jueves, 4 de junio de 2015
Odio a mi nuera, ¿qué hago?
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El odio hacia las suegras es un tópico en la vida familiar, pero el odio hacia las nueras también está bastante arraigado y puede causar problemas y malestar.
Por todo el mundo es conocida la histórica rivalidad entre nueras y suegras. Generalmente siempre es ésta última, las suegras y no las nueras las que son objetivo de crítica e incluso, en el imaginario social, de bromas y chistes. No en vano, son numerosos los estudios realizados sobre la población femenina que dejan patente que hasta en un 60 por ciento de los casos las mujeres tachan de hostil la relación que mantienen que sus respectivas suegras. Pero no es menos cierto que, no sólo debemos lidiar con situaciones complicadas generadas a causa de las suegras, sino que también en muchos otros casos las nueras nos ponen en situaciones complicadas con las que lidiar dentro de la familia.
Una de las principales causas de estos conflictos nuera-suegra viene dado por la ausencia de límites. Esta ausencia se puede manifestar en muchos escenarios. Uno de los más corrientes es el “territorio”. Una nuera problemática, suele olvidar que su marido, es también tu hijo, y al mismo tiempo que su hijo o hijos, son tus nietos. Esta situación coloca a tu hijo, es decir, su marido en una situación incómoda y problemática, pues más pronto que tarde, tu nuera forzará a que tome decisiones para limitarte como suegra.
Otra de las causas que mayores conflictos genera en la relación suegras-nueras son las ideas preconcebidas. Tanto nuera como suegra tienen ciertas expectativas de cómo debería de ser la otra persona según sus propios valores y creencias. En este punto, es cuando determinados comportamientos, actitudes o comentarios de tu nuera, discrepantes de tus propios principios comienzan a brotar y serán fruto de futuros conflictos. Desde cuestiones tan importantes como el estilo educacional de los hijos pasando por trivialidades como recetas de cocina, todos estos escenarios serán caldos de cultivo de futuros problemas.
GUERRA FRÍA
Dice un proverbio que “la madre del marido es el demonio de la esposa” y es que en estos casos de malas relaciones, la situación se transforma en un escenario de ‘guerra fría’ donde los perjudicados son el marido de tu nuera, tu hijo y sus hijos, en definitiva, la familia, se convierte en peones que van a ser manipulados para los intereses propios de tu nuera.
Situaciones y comentarios fuera de tono como “niños dejen a la abuela que está mayor” o chantajes emocionales a su marido como “o con mis padres o con los tuyos”, son consecuencias directas de no establecer límites por ambas partes. A largo plazo estas situaciones derivarán en una ruptura de la familia, en la que, de forma general, tu hijo te hará a un lado ante la imposibilidad de romper con su propia familia, tengas o no razón.
Por eso al primer síntoma de relación disfuncional con tu nuera, tu papel como suegra y como madre con más experiencia es tratar de tomar las riendas de la situación con el objetivo de calmar los ánimos y lograr una mejora de la convivencia, pues en ningún caso deseamos que nuestro hijo y sus hijos, si los tiene se conviertan en peones de nuestra propia guerra.
En este caso, en nuestro papel como suegras existen una serie de actitudes que podemos tomar con el fin de solucionar este problema. Queda claro que no es ni tu culpa, ni su culpa, sino la falta de dialogo en muchos casos, por lo que las actuaciones que podemos tomar están enfocadas tanto a cambiar nuestras propias actitudes como las suyas.
Para eso es fundamental conocer que nos puede reprochar nuestra nuera y meditar si es cierto o no con calma y también conocer qué le podemos reprochar nosotros a ella y que lo medite de forma sosegada, no tratamos de buscar ganadores, ni ver quién tiene más o menos razón, tratamos de lograr mantener a la familia unida y lograr una sana convivencia, esa es nuestra victoria.
CONSEJOS
En primer lugar como suegra debemos aceptar que nuestro hijo ha crecido. Dejar de verlo como un niño y saber que es mayor para tomar sus propias decisiones y crear su plan de vida con quien él quiera. Esto va en relación con querer tratar de imponer nuestras normas. Como madre has criado a la familia lo mejor posible y ahora es el turno de que tu hijo tome sus propias decisiones. No trates de cambiar a tu nuera, como decía tendrías unas expectativas sobre la esposa de tu hijo y la madre de tus nietos, pero puede que se cumplan o no.
Por lo que tienes que analizar la parte positiva y ver que ella tiene su propia personalidad y forma de actuar y que precisamente eso ha sido lo que hace que sea la mujer de tu hijo y por lo que él se enamoró de ella. Es muy importante también que aceptes el rol que desempeña cada una dentro de la familia. Es diferente el amor de una madre hacia su hijo que el amor de una pareja y cada faceta aporta de una forma diferente a la familia, siendo ambas igual de importantes.
Finalmente, trata de ofrecer tu ayuda, no de imponerla. Obviamente no se trata de romper relaciones, tu nuera es muy seguro que valora de forma positiva tu ayuda y experiencia, sobre todo cuando se trata de la educación de los hijos. Pero la ayuda se ofrece, no se impone, haz saber que tu consejo y ayuda están disponibles en todo momento, pero que la decisión final es de tu hijo y de tu nuera.
Por otra parte no sólo tú debes plantearte cambios si odias a tu nuera, ella también los deberá tomar si te odi, por eso es interesante invitarla a un proceso reflexivo, que se ponga en tus zapatos y comprenda que algún día también le sucederá a ella cuando su hijo se case y que eso puede despertar celos y miedo a la soledad. Es importante que trate de evitar competir y la rivalidad, buscar la parte positiva y que cuente con tu experiencia y consejo, siendo consciente de que ella también tiene defectos.
Como nuera ha de tratar de evitar las comparaciones, sobre todo en el trato y las relaciones con la familia, cada una hará cosas bien y cosas mal, hay que quedarse con lo positivo. Otro factor a tener en cuenta son las actitudes y palabras. Nada denota más una relación que los insultos y los ataques personales, sus vidas van a estar siempre relacionadas y no es positivo para ninguna. Nunca dejes que el conflicto se convierta en una pelota gigante, cuando hay que decir algo, se dice, pero siempre con educación y sosiego.
Con estos cambios de actitud por parte tuya y por parte de tu nuera, deberías lograr mantener una relación cordial enfocada a mejorar la vida familiar, pero también es cierto que llegando a cierto punto, la convivencia se vuelve imposible. De ser este el caso, lo mejor es no tratar de forzar la relación pensando en el bien superior, la familia. Limítate a ser cordial cuando coincidas y mantén el contacto con tu hijo y tus nietos con normalidad.
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