jueves, 17 de abril de 2014
La primera amistad ¿a qué edad? ¿cómo debe tratarse? La primera amistad ¿a qué edad? ¿cómo debe tratarse?
En cuanto quieras darte cuenta, tu hijo ya estará socializando con otros niños y pronto hará su primer amigo.
El ser humano es un ser social desde que nace, nuestras primeras socializaciones, durante los primeros meses de vida, se realizan en nuestra familia. Desde el primer minuto de vida, los bebés están formando vínculos afectivos, primero con su madre y padre, después con su familia más cercana.
SOCIALIZAR FUERA DEL ENTORNO FAMILIAR
Durante al menos las primeras 16 semanas de vida, como mínimo, el bebé estará rodeado de su familia. A partir de los 4 meses, muchos aunque no todos -no podemos generalizar-, inician sus socializaciones fuera del entorno familiar, ya sea porque deben acudir a la escuela infantil o porque les cuida una persona ajena a la familia: niñera, educadora personal, etc.
LO NORMAL ES QUE EL PRIMER AMIGO LLEGUE A LOS 4 AÑOS
Si acuden a la escuela infantil empezarán a relacionarse también con otros bebés, que podríamos decir serán sus primeros amigos, pues comparten con ellos algunas horas al día, comparten actividades, comida, siestas, etc. Pero con estas edades ellos no pueden considerar que son amigos, o que tienen amigos. Simplemente comparten parte del día con otros niños más o menos de su misma edad, y juegan, ríen, lloran juntos...
VÍNCULO DE AMISTAD ENTRE LAS FAMILIAS
También podemos encontrar casos de niños que empiezan la escuela infantil juntos, en el mismo curso, con 4 meses, con 1 año o con 2 años, y que sus familias cultivan una amistad, por lo tanto van al parque juntos, siguen juntos toda la etapa de educación infantil y pasan al segundo ciclo infantil también juntos, es decir, a la escuela.
En estos casos, al comenzar el tercer grado ya podríamos decir que los niños son amigos, pues han compartido dos años juntos.
EL PRIMER AMIGO/A, SOBRE LOS TRES AÑOS
Por supuesto que hablando de niños nunca se puede generalizar. Pero, por mi experiencia, podría decir que muchos de ellos y ellas encuentran a sus primeros amigos en su primer año de escuela, entre los tres y cuatro años. Si tienen una buena adaptación al grupo, si todo marcha bien, empiezan cada vez a ser más autónomos, y en el aula empiezan a tener sus primeras relaciones de amistad, solos, sin mamá ni papá.
Es muy probable que nuestro hijo o hija al salir de la escuela se pase todo el día hablándonos de esa o ese amigo especial, con el que seguramente compartirá muchas cosas a lo largo del día. Jugarán siempre juntos en el patio, en el aula querrán hacer las actividades siempre juntos, o en el comedor, sala de psicomotricidad, de informática, etc.
Hay veces en que la amistad o el sentimiento es tan fuerte por parte de uno de los dos, que el otro puede sentirse abrumado: son etapas, muchas veces se idolatran y al mismo tiempo se quieren con locura o se enfadan por dibujar con el mismo color.
¿CÓMO DEBEMOS TRATAR LAS NUEVAS AMISTADES DE NUESTROS HIJOS?
Cuando nuestro hijo/a nos habla de su amigo/a especial, o de un grupo de amigos de la escuela, ya sea con tres o cuatro años, empezamos a darnos cuenta que nuestros hijos tienen una vida independiente a la nuestra. Se relacionan con unas personas a diario, comparten con ellas aprendizajes, juegos, música, danzas, y muchas cosas más, por lo tanto crean vínculos afectivos con ellas, mientras nosotros no estamos presentes.
Puede haber casos en que a algunos padres les cueste un poco superar esta etapa, pues es empezar a aceptar que nuestro bebé crece, que se hace mayor, y esto, seamos sinceros, no nos hace demasiada gracia. Pero normalmente es algo pasajero, y en seguida vemos cómo se desenvuelve nuestro pequeño o pequeña, cómo le quieren en su clase, cómo comparte con sus amigos, y las habilidades sociales que practica con personas de su misma edad, con sus mismas dudas, preocupaciones, ilusiones, etc.
Estos primeros amigos, puede que a veces se olviden, pues la vida puede separarlos de ellos, puede que cambien de escuela, o que la familia se mude a otro país, pero pienso que siempre ocuparan un hueco en el interior, y cuando crezcan puede que aún se mantenga la amistad, pero si no es así, para eso estamos los papis, para recordar lo bonito que fue compartir las primeras emociones de la amistad, las primeras peleas, o las primeras trastadas.
¡Qué bonita amistad, qué inocente y llena de buenas intenciones, la que siente un corazón tan pequeño de tamaño, pero tan grande en bondad!
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