Desde generaciones atrás las bofetadas y los azotes se han utilizado como herramientas para reprender a los niños. Algunos padres consideran que es necesario pegarles de vez en cuando para corregirlos; ¿será que este es el método más efectivo? Continúe con la lectura de este artículo que expertos lo explican.
Aprende conceptos errados. El psicólogo Oliver Silva indicó que si el muchacho desde niño es amedrentado y si en algunas ocasiones sus padres le pegaron. El chico aprende que si ejerce violencia va a conseguir su objetivo.
La violencia se transmite. Silva mencionó con un ejemplo: "Si con un grito el padre lo amedrentaba, eso deja de ser efectivo, ya no es suficiente, entonces comienza a agredirlo mucho más, luego utiliza la violencia física y esto se establece más. El muchacho aprendió todos los pasos previos y él también en la edad adulta ejercerá la violencia".
Se convierten en víctimas o agresores. El psicólogo Christian André señaló que cuando los chicos son víctimas de violencia, cuando sean grandes serán golpeadores o sumisos, porque nunca aprendieron a defenderse de una manera correcta.
Edúquelos desde pequeños. André sostuvo que los progenitores deben educarlos desde que nacen, por ejemplo, cuando son bebés deben respetar los horarios de comida.
¿Cómo corregirlos? El experto comentó que "los progenitores antes de castigarlo, deben haber establecido una serie de parámetros. Si ponen reglas difíciles de cumplir, obviamente el niño o el adolescente no las va a cumplir". Así mismo añadió que en primer lugar los papás deben darles reglas claras, segundo los acuerdos tienen que ser de conveniencia mutua, y por último las reglas deben ser fáciles de cumplir.
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