Sus hijos pueden ser de gran ayuda a la hora de preparar la cena. Además, es un momento excelente para compartir más con ellos. Primero debe establecer y definir las tareas de acuerdo con su edad.
Algunas ideas. Por ejemplo, si tienen menos de 3 años, puede preparar una minicocina de juguete, ahí pueden familiarizarse con los utensilios que se utilizan en la cocina mientras usted termina la cena. Si sus hijos tienen de 3 a 5 años pueden ayudarle buscando ciertos ingredientes y haciendo tareas básicas. No deje que utilicen cuchillos ni herramientas afiladas. Para los que ya están en cursos primarios puede asignarles tareas más avanzadas, como medir la harina o el azúcar. También puede darles la oportunidad de comenzar a preparar cosas simples, bajo su supervisión. Si sus niños están entre las edades de 10 a 12 años, es hora de que preparen recetas sencillas. Pueden hornear galletas, hacer una pasta simple o pancakes. Con estos consejos sus hijos serán parte esencial de la cocina de su hogar.
domingo, 31 de enero de 2016
sábado, 30 de enero de 2016
Mi hijo no quiere comer
La alimentación debe ser un hábito, que se va creando en el niño desde el momento en que se le introducen alimentos diferentes a la leche, por lo que se ha propuesto que al educar a los niños a comer verduras antes de conocer las frutas serán menos selectivos a lo dulce en lo sucesivo, y se acostumbrará al niño a comer con el mismo agrado cualquier alimento.
El horario es otra medida importante pues si permitimos que los niños tengan acceso a los alimentos constantemente, y sin horas establecidas, favorecemos la aparición de "antojos" y el niño solo comerá cuando lo que se le ofrezca sea atractivo, sin reparar en cantidad o calidad. Además, evitar que coman entre comidas logrará que cuando el niño tome sus alimentos lo haga en forma ordenada y que no se les distraiga el apetito.
La diversidad de platillos que se ofrece a los niños también deberá ser amplia, con la finalidad de que aprendan a comer de todo y no se fastidien de un mismo menú.
Evitar también riñas y castigos a la hora de comer ayudará a que el niño no sienta que la hora de la comida es una agresión.
¿Qué utilidad tienen las vitaminas y los estimulantes del apetito?
La utilidad de medicamentos como vitaminas y estimulantes del apetito es controvertida, ya que primero se debe descartar que el niño sea portador de alguna enfermedad, después tener en cuenta las medidas de disciplina en los hábitos de alimentación y posteriormente tener presente que existen muchos medicamentos que efectivamente estimulan el apetito, actuando en el cerebro en el centro que provoca la sensación de hambre.
Así, dichas medicinas se pueden administrar cuando un médico va a vigilar a los niños, porque pueden tener efectos secundarios como es la baja de glucosa en forma súbita, lo cual se presenta como un desmayo, por ejemplo, tornándose entonces una situación angustiante, puesto que no se conocen los efectos secundarios de estos estimulantes del apetito.
O bien no todos los niños tienen la misma susceptibilidad, algunos otros pueden tener mucho sueño y sed en forma transitoria, pero en otros niños el efecto es inmediato y la manifestación de hambre se hace evidente.
Los complementos vitamínicos pueden auxiliar en las situaciones de carencias específicas, más no sustituyen una comida, es decir si un niño no está comiendo en forma balanceada no se debe de pretender equilibrar su dieta con solo administrar vitaminas.
En algunos niños es muy evidente que la administración de hierro, por ejemplo incremente el apetito, pero también es cierto que dosis elevadas de vitaminas lo inhiben.
De tal forma que lejos de ser nocivo, dar medicamentos para que un niño coma bien, es aconsejable tener presente todas las causas de anorexia o falta de apetito en los niños pequeños ya que este puede ser el dato cardinal de alguna enfermedad que se esté desarrollando.
Si bien el objetivo no es alarmarse sin razón, sí es el crear conciencia de que una adecuada vigilancia pediátrica puede manejar estas situaciones antes de que se conviertan un serio problema de salud.
El horario es otra medida importante pues si permitimos que los niños tengan acceso a los alimentos constantemente, y sin horas establecidas, favorecemos la aparición de "antojos" y el niño solo comerá cuando lo que se le ofrezca sea atractivo, sin reparar en cantidad o calidad. Además, evitar que coman entre comidas logrará que cuando el niño tome sus alimentos lo haga en forma ordenada y que no se les distraiga el apetito.
La diversidad de platillos que se ofrece a los niños también deberá ser amplia, con la finalidad de que aprendan a comer de todo y no se fastidien de un mismo menú.
Evitar también riñas y castigos a la hora de comer ayudará a que el niño no sienta que la hora de la comida es una agresión.
¿Qué utilidad tienen las vitaminas y los estimulantes del apetito?
La utilidad de medicamentos como vitaminas y estimulantes del apetito es controvertida, ya que primero se debe descartar que el niño sea portador de alguna enfermedad, después tener en cuenta las medidas de disciplina en los hábitos de alimentación y posteriormente tener presente que existen muchos medicamentos que efectivamente estimulan el apetito, actuando en el cerebro en el centro que provoca la sensación de hambre.
Así, dichas medicinas se pueden administrar cuando un médico va a vigilar a los niños, porque pueden tener efectos secundarios como es la baja de glucosa en forma súbita, lo cual se presenta como un desmayo, por ejemplo, tornándose entonces una situación angustiante, puesto que no se conocen los efectos secundarios de estos estimulantes del apetito.
O bien no todos los niños tienen la misma susceptibilidad, algunos otros pueden tener mucho sueño y sed en forma transitoria, pero en otros niños el efecto es inmediato y la manifestación de hambre se hace evidente.
Los complementos vitamínicos pueden auxiliar en las situaciones de carencias específicas, más no sustituyen una comida, es decir si un niño no está comiendo en forma balanceada no se debe de pretender equilibrar su dieta con solo administrar vitaminas.
En algunos niños es muy evidente que la administración de hierro, por ejemplo incremente el apetito, pero también es cierto que dosis elevadas de vitaminas lo inhiben.
De tal forma que lejos de ser nocivo, dar medicamentos para que un niño coma bien, es aconsejable tener presente todas las causas de anorexia o falta de apetito en los niños pequeños ya que este puede ser el dato cardinal de alguna enfermedad que se esté desarrollando.
Si bien el objetivo no es alarmarse sin razón, sí es el crear conciencia de que una adecuada vigilancia pediátrica puede manejar estas situaciones antes de que se conviertan un serio problema de salud.
Individualidad en el matrimonio
El amor es fundamental en la relación del matrimonio, pero también son imprescindibles varios factores que se deben tomar en cuenta, en la relación de pareja ambos son quienes deben tomar responsabilidades de igual manera para que crezca mayor compromiso y responsabilidad en ambos.
Lo que ocurre algunas veces es que ya sea el hombre o la mujer se hace responsable de la mayoría de las actividades y no son compartidas con su pareja, la verdadera fuerza de la pareja consiste en unir capacidades y fortalezas.
Individualidad significa crecimiento personal, enriquecer las habilidades que a uno les gusta con la realización de actividades, no se debe confundir éste significado ya que algunas personas confunden la individualidad ocultando o haciendo cosas sin que sepa su pareja.
La relación de matrimonio debe ser abierta y comprometida, amar de forma sana y saludable, el crecimiento personal se debe dar en ambas partes, muchas veces sólo uno es quien estudia, trabaja o se supera constantemente sin dar oportunidad a su pareja.
Se debe procurar que las decisiones sean tomadas por ambos y en mutuo acuerdo y no así imponer decisiones sin consultar antes con la pareja, mantener una comunicación clara y que ésta además sea fructífera ayuda a consolidar el matrimonio.
Algunas personas no quieren llegar a comprometerse porque consideran que el matrimonio es sinónimo de esclavitud, en que además se pierde la libertad de hacer cosas o tomar decisiones, sin embargo, el sólo hecho de casarse no garantiza el éxito del matrimonio, el éxito dependerá del grado de compromiso que ambos adquieran.
Se debe estar consciente que en la vida de matrimonio se debe ser independiente en lugar de estar buscando una libertad falsa y mal entendida, en el momento en que uno se casa es preciso establecer cuáles son los objetivos y metas para que ambos se complementen y se unan esfuerzos para conseguir lo propuesto.
En la relación de pareja no se debe olvidar que cada uno son individuos diferentes con personalidades, gustos y hobbies propios y para compartir la vida con una persona no se pierde la esencia de uno mismo, se deben crear espacios personales para lograr con mayor facilidad un equilibrio que facilitará encuentros saludables sin perder la individualidad.
Lo que ocurre algunas veces es que ya sea el hombre o la mujer se hace responsable de la mayoría de las actividades y no son compartidas con su pareja, la verdadera fuerza de la pareja consiste en unir capacidades y fortalezas.
Individualidad significa crecimiento personal, enriquecer las habilidades que a uno les gusta con la realización de actividades, no se debe confundir éste significado ya que algunas personas confunden la individualidad ocultando o haciendo cosas sin que sepa su pareja.
La relación de matrimonio debe ser abierta y comprometida, amar de forma sana y saludable, el crecimiento personal se debe dar en ambas partes, muchas veces sólo uno es quien estudia, trabaja o se supera constantemente sin dar oportunidad a su pareja.
Se debe procurar que las decisiones sean tomadas por ambos y en mutuo acuerdo y no así imponer decisiones sin consultar antes con la pareja, mantener una comunicación clara y que ésta además sea fructífera ayuda a consolidar el matrimonio.
Algunas personas no quieren llegar a comprometerse porque consideran que el matrimonio es sinónimo de esclavitud, en que además se pierde la libertad de hacer cosas o tomar decisiones, sin embargo, el sólo hecho de casarse no garantiza el éxito del matrimonio, el éxito dependerá del grado de compromiso que ambos adquieran.
Se debe estar consciente que en la vida de matrimonio se debe ser independiente en lugar de estar buscando una libertad falsa y mal entendida, en el momento en que uno se casa es preciso establecer cuáles son los objetivos y metas para que ambos se complementen y se unan esfuerzos para conseguir lo propuesto.
En la relación de pareja no se debe olvidar que cada uno son individuos diferentes con personalidades, gustos y hobbies propios y para compartir la vida con una persona no se pierde la esencia de uno mismo, se deben crear espacios personales para lograr con mayor facilidad un equilibrio que facilitará encuentros saludables sin perder la individualidad.
Introversión y extroversión en la niñez
En ocasiones los padres suelen etiquetar a su niño de introvertido o extrovertido, sin conocer en profundidad qué cualidades positivas o negativas puedan tener estos términos. En muchos casos, el ser introvertido es visto con preocupación, porque se piensa que el niño no podrá adaptarse o relacionarse en el grupo al que integre.
“Para el psiquiatra Carl Jung, las personas introvertidas prefieren su mundo interno de pensamientos, sentimientos, fantasías y sueños, mientras que las extrovertidas prefieren el mundo externo de las cosas, las actividades y las personas”, dijo la psicóloga de Psinergia, Estela Loza.
Ambos términos son confundidos con el ser tímido o sociable debido, en parte, a que los introvertidos suelen tener ciertos rasgos de timidez y los extrovertidos de sociabilidad. Nadie es completamente ni lo uno ni lo otro. Sin embargo, cada individuo trata de favorecer una u otra actitud según la situación en que se encuentre.
CARACTERÍSTICAS
Según el autor Jung las principales características del extrovertido e introvertido son: las diferencias en su manera de pensar y de aprender. Por lo general, los extrovertidos son más sociables que los introvertidos, están más orientados a la acción y son más espontáneos. Los introvertidos no necesitan a los demás para estar contentos, tratan de entender las situaciones con mayor interés que los extrovertidos y son más reflexivos.
Los extrovertidos aprenden mejor explicando las cosas a otros, les resulta fácil trabajar en grupo e incluso lo encuentran divertido. El introvertido necesita entender toda la película para comprender totalmente, porque considera que un conocimiento es verdadero si aprende la relación entre los temas que lo conforman.
“Un niño introvertido utiliza sus herramientas consigo mismo, todo lo que realiza lo hace interiormente, se caracteriza por pensar en solitario, no requiere estar en sociedad, reflexiona sobre sí mismo, le gusta jugar con pocos amigos, no tiene mucho contacto con otros pequeños”, explicó Loza.
En cambio, el extrovertido tiene mayor capacidad para sentirse cómodo con otras personas y su forma de reflexionar va a depender de los demás, con el fin de extraer lo que necesite. Disfruta de la compañía de sus amigos, su charla, y en su juventud le gusta las fiestas, su visión se centra en lo externo.
“Existen muchos niños que siendo introvertidos, viven una situación que les permite sentirse cómodos y encuentran una herramienta de extroversión y van desarrollo esta cualidad a lo largo de su vida. Tanto la introversión como la extroversión fluctúan, no es algo que permanezca estático”, dijo la psicóloga.
Sucede que muchas personas piensan que la introversión es algo negativo para el niño y se ponen a pensar en que no podrá comunicarse, relacionarse con los demás y, peor aún, que estará indefenso frente al resto del grupo. Muchos llegan con esta inquietud y se encuentran con que hay que trabajar otros aspectos personales.
“Recuerdo un caso de un niño de 7 años, cuya madre muy preocupada trajo a su hijo porque tenía solo un amigo, no se comunicaba con la profesora ni con sus compañeros. Sucedía que el niño se sentía más cómodo actuando de esa manera y solo fue necesario trabajar en su autoconfianza. Además de trabajar con el sentimiento de culpa que tenía la madre, porque era hijo único, entre otros aspectos”, acotó Loza.
Los padres no deben presionar a los niños que son introvertidos a que cambien de una capacidad a otra rápidamente, simplemente deben respetar los tiempo de los niños y brindarles confianza, para que pasen de un estado al otro sin inconvenientes, porque de lo contrario van a provocar que el introvertido se cierre en sí mismo y no salga más de su mundo interno.
sábado, 23 de enero de 2016
El miedo en el niño
El miedo es un estado natural por el que todo ser humano atraviesa en algún momento de la vida, se puede llegar a tener miedo debido a la pérdida de personas queridas, fracasos, objetos, animales, etc. sin embargo, estos miedos pueden ser controlados e incluso en algunos casos perderlos.
El miedo se puede apoderar de las personas en cualquier momento y para una persona adulta es más fácil controlarlo, sin embargo, el miedo que pueden llegar a sentir algunos niños es diferente, los niños viven el miedo con mayor intensidad y tiene una duración más larga.
El miedo en los niños varía según la connotación y significancia que dan cada uno de ellos, además, se debe tomar en cuenta las experiencias que tuvieron que vivir para sentir el miedo, las diversas etapas en la niñez pueden caracterizarse por diferentes miedos.
Por ejemplo, en los primeros meses de vida hasta el año, el niño siente temor por los sonidos fuertes, alturas, objetos que le parezcan amenazantes y principalmente la separación del adulto con el que con más contacto se encuentre, pueden ser los padres o las personas que lo cuidan.
A medida que va creciendo los temores pueden ser los mismos, pero no con la misma intensidad o pueden aparecer otros, del año de vida a los dos años y medio aproximadamente los niños aún sienten temor cuando se separan de las personas a las que están acostumbrados.
Pero en esta etapa también siente miedo cuando conocen a extraños, a algunos animales o los sonidos que estos emiten, otros temen a las tormentas, cuando el niño empieza a ir a guarderías o se encuentran en etapa preescolar esto suele ser de 3 a 6 años, el niño teme a la oscuridad, no quiere estar solo, con algunos animales en específico o seres que ellos imaginan.
De los seis a los once, los miedos son escolares, temen a la muerte, en especial de seres queridos, problemas de salud, tienen miedos relacionados con su entorno social como miedo a perder a sus amigos, a quedar en ridículo, no ser aceptado por un grupo determinado.
De 11 a 13 años, se incrementan los miedos sociales y principalmente la autoimagen, el miedo a verse mal, con pautas precisas los miedos irán desapareciendo y los niños sabrán cómo afrontarlos en posteriores etapas y les servirá para el resto de su vida, pero si no se trabajan en forma apropiada pueden convertirse en fobias y perjudicar al niño.
El miedo se puede apoderar de las personas en cualquier momento y para una persona adulta es más fácil controlarlo, sin embargo, el miedo que pueden llegar a sentir algunos niños es diferente, los niños viven el miedo con mayor intensidad y tiene una duración más larga.
El miedo en los niños varía según la connotación y significancia que dan cada uno de ellos, además, se debe tomar en cuenta las experiencias que tuvieron que vivir para sentir el miedo, las diversas etapas en la niñez pueden caracterizarse por diferentes miedos.
Por ejemplo, en los primeros meses de vida hasta el año, el niño siente temor por los sonidos fuertes, alturas, objetos que le parezcan amenazantes y principalmente la separación del adulto con el que con más contacto se encuentre, pueden ser los padres o las personas que lo cuidan.
A medida que va creciendo los temores pueden ser los mismos, pero no con la misma intensidad o pueden aparecer otros, del año de vida a los dos años y medio aproximadamente los niños aún sienten temor cuando se separan de las personas a las que están acostumbrados.
Pero en esta etapa también siente miedo cuando conocen a extraños, a algunos animales o los sonidos que estos emiten, otros temen a las tormentas, cuando el niño empieza a ir a guarderías o se encuentran en etapa preescolar esto suele ser de 3 a 6 años, el niño teme a la oscuridad, no quiere estar solo, con algunos animales en específico o seres que ellos imaginan.
De los seis a los once, los miedos son escolares, temen a la muerte, en especial de seres queridos, problemas de salud, tienen miedos relacionados con su entorno social como miedo a perder a sus amigos, a quedar en ridículo, no ser aceptado por un grupo determinado.
De 11 a 13 años, se incrementan los miedos sociales y principalmente la autoimagen, el miedo a verse mal, con pautas precisas los miedos irán desapareciendo y los niños sabrán cómo afrontarlos en posteriores etapas y les servirá para el resto de su vida, pero si no se trabajan en forma apropiada pueden convertirse en fobias y perjudicar al niño.
jueves, 21 de enero de 2016
La pérdida en la vida de un niño
Alberto tiene seis años y acaba de perder a su papá. Su madre y sus abuelos no saben cómo decírselo ni cómo actuar para que lo supere. Darle la noticia de forma clara, fomentar el diálogo y trabajar en todos los ámbitos de su vida ayudarán a que el niño integre esa pérdida en su vida y que siga siendo feliz.
La rabia, la no aceptación y conductas de mal comportamiento para llamar la atención son síntomas de que un niño no está atravesando su duelo por la pérdida de un ser querido de forma correcta.
Por eso, la psicóloga infantil del Centro Álava Reyes, Silvia Álava, aconseja trabajar “con todas las áreas del niño: padres, colegio, hermanos o abuelos” además de las sesiones con el psicólogo en consulta.
Silvia Álava trató el tema del duelo, en concreto en la infancia, en el VIII Congreso Internacional y XIII Nacional de Psicología Clínica que tuvo lugar en Granada, a finales de noviembre.
Verbalizar para no enquistar el problema
¿Cómo darle a un niño la trágica noticia de, por ejemplo, la muerte de su padre o de su madre? “Aunque suene muy duro, hay que decirle al niño: murió, eso significa que no va a volver”, apunta la psicóloga infantil.
Es muy importante aclarar al menor la idea de la muerte como el no retorno, pues a veces son tan pequeños que no entienden qué significa morir.
También hay que evitar retrasar ese momento, pues el niño sabe que algo ha pasado. Silvia Álava recomienda ser directos pero sin excesos: “No les podemos ocultar la información, pero tampoco hay que darle más de lo que necesita por su edad, no hay que entrar en detalles”.
Una vez recibida la noticia, comienza el duelo. El primer paso es la expresión, que el niño sea capaz de verbalizar su estado “con una serie de estrategias de regulación emocional”, según la especialista.
“Hablar del tema cuando ha habido una pérdida evita que se enquiste el problema”, añade.
El duelo puede verse interrumpido o no iniciarse si el niño no habla, si no tiene un espacio para comentar cómo se siente. Además, hay ocasiones en las que el menor ve tan triste al adulto superviviente que tiende a protegerlo y no expresarse delante de él.
Álava explica que, en definitiva, en el duelo, hay que trabajar la memoria autobiográfica: ser capaces de integrar la pérdida del ser querido y, aunque en determinado momento le invada la tristeza, hay que aprender a ser felices aunque esa persona ya no esté.
Niños estimulados, emociones más inteligentes
En el mismo Congreso de Psicología Clínica de Granada, Silvia Álava se encargó de desarrollar un tema ligado a la infancia y con aplicaciones también en el duelo: Inteligencia Emocional: aplicaciones en la clínica infantil.
“La inteligencia emocional es un subconjunto de inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y las emociones propios y de los demás, discriminar entre ellas y utilizar esta información para guiar nuestro crecimiento y nuestras acciones”, define Álava.
Para que el niño adquiera esa inteligencia, es imprescindible la estimulación desde su más temprana edad, pues su falta “va a tener un coste muy alto” en el desarrollo de su cerebro y sus relaciones con el entorno.
Esa estimulación en bebés comienza con el “diálogo tónico”, ese tono de voz característico de una madre al hablar a su hijo, con interrogaciones o exclamaciones, así como besos, mimos y caricias que crean un apego de seguridad.
En el taller de tres horas que impartió Silvia Álava sobre este tema, los psicólogos aprendieron los factores y modelos para trabajar el desarrollo de los niños “cuyo cerebro está en continuo crecimiento”, matiza la experta.
CUATRO CLAVES
La psicóloga española Patricia Díaz Seoane, de la Fundación Mario Losantos del Campo (FMLC) aconseja tener en cuenta cuatro cosas básicas para comunicar la muerte a los niños.
CLAVE 1. La muerte es universal.
“Deben comprender que todos nos vamos a morir, pero que es excepcional en personas jóvenes. Si uno de los dos progenitores muere, la preocupación del niño será cuándo se va a morir el otro, quién le llevaría a él al ‘cole’ en ese caso. Por eso es importante garantizarles sus rutinas y que se sientan arropados”.
CLAVE 2. La muerte es irreversible.
“La metáfora del viaje puede hacer que se queden esperando que el ser querido vuelva, que se pregunten si va a venir a su cumpleaños...”.
CLAVE 3. El cuerpo ha dejado de funcionar. “Otras explicaciones habituales, como que el abuelo se ha quedado dormido, pueden hacer que cojan miedo”.
CLAVE 4. Los sentimientos no se esconden.
“Ellos pueden manifestar su tristeza en forma de rabia o enfados, por eso es importante hablar con ellos, decirles que les comprendemos, que los adultos también se sienten mal. Si nos escondemos a llorar, pensarán que es algo malo que hay que ocultar y harán lo mismo”.
La rabia, la no aceptación y conductas de mal comportamiento para llamar la atención son síntomas de que un niño no está atravesando su duelo por la pérdida de un ser querido de forma correcta.
Por eso, la psicóloga infantil del Centro Álava Reyes, Silvia Álava, aconseja trabajar “con todas las áreas del niño: padres, colegio, hermanos o abuelos” además de las sesiones con el psicólogo en consulta.
Silvia Álava trató el tema del duelo, en concreto en la infancia, en el VIII Congreso Internacional y XIII Nacional de Psicología Clínica que tuvo lugar en Granada, a finales de noviembre.
Verbalizar para no enquistar el problema
¿Cómo darle a un niño la trágica noticia de, por ejemplo, la muerte de su padre o de su madre? “Aunque suene muy duro, hay que decirle al niño: murió, eso significa que no va a volver”, apunta la psicóloga infantil.
Es muy importante aclarar al menor la idea de la muerte como el no retorno, pues a veces son tan pequeños que no entienden qué significa morir.
También hay que evitar retrasar ese momento, pues el niño sabe que algo ha pasado. Silvia Álava recomienda ser directos pero sin excesos: “No les podemos ocultar la información, pero tampoco hay que darle más de lo que necesita por su edad, no hay que entrar en detalles”.
Una vez recibida la noticia, comienza el duelo. El primer paso es la expresión, que el niño sea capaz de verbalizar su estado “con una serie de estrategias de regulación emocional”, según la especialista.
“Hablar del tema cuando ha habido una pérdida evita que se enquiste el problema”, añade.
El duelo puede verse interrumpido o no iniciarse si el niño no habla, si no tiene un espacio para comentar cómo se siente. Además, hay ocasiones en las que el menor ve tan triste al adulto superviviente que tiende a protegerlo y no expresarse delante de él.
Álava explica que, en definitiva, en el duelo, hay que trabajar la memoria autobiográfica: ser capaces de integrar la pérdida del ser querido y, aunque en determinado momento le invada la tristeza, hay que aprender a ser felices aunque esa persona ya no esté.
Niños estimulados, emociones más inteligentes
En el mismo Congreso de Psicología Clínica de Granada, Silvia Álava se encargó de desarrollar un tema ligado a la infancia y con aplicaciones también en el duelo: Inteligencia Emocional: aplicaciones en la clínica infantil.
“La inteligencia emocional es un subconjunto de inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y las emociones propios y de los demás, discriminar entre ellas y utilizar esta información para guiar nuestro crecimiento y nuestras acciones”, define Álava.
Para que el niño adquiera esa inteligencia, es imprescindible la estimulación desde su más temprana edad, pues su falta “va a tener un coste muy alto” en el desarrollo de su cerebro y sus relaciones con el entorno.
Esa estimulación en bebés comienza con el “diálogo tónico”, ese tono de voz característico de una madre al hablar a su hijo, con interrogaciones o exclamaciones, así como besos, mimos y caricias que crean un apego de seguridad.
En el taller de tres horas que impartió Silvia Álava sobre este tema, los psicólogos aprendieron los factores y modelos para trabajar el desarrollo de los niños “cuyo cerebro está en continuo crecimiento”, matiza la experta.
CUATRO CLAVES
La psicóloga española Patricia Díaz Seoane, de la Fundación Mario Losantos del Campo (FMLC) aconseja tener en cuenta cuatro cosas básicas para comunicar la muerte a los niños.
CLAVE 1. La muerte es universal.
“Deben comprender que todos nos vamos a morir, pero que es excepcional en personas jóvenes. Si uno de los dos progenitores muere, la preocupación del niño será cuándo se va a morir el otro, quién le llevaría a él al ‘cole’ en ese caso. Por eso es importante garantizarles sus rutinas y que se sientan arropados”.
CLAVE 2. La muerte es irreversible.
“La metáfora del viaje puede hacer que se queden esperando que el ser querido vuelva, que se pregunten si va a venir a su cumpleaños...”.
CLAVE 3. El cuerpo ha dejado de funcionar. “Otras explicaciones habituales, como que el abuelo se ha quedado dormido, pueden hacer que cojan miedo”.
CLAVE 4. Los sentimientos no se esconden.
“Ellos pueden manifestar su tristeza en forma de rabia o enfados, por eso es importante hablar con ellos, decirles que les comprendemos, que los adultos también se sienten mal. Si nos escondemos a llorar, pensarán que es algo malo que hay que ocultar y harán lo mismo”.
miércoles, 20 de enero de 2016
¿Por qué no castigarlos?
Desde generaciones atrás las bofetadas y los azotes se han utilizado como herramientas para reprender a los niños. Algunos padres consideran que es necesario pegarles de vez en cuando para corregirlos; ¿será que este es el método más efectivo? Continúe con la lectura de este artículo que expertos lo explican.
Aprende conceptos errados. El psicólogo Oliver Silva indicó que si el muchacho desde niño es amedrentado y si en algunas ocasiones sus padres le pegaron. El chico aprende que si ejerce violencia va a conseguir su objetivo.
La violencia se transmite. Silva mencionó con un ejemplo: "Si con un grito el padre lo amedrentaba, eso deja de ser efectivo, ya no es suficiente, entonces comienza a agredirlo mucho más, luego utiliza la violencia física y esto se establece más. El muchacho aprendió todos los pasos previos y él también en la edad adulta ejercerá la violencia".
Se convierten en víctimas o agresores. El psicólogo Christian André señaló que cuando los chicos son víctimas de violencia, cuando sean grandes serán golpeadores o sumisos, porque nunca aprendieron a defenderse de una manera correcta.
Edúquelos desde pequeños. André sostuvo que los progenitores deben educarlos desde que nacen, por ejemplo, cuando son bebés deben respetar los horarios de comida.
¿Cómo corregirlos? El experto comentó que "los progenitores antes de castigarlo, deben haber establecido una serie de parámetros. Si ponen reglas difíciles de cumplir, obviamente el niño o el adolescente no las va a cumplir". Así mismo añadió que en primer lugar los papás deben darles reglas claras, segundo los acuerdos tienen que ser de conveniencia mutua, y por último las reglas deben ser fáciles de cumplir.
Aprende conceptos errados. El psicólogo Oliver Silva indicó que si el muchacho desde niño es amedrentado y si en algunas ocasiones sus padres le pegaron. El chico aprende que si ejerce violencia va a conseguir su objetivo.
La violencia se transmite. Silva mencionó con un ejemplo: "Si con un grito el padre lo amedrentaba, eso deja de ser efectivo, ya no es suficiente, entonces comienza a agredirlo mucho más, luego utiliza la violencia física y esto se establece más. El muchacho aprendió todos los pasos previos y él también en la edad adulta ejercerá la violencia".
Se convierten en víctimas o agresores. El psicólogo Christian André señaló que cuando los chicos son víctimas de violencia, cuando sean grandes serán golpeadores o sumisos, porque nunca aprendieron a defenderse de una manera correcta.
Edúquelos desde pequeños. André sostuvo que los progenitores deben educarlos desde que nacen, por ejemplo, cuando son bebés deben respetar los horarios de comida.
¿Cómo corregirlos? El experto comentó que "los progenitores antes de castigarlo, deben haber establecido una serie de parámetros. Si ponen reglas difíciles de cumplir, obviamente el niño o el adolescente no las va a cumplir". Así mismo añadió que en primer lugar los papás deben darles reglas claras, segundo los acuerdos tienen que ser de conveniencia mutua, y por último las reglas deben ser fáciles de cumplir.
martes, 19 de enero de 2016
¿Qué hacer ante una agresión sexual?
El Combat Hapkido, que nació en Estados Unidos en los años noventa, no es ni un deporte ni un arte marcial tradicional. Su objetivo fundamental es proporcionar herramientas para sobrevivir cuando la vida está en peligro, ofreciendo «una respuesta siempre proporcionada a la amenaza», en aplicación de la legítima defensa. Lo explica el maestro Juan Romero Pons, director nacional de la International Combat Hapkido Federation en España.
El maestro Romero imparte clases de defensa personal dos veces por semana en un centro deportivo en el distrito madrileño de Hortaleza. El grupo es mixtoy pueden acudir a las lecciones personas desde los doce años y sin límite máximo de edad, con independencia de su forma física. «Vienen desde policias, militares, médicos, profesores, estudiantes... con el denominador común de que todos son personas de bien», asegura el maestro Romero.
Las clases empiezan con un breve calentamiento y luego se pasa al aprendizaje de las técnicas. Más vale maña, también en este ámbito. «Nuestro sistema no se basa en la fuerza física sino en el conocimiento y la inteligencia». La defensa se fundamenta en atacar ciertos objetivos anatómicos que constituyen los puntos más vulnerables del cuerpo del agresor. El maestro Romero asegura que «los ojos, los genitales o la garganta son objetivos magníficos».
¿Cómo defenderse ante una agresión sexual?
En esta ocasión, la primera parte de la clase está dedicada a aprender a defenderse ante una agresión sexual o una violación. En primer lugar, en una situación con varios atacantes, como las que tuvieron lugar en Colonia, recientemente, no hay que enfrentarse a todos los agresores al mismo tiempo. Es recomendable dar un paso al lado, alcanzando a uno de ellos, y golpearle con el talón de la mano en el nervio mentoniano, al final de la comisura de los labios, impactando en dirección hacia la garganta. De este modo, ese atacante quedaría fuera de combate. A continuación, convendría enfrentarse al resto y escapar lo antes posible.
En un forcejeo con el agresor en que éste agarra a la mujer por los brazos, continuar con ese pulso difícilmente va a servir para zafarse, dada la probable superioridad física del hombre. En este caso, la recomendación es reaccionar con las piernas, mediante una patada baja a un punto nervioso que se encuentra a cuatro dedos del tobillo, luego con una patada alta en la zona genital, un golpe con la mano en la cabeza y finalmente dando un pisotón en la pierna para poder escapar evitando una persecución. En una situación similar pero teniendo una mano libre, ésta se puede aprovechar para golpear en el nervio mentoniano.
Si el agresor ha sometido a la mujer y ésta se encuentra de rodillas, la clave para huir consiste en golpear una pierna por ambos lados, por encima de la rodilla, seguido de un impacto en los genitales y acabando con un golpe en la cabeza.
Cuando la agresión sexual se ha complicado y la mujer ya se encuentra en el suelo, una forma de escaparse consiste en golpear con el talón del pie en el punto nervioso donde se une la pierna con el cuerpo. Sin dilación, habría que pegarle en la cabeza con el otro pie, y aprovechando que el agresor se arquearía hacia atrás, darle de nuevo en la zona genital.
Si, estando en el suelo, el agresor ya se ha abalanzado sobre la mujer, es necesario fabricar espacio para poder aplicar la técnica anterior. Se puede hacer metiendo los pulgares en los ojos del atacanteo bien con un golpe seco en ambos oídos, con la mano cóncava para generar cierta ventosa sobre el tímpano. Estos golpes contribuirán a alejar al hombre y permitirán escapar a la mujer.
Por último, en el peor de los casos, cuando el violador se encuentra encima y agarra los brazos de la mujer contra el suelo, hay que buscar de nuevo una solución que no se base en la fuerza física. En esta situación hay que rodearlo con las piernas y, dándose impulso, alejar al atacante para poder escapar.
Sea como fuere, el maestro Romero aboga por la prevención: «una confrontación física, acabe como acabe, siempre va a ser desagradable», por lo que recomienda usar el diálogo y una gesticulación calmada para tranquilizar y disuadir al agresor potencial cuando esto sea posible.
El maestro Romero imparte clases de defensa personal dos veces por semana en un centro deportivo en el distrito madrileño de Hortaleza. El grupo es mixtoy pueden acudir a las lecciones personas desde los doce años y sin límite máximo de edad, con independencia de su forma física. «Vienen desde policias, militares, médicos, profesores, estudiantes... con el denominador común de que todos son personas de bien», asegura el maestro Romero.
Las clases empiezan con un breve calentamiento y luego se pasa al aprendizaje de las técnicas. Más vale maña, también en este ámbito. «Nuestro sistema no se basa en la fuerza física sino en el conocimiento y la inteligencia». La defensa se fundamenta en atacar ciertos objetivos anatómicos que constituyen los puntos más vulnerables del cuerpo del agresor. El maestro Romero asegura que «los ojos, los genitales o la garganta son objetivos magníficos».
¿Cómo defenderse ante una agresión sexual?
En esta ocasión, la primera parte de la clase está dedicada a aprender a defenderse ante una agresión sexual o una violación. En primer lugar, en una situación con varios atacantes, como las que tuvieron lugar en Colonia, recientemente, no hay que enfrentarse a todos los agresores al mismo tiempo. Es recomendable dar un paso al lado, alcanzando a uno de ellos, y golpearle con el talón de la mano en el nervio mentoniano, al final de la comisura de los labios, impactando en dirección hacia la garganta. De este modo, ese atacante quedaría fuera de combate. A continuación, convendría enfrentarse al resto y escapar lo antes posible.
En un forcejeo con el agresor en que éste agarra a la mujer por los brazos, continuar con ese pulso difícilmente va a servir para zafarse, dada la probable superioridad física del hombre. En este caso, la recomendación es reaccionar con las piernas, mediante una patada baja a un punto nervioso que se encuentra a cuatro dedos del tobillo, luego con una patada alta en la zona genital, un golpe con la mano en la cabeza y finalmente dando un pisotón en la pierna para poder escapar evitando una persecución. En una situación similar pero teniendo una mano libre, ésta se puede aprovechar para golpear en el nervio mentoniano.
Si el agresor ha sometido a la mujer y ésta se encuentra de rodillas, la clave para huir consiste en golpear una pierna por ambos lados, por encima de la rodilla, seguido de un impacto en los genitales y acabando con un golpe en la cabeza.
Cuando la agresión sexual se ha complicado y la mujer ya se encuentra en el suelo, una forma de escaparse consiste en golpear con el talón del pie en el punto nervioso donde se une la pierna con el cuerpo. Sin dilación, habría que pegarle en la cabeza con el otro pie, y aprovechando que el agresor se arquearía hacia atrás, darle de nuevo en la zona genital.
Si, estando en el suelo, el agresor ya se ha abalanzado sobre la mujer, es necesario fabricar espacio para poder aplicar la técnica anterior. Se puede hacer metiendo los pulgares en los ojos del atacanteo bien con un golpe seco en ambos oídos, con la mano cóncava para generar cierta ventosa sobre el tímpano. Estos golpes contribuirán a alejar al hombre y permitirán escapar a la mujer.
Por último, en el peor de los casos, cuando el violador se encuentra encima y agarra los brazos de la mujer contra el suelo, hay que buscar de nuevo una solución que no se base en la fuerza física. En esta situación hay que rodearlo con las piernas y, dándose impulso, alejar al atacante para poder escapar.
Sea como fuere, el maestro Romero aboga por la prevención: «una confrontación física, acabe como acabe, siempre va a ser desagradable», por lo que recomienda usar el diálogo y una gesticulación calmada para tranquilizar y disuadir al agresor potencial cuando esto sea posible.
lunes, 18 de enero de 2016
Lecturas sutiles Los hijos son reflejo de sus padres
Cuando recibimos por primera vez a nuestro niño en nuestros brazos miles de sentimientos se cruzan por nuestro corazón, desde la pasión loca hasta el miedo extremo.
Luego, viene toda la responsabilidad y el gusto de disfrutarlo cada día, cada mirada, cada sonrisa, cada expresión...
Pese a que nuestra vida cambió de golpe, que todo el desorden se vino encima y que las horas para dormir se convierten en oro puro... nada más con abrir los ojos y ver esa personita tan hermosa, te vuelve la energía.
Uno piensa de dónde salen esos nuevos sentimientos, miedos y hasta angustia de saber cómo lograremos críar a este pedacito
de vida que depende absolutamente de ti.
Y es que, la crianza es una responsabilidad que dura muchísimo tiempo; ya que cada etapa viene con un paquete de pequeños retos diarios hasta lograr ver el resultado, porque esta vida nueva es tu siembra y tu cosecha.
Cuando es chiquitito se parece a sus padres físicamente, y a medida que vaya creciendo también tendrá similitudes en el carácter, los hábitos y hasta en las respuestas.
Y es que la crianza va más allá de abastecer comida, techo, ropa, juguetes y educación. Supera todos los aprendizajes y logros académicos y laborales.
Una buena crianza es producto de grandes esfuerzos, de compromiso, responsabilidad
y madurez. Es necesario que cada día recuerdes que estás sembrando lo mejor de ti.
Tu hijo requiere caricias, charlas, apapachos, órdenes para que crezca con límites, respeto y dedicación. Enséñale que las caídas son para levantarse y que los logros son para disfrutar.
Es que la vida es así de simple, recibimos
lo que damos y nuestros hijos son el reflejo de lo que viven. Observa, cuando tú estás tranquilo y feliz, tu niño responderá en la misma medida; lo propio cuando estás en angustia o rabia, tu niño no se sentirá tranquilo y tendrá actitudes de berrinche y enojo, hecho que aumentará tu tensión, y solo si tú te calmas, tu niño recobrará su paz.
Medirás tu calidad de crianza cada día, porque tus niños son solo tu reflejo, tu producto.
Amará la naturaleza, si tu cuidas las plantas. Disfrutará de una mascota, si tú le enseñas
a amar y a educar a ese ser de cuatro patas. Respetará a su madre y a su padre solo si tú respetas a los tuyos.
Golpeará a sus compañeros si tú resuelves tus dificultades con violencia. Disfrutará de un libro si te ve leer. Cuando enfermes te cuidará, si lo cuidaste y cuando haya carencia en casa, verás su furia o su solidaridad.
Es que las cosechas de la crianza llegan rápido, si crias a tu hijo en un hogar de paz, será un niño capaz de adaptarse a sus experiencias. En tanto que, si vive en hogar de
tensión y angustia, responderá con dificultad y violencia.
Luego, viene toda la responsabilidad y el gusto de disfrutarlo cada día, cada mirada, cada sonrisa, cada expresión...
Pese a que nuestra vida cambió de golpe, que todo el desorden se vino encima y que las horas para dormir se convierten en oro puro... nada más con abrir los ojos y ver esa personita tan hermosa, te vuelve la energía.
Uno piensa de dónde salen esos nuevos sentimientos, miedos y hasta angustia de saber cómo lograremos críar a este pedacito
de vida que depende absolutamente de ti.
Y es que, la crianza es una responsabilidad que dura muchísimo tiempo; ya que cada etapa viene con un paquete de pequeños retos diarios hasta lograr ver el resultado, porque esta vida nueva es tu siembra y tu cosecha.
Cuando es chiquitito se parece a sus padres físicamente, y a medida que vaya creciendo también tendrá similitudes en el carácter, los hábitos y hasta en las respuestas.
Y es que la crianza va más allá de abastecer comida, techo, ropa, juguetes y educación. Supera todos los aprendizajes y logros académicos y laborales.
Una buena crianza es producto de grandes esfuerzos, de compromiso, responsabilidad
y madurez. Es necesario que cada día recuerdes que estás sembrando lo mejor de ti.
Tu hijo requiere caricias, charlas, apapachos, órdenes para que crezca con límites, respeto y dedicación. Enséñale que las caídas son para levantarse y que los logros son para disfrutar.
Es que la vida es así de simple, recibimos
lo que damos y nuestros hijos son el reflejo de lo que viven. Observa, cuando tú estás tranquilo y feliz, tu niño responderá en la misma medida; lo propio cuando estás en angustia o rabia, tu niño no se sentirá tranquilo y tendrá actitudes de berrinche y enojo, hecho que aumentará tu tensión, y solo si tú te calmas, tu niño recobrará su paz.
Medirás tu calidad de crianza cada día, porque tus niños son solo tu reflejo, tu producto.
Amará la naturaleza, si tu cuidas las plantas. Disfrutará de una mascota, si tú le enseñas
a amar y a educar a ese ser de cuatro patas. Respetará a su madre y a su padre solo si tú respetas a los tuyos.
Golpeará a sus compañeros si tú resuelves tus dificultades con violencia. Disfrutará de un libro si te ve leer. Cuando enfermes te cuidará, si lo cuidaste y cuando haya carencia en casa, verás su furia o su solidaridad.
Es que las cosechas de la crianza llegan rápido, si crias a tu hijo en un hogar de paz, será un niño capaz de adaptarse a sus experiencias. En tanto que, si vive en hogar de
tensión y angustia, responderá con dificultad y violencia.
domingo, 17 de enero de 2016
Tips para que su hijo aprenda rápido
A los niños no hay que forzarlos a que hagan cosas antes de tiempo, ellos tienen su propio ritmo de aprendizaje y evolución, pero a las mamás se nos olvida.
Seguro cree que su primera palabra será "mamá" y espera con ansias a que llegue ese día y generalmente dicen papá.
"Sonarse la nariz", sentirá hasta desesperación porque aprenda a sonarse la nariz, en particular en los fríos días del invierno. Pero al igual que con cualquier otro aprendizaje, lo aplicará a su tiempo.
"Ir al baño solo", ¿Cuántos pañales ha comprado desde que su hijo llegó al mundo? Sí, seguramente esa cifra que está pensando se quede corta con lo que en realidad lleva gastado. Puede que su hijo llegue a los 3 años usando pañales, y ¿sabe qué?, no pasa nada. Debe respetar su ritmo. "Calmarse": Si a los adultos les cuesta calmarse solos, ¡cuánto más a un niño! Ellos necesitan aprender a calmarse, y sobre todo una guía para hacerlo.
Seguro cree que su primera palabra será "mamá" y espera con ansias a que llegue ese día y generalmente dicen papá.
"Sonarse la nariz", sentirá hasta desesperación porque aprenda a sonarse la nariz, en particular en los fríos días del invierno. Pero al igual que con cualquier otro aprendizaje, lo aplicará a su tiempo.
"Ir al baño solo", ¿Cuántos pañales ha comprado desde que su hijo llegó al mundo? Sí, seguramente esa cifra que está pensando se quede corta con lo que en realidad lleva gastado. Puede que su hijo llegue a los 3 años usando pañales, y ¿sabe qué?, no pasa nada. Debe respetar su ritmo. "Calmarse": Si a los adultos les cuesta calmarse solos, ¡cuánto más a un niño! Ellos necesitan aprender a calmarse, y sobre todo una guía para hacerlo.
¿Cómo saber si el niño se deprime?
Reniega mucho por algún cambio que ha tenido su hijo y usted no lo entiende? Pues préstele más atención y obsérvelo bien porque podría estar pasando por una depresión infantil y usted no se da cuanta.
Situación. Cualquier tipo de alteraciones en la conducta del niño tiene que tener algún origen. Para considerar que sufre depresión, tiene que pasar por lo menos tres meses a seis bajo una misma conducta, explicó la psicóloga Tusnelda Flores.
Alertas. Los papás podrían observar algunos indicadores comunes como: cambio habitual de la conducta del niño, ya sea en el sueño (que duerma más o menos horas), el tema alimenticio (que coma poco o pida más). "Generalmente la depresión se asocia con la falta de energía para hacer las cosas que antes le gustaba, pero a veces no siempre son tan marcadas esas pautas en los niños, ya que pueden presentarse en que sean más agresivos, más violentos", explicó la psicóloga.
Asimismo, añadió que otra señal es el alejamiento de sus amiguitos, bajo rendimiento escolar por falta de interés, resistencia de ir clases, entre otros.
Posibles causas. La raíz del problema podría darse por duelos, separación de sus padres, mudanza de casa, traslado de colegio o cambio del vínculo de sus amiguitos.
Recomendación. Con todos los indicadores señalados y si los padres pueden identificar algunos de estos, "no tienen que esperar mucho tiempo para consultar con un profesional", sobre todo si observan el cambio de conducta durante tres semanas, no esperar pasar la cuarta para buscar al especialista para que no se agrave más el problema.
Un consejo de la especialista es que los padres siempre hablen con sus hijos para que ellos no pierdan la confianza y puedan contarles lo que les pasa.
Situación. Cualquier tipo de alteraciones en la conducta del niño tiene que tener algún origen. Para considerar que sufre depresión, tiene que pasar por lo menos tres meses a seis bajo una misma conducta, explicó la psicóloga Tusnelda Flores.
Alertas. Los papás podrían observar algunos indicadores comunes como: cambio habitual de la conducta del niño, ya sea en el sueño (que duerma más o menos horas), el tema alimenticio (que coma poco o pida más). "Generalmente la depresión se asocia con la falta de energía para hacer las cosas que antes le gustaba, pero a veces no siempre son tan marcadas esas pautas en los niños, ya que pueden presentarse en que sean más agresivos, más violentos", explicó la psicóloga.
Asimismo, añadió que otra señal es el alejamiento de sus amiguitos, bajo rendimiento escolar por falta de interés, resistencia de ir clases, entre otros.
Posibles causas. La raíz del problema podría darse por duelos, separación de sus padres, mudanza de casa, traslado de colegio o cambio del vínculo de sus amiguitos.
Recomendación. Con todos los indicadores señalados y si los padres pueden identificar algunos de estos, "no tienen que esperar mucho tiempo para consultar con un profesional", sobre todo si observan el cambio de conducta durante tres semanas, no esperar pasar la cuarta para buscar al especialista para que no se agrave más el problema.
Un consejo de la especialista es que los padres siempre hablen con sus hijos para que ellos no pierdan la confianza y puedan contarles lo que les pasa.
El inicio de la sexualidad
Debemos reconocer que nuestra sociedad tiene una diversidad sexual. A esto se incluye la étnica y la cultural, desde luego que todos están incluidos para tener una vivencia en equidad democrática y justicia social.
Sin embargo, será en procura de cambios viendo necesidades de mejorar o reconstruir las creencias, estigmas y mitos, de esta manera evitar los prejuicios y la discriminación de nuestra sociedad.
Lo que se busca es tomar en cuenta las necesidades más importantes de salud de los adolescentes. Cuando ellos van desarrollando sus inquietudes, en la mayor parte de las familias no se dan cuenta de la identidad sexual que van adquiriendo sus hijos.
Qué importante es la comunicación para llegar a entenderlos y saber orientarlos en forma oportuna, y dependiendo de esa comunicación se podrá establecer que cada persona tiene su preferencia afectiva y sexo erótico con otro.
Estas preferencias sexuales del individuo en cuanto al sexo biológico que lo atrae, sus deseos sexuales o relaciones sexuales muchas veces se convierten en fantasía, que a veces terminan en personas del mismo sexo.
Es importante recibir una orientación sexual en un centro de salud que ayude durante la etapa de la pubertad ya que con el tiempo puede sufrir cambios a lo largo de su vida orientándose para una sexualidad que le infunda seguridad y bienestar. Esta orientación será clara para su identidad sexual ya sea heterosexual, homosexual o bisexual.
No olvidemos que dentro de la experiencia se desarrolla primero en el adolescente un sentimiento de atracción de homosexual, que sin darse cuenta practican conductas homosexuales. Se tocan, masturban, besan o en forma eventual tienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo sin que ello signifique que su comportamiento sea definitivo.
Algunos solo lo toman como experiencia porque no olvidemos que en la adolescencia el experimentar es característico, aun sabiendo que su comportamiento puede significar riesgos de salud y otros.
Lo importante es saber que se tenga una orientación para su formación sexual.
Sin embargo, será en procura de cambios viendo necesidades de mejorar o reconstruir las creencias, estigmas y mitos, de esta manera evitar los prejuicios y la discriminación de nuestra sociedad.
Lo que se busca es tomar en cuenta las necesidades más importantes de salud de los adolescentes. Cuando ellos van desarrollando sus inquietudes, en la mayor parte de las familias no se dan cuenta de la identidad sexual que van adquiriendo sus hijos.
Qué importante es la comunicación para llegar a entenderlos y saber orientarlos en forma oportuna, y dependiendo de esa comunicación se podrá establecer que cada persona tiene su preferencia afectiva y sexo erótico con otro.
Estas preferencias sexuales del individuo en cuanto al sexo biológico que lo atrae, sus deseos sexuales o relaciones sexuales muchas veces se convierten en fantasía, que a veces terminan en personas del mismo sexo.
Es importante recibir una orientación sexual en un centro de salud que ayude durante la etapa de la pubertad ya que con el tiempo puede sufrir cambios a lo largo de su vida orientándose para una sexualidad que le infunda seguridad y bienestar. Esta orientación será clara para su identidad sexual ya sea heterosexual, homosexual o bisexual.
No olvidemos que dentro de la experiencia se desarrolla primero en el adolescente un sentimiento de atracción de homosexual, que sin darse cuenta practican conductas homosexuales. Se tocan, masturban, besan o en forma eventual tienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo sin que ello signifique que su comportamiento sea definitivo.
Algunos solo lo toman como experiencia porque no olvidemos que en la adolescencia el experimentar es característico, aun sabiendo que su comportamiento puede significar riesgos de salud y otros.
Lo importante es saber que se tenga una orientación para su formación sexual.
viernes, 15 de enero de 2016
Actividades RELAX para todos los días
Actividad física
Realizar actividad física es una de las cosas más relajantes. Liberas todas las tensiones del día y encima te sientes más liviano.
Café con amigos
Ponerse al día con amigos es otra de las grandes actividades. Encontrar un momento para verse en persona y compartir una charla, aunque sea por un rato, viene bien para despejar la mente.
Visitas médicas y estudios
Ir al médico con cierta regularidad permite sentir que nos ocupamos de nosotros mismos y que cumplimos con nuestros deberes de salud.
Compras para el hogar
Comprar algún decorado nuevo para tu habitación o para tu casa te da más ganas de estar en ella para poder verlo/usarlo.
Cursos
Aprovechar tu tiempo libre para anotarte en algún curso que te guste, es una muy buena forma de relajarte.
Entretenimiento
El placer de escaparse a un cine vacío o de tomar sol en un parque están también entre las opciones de los trabajadores independientes para cortar el día.
Otras actividades
Tomar una siesta, pasear al perro y hacer trámites son algunas de las actividades que completan el listado.
Realizar actividad física es una de las cosas más relajantes. Liberas todas las tensiones del día y encima te sientes más liviano.
Café con amigos
Ponerse al día con amigos es otra de las grandes actividades. Encontrar un momento para verse en persona y compartir una charla, aunque sea por un rato, viene bien para despejar la mente.
Visitas médicas y estudios
Ir al médico con cierta regularidad permite sentir que nos ocupamos de nosotros mismos y que cumplimos con nuestros deberes de salud.
Compras para el hogar
Comprar algún decorado nuevo para tu habitación o para tu casa te da más ganas de estar en ella para poder verlo/usarlo.
Cursos
Aprovechar tu tiempo libre para anotarte en algún curso que te guste, es una muy buena forma de relajarte.
Entretenimiento
El placer de escaparse a un cine vacío o de tomar sol en un parque están también entre las opciones de los trabajadores independientes para cortar el día.
Otras actividades
Tomar una siesta, pasear al perro y hacer trámites son algunas de las actividades que completan el listado.
5 signos para romper con una amistad
Hay momentos en los que debemos vestirnos de madurez y aceptar cuando una amistad ya no es buena para nuestras vidas.
Son muchos los signos que poco a poco van apareciendo en la relación entre amigos, es necesario que los detectes y aceptes que necesitas pasar la página por el bien de ambas.
Más negativo que positivo
Cuando todas las interacciones que tienes con ella son negativas y ya no sienten respeto por ustedes mismas, es hora de detenerse. No es bueno mantener viva una relación que claramente es enfermiza.
Celos, muchos celos
En ninguna relación entre mujeres deben existir los celos, son bastante enfermizos y más cuando esos celos son entre amigas.
La amistad debe tener como base el respeto y la hermandad. Cuando tu amiga logra el éxito debe ser motivo de felicidad. Sé la adulta en la relación entre ambas y deja claro que los celos no son parte de tu vida.
No contribuye a tu vida
Es claro que las personas que son parte de nuestra vida deben estar en ella para contribuir y aportar experiencias positivas. El propósito de una amistad es crecer y vivir grandes momentos juntos. Si esa persona no trae nada positivo a tu vida es mejor no continuar.
Te sientes manipulada
Si esa amiga trata de controlar tu vida o te manipula con el mero propósito de conseguir un beneficio en su vida, esa persona no te conviene. No hay nada peor que estar en una amistad donde no puedes ser tú misma.
Más tiempo en el pasado que en el presente
Si solamente tu amistad se enfoca en cosas pasadas y en repartir culpas, es tiempo de evaluar esa situación. El enfoque de tu vida debe estar en el presente y no en el pasado. Piensa en ti y lo que quieres hacer con tu vida con miras al futuro.
Evalúa la relación con tu amiga y decide de una vez y por todas que muchas veces no vale la pena tener personas que no aporten nada a tu vida.
Son muchos los signos que poco a poco van apareciendo en la relación entre amigos, es necesario que los detectes y aceptes que necesitas pasar la página por el bien de ambas.
Más negativo que positivo
Cuando todas las interacciones que tienes con ella son negativas y ya no sienten respeto por ustedes mismas, es hora de detenerse. No es bueno mantener viva una relación que claramente es enfermiza.
Celos, muchos celos
En ninguna relación entre mujeres deben existir los celos, son bastante enfermizos y más cuando esos celos son entre amigas.
La amistad debe tener como base el respeto y la hermandad. Cuando tu amiga logra el éxito debe ser motivo de felicidad. Sé la adulta en la relación entre ambas y deja claro que los celos no son parte de tu vida.
No contribuye a tu vida
Es claro que las personas que son parte de nuestra vida deben estar en ella para contribuir y aportar experiencias positivas. El propósito de una amistad es crecer y vivir grandes momentos juntos. Si esa persona no trae nada positivo a tu vida es mejor no continuar.
Te sientes manipulada
Si esa amiga trata de controlar tu vida o te manipula con el mero propósito de conseguir un beneficio en su vida, esa persona no te conviene. No hay nada peor que estar en una amistad donde no puedes ser tú misma.
Más tiempo en el pasado que en el presente
Si solamente tu amistad se enfoca en cosas pasadas y en repartir culpas, es tiempo de evaluar esa situación. El enfoque de tu vida debe estar en el presente y no en el pasado. Piensa en ti y lo que quieres hacer con tu vida con miras al futuro.
Evalúa la relación con tu amiga y decide de una vez y por todas que muchas veces no vale la pena tener personas que no aporten nada a tu vida.
miércoles, 13 de enero de 2016
Conozca los 10 reproches de un adolescente
La radiografía más simple y tal vez clara que todos tenemos sobre los adolescentes es que sólo piensan en alargar la hora de llegar a casa, en estar cuanto más tiempo con sus amigos, mejor, en hablar de chicos, de chicas, de hormonas, de sexo y demás variantes y, desde hace algunos años, en estar continuamente conectados a internet (según el Instituto Nacional de Estadística, los jóvenes de 16 a 24 años son, precisamente, los que más usan las redes sociales).
Sin embargo, como todo y como todos, ellos también reivindican una mejor imagen de sí mismos, una que se ajuste a la realidad y que no caiga en los mismos tópicos de siempre: que están en su mundo, que casi no salen de su cuarto, que están como ausentes... Los expertos no dudan en afirmar que la adolescencia es una de las etapas más maravillosas de la vida, incluso la más creativa y enriquecedora. Se trata de una etapa de evolución y de aprendizaje que, al igual que todas, permite avanzar un paso más hacia el equilibrio y la felicidad.
¿Por qué a los padres, les cuesta tanto comprender esta fase de la vida? ¿Por qué hay tantos conflictos? ¿Qué es lo que realmente los hijos reclaman de sus padres y éstos desconocen? "Lo que realmente los adolescentes piden a sus padres esque les quieran exactamente como son ahora", afirma Fernando Alberca, uno de los mayores expertos en Educación del mundo y autor de diversas obras sobre la materia, entre ellas la famosa Todos los niños pueden ser Einstein.
Los chicos han crecido, su cuerpo se ha desarrollado, pero aún no son adultos y necesitan que sus padres se preocupen por ellos con la misma paciencia que antes. Esto es, "demostrar a nuestro hijo el mismo amor que cuando era bebéy teníamos que levantarnos cada tres horas por la noche, o le enseñábamos a hablar o a andar. Ahora, de nuevo, necesitan nuestra atención, aunque sea de otro modo", asegura Alberca.
Aunque a veces los padres sean reacios a creerlo, los chicos saben que están en una fase de cambios importantes para su vida, que están descubriendo cosas, y que ésta es una de las etapas más importantes de su crecimiento. Pese a que no lo reconozcan de viva voz, los adolescentes necesitan de sus padres y, por ello, reclaman de ellos estas 10 cosas. (Como en las matemáticas, en este caso, el orden tampoco altera el producto). "Por norma general, los adolescentes exigen las mismas cosas de sus padres que éstos de su jefe o superior", mantiene Amador Delgado, doctor en Psicología, profesor, orientador y autor, entre otras publicaciones divulgativas, del reciente libro Mi hijo no estudia, no ayuda, no obedece (Pirámide).
1. Sentirse valorados
Todos queremos que nos aprecien y, cuando el jefe nos felicita, nos hace felices. Con los adolescentes pasa lo mismo: "Al sentirse reconocidos mejora su autoestima, se fortalece su personalidad y aumenta la seguridad en sí mismos", señala Delgado.
2. Mayor confianza
Cuando el adolescente siente que se confía en él, asume sus responsabilidades, en cambio, "cuando esto no sucede, se genera tirantez, indecisión e inseguridad", sostiene.
3. Sentirse importantes
Al adolescente le gusta contar para los asuntos de casa, quiere participar también en las dinámicas familiares y que cuenten con su opinión. En ocasiones, si no se involucran más es porque no les preguntan, porque se da por hecho que no les importa, cuando realmente no es así. El joven no debe sentirse un mero espectador de las cosas que ocurren en casa aunque, eso sí, las decisiones finales corresponden a los padres.
4. Mayor flexibilidad en los horarios
La estrella de los reclamos, el top de las discusiones y, por excelencia, el alma máter de las quejas de todo adolescente. "Esta reclamación está en el ADN del adolescente. Ahora bien, tan perniciosa es la rigidez normativa como la falta de límites. Los chicos aborrecen tanto la imposición cómo la dejadez. Lo aconsejable es que, sobre la base de las normas que los padres consideren adecuadas, exista un margen de negociación", apunta Delgado.
Los adolescentes quieren que las normas sean claras, pues lo que más les molesta es la incongruencia. Es decir, "que un día se le castigue o amoneste por un motivo concreto y al día siguiente, por el mismo motivo, no pase nada", explica.
5. Más interés por sus gustos y aficiones
Aunque no lo pida, al adolescente le gusta que sus padres se interesen por sus hobbies, que le pregunten por la música que escuchan o las series que ven, pero sin hacer juicios de valor ni ridiculizarles por lo que escuchan. Hay que evitar frases del tipo "no sé cómo puedes escuchar esto, ni es música ni es ná", por ejemplo. "Cada vez que se emite un reproche, se agiganta la distancia entre el adulto y el adolescente", asegura.
6. Aunque ellos no lo digan, pasar más tiempo con sus padres
No se trata de hacer lo que ellos quieran, sino de buscar intereses y espacios comunes.
7. Ser empáticos con ellos, que se sientan escuchados
Si el adolescente se siente tenido en cuenta por sus padres, cuando tenga un problema acudirá a ellos, y no a personas de fuera.
8. Trasmitirles cosas con ejemplos de su vida y no con palabras
Es decir, "trasmitirles con historias reales, propias o ajenas, cómo se puede lograr lo que le piden", añade Alberca.
9. Que se les quiera más a ellos que a sus resultados
Estamos en una sociedad en la que se valora únicamente el resultado en vez del proceso, pero es importante que los chicos aprendan que el esfuerzo y el proceso a veces es más importante que los resultados. Sobre todo, en época de aprendizaje.
10. Que celebren sus aciertos, igual que les enfatizan sus fallos
Todas estos puntos podrían resumirse en uno: que sus padres les aporten seguridad y confianza, la que necesitan para crecer y seguir madurando.
La adolescencia es una época muy marcada por los cambios físicos que ya comenzaron en la pubertad y todos los adolescentes, sean más o menos atractivos, tienen complejos. Y eso es, asegura Alberca, porque aún no han experimentado el éxito con esos defectos. Aunque parezcan seguros, en realidad no lo son. Por ello, es fundamental que les den "esa seguridad y ese amor incondicional que necesitan, que les comprendan y perdonen a lo largo de todo el proceso, que les enseñen cómo hacer las cosas, y les den la motivación necesaria, además del método para hacerlas", señala Alberca.
Lo mismo sucede en materias de sexualidad. No cabe duda de que la adolescencia es una edad clave donde los chicos están descubriendo un sinfín de cosas. Los padres no deben dar la espalda, y tienen que abordar también estos temas. Según expertos en sexología, no se trata de darles la típica charla, sino de aprovechar las oportunidades cotidianas para hablar, por ejemplo, de temas como el amor, el enamoramiento o las amistades. Es mejor no evitar conversaciones e intentar abordarlas con la mayor normalidad.
Sin embargo, como todo y como todos, ellos también reivindican una mejor imagen de sí mismos, una que se ajuste a la realidad y que no caiga en los mismos tópicos de siempre: que están en su mundo, que casi no salen de su cuarto, que están como ausentes... Los expertos no dudan en afirmar que la adolescencia es una de las etapas más maravillosas de la vida, incluso la más creativa y enriquecedora. Se trata de una etapa de evolución y de aprendizaje que, al igual que todas, permite avanzar un paso más hacia el equilibrio y la felicidad.
¿Por qué a los padres, les cuesta tanto comprender esta fase de la vida? ¿Por qué hay tantos conflictos? ¿Qué es lo que realmente los hijos reclaman de sus padres y éstos desconocen? "Lo que realmente los adolescentes piden a sus padres esque les quieran exactamente como son ahora", afirma Fernando Alberca, uno de los mayores expertos en Educación del mundo y autor de diversas obras sobre la materia, entre ellas la famosa Todos los niños pueden ser Einstein.
Los chicos han crecido, su cuerpo se ha desarrollado, pero aún no son adultos y necesitan que sus padres se preocupen por ellos con la misma paciencia que antes. Esto es, "demostrar a nuestro hijo el mismo amor que cuando era bebéy teníamos que levantarnos cada tres horas por la noche, o le enseñábamos a hablar o a andar. Ahora, de nuevo, necesitan nuestra atención, aunque sea de otro modo", asegura Alberca.
Aunque a veces los padres sean reacios a creerlo, los chicos saben que están en una fase de cambios importantes para su vida, que están descubriendo cosas, y que ésta es una de las etapas más importantes de su crecimiento. Pese a que no lo reconozcan de viva voz, los adolescentes necesitan de sus padres y, por ello, reclaman de ellos estas 10 cosas. (Como en las matemáticas, en este caso, el orden tampoco altera el producto). "Por norma general, los adolescentes exigen las mismas cosas de sus padres que éstos de su jefe o superior", mantiene Amador Delgado, doctor en Psicología, profesor, orientador y autor, entre otras publicaciones divulgativas, del reciente libro Mi hijo no estudia, no ayuda, no obedece (Pirámide).
1. Sentirse valorados
Todos queremos que nos aprecien y, cuando el jefe nos felicita, nos hace felices. Con los adolescentes pasa lo mismo: "Al sentirse reconocidos mejora su autoestima, se fortalece su personalidad y aumenta la seguridad en sí mismos", señala Delgado.
2. Mayor confianza
Cuando el adolescente siente que se confía en él, asume sus responsabilidades, en cambio, "cuando esto no sucede, se genera tirantez, indecisión e inseguridad", sostiene.
3. Sentirse importantes
Al adolescente le gusta contar para los asuntos de casa, quiere participar también en las dinámicas familiares y que cuenten con su opinión. En ocasiones, si no se involucran más es porque no les preguntan, porque se da por hecho que no les importa, cuando realmente no es así. El joven no debe sentirse un mero espectador de las cosas que ocurren en casa aunque, eso sí, las decisiones finales corresponden a los padres.
4. Mayor flexibilidad en los horarios
La estrella de los reclamos, el top de las discusiones y, por excelencia, el alma máter de las quejas de todo adolescente. "Esta reclamación está en el ADN del adolescente. Ahora bien, tan perniciosa es la rigidez normativa como la falta de límites. Los chicos aborrecen tanto la imposición cómo la dejadez. Lo aconsejable es que, sobre la base de las normas que los padres consideren adecuadas, exista un margen de negociación", apunta Delgado.
Los adolescentes quieren que las normas sean claras, pues lo que más les molesta es la incongruencia. Es decir, "que un día se le castigue o amoneste por un motivo concreto y al día siguiente, por el mismo motivo, no pase nada", explica.
5. Más interés por sus gustos y aficiones
Aunque no lo pida, al adolescente le gusta que sus padres se interesen por sus hobbies, que le pregunten por la música que escuchan o las series que ven, pero sin hacer juicios de valor ni ridiculizarles por lo que escuchan. Hay que evitar frases del tipo "no sé cómo puedes escuchar esto, ni es música ni es ná", por ejemplo. "Cada vez que se emite un reproche, se agiganta la distancia entre el adulto y el adolescente", asegura.
6. Aunque ellos no lo digan, pasar más tiempo con sus padres
No se trata de hacer lo que ellos quieran, sino de buscar intereses y espacios comunes.
7. Ser empáticos con ellos, que se sientan escuchados
Si el adolescente se siente tenido en cuenta por sus padres, cuando tenga un problema acudirá a ellos, y no a personas de fuera.
8. Trasmitirles cosas con ejemplos de su vida y no con palabras
Es decir, "trasmitirles con historias reales, propias o ajenas, cómo se puede lograr lo que le piden", añade Alberca.
9. Que se les quiera más a ellos que a sus resultados
Estamos en una sociedad en la que se valora únicamente el resultado en vez del proceso, pero es importante que los chicos aprendan que el esfuerzo y el proceso a veces es más importante que los resultados. Sobre todo, en época de aprendizaje.
10. Que celebren sus aciertos, igual que les enfatizan sus fallos
Todas estos puntos podrían resumirse en uno: que sus padres les aporten seguridad y confianza, la que necesitan para crecer y seguir madurando.
La adolescencia es una época muy marcada por los cambios físicos que ya comenzaron en la pubertad y todos los adolescentes, sean más o menos atractivos, tienen complejos. Y eso es, asegura Alberca, porque aún no han experimentado el éxito con esos defectos. Aunque parezcan seguros, en realidad no lo son. Por ello, es fundamental que les den "esa seguridad y ese amor incondicional que necesitan, que les comprendan y perdonen a lo largo de todo el proceso, que les enseñen cómo hacer las cosas, y les den la motivación necesaria, además del método para hacerlas", señala Alberca.
Lo mismo sucede en materias de sexualidad. No cabe duda de que la adolescencia es una edad clave donde los chicos están descubriendo un sinfín de cosas. Los padres no deben dar la espalda, y tienen que abordar también estos temas. Según expertos en sexología, no se trata de darles la típica charla, sino de aprovechar las oportunidades cotidianas para hablar, por ejemplo, de temas como el amor, el enamoramiento o las amistades. Es mejor no evitar conversaciones e intentar abordarlas con la mayor normalidad.
Descubre que su novia lo engaña con su padre
Toda una teleserie en vivo tuvieron los usuarios de 4Chan (una especie de red social de imágenes anónimas), cuando un hombre hizo la siguiente confesión, pidiendo un consejo: "Acabo de enterarme que mi novia ha estado acostándose con mi papá. Él dejó su celular en la casa, pero está trabajando. Todos los mensajes son acerca de cómo ella es su ‘pequeño secreto sucio’.
Hay desnudos y todo. ¿Qué hago? Estoy destrozado”. No contento con eso, quizás para mostrar pruebas de esta increíble traición, subió a la red social pantallazos de los mensajes que intercambiaron su polola y papá, en los que ella le decía que no deberían seguir hablándose. Pero el padre del hombre engañado respondió: "Lo sé, pero no puedo dejar de pensar en ti en lo de anoche”, y le pidió a la mujer que le enviara una selfie cambiándose de ropa. La novia del hijo accedió.
A continuación, en la red social, 45 minutos después de ese primer posteo, el apenado usuario explicó que acababa de hablar con su mamá para contarle lo sucedido, a lo que sus lectores no pararon de pedirle más y más detalles, mientras el hombre prometía actualizarlos de la discusión que en esos instantes estaba teniendo con su entonces novia, a través del chat de Facebook; conversación de la que también hubo pantallazos. La confrontación "Sabes que no significó nada”, dijo la mujer tras mucho rato de hacerse la desentendida con el tema.
"Fue un accidente, él me presionó un montón. Te amo, por favor contéstame el teléfono. Hablemos, sé que podremos superar esto”, le escribió. Tras exigirle explicaciones y detalles, ella confesó que el hecho había sucedido un día en que ella estaba esperándolo a él en la casa de sus padres, y entonces, llegó el papá, se sentó a su lado y tras hablar un poco, le dio un beso. Y el hecho pasó a mayores. "Perdóname, solo fue una vez”, aseguró varias veces mientras rogaba porque le contestara sus llamadas. El posteo de el engañado hombre fue compartido en otras redes por lo que su historia es conocida por alrededor de un millón de personas.
Hay desnudos y todo. ¿Qué hago? Estoy destrozado”. No contento con eso, quizás para mostrar pruebas de esta increíble traición, subió a la red social pantallazos de los mensajes que intercambiaron su polola y papá, en los que ella le decía que no deberían seguir hablándose. Pero el padre del hombre engañado respondió: "Lo sé, pero no puedo dejar de pensar en ti en lo de anoche”, y le pidió a la mujer que le enviara una selfie cambiándose de ropa. La novia del hijo accedió.
A continuación, en la red social, 45 minutos después de ese primer posteo, el apenado usuario explicó que acababa de hablar con su mamá para contarle lo sucedido, a lo que sus lectores no pararon de pedirle más y más detalles, mientras el hombre prometía actualizarlos de la discusión que en esos instantes estaba teniendo con su entonces novia, a través del chat de Facebook; conversación de la que también hubo pantallazos. La confrontación "Sabes que no significó nada”, dijo la mujer tras mucho rato de hacerse la desentendida con el tema.
"Fue un accidente, él me presionó un montón. Te amo, por favor contéstame el teléfono. Hablemos, sé que podremos superar esto”, le escribió. Tras exigirle explicaciones y detalles, ella confesó que el hecho había sucedido un día en que ella estaba esperándolo a él en la casa de sus padres, y entonces, llegó el papá, se sentó a su lado y tras hablar un poco, le dio un beso. Y el hecho pasó a mayores. "Perdóname, solo fue una vez”, aseguró varias veces mientras rogaba porque le contestara sus llamadas. El posteo de el engañado hombre fue compartido en otras redes por lo que su historia es conocida por alrededor de un millón de personas.
Discutir delante de los hijos trae secuelas
No existe una sola pareja de padres que no haya discutido aunque sea una sola vez delante de sus hijos, lo cual es desaconsejado por los especialista. Sin embargo, la mayoría de las veces parece ser algo que no se puede evitar. Discutir con la pareja es algo normal, pero hay que saber cómo hacerlo para que no afecte en la vida de los menores.
forman parte de la discusión. La psicopedagoga Nadia Rocabado explicó que cuando el hijo es adolescente, ya tiene un juicio formado, algunas veces pueden involucrarse, apoyando a la madre o al padre. "Buscan resolver la situación en su inexperiencia en las peleas conyugales", acotó. El psicólogo Jorge Pedraza añadió que el adolescente puede sentirse confundido, estresado e inseguro. Pues si la discusión entre los padres implica humillaciones, violencia o amenazas, el joven no sabrá exactamente qué partido tomar, ni qué actitud asumir. Esto puede conducir al adolescente a sentirse deprimido(a) o agresivo(a). Por esta razón, es importante que las discusiones entre los padres se lleven a cabo en un clima de respeto y deseo de resolución del conflicto del estilo ganar-ganar.
Le afecta en la concentración. Rocabado mencionó que las peleas de los padres, al muchacho o muchacha le afecta en la concentración de sus estudios, ya que están pensando en lo que escucharon, además puede ser que tenga rencor con alguna de las partes, apuntó.
Emocional. También comentó que afecta en su desarrollo emocional, "si son peleas continuas puede pensar que todos los matrimonios son así, puede llegar a pensar en nunca casarse", añadió.
Aprenden a relacionarse de manera equivocada. Un adolescente que observa a sus padres discutir, generalmente tarde o temprano, aprenderá a emular las palabras, expresiones, actitudes, actos con sus congéneres y eventualmente lo hará también con su pareja. Es decir, según el modelo observado y aprendido en casa, en múltiples ocasiones, repetirá aquello que ha observado e introyectado de sus padres, sostuvo Pedraza.
¿Discusiones constructivas? Se puede tener una discusión constructiva cuando exista un clima de respeto mutuo, sin insultos, sin violencia, en un franco análisis de pros y contras con objetividad y empatía, además siempre con un mutuo deseo de superar las diferencias y construir nuevos cimientos a partir del aprendizaje de las experiencias negativas, puede beneficiar la percepción de los hijos adolescentes, al observar, en sus modelos primarios (sus padres) cómo resuelven los conflictos y problemas de la vida.
forman parte de la discusión. La psicopedagoga Nadia Rocabado explicó que cuando el hijo es adolescente, ya tiene un juicio formado, algunas veces pueden involucrarse, apoyando a la madre o al padre. "Buscan resolver la situación en su inexperiencia en las peleas conyugales", acotó. El psicólogo Jorge Pedraza añadió que el adolescente puede sentirse confundido, estresado e inseguro. Pues si la discusión entre los padres implica humillaciones, violencia o amenazas, el joven no sabrá exactamente qué partido tomar, ni qué actitud asumir. Esto puede conducir al adolescente a sentirse deprimido(a) o agresivo(a). Por esta razón, es importante que las discusiones entre los padres se lleven a cabo en un clima de respeto y deseo de resolución del conflicto del estilo ganar-ganar.
Le afecta en la concentración. Rocabado mencionó que las peleas de los padres, al muchacho o muchacha le afecta en la concentración de sus estudios, ya que están pensando en lo que escucharon, además puede ser que tenga rencor con alguna de las partes, apuntó.
Emocional. También comentó que afecta en su desarrollo emocional, "si son peleas continuas puede pensar que todos los matrimonios son así, puede llegar a pensar en nunca casarse", añadió.
Aprenden a relacionarse de manera equivocada. Un adolescente que observa a sus padres discutir, generalmente tarde o temprano, aprenderá a emular las palabras, expresiones, actitudes, actos con sus congéneres y eventualmente lo hará también con su pareja. Es decir, según el modelo observado y aprendido en casa, en múltiples ocasiones, repetirá aquello que ha observado e introyectado de sus padres, sostuvo Pedraza.
¿Discusiones constructivas? Se puede tener una discusión constructiva cuando exista un clima de respeto mutuo, sin insultos, sin violencia, en un franco análisis de pros y contras con objetividad y empatía, además siempre con un mutuo deseo de superar las diferencias y construir nuevos cimientos a partir del aprendizaje de las experiencias negativas, puede beneficiar la percepción de los hijos adolescentes, al observar, en sus modelos primarios (sus padres) cómo resuelven los conflictos y problemas de la vida.
lunes, 11 de enero de 2016
¿Es malo para los niños usar zapatos heredados?
El calzado reutilizado, o zapato heredado como le dicen algunos, puede ser perjudicial para los más pequeños porque estos acaban adoptando una determinada forma por el desgaste causado por los pies de la primer persona que los utilizó.
Lo que puede provocar en 'su nuevo dueño' es que camine con molestias, tenga rozaduras e, incluso, que se altere su marcha habitual al andar por lo que se recomienda comprar unos nuevos para evitar estos inconvenientes.
Algo que se debe dejar claro es que en la etapa de la infancia en la que se están formando los pies (entre los 2-3 y 6-7 años), una determinada forma de andar puede hacer daño al pie e influir en su desarrollo y posición, así como en los de la pierna.
Lo que puede provocar en 'su nuevo dueño' es que camine con molestias, tenga rozaduras e, incluso, que se altere su marcha habitual al andar por lo que se recomienda comprar unos nuevos para evitar estos inconvenientes.
Algo que se debe dejar claro es que en la etapa de la infancia en la que se están formando los pies (entre los 2-3 y 6-7 años), una determinada forma de andar puede hacer daño al pie e influir en su desarrollo y posición, así como en los de la pierna.
¿Dar de lactar a niños grandes tiene beneficio?
La leche materna cuenta con la propiedad de adaptarse a cada momento. Los beneficios de continuar con la lactancia materna después de que el pequeño tenga 12 meses de vida son: beneficios inmunológicos, que se observan no solo durante la lactancia sino también después del destete. Los niños amamantados durante más tiempo tienen una menor incidencia de infecciones para su edad que sus coetáneos que no son amamantados. Mayor desarrollo intelectual proporcional a la duración de la lactancia y, en particular, de su carácter exclusivo en la alimentación del pequeño. Algunas investigaciones sugieren que, en general, las personas alimentadas con leche materna tienen un mejor rendimiento en sus estudios que, en su vida adulta, cuentan con mayores probabilidades de tener ingresos económicos más elevados. Mejor desarrollo emocional y psicosocial del niño. La mayor duración de la lactancia materna está asociada con menores índices de maltrato infantil.
Razones por las que debería limitar el uso del celular a su hijo
No nos despegamos del celular y mandamos constantemente mensajes, luego estamos pendientes de si contestaron esos mensajes a la par que leemos las últimas noticias y publicamos cosas curiosas en nuestras redes sociales. El mundo móvil nos absorbe. Algunos padecen lo que se llama la nueva fobia de la cual hablamos en ediciones anteriores, la nomofobia o lo que es lo mismo, una especie de angustia vital extrema que invade a los usuarios cuando no tienen cerca de su celular. ¿Pero y los niños? Ahora se los conoce como nativos digitales, por la facilidad de uso que tienen sobre las nuevas tecnologías y es que cuentan con equipos táctiles a su alcance prácticamente desde que nacen. Así, no es extraño verles deslizar el dedo por cualquier pantalla o quedarse completamente absortos con las lucecitas de los equipos de sus padres. Pero, ¿es eso bueno? ¿Es saludable y recomendable? Pues parece que no. Diferentes estudios ponderan que el uso de dispositivos inteligentes puede ser perjudicial para el desarrollo de nuestros pequeños. Exponen estas razones:
SU CEREBRO ESTÁ CRECIENDO
¿Sabía que durante sus dos primeros años de vida, el cerebro de los bebés duplica su tamaño? Luego crece a una velocidad de vértigo hasta los 21 años. La sobreexposición a los celulares y en general, a los aparatos electrónicos, está asociada a trastornos como el déficit de atención, a retrasos cognitivos, mayor impulsividad y escasa capacidad de autocontrol.
LA OBESIDAD, OTRO RIESGO
Si ha sido niño en los 60, 70 u 80 seguramente salía a jugar a la calle mucho más de lo que lo hacen los niños de ahora. Antes corríamos y saltábamos todo lo que podíamos, ahora las cosas han cambiado. Los estudios (Tremblay, 2005) confirman que la obesidad infantil está directamente relacionada con el aumento del tiempo que dedicamos a ver la televisión y a usar todo tipo de dispositivos móviles en el sofá. La obesidad, además de ser un problema en sí misma, desemboca en otras enfermedades como la diabetes, los derrames cerebrales o los ataques al corazón.
FALTA DE SUEÑO
¿Qué hacen los niños cuando se encierran en su habitación? ¿Tienen televisión propia? ¿Les deja el celular para que concilien el sueño con su videojuego favorito? No hace falta decir que nada como una buena lectura – en papel – para irse a la cama, además del cariño y la presencia de los padres. Un estudio de Kaiser Foundation (2010) confirma que el 75% de los niños acceden a la tecnología cuando están en su cuarto y que casi un 60% de los padres no realizan supervisión alguna. En otras ocasiones ya hemos visto que usar el celular en la cama es malo para conciliar el sueño. Si lo es para los adultos, ¿cómo no lo va a ser para los más pequeños?
AGRESIVIDAD
Y ahora vayamos al contenido. ¿Qué los niños en el celular? Los medios de comunicación muestran de forma desmedida todo tipo imágenes violentas. En Estados Unidos, la violencia televisada – ya sea través de pantallas en el hogar o móviles y tabletas de bolsillo – ha sido etiquetada como un riesgo para la salud pública. Si no quiere alejar que sus hijos y que estos no usen el teléfono, puede controlar qué aplicaciones descargan y a qué paginas tienen acceso.
RADIACIÓN
Este tema se ha convertido en un debate sin fin. El tema de la radiación nuevamente en el tapete. La Organización Mundial de la Salud (mayo de 2011) clasificó los aparatos de telefonía móvil en la categoría de riesgo 2B como posibles agentes cancerígenos. Por si esto fuera poco el Ministerio de Sanidad de Canadá hizo la indicación de que los niños pueden ser más sensibles que los adultos, al estar su cerebro, como decíamos al principio, en pleno proceso de crecimiento y desarrollo. La clasificación de la OMS cambió en 2013, de modo que los teléfonos se encuentran ahora en la categoría de riesgo 2A como agente cancerígeno probable.
Estas son algunas razones, es usted quien debe tomar la decisión.
domingo, 10 de enero de 2016
LOS PADRES SE DEBEN PREOCUPAR CUANDO PERCIBEN UNA RESPUESTA ANSIOSA EN SU HIJO SOBRE TODO SI ES REPETITIVA Y EXCESIVA
La ansiedad es un tipo de respuesta natural y necesaria para nuestra supervivencia. Sin embargo, cuando se presentan en exceso, dificulta el manejo de nuestras emociones y afecta significativamente la calidad de vida.
Una de las mayores dudas al respecto es ¿por qué algunas personas son más ansiosas que otras? Al respecto Raquel Rocha Escobar, PhD (C) en Arteterapia (Universidad Complutense de Madrid); Experta en Psicopatología y Psiquiatría: Especialidad en Intervención en Emociones negativas: Ansiedad, Ira y Tristeza (Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia) Madrid, dice que nuestra conducta viene determinada por la interacción entre factores biológicos que pueden ser hereditarios, factores ambientales, es decir la familia, el colegio, etc., y nuestra personalidad.
Los niños con trastornos de ansiedad suelen experimentar miedos intensos y preocupaciones en la mayoría de los casos innecesarios pero que son un hecho para ellos.
“La ansiedad es buena, de hecho, es necesario tenerla, porque en su justa medida, hace que nos coloquemos en estado de alerta para poder defendernos del peligro. Si aparece de repente un perro ladrando, y no hay ansiedad, la persona no estará alerta para defenderse o huir del peligro”, dice Rocha pero a tiempo asegura que se debe estar alerta para saber diferenciar cuándo se vuelve negativa o patológica.
Cuando la ansiedad cuarta la libertad del niño, no le permite jugar por determinados miedos o cuando no le permite relacionarse con otros niños o con adultos, y sufre por esto, es necesario buscar ayuda especializada.
“Sí la ansiedad no permite al pequeño desenvolverse en su casa, dentro de la escuela y con los amigos que conoce, o cuando tiene excesivas dificultades para dormir ya sea acompañado o solo, y cuando tiene algún tipo de trastorno al comer, se debe estar alerta”, dice la especialista a tiempo de reconocer que definitivamente la ansiedad es muy limitante para un niño, porque puede incapacitarlo completamente.
Es una emoción negativa que provoca mucho malestar, y muchas veces puede llegar a condicionar la vida de un niño.
“Como padres debemos estar muy pendientes y poder reconocerla a tiempo porque puede ser el origen de muchos problemas de conductas: como ser agresivo, tener ira contenida, o dificultades en el aprendizaje, dificultades para relacionarse, etc. Y además puede ocasionar en muchos casos que el pequeño se aísle, porque no entiende lo que le pasa y puede evolucionar o degenerar en algunas patologías como: las fobias, agorafobias, depresiones. Además de enfermedades fisiológicas como gastritis, ulceras o problemas en el corazón, entre otras”, dice.
FACTORES QUE INFLUYEN
“Hay niños que desde muy pequeños, desde que son bebés, muestran un temperamento, (esto es lo más innato que tenemos) más ansioso, más miedoso, tiene dificultad para adaptarse a los cambios, tiene trastornos o desordenes en la comida, en el sueño, le sudan mucho las manos y los pies”, explica Rocha.
Otros lo son por experiencias de un ambiente familiar, como por ejemplo cuando los padres son muy autoritarios o agresivos y hacen uso y abuso del castigo físico, o en padres alcohólicos, incapaces de poner límites o también en un ambiente escolar, donde hay mucha agresividad como el bullying de los compañeros de curso o de los profesores. Estos son factores que pueden incrementar la ansiedad, dice la experta.
También las ideas o pensamientos irracionales que los padres y/o abuelos transmiten a los niños como por ejemplo; “Si pierdo o si me porto mal no me van a querer”. Éstos son mandatos, o predicados que se fijan en nuestra mente y actúan de una manera mecánica e inconsciente. Todo esto puede incrementar la ansiedad de un niño o niña, asegura la especialista.
Lo más importante y que se debe destacar es que la repetición de las ideas o pensamientos irracionales o negativas de los padres o abuelos, genera mucha ansiedad cognitiva, es decir a nivel del pensamiento, son como ideas invasoras que actúan de una manera inconsciente.
SÍNTOMAS
Muchos niños presentan algunas putas de comportamiento como las que se acaban de mencionar pero puede haber otros síntomas que son un signo de que se padece ansiedad en diferentes grados por supuesto.
Tienen constantemente dolores de estómago o dificultades para digerir la comida.
Constantemente dolores de cabeza
Están frecuentemente agitados, con dificultades para respirar (descartando cualquier dificultad respiratoria por supuesto)
Son inquietos y dispersos, tienen muchas dificultades para concentrarse
Tienen tics o movimientos repetitivos en alguna parte del cuerpo o se comen las uñas.
Tienen determinados trastornos alimentarios, como comer poco o en exceso.
Son niños muy perfeccionistas y obsesivos con lo que hacen
Tienen dificultades para relacionarse con los demás
Tienen muchos miedos: a la altura, a los perros, a los aviones.
Tienen trastorno de sueño: dificultades para dormir
Si Usted detecta algunas de estas señales en su hijo, se recomienda acudir con un especialista. La buena noticia es que existen terapias o tratamientos que son muy efectivos.
ARTETERAPIA
Raquel Rocha en su consulta utiliza Arteterapia, ya que considera que es una herramienta muy eficaz y poco invasiva
“Los niños por medio de la pintura y el dibujo expresan muchas cosas que no pueden hacer o decir con palabras. Es un espacio, un refugio, un lugar seguro y de confianza, donde poder estar sin ser juzgados”, dice.
Rocha aplica una combinación de Arteterapia y terapia racional emotiva, que permite trabajar la ansiedad a nivel de pensamientos, ayudando a los pequeños a pensar mejor, de una manera más positiva y a dejar atrás creencias o ideas irracionales.
“Es como un diálogo que hacemos y racionalizamos todo, quitamos los afectos. Entonces, ellos se van con esa idea reestructurada, cambiada, por tanto su emoción ya no será negativa: ansiedad, ira o tristeza. Su emoción será más estable, más positiva. Éste es un entrenamiento que sirve para toda la vida, la mente empieza a pensar de esa forma más racional, entonces se sufre menos. Esa es la idea central de mi terapia”, explica la especialista.
También utiliza la relajación progresiva muscular, la respiración abdominal, que les ayuda a desactivar el sistema nervioso autónomo y a estar más relajados.
“Con estas tres herramientas tenemos muy buenos resultados en pocas sesiones, con 6 a 8 ya logramos muy buenos resultados”, dice.
En el caso de que la experta observe que el tipo de ansiedad es más motora, esto quiere decir que el niño tiene dificultades para relacionarse, entonces combina estas herramientas pero además ayuda a desarrollar sus habilidades sociales, en terapias grupales.
“Mis terapias en principio son individuales y luego de verlos unas sesiones, normalmente las hago grupales, porque es así como funciona más, ya que los niños se dan cuenta que no sólo les pasa a ellos (el no poder manejar la ansiedad o la ira) y que es más común de lo que ellos creen.
“Ellos mismos racionalizan, se ayudan y entienden lo que les pasa y aprenden a sentir e identificar esa emoción en el cuerpo. Esto es un gran avance para que luego con las herramientas puedan manejarla de una manera muy natural. Es como un entrenamiento”, explica Rocha.
CONSECUENCIAS CUANDO NO SE TRATA
Para la especialista es fundamental no dejar que la ansiedad se desborde y sea ya limitante para el niño, es decir que le impida desenvolverse con naturalidad.
“Todos los niños sin excepción alguna, se les debe enseñar desde muy pequeños a sentir sus emociones, diferenciarlas y poder manejarlas. Nosotros en nuestro espacio PROPIUM, tenemos talleres permanentes de manejo de las emociones negativas, es un tema central para nuestros niños, ya que aquel que aprende a manejar sus emociones jamás tendrá dificultades con la ansiedad, la ira y/o tristeza. Recomiendo a los padres mandarlos antes como una manera preventiva o de aprendizaje”, dice.
Evidentemente muchas veces los padres no se dan cuenta o no quieren admitir que su pequeño ya tiene dificultades severas para controlar su ansiedad, ira o tristeza.
“Nunca es tarde para aprender a manejar nuestras emociones, pero es necesario buscar ayuda porque la ansiedad severa o patológica es muy discapacitante para un niño y a la larga puede generar trastornos mayores”, concluye la especialista.
Una de las mayores dudas al respecto es ¿por qué algunas personas son más ansiosas que otras? Al respecto Raquel Rocha Escobar, PhD (C) en Arteterapia (Universidad Complutense de Madrid); Experta en Psicopatología y Psiquiatría: Especialidad en Intervención en Emociones negativas: Ansiedad, Ira y Tristeza (Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia) Madrid, dice que nuestra conducta viene determinada por la interacción entre factores biológicos que pueden ser hereditarios, factores ambientales, es decir la familia, el colegio, etc., y nuestra personalidad.
Los niños con trastornos de ansiedad suelen experimentar miedos intensos y preocupaciones en la mayoría de los casos innecesarios pero que son un hecho para ellos.
“La ansiedad es buena, de hecho, es necesario tenerla, porque en su justa medida, hace que nos coloquemos en estado de alerta para poder defendernos del peligro. Si aparece de repente un perro ladrando, y no hay ansiedad, la persona no estará alerta para defenderse o huir del peligro”, dice Rocha pero a tiempo asegura que se debe estar alerta para saber diferenciar cuándo se vuelve negativa o patológica.
Cuando la ansiedad cuarta la libertad del niño, no le permite jugar por determinados miedos o cuando no le permite relacionarse con otros niños o con adultos, y sufre por esto, es necesario buscar ayuda especializada.
“Sí la ansiedad no permite al pequeño desenvolverse en su casa, dentro de la escuela y con los amigos que conoce, o cuando tiene excesivas dificultades para dormir ya sea acompañado o solo, y cuando tiene algún tipo de trastorno al comer, se debe estar alerta”, dice la especialista a tiempo de reconocer que definitivamente la ansiedad es muy limitante para un niño, porque puede incapacitarlo completamente.
Es una emoción negativa que provoca mucho malestar, y muchas veces puede llegar a condicionar la vida de un niño.
“Como padres debemos estar muy pendientes y poder reconocerla a tiempo porque puede ser el origen de muchos problemas de conductas: como ser agresivo, tener ira contenida, o dificultades en el aprendizaje, dificultades para relacionarse, etc. Y además puede ocasionar en muchos casos que el pequeño se aísle, porque no entiende lo que le pasa y puede evolucionar o degenerar en algunas patologías como: las fobias, agorafobias, depresiones. Además de enfermedades fisiológicas como gastritis, ulceras o problemas en el corazón, entre otras”, dice.
FACTORES QUE INFLUYEN
“Hay niños que desde muy pequeños, desde que son bebés, muestran un temperamento, (esto es lo más innato que tenemos) más ansioso, más miedoso, tiene dificultad para adaptarse a los cambios, tiene trastornos o desordenes en la comida, en el sueño, le sudan mucho las manos y los pies”, explica Rocha.
Otros lo son por experiencias de un ambiente familiar, como por ejemplo cuando los padres son muy autoritarios o agresivos y hacen uso y abuso del castigo físico, o en padres alcohólicos, incapaces de poner límites o también en un ambiente escolar, donde hay mucha agresividad como el bullying de los compañeros de curso o de los profesores. Estos son factores que pueden incrementar la ansiedad, dice la experta.
También las ideas o pensamientos irracionales que los padres y/o abuelos transmiten a los niños como por ejemplo; “Si pierdo o si me porto mal no me van a querer”. Éstos son mandatos, o predicados que se fijan en nuestra mente y actúan de una manera mecánica e inconsciente. Todo esto puede incrementar la ansiedad de un niño o niña, asegura la especialista.
Lo más importante y que se debe destacar es que la repetición de las ideas o pensamientos irracionales o negativas de los padres o abuelos, genera mucha ansiedad cognitiva, es decir a nivel del pensamiento, son como ideas invasoras que actúan de una manera inconsciente.
SÍNTOMAS
Muchos niños presentan algunas putas de comportamiento como las que se acaban de mencionar pero puede haber otros síntomas que son un signo de que se padece ansiedad en diferentes grados por supuesto.
Tienen constantemente dolores de estómago o dificultades para digerir la comida.
Constantemente dolores de cabeza
Están frecuentemente agitados, con dificultades para respirar (descartando cualquier dificultad respiratoria por supuesto)
Son inquietos y dispersos, tienen muchas dificultades para concentrarse
Tienen tics o movimientos repetitivos en alguna parte del cuerpo o se comen las uñas.
Tienen determinados trastornos alimentarios, como comer poco o en exceso.
Son niños muy perfeccionistas y obsesivos con lo que hacen
Tienen dificultades para relacionarse con los demás
Tienen muchos miedos: a la altura, a los perros, a los aviones.
Tienen trastorno de sueño: dificultades para dormir
Si Usted detecta algunas de estas señales en su hijo, se recomienda acudir con un especialista. La buena noticia es que existen terapias o tratamientos que son muy efectivos.
ARTETERAPIA
Raquel Rocha en su consulta utiliza Arteterapia, ya que considera que es una herramienta muy eficaz y poco invasiva
“Los niños por medio de la pintura y el dibujo expresan muchas cosas que no pueden hacer o decir con palabras. Es un espacio, un refugio, un lugar seguro y de confianza, donde poder estar sin ser juzgados”, dice.
Rocha aplica una combinación de Arteterapia y terapia racional emotiva, que permite trabajar la ansiedad a nivel de pensamientos, ayudando a los pequeños a pensar mejor, de una manera más positiva y a dejar atrás creencias o ideas irracionales.
“Es como un diálogo que hacemos y racionalizamos todo, quitamos los afectos. Entonces, ellos se van con esa idea reestructurada, cambiada, por tanto su emoción ya no será negativa: ansiedad, ira o tristeza. Su emoción será más estable, más positiva. Éste es un entrenamiento que sirve para toda la vida, la mente empieza a pensar de esa forma más racional, entonces se sufre menos. Esa es la idea central de mi terapia”, explica la especialista.
También utiliza la relajación progresiva muscular, la respiración abdominal, que les ayuda a desactivar el sistema nervioso autónomo y a estar más relajados.
“Con estas tres herramientas tenemos muy buenos resultados en pocas sesiones, con 6 a 8 ya logramos muy buenos resultados”, dice.
En el caso de que la experta observe que el tipo de ansiedad es más motora, esto quiere decir que el niño tiene dificultades para relacionarse, entonces combina estas herramientas pero además ayuda a desarrollar sus habilidades sociales, en terapias grupales.
“Mis terapias en principio son individuales y luego de verlos unas sesiones, normalmente las hago grupales, porque es así como funciona más, ya que los niños se dan cuenta que no sólo les pasa a ellos (el no poder manejar la ansiedad o la ira) y que es más común de lo que ellos creen.
“Ellos mismos racionalizan, se ayudan y entienden lo que les pasa y aprenden a sentir e identificar esa emoción en el cuerpo. Esto es un gran avance para que luego con las herramientas puedan manejarla de una manera muy natural. Es como un entrenamiento”, explica Rocha.
CONSECUENCIAS CUANDO NO SE TRATA
Para la especialista es fundamental no dejar que la ansiedad se desborde y sea ya limitante para el niño, es decir que le impida desenvolverse con naturalidad.
“Todos los niños sin excepción alguna, se les debe enseñar desde muy pequeños a sentir sus emociones, diferenciarlas y poder manejarlas. Nosotros en nuestro espacio PROPIUM, tenemos talleres permanentes de manejo de las emociones negativas, es un tema central para nuestros niños, ya que aquel que aprende a manejar sus emociones jamás tendrá dificultades con la ansiedad, la ira y/o tristeza. Recomiendo a los padres mandarlos antes como una manera preventiva o de aprendizaje”, dice.
Evidentemente muchas veces los padres no se dan cuenta o no quieren admitir que su pequeño ya tiene dificultades severas para controlar su ansiedad, ira o tristeza.
“Nunca es tarde para aprender a manejar nuestras emociones, pero es necesario buscar ayuda porque la ansiedad severa o patológica es muy discapacitante para un niño y a la larga puede generar trastornos mayores”, concluye la especialista.
Lecturas sutiles ¿Mi hijo tiene en realidad TDAH?
Un día Thomas Edison llegó a casa, le dio un papel a su mamá y le dijo: “mi maestro me dio esta nota y me dijo que solo se la diera a mi madre”.
Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando leyó en voz alta la carta: “su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarle, por favor enséñele usted“
Muchos años después la madre de Edison falleció. Un día mirando algunas cosas viejas de su familia encontró un papel doblado en el marco de un dibujo, lo tomó y abrió, en el papel estaba escrito “su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela”.
Edison lloró por horas y, entonces, escribió en su diario “Thomas Alba Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se convirtió en el genio del siglo “.
Deseo realizar una breve reflexión desde una mirada psicoanalítica a un problema que ocupa a las familias y los educadores en general: el denominado Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.
Durante las últimas décadas, el infante ha despertado a la ciencia un fuerte interés por tratar de homogeneizar las particularidades del ser humano y transformarlo a un síntoma común; los problemas de aprendizaje.
Para Ana Ruth Najles, psicoanalista argentina,
medir a los niños con la misma vara trae sus consecuencias. Señala que la dificultad de esta acción
radica sobre todo en el entorno educativo, puesto que desde las aulas se comienzan a excluir a los
niños al etiquetarlos como niños – problema.
Desde mi experiencia se puede verificar dos situaciones que inquietan: la alta frecuencia con que se encasilla a niños y adolescentes colocándoles la etiqueta de TDAH y la facilidad con que se responde
a la existencia del supuesto síndrome con la medicalización, recetando al niño o adolescente en cuestión estimulantes que afectan entre otras cosas al sistema nervioso central.
En una actitud tal, podemos señalar que la disposición afectiva del niño, su complejidad subjetiva y la conflictividad inherente a las relaciones sociales son reducidas a procesos de sinapsis cerebral; y que el interés, lejos de intentar comprender a fondo lo que le ocurre al niño en su relación con su entorno, es diagnosticar, recetar y administrar medicamentos.
Es cuestionable que no se involucre en el proceso
de entrevistas a los padres, y menos escuchar al
niño dentro de un espacio que le permita expresar
lo que ocurre, sus metáforas a través de la palabra
o el juego.
Por tanto, es necesario considerar que el TDAH es una etiqueta producto de un consenso social que alejan algunos educadores de la sensibilidad tanto en relación a los niños como a ellos mismos.
Muchas veces ocupados en responder a las exigencias evaluativas, dejan escaso tiempo y lugar para el fomento de vínculos sólidos y afectuosos con los niños y es importante considerar que es a partir del lazo social como se gesta lo humano, lo subjetivo
y lo singular.
Nota: si tiene algún tema o sugerencia contactarse con Claudia Méndez del Carpio al correo electrónico
claudiamen@hotmail.com
Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando leyó en voz alta la carta: “su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarle, por favor enséñele usted“
Muchos años después la madre de Edison falleció. Un día mirando algunas cosas viejas de su familia encontró un papel doblado en el marco de un dibujo, lo tomó y abrió, en el papel estaba escrito “su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela”.
Edison lloró por horas y, entonces, escribió en su diario “Thomas Alba Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se convirtió en el genio del siglo “.
Deseo realizar una breve reflexión desde una mirada psicoanalítica a un problema que ocupa a las familias y los educadores en general: el denominado Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.
Durante las últimas décadas, el infante ha despertado a la ciencia un fuerte interés por tratar de homogeneizar las particularidades del ser humano y transformarlo a un síntoma común; los problemas de aprendizaje.
Para Ana Ruth Najles, psicoanalista argentina,
medir a los niños con la misma vara trae sus consecuencias. Señala que la dificultad de esta acción
radica sobre todo en el entorno educativo, puesto que desde las aulas se comienzan a excluir a los
niños al etiquetarlos como niños – problema.
Desde mi experiencia se puede verificar dos situaciones que inquietan: la alta frecuencia con que se encasilla a niños y adolescentes colocándoles la etiqueta de TDAH y la facilidad con que se responde
a la existencia del supuesto síndrome con la medicalización, recetando al niño o adolescente en cuestión estimulantes que afectan entre otras cosas al sistema nervioso central.
En una actitud tal, podemos señalar que la disposición afectiva del niño, su complejidad subjetiva y la conflictividad inherente a las relaciones sociales son reducidas a procesos de sinapsis cerebral; y que el interés, lejos de intentar comprender a fondo lo que le ocurre al niño en su relación con su entorno, es diagnosticar, recetar y administrar medicamentos.
Es cuestionable que no se involucre en el proceso
de entrevistas a los padres, y menos escuchar al
niño dentro de un espacio que le permita expresar
lo que ocurre, sus metáforas a través de la palabra
o el juego.
Por tanto, es necesario considerar que el TDAH es una etiqueta producto de un consenso social que alejan algunos educadores de la sensibilidad tanto en relación a los niños como a ellos mismos.
Muchas veces ocupados en responder a las exigencias evaluativas, dejan escaso tiempo y lugar para el fomento de vínculos sólidos y afectuosos con los niños y es importante considerar que es a partir del lazo social como se gesta lo humano, lo subjetivo
y lo singular.
Nota: si tiene algún tema o sugerencia contactarse con Claudia Méndez del Carpio al correo electrónico
claudiamen@hotmail.com
Montse Domènech// La psicóloga es la autora de “Edúcame bien: 100 respuestas para madres y padres preocupados”
Cuarenta años de experiencia y cerca de 10 mil casos tratados a lo largo de su vida avalan la opinión de la psicóloga Montse Domènech, para quien “los padres de hoy están demasiado preocupados por sus hijos. Tienen muchísima información y tanto da que se la dé una vecina como un educador. Dudan, están desorientados, y al final no saben cómo intervenir en el proceso educativo”, asegura.
Este pensamiento ha llevado a esta profesional a escribir “Edúcame bien. 100 respuestas para madres y padres preocupados”. Dirigido a todas las familias con niños de cualquier edad, es una obra eminentemente práctica que da respuesta a los posibles problemas de convivencia surgidos entre padres e hijos, bien sea por conflictos horarios, comportamientos inesperados, celos, desinterés en los estudios o estados de desánimo, por ejemplo (...).
Los padres de ahora
están demasiado preocupados, pero los niños de ahora tampoco son como los de antes.
Los padres de hoy en día están demasiado preocupados, lo que les lleva a dar demasiadas vueltas al problema y no siempre eligen la solución adecuada, porque dejan el sentido común de lado.
Pero ciertamente, los niños de ahora no son como los de antes, están sometidos a unos estímulos sociales muy potentes, y esto hace que tengan sus propios criterios, formas de actuar, y sean unos desconocidos hasta para el propio padre, que le cuesta identificar qué le pasa a su hijo y cómo debe afrontarlo.
No es posible generalizar pero, ¿cuál sería el principal consejo que daría a los padres lectores a la hora de educar?
Lo básico es conseguir un acercamiento con los hijos, porque esta es la base de la comunicación y la confianza. Este es el único modo también de que los padres puedan transmitir los valores, las normas, las pautas
con firmeza y seguridad.
Cuando los padres los transmiten con seguridad, lo que consiguen son niños seguros. Niños que saben lo que tienen que hacer, saben que tienen que obedecer, porque reciben esta seguridad por parte de los padres (...).
¿Le parece que la disciplina es un término en desuso?
Esto es debido a que los actuales modelos sociales no tienen respeto por las generaciones adultas. Tratan igual a un viejecito, que a un compañero de instituto. Les cuesta horrores entender el concepto de autoridad. Vemos que incluso muchos niños se revelan contra los maestros, llegando a suceder algunas situaciones dramáticas en las que se recurren a los golpes.
Aunque en mi opinión, los maestros tienen herramientas de sobra para hacerse obedecer.
¿A qué se debería este tipo de situación?
Hay algunos padres que están poco tiempo con sus hijos y cuando están con ellos les dejan hacer lo que les da la gana, son niños mimados, consentidos, y esto no puede ser, la autoridad no tiene nada que ver con ser afectivo, se puede serlo siendo autoritario. Es más, con afectividad se puede transmitir el valor de la autoridad.
Porque los niños necesitan protección, y que los padres les cuiden, si no hay autoridad, eso no existe. Insisto, necesitan sentir que los padres tienen seguridad y firmeza al inculcar normas porque esto les confiere seguridad.
Este pensamiento ha llevado a esta profesional a escribir “Edúcame bien. 100 respuestas para madres y padres preocupados”. Dirigido a todas las familias con niños de cualquier edad, es una obra eminentemente práctica que da respuesta a los posibles problemas de convivencia surgidos entre padres e hijos, bien sea por conflictos horarios, comportamientos inesperados, celos, desinterés en los estudios o estados de desánimo, por ejemplo (...).
Los padres de ahora
están demasiado preocupados, pero los niños de ahora tampoco son como los de antes.
Los padres de hoy en día están demasiado preocupados, lo que les lleva a dar demasiadas vueltas al problema y no siempre eligen la solución adecuada, porque dejan el sentido común de lado.
Pero ciertamente, los niños de ahora no son como los de antes, están sometidos a unos estímulos sociales muy potentes, y esto hace que tengan sus propios criterios, formas de actuar, y sean unos desconocidos hasta para el propio padre, que le cuesta identificar qué le pasa a su hijo y cómo debe afrontarlo.
No es posible generalizar pero, ¿cuál sería el principal consejo que daría a los padres lectores a la hora de educar?
Lo básico es conseguir un acercamiento con los hijos, porque esta es la base de la comunicación y la confianza. Este es el único modo también de que los padres puedan transmitir los valores, las normas, las pautas
con firmeza y seguridad.
Cuando los padres los transmiten con seguridad, lo que consiguen son niños seguros. Niños que saben lo que tienen que hacer, saben que tienen que obedecer, porque reciben esta seguridad por parte de los padres (...).
¿Le parece que la disciplina es un término en desuso?
Esto es debido a que los actuales modelos sociales no tienen respeto por las generaciones adultas. Tratan igual a un viejecito, que a un compañero de instituto. Les cuesta horrores entender el concepto de autoridad. Vemos que incluso muchos niños se revelan contra los maestros, llegando a suceder algunas situaciones dramáticas en las que se recurren a los golpes.
Aunque en mi opinión, los maestros tienen herramientas de sobra para hacerse obedecer.
¿A qué se debería este tipo de situación?
Hay algunos padres que están poco tiempo con sus hijos y cuando están con ellos les dejan hacer lo que les da la gana, son niños mimados, consentidos, y esto no puede ser, la autoridad no tiene nada que ver con ser afectivo, se puede serlo siendo autoritario. Es más, con afectividad se puede transmitir el valor de la autoridad.
Porque los niños necesitan protección, y que los padres les cuiden, si no hay autoridad, eso no existe. Insisto, necesitan sentir que los padres tienen seguridad y firmeza al inculcar normas porque esto les confiere seguridad.
sábado, 9 de enero de 2016
La familia, la comunicación y la sexualidad
La unidad de la pareja es importante en una relación, ya que los niños y las niñas son socialmente dependientes estableciendo el primer eje de relacionamiento con la familia, comenzando una interacción en la comunicación.
Se constituye en un proceso continuo de expresiones de deseos, sentimientos y necesidades que se emiten con mensajes que damos como los que recibimos dentro del círculo familiar.
La familia establece valores para la conducción de cada sociedad con sus propias normas y reglas de conducta, que ayuda a cada persona expresar su afecto, tomar decisiones, socializar sus problemas buscando alternativas que ayuden a una solución.
Toda norma o regla siempre es dinámica, pero de acuerdo a circunstancias en que vive la familia puede llegar a un cambio, influye el crecimiento de los hijos para los cambios de las normas y reglas se plantean nuevos desafíos que obligan a buscar nuevos patrones dentro la relación y la comunicación.
Todos estos aspectos dependen de la verdadera esencia de la educación que ayude en la organización familiar, además de planificar una vida con el buen ejemplo de la actitud personal de los padres.
Una de las más grandes responsabilidades de la familia es saber guiar y organizar la vida de quienes componen este núcleo.
Se lamenta cuando no se consigue una comunicación familiar especialmente si los hijos llegan a la adolescencia, siendo el momento de muchos cambios que posteriormente es difícil recuperarla.
En esta etapa es tan difícil solucionar problemas y más si es lo de su sexualidad, influye mucho la falta de comunicación como el de aceptar normas y reglas que para ellos los adolescentes son aspectos que no se toman en cuenta.
Sin embargo, la comprensión de afecto y cariño de los padres se articula la comunicación sin dejar de lado los diferentes aspectos que son de intereses en los y las adolescentes.
Se constituye en un proceso continuo de expresiones de deseos, sentimientos y necesidades que se emiten con mensajes que damos como los que recibimos dentro del círculo familiar.
La familia establece valores para la conducción de cada sociedad con sus propias normas y reglas de conducta, que ayuda a cada persona expresar su afecto, tomar decisiones, socializar sus problemas buscando alternativas que ayuden a una solución.
Toda norma o regla siempre es dinámica, pero de acuerdo a circunstancias en que vive la familia puede llegar a un cambio, influye el crecimiento de los hijos para los cambios de las normas y reglas se plantean nuevos desafíos que obligan a buscar nuevos patrones dentro la relación y la comunicación.
Todos estos aspectos dependen de la verdadera esencia de la educación que ayude en la organización familiar, además de planificar una vida con el buen ejemplo de la actitud personal de los padres.
Una de las más grandes responsabilidades de la familia es saber guiar y organizar la vida de quienes componen este núcleo.
Se lamenta cuando no se consigue una comunicación familiar especialmente si los hijos llegan a la adolescencia, siendo el momento de muchos cambios que posteriormente es difícil recuperarla.
En esta etapa es tan difícil solucionar problemas y más si es lo de su sexualidad, influye mucho la falta de comunicación como el de aceptar normas y reglas que para ellos los adolescentes son aspectos que no se toman en cuenta.
Sin embargo, la comprensión de afecto y cariño de los padres se articula la comunicación sin dejar de lado los diferentes aspectos que son de intereses en los y las adolescentes.
¿Qué hacer ante familiares tóxicos?
Cuando se tienen amigas tóxicas se puede romper con esas amistades para sentirse mejor, pero ¿qué puede hacer cuando el que manipula es su propia madre, hermano o su propio esposo?
Hágase una evaluación. La sexóloga Carolina Rivero mencionó que lo más complicado es que la persona se dé cuenta, por ello añadió debe preguntarse así misma, ¿siente que su pareja le corta la inspiración o le da alas? Además agregó que tiene que hacer una evaluación cada final del mes y escribir en un cuaderno cómo está ahora, hay cosas que ya no hace desde que está en pareja, no asiste a ciertos lugares porque a él o a ella no le gusta, ya no sale con sus amigas, entre otras cosas.
Ponga límites. A veces es la propia madre la que manipula, por ejemplo, dice si te vas a casar yo me voy a quedar sola, trata de manipular. Aquí la hija o el hijo deben poner límites y si la situación se vuelve más complicada deben ir a un especialista, sostuvo Rivero.
Asertivo. La experta señaló que él o ella deben expresar con sinceridad lo que sienten sin ser agresivos, por ejemplo, usted es mi madre o mi hermano y voy a estar siempre para apoyarlo, pero no me pida cosas que no puedo hacer.
Consecuencias. Rivero comentó que las relaciones tóxicas influyen en el desempeño laboral y ella ni siquiera se dará cuenta, tendrá estrés y se volverá distraída.
¿Cómo identificar a las personas tóxicas? El psicólogo Christian André indicó que se puede detectar a las personas tóxicas porque ellas siempre tratan de poner límites a las decisiones, manipulan, siempre tratan de obtener beneficios de ella y si se les reclama se ponen en plano de víctima, e incluso pueden ser agotadores, "son demasiado dependientes y a la larga esto causa estrés", apuntó.
Hágase una evaluación. La sexóloga Carolina Rivero mencionó que lo más complicado es que la persona se dé cuenta, por ello añadió debe preguntarse así misma, ¿siente que su pareja le corta la inspiración o le da alas? Además agregó que tiene que hacer una evaluación cada final del mes y escribir en un cuaderno cómo está ahora, hay cosas que ya no hace desde que está en pareja, no asiste a ciertos lugares porque a él o a ella no le gusta, ya no sale con sus amigas, entre otras cosas.
Ponga límites. A veces es la propia madre la que manipula, por ejemplo, dice si te vas a casar yo me voy a quedar sola, trata de manipular. Aquí la hija o el hijo deben poner límites y si la situación se vuelve más complicada deben ir a un especialista, sostuvo Rivero.
Asertivo. La experta señaló que él o ella deben expresar con sinceridad lo que sienten sin ser agresivos, por ejemplo, usted es mi madre o mi hermano y voy a estar siempre para apoyarlo, pero no me pida cosas que no puedo hacer.
Consecuencias. Rivero comentó que las relaciones tóxicas influyen en el desempeño laboral y ella ni siquiera se dará cuenta, tendrá estrés y se volverá distraída.
¿Cómo identificar a las personas tóxicas? El psicólogo Christian André indicó que se puede detectar a las personas tóxicas porque ellas siempre tratan de poner límites a las decisiones, manipulan, siempre tratan de obtener beneficios de ella y si se les reclama se ponen en plano de víctima, e incluso pueden ser agotadores, "son demasiado dependientes y a la larga esto causa estrés", apuntó.
jueves, 7 de enero de 2016
Las tareas domésticas también son cosa de niños
Queremos que nuestros hijos sean grandes personas. Les llevamos a los mejores colegios, les apuntamos a inglés para mejorar su comunicación y a deportes para que lleven una vida saludable. Nos esforzamos, incluso económicamente, para que su formación sea lo más completa posible. Y sin embargo, fallamos en lo fundamental. Porque nos olvidamos de que los médicos, los tenistas o los artistas también deben saber poner una lavadora, planchar una camisa o empanar un filete. Estamos tan cegados en su educación profesional, que se nos escapan algunos detalles de su formación como personas. Ocurre entonces, que no es hasta que no se independizan, y se plantan todos los fines de semana en casa, a dejar la ropa sucia y llenar el tupper de comida, que no nos damos cuenta de que hemos criado a unos hijos si no inútiles, sí extremadamente dependientes.
“Los padres y madres sobreprotectores, o padres y madres ‘helicóptero’ que sobrevuelan adelantándose a sus necesidades crean hijos inseguros y dependientes,”, adelanta la psicóloga Yolanda Cuevas, que insiste en la importancia de fomentar la responsabilidad y la autonomía desde pequeños con el aprendizaje paulatino de las tareas domésticas.
“Pensar que de niño las únicas responsabilidades son los estudios y pasarlo bien es educar en un mundo ficticio que no es acorde con la realidad, ni con su vida futura. Recurrir al ‘ya tendrá tiempo’ es justificar una educación que no es práctica ni desarrolla como persona paso a paso, y al final, con los años, los padres acaban quejándose que la casa parece una pensión y que van ‘a mesa puesta’. ¿De qué nos quejamos si han sido educados así?”.
Una edad para cada tarea
Si está claro que debemos educar a nuestros hijos en la convivencia en el hogar y en el aprendizaje de las tareas domésticas, la otra cuestión es cómo debe ser este aprendizaje. Para ello, lo primero que hay que tener en cuenta es que el proceso debe ir acorde al desarrollo del niño según su edad. “Entre el año y los cuatro, los niños evolucionan y repiten lo que hacen sus adultos, así que pueden empezar a realizar conductas como llevar cualquier objeto a su sitio” apunta Cuevas. En esta misma línea, entre los 4 y los 5 años, comienzan a demandar responsabilidades, por lo que es buen momento para contar con ellos para cosas sencillas como poner la mesa, corresponsabilizarse en el cuidado de mascotas o cuidados concretos de hermanos menores, en los que puedan ir desarrollando su capacidad. “Llegando a los siete años pueden empezar a tener autonomía para preparar la ropa del día siguiente y empezar a colaborar en tareas sencillas como barrer o limpiar el polvo”, continúa la psicóloga. Por último, lo ideal es entender que “entre los 9 y los 12 son totalmente capaces de realizar tareas domésticas y por altura recoger y colocar el lavavajillas, tender y recoger la ropa, e ir a comprar. Es un momento ideal para ir encargándoles estas tareas, ya que en esa edad el niño comienza a reclamar más autonomía y que le traten de forma más adulta”.
A estas ideas, la pedagoga Cristina Conde añade que “la mejor manera de realizar la enseñanza de las tareas domésticas es realizarlas con ellos diariamente. Es decir, que nos ayuden y les ayudemos a diario a realizar las tareas de su dormitorio, de sus juguetes, sus fichas, su bata para clase, su ropa, etc.”. Además de enseñarles con el ejemplo “es muy importante que premiemos todo lo que hacen bien con refuerzo positivo verbal ‘que bien lo sabes hacer solo ya’, ‘que mayor eres’… Y es que es mucho más importante que escuchen las cosas que hacen bien que las que hacen mal, ya que así se forman un autoconcepto positivo sobre sí mismos”.
Una educación también escolar
Jesús Salido Navarro, presidente de la Confederación Española de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) cree necesario resaltar que las tareas domésticas deben estar presentes en todos los ámbitos de la formación del niño y es que “las tareas domésticas las van a abordar a lo largo de toda su vida, por ello creemos en su enseñanza tanto en casa como en el colegio, porque defendemos una formación integral y no solo curricular del alumno”. Así, el presidente de CEAPA considera que es importante que los padres “trabajen con sus hijos la autonomía personal y la responsabilidad, que es parte del proceso de evolución como persona, y no entender las tareas como una ayuda, sino como una responsabilidad común de la que deben hacerse cargo todas las personas de la casa”, pero que esta también esté presente en la escuela.
Sobre cómo es esta educación en los colegios, Cristina Conde explica que “como en otros temas, la enseñanza de las tareas de domésticas es una obligación conjunta entre escuela y familia. Sin embargo, el único nivel educativo en el que se inculcan algunos aspectos relacionados con las tareas domésticas es en infantil”. Así destaca que por ejemplo, “en educación infantil al finalizar cada juego todos los alumnos recogen y colaboran en la organización de los juguetes en las cajas correspondientes. Habitualmente cada niño se encarga de limpiar su mesa, colocar su bata, coger sus fichas, colaborar en la colocación y recoger de los cubiertos en la mesa de comedor…”.
Matizando esta idea de que la educación en las tareas doméstica debe ser un concepto más social y no solo familiar, la psicóloga Yolanda Cuevas recuerda que por ejemplo “los programas de cocina con los más pequeños han sido importantes para la educación de la cocina”.
Las bases de la igualdad
Educar en las tareas domésticas no es sólo una cuestión de autonomía personal, sino de responsabilidad social. Y es que muchas veces, viendo nuestros teléfonos móviles o las pantallas interactivas de publicidad en las calles, pensamos que vivimos en una sociedad
moderna, pero cuando entramos en las rutinas de las familias, nos damos cuenta de que quizás no hemos avanzado tanto.
Según Cristina Conde, sería clave que “madres y padres inculcasen la igualdad a sus hijos, ya que ellos son el futuro de nuestra sociedad. Ellos son los que cuando sean mayores formarán la sociedad y tomarán decisiones. Las generaciones futuras gestionarán como han visto gestionar y tan solo un pequeño porcentaje realizaran o tendrán comportamientos diferentes a los que vieron a lo largo de su vida. Este es uno de los motivos por los que las sociedades evolucionan lentamente en el tema de la igualdad de género”.
Por eso es tan importante educar con el ejemplo y es que como recuerda Yolanda Cuevas “limpiar el baño, tender una lavadora o planchar no pueden ser cosas de madres ni de chicas. Lo que no pueden escuchar nuestros hijos nunca en casa son frases del estilo de ‘es que ella lo hace mejor’. Hoy en día hay niños que dicen que ellos no planchan, que cuando sean mayores ya les planchará su novia…”. Se trata por tanto de educar igual a los niños y a las niñas, repartiendo las mismas tareas, pero también de evitar ciertos comportamientos que resulten incongruentes, como por ejemplo “evitar que su padre se lo lleva a pasear mientras yo limpio sistemáticamente”, insiste la psicóloga.
“Los padres y madres sobreprotectores, o padres y madres ‘helicóptero’ que sobrevuelan adelantándose a sus necesidades crean hijos inseguros y dependientes,”, adelanta la psicóloga Yolanda Cuevas, que insiste en la importancia de fomentar la responsabilidad y la autonomía desde pequeños con el aprendizaje paulatino de las tareas domésticas.
“Pensar que de niño las únicas responsabilidades son los estudios y pasarlo bien es educar en un mundo ficticio que no es acorde con la realidad, ni con su vida futura. Recurrir al ‘ya tendrá tiempo’ es justificar una educación que no es práctica ni desarrolla como persona paso a paso, y al final, con los años, los padres acaban quejándose que la casa parece una pensión y que van ‘a mesa puesta’. ¿De qué nos quejamos si han sido educados así?”.
Una edad para cada tarea
Si está claro que debemos educar a nuestros hijos en la convivencia en el hogar y en el aprendizaje de las tareas domésticas, la otra cuestión es cómo debe ser este aprendizaje. Para ello, lo primero que hay que tener en cuenta es que el proceso debe ir acorde al desarrollo del niño según su edad. “Entre el año y los cuatro, los niños evolucionan y repiten lo que hacen sus adultos, así que pueden empezar a realizar conductas como llevar cualquier objeto a su sitio” apunta Cuevas. En esta misma línea, entre los 4 y los 5 años, comienzan a demandar responsabilidades, por lo que es buen momento para contar con ellos para cosas sencillas como poner la mesa, corresponsabilizarse en el cuidado de mascotas o cuidados concretos de hermanos menores, en los que puedan ir desarrollando su capacidad. “Llegando a los siete años pueden empezar a tener autonomía para preparar la ropa del día siguiente y empezar a colaborar en tareas sencillas como barrer o limpiar el polvo”, continúa la psicóloga. Por último, lo ideal es entender que “entre los 9 y los 12 son totalmente capaces de realizar tareas domésticas y por altura recoger y colocar el lavavajillas, tender y recoger la ropa, e ir a comprar. Es un momento ideal para ir encargándoles estas tareas, ya que en esa edad el niño comienza a reclamar más autonomía y que le traten de forma más adulta”.
A estas ideas, la pedagoga Cristina Conde añade que “la mejor manera de realizar la enseñanza de las tareas domésticas es realizarlas con ellos diariamente. Es decir, que nos ayuden y les ayudemos a diario a realizar las tareas de su dormitorio, de sus juguetes, sus fichas, su bata para clase, su ropa, etc.”. Además de enseñarles con el ejemplo “es muy importante que premiemos todo lo que hacen bien con refuerzo positivo verbal ‘que bien lo sabes hacer solo ya’, ‘que mayor eres’… Y es que es mucho más importante que escuchen las cosas que hacen bien que las que hacen mal, ya que así se forman un autoconcepto positivo sobre sí mismos”.
Una educación también escolar
Jesús Salido Navarro, presidente de la Confederación Española de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) cree necesario resaltar que las tareas domésticas deben estar presentes en todos los ámbitos de la formación del niño y es que “las tareas domésticas las van a abordar a lo largo de toda su vida, por ello creemos en su enseñanza tanto en casa como en el colegio, porque defendemos una formación integral y no solo curricular del alumno”. Así, el presidente de CEAPA considera que es importante que los padres “trabajen con sus hijos la autonomía personal y la responsabilidad, que es parte del proceso de evolución como persona, y no entender las tareas como una ayuda, sino como una responsabilidad común de la que deben hacerse cargo todas las personas de la casa”, pero que esta también esté presente en la escuela.
Sobre cómo es esta educación en los colegios, Cristina Conde explica que “como en otros temas, la enseñanza de las tareas de domésticas es una obligación conjunta entre escuela y familia. Sin embargo, el único nivel educativo en el que se inculcan algunos aspectos relacionados con las tareas domésticas es en infantil”. Así destaca que por ejemplo, “en educación infantil al finalizar cada juego todos los alumnos recogen y colaboran en la organización de los juguetes en las cajas correspondientes. Habitualmente cada niño se encarga de limpiar su mesa, colocar su bata, coger sus fichas, colaborar en la colocación y recoger de los cubiertos en la mesa de comedor…”.
Matizando esta idea de que la educación en las tareas doméstica debe ser un concepto más social y no solo familiar, la psicóloga Yolanda Cuevas recuerda que por ejemplo “los programas de cocina con los más pequeños han sido importantes para la educación de la cocina”.
Las bases de la igualdad
Educar en las tareas domésticas no es sólo una cuestión de autonomía personal, sino de responsabilidad social. Y es que muchas veces, viendo nuestros teléfonos móviles o las pantallas interactivas de publicidad en las calles, pensamos que vivimos en una sociedad
moderna, pero cuando entramos en las rutinas de las familias, nos damos cuenta de que quizás no hemos avanzado tanto.
Según Cristina Conde, sería clave que “madres y padres inculcasen la igualdad a sus hijos, ya que ellos son el futuro de nuestra sociedad. Ellos son los que cuando sean mayores formarán la sociedad y tomarán decisiones. Las generaciones futuras gestionarán como han visto gestionar y tan solo un pequeño porcentaje realizaran o tendrán comportamientos diferentes a los que vieron a lo largo de su vida. Este es uno de los motivos por los que las sociedades evolucionan lentamente en el tema de la igualdad de género”.
Por eso es tan importante educar con el ejemplo y es que como recuerda Yolanda Cuevas “limpiar el baño, tender una lavadora o planchar no pueden ser cosas de madres ni de chicas. Lo que no pueden escuchar nuestros hijos nunca en casa son frases del estilo de ‘es que ella lo hace mejor’. Hoy en día hay niños que dicen que ellos no planchan, que cuando sean mayores ya les planchará su novia…”. Se trata por tanto de educar igual a los niños y a las niñas, repartiendo las mismas tareas, pero también de evitar ciertos comportamientos que resulten incongruentes, como por ejemplo “evitar que su padre se lo lleva a pasear mientras yo limpio sistemáticamente”, insiste la psicóloga.
miércoles, 6 de enero de 2016
Los chicos y sus nuevas metas
Empezó un nuevo año y con el llegan los nuevos propósitos. Muchas familias acostumbran a realizar una lista de metas de Año Nuevo, pero no solo la hacen los papás, ya que también hay algunos niños y adolescentes que hacen la suya. Los cuales necesitan ser apoyados por sus progenitores para cumplirlas.
Ayúdelos a elaborar sus metas. El psicólogo Jhonny Ledezma indicó que los progenitores deben ayudar a sus hijos a elaborar un proyecto de vida, mismo que tiene que ser alcanzable. El psicólogo Eduardo Sánchez añadió que los nuevos planes deben ir de acuerdo a su edad y sus posibilidades.
¿Cómo lograrlo? Sánchez mencionó que los padres tienen que conversar con sus retoños sobre cuáles son sus sueños y cómo pretenden lograrlos, a corto, media y largo plazo. "Los papás deben apoyar, empujar para que ellos los realicen", agregó. Ledezma apuntó que la ultima semana de cada mes tienen que realizar una evaluación.
Colocarlo en un lugar visible. Los chicos y chicas puede realizar un cuadro a su agrado, en el cual van a estar escritos sus metas para este año, además tiene que estar en un lugar visible de su cuarto, explicó Ledezma.
Ejemplos de metas. En lo espiritual, en este nuevo año puede proponerse asistir a un grupo evangélico o católico, en lo académico, tener buena notas, para ello debe estudiar dos horas al día, en lo familiar, puede ayudar con los quehaceres de la casa, en lo social tienen que escoger mejor sus amistades y si desea algo material, "no necesariamente tiene que salir del bolsillo de los papás, sino de acuerdo a la creatividad del adolescente", sostuvo Ledezma.
Ayúdelos a elaborar sus metas. El psicólogo Jhonny Ledezma indicó que los progenitores deben ayudar a sus hijos a elaborar un proyecto de vida, mismo que tiene que ser alcanzable. El psicólogo Eduardo Sánchez añadió que los nuevos planes deben ir de acuerdo a su edad y sus posibilidades.
¿Cómo lograrlo? Sánchez mencionó que los padres tienen que conversar con sus retoños sobre cuáles son sus sueños y cómo pretenden lograrlos, a corto, media y largo plazo. "Los papás deben apoyar, empujar para que ellos los realicen", agregó. Ledezma apuntó que la ultima semana de cada mes tienen que realizar una evaluación.
Colocarlo en un lugar visible. Los chicos y chicas puede realizar un cuadro a su agrado, en el cual van a estar escritos sus metas para este año, además tiene que estar en un lugar visible de su cuarto, explicó Ledezma.
Ejemplos de metas. En lo espiritual, en este nuevo año puede proponerse asistir a un grupo evangélico o católico, en lo académico, tener buena notas, para ello debe estudiar dos horas al día, en lo familiar, puede ayudar con los quehaceres de la casa, en lo social tienen que escoger mejor sus amistades y si desea algo material, "no necesariamente tiene que salir del bolsillo de los papás, sino de acuerdo a la creatividad del adolescente", sostuvo Ledezma.
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