bebé, descuidan a la pareja y los hombres se sienten desplazados de su trono y desarrollan celos subconscientes. “Lo recomendable es que conversen sobre cómo llevar su vida sexual y de pareja en adelante”, dice.

Su colega, Katia Oporto coincide en que la mujer no debe hacer a un lado su feminidad y tampoco archivar su deseo sexual por la maternidad. “Necesitamos tiempo para la pareja, se deben buscar espacios para la intimidad”, reflexiona.

Ahora bien, a medida que los hijos crecen y los cónyuges retoman su ritmo sexual de manera satisfactoria, se presenta otro problema: sin saberlo, los niños siempre se interponen y es obligación de los padres protegerlos.

“Cuando hay niños, al disfrutar de la sexualidad en pareja se deben tener en cuenta ciertos cuidados, por ejemplo buscar horarios adecuados (mejor mientras duermen) y mantener siempre la puerta de la habitación cerrada”, explica Oporto.

Un espacio propio para el niño, para que no escuche a los padres mientras disfrutan en la intimidad, es fundamental. A partir de los tres años, los niños deberían tener su propia habitación y para no descuidarlos se podría emplear un monitor a distancia, dice Gallegos.

En caso de que compartan un solo ambiente con el infante, la psicóloga recomienda ser muy responsables. Pero además, “desde que es pequeño, los padres deben impartirle educación sexual, por ejemplo empezar con el reconocimiento de las partes del cuerpo”, agrega.

En caso de que el niño llegue a ver a sus padres durante el coito es muy probable que se asuste y crea que él agrede a su madre. Si sucede, “muchas veces el niño reacciona con el rechazo al padre y podría precisar terapia, por eso es importante hablar con ellos con mucha cautela y sobre todo con amor”, explica Gallegos.

Oporto enfatiza en la importancia de cuidar las palabras precisas para no confundirlo ni despertar curiosidad que no corresponde a su edad. “Las palabras son claves, por ejemplo podrían decirle ‘solo estábamos jugando’, y darlos por cerrado como si se tratara de algo común y normal”.

No descuides el amor

Pese a que les falte tiempo y se sientan bajo presión, el momento de intimidad con tu pareja no debe ser mecánico, sino hermoso, de lo contrario se daña el sentimiento.

Prueba otras cosas

Vivir la sexualidad no solo consiste en hallar un momento para los dos en la noche y en la cama. Las parejas deben buscar tiempos y espacios para alimentar la pasión sin miedos y con creatividad.

Dense una escapada

Si consiguen que algún familiar de alta confianza se haga cargo del cuidado de los niños, aprovechen para viajar solos o para huir unas horas al motel. En su caso, más que en otros, el tiempo es oro.

Qué responder

De acuerdo con su edad, tu hijo hará preguntas acerca de la sexualidad. Jamás le mientas ni inventes cosas, solamente ten el cuidado de explicarle cosas que está en capacidad de comprender.

Fuente: Lizette Gallegos (2433573) y Katia Oporto (79113881) psicólogas.

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