jueves, 19 de marzo de 2015
Padres de hoy, el reto de enfrentar al mundo moderno
Hoy es cada vez menos raro ver a un papá que cambia pañales y que le da la mamadera a su bebé. Se trata de padres que cuidan a los hijos mientras la madre trabaja. Que los sacan a pasear y vigilan que estén secos y no tengan sed. Ésta es una nueva tendencia, “son nuevos paradigmas que tienen que ver con la moda”, según explica la psicóloga y directora del Equipo de Comunicación Alternativa con Mujeres (ECAM), Peky Rubín de Celis.
En el caso de Joel, padre de dos niños, se trata de una decisión personal del hombre el dedicar más o menos tiempo a la crianza de los hijos. “Personalmente yo quería pasar tiempo con mis hijos, sobre todo cuando nació el primero y como trabajaba de manera independiente sacrifiqué un poco mis ingresos pero me dediqué mucho a mi hijo y lo disfruté, y con el segundo igual”, explica.
Joel cambió pañales, atendió a sus hijos cuando estuvieron enfermos y disfrutó de ver cada etapa de su desarrollo, la primera palabra, el primer paso y siempre cámara en mano.
Una situación diferente es la que vivió Carlos, quien procuró estar la mayor cantidad de tiempo posible con sus hijos, pero sin descuidar sus actividades laborales y personales. Esto cambió abruptamente cuando su esposa lo abandonó y se fue a otra ciudad.
“Fue duro, primero por la decepción que me causó, pero no tuve mucho tiempo de pensar porque mis hijos estaban chiquitos y no tenía tiempo para todo”, cuenta. En un principio Carlos tuvo que recurrir a la ayuda de su madre para poder poner orden en su hogar y cuidar a sus niños de tres y cinco años.
“Poco a poco fui aprendiendo como atenderlos yo solo y ahora puedo ocuparme de lavar la ropa, hacer comida y también saco tiempo para jugar”, explica.
Cuando se habla de padres ejemplares generalmente se tiene en mente este tipo de padres que pueden hacer la labor de padre y madre como lo hacen muchas mujeres en el mundo, en Bolivia y en Tarija.
En el mundo actual, cuando la familia tradicional parece ir dejando lugar para muchas otras opciones es muy común encontrar a padres que tienen hijos en diferentes hogares y que procuran cumplir con todos. Es el caso de los que en el Día del Padre deben repartirse entre una y otra escuela para estar con sus hijos en las celebraciones.
Están también los padres que buscan cumplir con sus obligaciones formales como la manutención de la familia, la educación de los hijos y la preservación de la estructura y disciplina familiar.
En el otro extremo están los que por diferentes motivos abandonan a los hijos y sólo cumplen con la manutención a la que obliga la ley pero no los frecuentan, ni establecen la relación parental como corresponde, sobre todo en casos de divorcios complicados.
Y están los que nunca se hicieron cargo o los abandonan eludiendo la responsabilidad de reconocer al hijo u otorgar una mensualidad para el niño.
Todas estas figuras o modalidades paternas contrastan de algún modo con la figura tradicional del padre autoritario de donde también emergía, en muchos casos, el padre modelo, ejemplo de honestidad, generosidad y responsabilidad para con sus hijos y familia.
Todo esto va configurando nuevas realidades en torno a lo que es ser padre hoy en día. ¿Pero qué es lo que motiva estos cambios en cuanto a la experiencia de ser padre en los varones?
Es una tendencia a nivel mundial que se ha desarrollado a raíz de la globalización y el desarrollo de las nuevas tecnologías que han hecho posible conocer nuevas culturas, países, tendencias. “Es un ponerse acorde a la moda”, explica Rubín de Celis.
Se habla en este caso del “padre transicional” que tiene rasgos de lo que tradicionalmente se denominó función materna, es decir aquella que proporciona cuidado y contención.
“Hoy hay una nueva apertura hacia lo afectivo espiritual”, explica Rubín de Celis. Añade que se trata de un cambio a nivel mundial que de algún modo tiene que llegarnos a nosotros.
Esta tendencia puede catalogarse como positiva; sin embargo tiene ciertas limitaciones por lo que aún hay mucho por hacer para mejorar la situación de las relaciones parentales en Tarija.
La Unidad de Prevención de la Dirección de Género y Generacional del Municipio y el ECAM realizaron una investigación para analizar esta realidad en Tarija en la cual se encuestó a padres e hijos de 21 unidades educativas de la capital. Los padres son personas de 20 a 45 años y los hijos niños y jóvenes de los niveles primario y secundario.
La investigación ha permitido determinar que existe una percepción de niñas, niños y adolescentes diferente a la de sus padres en cuanto a la presencia física de éstos, ya que el 40 por ciento de hijas e hijos indica que su padre no vive con ellos, mientras que sus padres indican lo contrario.
“Hoy en día se presenta un divorcio por día en un solo juzgado y en Tarija son dos”, explica Rubín de Celis al hacer referencia a la cantidad de divorcios que se producen hoy en día en Tarija y que de algún modo determinan un tipo de relación entre padres e hijos que los aleja físicamente, aunque esto no implica que necesariamente deba haber un alejamiento emocional.
“Es muy común en Bolivia que luego del divorcio los padres se alejen también de los hijos”, comenta y explica que esto va ligado al tema económico y a tratar de eludir la responsabilidad económica para con los hijos. Hoy esto es más difícil debido a que la ley es más estricta y esto lleva a que haya “más padres responsables por ley que por convicción y lo que queremos es que haya más por convicción porque se tienen los recursos en educación, recursos sociales y personales”, afirma.
Esto también conlleva el tipo de desempeño en cuanto a su rol paterno, que en el caso de Tarija, de acuerdo a la investigación realizada, revela que los hijos e hijas lo perciben en sus dos extremos, es decir que califican el desempeño de sus padres como un muy buen desempeño o como un mal desempeño, en contraste los padres prefieren calificarse como “buenos”, casi en su mayoría.
Este punto está muy ligado al factor tiempo, ya que para los hijos suele ser primordial el tiempo que sus padres pasan con ellos; en este sentido la percepción de la cantidad de tiempo que los padres dedican a sus hijas e hijos es diferente, tanto en la cantidad como en la dedicación. Los adultos piensan que les dedican gran parte de su tiempo, pero los niños, niñas y adolescentes perciben lo contrario, incluso existe un porcentaje que considera que sus padres no les dedican nada de tiempo.
Queda pendiente el conocer el uso del tiempo de los padres y el destinado a sus hijos e hijas, además del tipo de actividades que desarrollan juntos. Esto relacionado a las tareas formativas y de crianza de los hijos e hijas que son también percibidas de manera diferente entre ambos actores. Casi la mitad de hijos e hijas considera que su padre participó poco o nada de su crianza, frente a una mayoría de padres que perciben que sí lo hicieron, por lo que queda el desafío de conocer un poco más sobre qué entienden los hombres por tareas de crianza, cuidado y formación.
Un aspecto realmente revelador en cuanto a lo que priorizan los hijos en cuanto al rol del padre está el apoyo emocional. De acuerdo a la investigación, los padres se perciben en su mayoría como padres sostenedores emocionales de sus hijos e hijas, pero los resultados obtenidos de las encuestas a los hijos son adversos, ya que los padres se encuentran en cuarto lugar en lo que se refiere a las personas de confianza de los hijos.
Los hijos perciben a sus padres como referentes emocionales o como indiferentes, tanto porque no viven con ellos y ellas, como por los que están presentes pero no demuestran su apoyo emocional.
En este sentido se puede afirmar que prevalece tanto en la historia de los padres como en la de los hijos e hijas la confianza hacia la figura materna en primer lugar y los padres se encuentran por debajo de la confianza de sus amistades o de otro familiar, en cuarto lugar.
La tercera edad
Los resultados de la investigación son reveladores al momento de analizar la situación de los padres en una etapa de la vida en la que comienzan a precisar el apoyo de los hijos, la tercera edad.
Al no desarrollar vínculos parentales tan fuertes como lo hacen las madres, suele suceder que cuando los padres llegan a la vejez comiencen a sufrir la falta de afecto de sus hijos y nietos debido a que no hay vínculos tan fuertes como los que se desarrollan en la infancia con los hijos. Esto motiva a que muchos padres sufran abandono y desamor por parte de sus familiares en esta etapa de la vida en que más necesitan de apoyo y cuidados.
Atrás quedaron las épocas en que “las leyes eran conservadoras y refrendaban la cultura conservadora, hoy los jóvenes van encontrando terrenos más apropiados para desempeñarse como padres”, explica Peki Rubín de Celis al referirse a las nuevas leyes que norman la convivencia y las relaciones familiares.
El 40% de los hijos afirma que su padre no vive con ellos
Se levantó la información a 200 padres cuyos hijos e hijas se encuentran cursando primaria y secundaria en 21 unidades educativas de nuestra ciudad, casi la mitad de ellos tienen entre 30 y 40 años de edad (48%), seguidos de padres entre 20 y 30 años (23%), una gran mayoría (41%) tienen dos hijos e hijas, seguidos de los que tienen un único hijo o hija (32%)
También se aplicó una encuesta similar a 200 hijos e hijas de 21 unidades educativas de diferentes distritos de nuestra ciudad que se encuentran cursando entre el quinto grado de primaria hasta el sexto de secundaria.
Los padres encuestados indican que el 72% viven con sus hijos e hijas, mientras que el 28% viven con algunos de sus hijos e hijas o con ninguno de ellos.
En el caso de los hijos e hijas el 40% de las y los encuestados indica que su padre no vive con ellos y ellas, convirtiéndose esta realidad en un alto índice con las consecuencias que derivan de esta situación tanto para las madres como para los propios hijos e hijas.
Un 14% de los padres encuestados califica su rol de padre como pésimo muy malo o malo, el 70% se considera como bueno en su rol de padre, mientras que el 16% consideran que desempeñan un rol paterno muy bueno y excelente.
Un 20% de los hijos e hijas encuestados considera que el rol que cumplen sus padres es pésimo, muy malo o malo, el 44% cree que sus padres son buenos en el desempeño de su rol, mientras que un 35% consideran que sus padres ejercen un rol muy bueno, y excelente.
Un 37% de padres encuestados considera que es poco o casi nada el tiempo que destinan para sus hijos e hijas, mientras que más de la mitad (63%) considera que casi mucho y mucho es el tiempo que dedican a sus hijas e hijos.
En relación a los hijos e hijas, el 44% considera que sus padres destinan poco o casi nada de tiempo para compartir con ellas y ellos, pero además se presenta un porcentaje del 12% que considera que sus padres no destinan nada de tiempo para estar con ellas y ellos, un 43% considera que sus padres les destinan casi mucho y mucho de su tiempo para ellos y ellas.
Por otra parte, un 38% de los padres considera que participó poco, casi nada o nada en la crianza de sus hijos e hijas, mientras que un 62% considera que estuvo presente y participó en la crianza de sus hijos e hijas.
Los hijos e hijas consideran que un 45% de sus padres participó poco, nada o casi nada en su crianza, mientras que un 54% considera que sus padres participaron casi mucho y mucho en su crianza.
Un 33% de los padres encuestados indican haber ofrecido poco apoyo emocional, casi nunca y nunca a sus hijas e hijos, frente a un 67% que considera que sí lo hizo casi siempre o siempre.
La mitad (51%) de los hijos e hijas encuestadas considera que poco, casi nunca o nunca sus padres les brindan apoyo emocional, frente a un 48% que considera que casi siempre o siempre sus padres los apoyan emocionalmente.
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