¿Cuántas veces tú y tus amigos o familiares, viven la misma situación y reaccionan de manera diferente?
¿Te enojas en ciertas ocasiones, cuando otros se mantienen tranquilos?
Todos creemos que nos enojamos por lo que nos pasa o por lo que la gente nos hace o dice. Esto es sólo, parcialmente cierto.
Veamos un ejemplo: Imagínate que estás parado en una fila, para entrar a algún lugar. De repente una persona te pisa y escuchas que te dice perdón, fue sin querer. Lo más probable es que no le des mucha importancia
¿Pero qué sucedería si esto se repite varias veces?
¿Cómo crees que te sentirías?
Seguro que, después de cierta cantidad de pisotones, te enojarías. ¿O no?
Ahora imagínate que lo ves a la cara para reclamarle y te das cuenta de que está ciego.
¿Crees que tu coraje se mantendría en el mismo nivel?
Estoy segura de que no.
Muy probablemente tu enojo disminuiría o se acabaría.
¿Pero por qué, si los pisotones los recibiste?
Porque tus pensamientos seguramente cambiaron.
En lugar de pensar: “Qué se cree este ...”
Pensaste: “Pobre, no ve...”
El hecho de haber sido pisado no cambió, pero tus pensamientos sí.
Calificaste la situación y a la persona de una manera diferente y tu coraje disminuyó.
El enojo, como muchas otras emociones, puede:
Desencadenarse automáticamente, brotar sin que nos demos cuenta del momento en que se inicia, surgir sin que conozcamos la causa real que lo provoca.
Sin embargo, son nuestros pensamientos los que lo aumentan, mantienen o disminuyen.
CONSECUENCIAS DEL ENOJO
Las consecuencias del enojo pueden abarcar todas las áreas de nuestra vida.
Es indispensable aprender a manejar el enojo, ya que los resultados de manejar inadecuadamente el coraje son:
A nivel físico, sufrimos un desgaste importante.
Cuando nos enojamos, nuestro organismo produce una mayor cantidad de sustancias químicas, entre ellas la adrenalina, que alteran el funcionamiento normal de nuestro cuerpo.
Esta alteración afecta nuestro sistema inmunológico, puede provocar contracturas y dolores musculares o de cabeza y nos hace más vulnerables a algunas enfermedades, como gastritis, colitis, dermatitis, etc.
A nivel familiar o social, nuestras relaciones se alteran o pueden terminarse.
Cuando estamos enojados, podemos lastimar física o emocionalmente, a los demás, dando como resultado resentimiento, deseos de venganza o alejamiento.
Cuando no podemos manejar adecuadamente el coraje, podemos desquitarnos con otras personas, aumentando así, nuestros problemas.
A NIVEL EMOCIONAL:
Cuando sentimos que otras personas nos hacen enojar (o nos ponen tristes, tensos, etc.), les estamos dando todo el control de la situación, aumentando así nuestra sensación de incapacidad y de coraje.
Nuestra respuesta puede provocarnos sentimientos de vergüenza o culpa, prolongando nuestro malestar.
En el aspecto personal, nos enfocamos tanto en nuestro enojo y en la causa del mismo, que:
Dejamos de disfrutar otras situaciones o relaciones, nos es difícil analizar objetivamente la situación y encontrar soluciones adecuadas, afecta nuestro desempeño en cualquier situación.
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